martes, 26 de julio de 2011

TRES DIAS DE JULIO (III)


Plano del Cuartel de la Montaña donde se distinguen sus dependencias y su situación respecto a las calles adyacentes. (Imagen de PARES Ministerio de Cultura, obtenida del Foro de Gefrema). Haga clic en cualquiera de las imágenes de esta crónica para ampliarla en otra pestaña.


TRES DIA DE JULIO (3ª PARTE)

LUNES, 20 DE JULIO DE 1936.

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El tiroteo ha empezado pronto; nadie podría explicar como. Millares de personas rodean el cuartel de la Montaña, no esta claro contra quien disparan, no se distingue nada dentro del cuartel, sin embargo desde este responden y se comienzan a producir los primeros heridos entre los asaltantes. Un oficial de Asalto vestido con mono azul subido al parapeto agita los brazos en el aire:

-¡Altoooo el fuego, he dichoooooo! ¡Aaaltooo el fuego...!

Se trata del teniente Máximo Moreno, implicado en el asesinato de Calvo Sotelo, que tras muchos esfuerzos consigue que cese el tiroteo. Se acerca al parapeto un comandante de la Guardia Civil acompañado de dos oficiales del cuerpo, el teniente Moreno se cuadra ante él. Mientras tanto se siguen retirando heridos.

Un oficial de Asalto vestido con mono azul subido al parapeto agita los brazos en el aire:
-¡Altoooo el fuego, he dichoooooo! ¡Aaaltooo el fuego...!
(Fotografía Archivo Rojo Ministerio de Cultura. Texto Luís Romero “Tres días de Julio”).



Por la calle de Ferraz en dirección al cuartel de la Montaña avanza un obrero con un trapo blanco en la punta de un palo, con otros compañeros que le dan escolta. Desde el cuartel les han visto y les esperan. Se trata de Francisco Carmona Martínez, portador de una embajada de las fuerzas que atacan al cuartel. El teniente Moreno le ha transmitido que tiene orden del Ministerio de la Guerra de conminar a la rendición a los sublevados: deben salir desarmados, brazos en alto entregándose como prisioneros, serán tratados con respeto y juzgados de acuerdo a las leyes vigentes.

Carmona llega hasta una de las puertas del cuartel, donde es recibido por dos militares a los que comunica su deseo de hablar con el jefe del cuartel, le permiten pasar y le conducen a entrevistarse con el coronel tras vendarle los ojos. Tras un recorrido por el cuartel llega al despacho del coronel donde le quitan la venda;
- Usted dirá...
- Vengo en representación de las fuerzas militares y civiles que han puesto cerco al cuartel. Les transmito, asimismo, las ordenes del Gobierno. Deben rendirse antes de que transcurran diez minutos.
.....
- Comunique a quien le haya enviado que resistiremos mientras quede un hombre vivo. Si ustedes se empeñan nos mataremos como hombres.
- Yo reconozco su valor, pero querría que se diera cuenta de que va a arrastrar a los soldados a una muerte inútil a un sacrificio...
El coronel con un gesto da por terminada la entrevista, Carmona es conducido a la salida esta vez sin vendarle los ojos. Habrá que luchar duramente para conquistar este cuartel.

Por la calle de Ferraz en dirección al cuartel de la Montaña avanza un obrero con un trapo blanco en la punta de un palo, con otros compañeros que le dan escolta. (Fotografía Archivo Rojo Ministerio de Cultura. Texto Luís Romero “Tres días de Julio”).

lunes, 25 de julio de 2011

TRES DIAS DE JULIO (II)


El Palacio de los Consejos al final de la calle Mayor, lugar donde el general Fanjul debería hacerse cargo de la 1ª División, aunque posteriormente decidiría dirigirse al Cuartel de la Montaña con mejores características para su defensa. Hagan clic sobre cualquiera de las imágenes para verlas ampliadas en otra pestaña.


TRES DIA DE JULIO (2ª PARTE)

DOMINGO, 19 DE JULIO DE 1936.

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Amanece en Madrid y por la radio se anuncia que Diego Martínez Barrio ha formado un nuevo gobierno formado por políticos de partidos republicanos moderados, del cual no forman parte los socialistas. Muchos madrileños se oponen a este nuevo gabinete ya que entienden que se trata de llegar a un arreglo con los sublevados.

Grupos de personas, a pesar de lo avanzado de la hora, comienzan a dirigirse hacia la Puerta del Sol donde se encuentra el Ministerio de la Gobernación, otros lo hacen hacia la Plaza de Cibeles para protestar frente al Ministerio de la Guerra, muchos hacia el Palacio de Oriente. La palabra traición corre de boca en boca, la calle pertenece a los que protestan y se empiezan a ver armas en las manos de alguno de los manifestantes. Las fuerzas de orden público permanecen sin intervenir o incluso se suman a las manifestaciones.

Pedro Rico, alcalde de Madrid y el secretario de su partido, Unión republicana, se dirigen al domicilio de Martínez Barrio tras abandonar el Ayuntamiento a escondidas para nos ser descubiertos por las personas que ocupan las calles. Una vez en su domicilio piden que se le despierte y le comunican la situación en las calles. Martinez Barrio dscuelga el teléfono y pide hablar con el Ministro de Justicia, el señor Blasco Garzón:
- Manolo, di a esos señores que yo ya no soy presidente. Sí, que no puedo presidir un Gobierno cuando el frente Popular se echa a la calle en contra. Diles que ahora mismo voy a dar cuenta al Presidente de la República de que dimito.

El teniente coronel Ernesto Carratalá está al mando del Regimiento núm. 1 de Zapadores del cantón de Carabanchel. Ha recibido una llamada de Enrique Puente, jefe de la “motorizada” informándole del fracaso de Mtnez. Barrio y de que se esta creando otro gobierno con la aquiescencia de los socialistas, comunistas y la CNT. Así como que Prieto ha decidido de que se entreguen armas a las milicias socialistas. Carratalá acuerda con Puente la entrega de unos fusiles a los socialistas de Centro Oeste.

A primera hora de la mañana varios paisanos con un camión llegan al cuartel, mientras el teniente coronel dialoga con ellos, se les acercan varios oficiales, entre ellos los capitanes Becerril, Álvarez Paz y Pelegrí, que le conminan a que no haga entrega de armas a los civiles. Poco a poco se van concentrando más oficiales en el patio del cuartel, pese a que Ernesto Carratalá les había dado permiso y enviado a casa el día anterior. La discusión va subiendo de tono, los oficiales exigen que el teniente Coronel Álvarez de Rementería se haga cargo del batallón. Comienza un forceo y aparecen las pistolas, se escuchan varios disparos y el teniente coronel Ernesto Carratalá cae herido mortalmente.

“Mujeres saludando a los milicianos que regresan de Carabanchel”. (Foto y texto Archivo Rojo Ministerio de Cultura).

Un grupo de doce falangistas de la 4ª Centuria esperan ordenes para entrar en acción en la casa de Carlos Pérez Villaverde en la calle del Almendro, reciben la visita d Gabriel Bustos Plaza, de solo 14 años de edad que hace de enlace con el jefe, Fermín Cogorro. Todos esperan ordenes para dirigirse al cuartel, sin embargo las ordenes son que cada cual se retire a su casa, son ordenes de Gumersindo García el jefe de MiF

Se propaga la noticia de que José Giral ha formado un nuevo gobierno, aunque en realidad es prácticamente el mismo de Martínez Barrio pero sin la presencia de este ni de Sánchez Román. La noticia parece haber calmado los ánimos y las calles después de una noche de agitación comienzan a tranquilizarse. Los guardias de asalto salen del cuartel de Pontejos a patrullar la ciudad en su camionetas, donde han instalado ametralladoras en la parte delantera. La gente les aclama al pasar por la Puerta del Sol y algunos agentes les responden puño en alto. Al lado, en la central telefónica que se ha instalado junto al ministerio para la prensa, los periodistas intercambian opiniones, parece que en Barcelona los anarquistas se están haciendo con el control de la situación, aunque hay dudas de los que ocurre en Sevilla o Zaragoza. Se une al grupo de periodistas David Antona, secretario del Comité Nacional de la CNT, viene de reunirse con el general Pozas en Gobernación, al que ha pedido que libere a los compañeros presos: Teodoro Mora, Cipriano Mera, Buitrago..., si no lo hace el gobierno asaltaran las cárceles.

Don José Giral, al que Azaña encargaría la formación de gobierno tras la dimisión de Martínez Barrio.

El general Joaquín Fanjul y Goñi, se encuentra refugiado en la casa de sus cuñados, los señores de Rodríguez Hernani, en la calle Mayor 86, está desconcertado. Tiene el encargo de apoderarse del mando de la Primera División pero nadie le ha dado ordenes concretas y permanece casi incomunicado con los miembros de la Junta Militar, o lo que es peor, mal comunicado. Hace un par de días en casa del general Villegas, presidente de la Junta Militar, y que se hará cargo del Ministerio de Defensa, se encontró con Saliquet que partía a Valladolid para sublevar aquella división. Parece que ya lo ha hecho, al igual que Mola en Pamplona, o Cabanellas en Zaragoza, y también Queipo en Sevilla. Sin embargo nada sabe de lo que está pasando en Madrid, las noticias que le llegan son contradictorias. Nada se sabe de Miaja, parecía que permanecería neutral pero ayer fue nombrado Ministro de la Guerra. Por su parte, en la división, situada en el Palacio de los Consejos, justo enfrente de donde se encuentra, no sabe si esta bajo el poder de el coronel Peñamaría, afín a la causa, o bien del general Riquelme que ha sido enviado por el gobierno. El coronel Serra esta sublevado en el Cuartel de la Montaña, dadas las características del edificio, es más seguro instalar el puesto de mando allí. Fanjul también se plantea escapar de Madrid hacia Burgos. A media mañana recibe la visita de el teniente Calvo, de la unidad de carros de combate, sobrino del general Villegas que actúa de enlace, el cual le comunica que el asunto esta en marcha y debe presentarse en la División y tomar el mando. Fanjul le hace ver las ventajas de instalar el puesto de mando en el Cuartel de la Montaña, y le pide a Calvo que lo consulte con Villegas.

Fotomontaje publicado en Mundo Gráfico con algunos de los protagonistas del falledo golpe de 1932 que volverían a intentarlo en 1936, entre ellos Sanjurjo, Villegas, Mola, Goded, o los hermanos Primo de Rivera. Hagan clic sobre la imagen para ver el detalle.

Fanjul finalmente recibe el permiso y se desplaza al Cuartel de la Montaña vestido de civil, el general Villegas, presidente de la Junta Militar le ha contestado que puede instalar allí el puesto de mando, y tratará de que el jefe de estado mayor de la división se traslade allí. El general Fanjul se desplaza en compañía del comandante Castillo y de su hijo José Ignacio, que es teniente médico, en un segundo automóvil viajan varios oficiales que le dan escolta. Son las doce y media de la mañana cuando llegan al cuartel, los soldados se cuadran a su entrada. El coronel Moisés Sierra, al mando del Regimiento de Infantería, sale a recibirle.
- ¡Joaquín! ¡Cuánto me alegro de que hayas llegado!
- ¡Moisés! Aquí me tienes...
Se abrazan.
- ¡Señores! Acá tenemos al general Fanjul; todo está resuelto.
- Voy a vestirme el uniforme, uno no puede dar órdenes de paisano. Soy el general en jefe de la Primera División desde este mismo instante.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.

En el Ministerio de la Guerra se encuentra el general Castelló que acaba de llegar de Badajoz, requerido para hacerse cargo de la Primera División por Miaja cuando fue nombrado ministro por Martínez Barrio, sin embargo a su llegada a la capital se ha encontrado con que ha sido nombrado ministro. Su primera medida es expulsar a todos los civiles del edificio y tratar de organizar todo el desconcierto reinante. Comienza a revisar la situación a nivel nacional: en Barcelona la balanza parece que se inclina hacia los leales, siendo confusa la situación en el resto de Cataluña. Burgos, Valladolid y Zaragoza parecen perdidas. Valencia y Galicia permanecen bajo el control del gobierno. En Málaga las tropas sublevadas han vuelto a los cuarteles, confusión en Cartagena, Goded ha sublevado Palma. Sevilla y Córdoba parecen estar en manos de los rebeldes. En Navarra se esta formando una columna que será reforzada con unidades de Aragón y Rioja para avanzar rápidamente hacia Madrid, en ese caso se les podrá hacer frente en la sierra por el norte, pero por el sur la situación tampoco está definida, Ciudad Real permanece sin novedad, pero en Albacete y otras plazas hay movimientos sospechosos de la guardia civil. Al general Moscardó se le han solicitado un millón de cartuchos de la fábrica de armas de Toledo y se ha negado a entregarlos. En Cádiz López Pinto y Varela se han sublevado y en el destructor Churruca han llegado regulares de Ceuta, esto es un gran peligro, si se consigue establecer una cabeza de puente en el Estrecho va a ser muy difícil pararles. La Escuadra es determinante, El Cervantes y y el Libertad, navegan por aguas de Cádiz para bloquear el Estrecho, la marinería del Churruca se ha apoderado del barco y se une a ambos. Esto mismo ha ocurrido en otros navíos donde la tropa se ha hecho con el mando, de esta forma la mayor parte de la Escuadra permanece leal, la duda estriba en las eficacia de estas unidades que carecen de mandos cualificados.

El crucero Miguel de Cervantes, una de las unidades de la Armada que permaneció leal a la república y que se encaminó hacia el Estrecho en los primeros momentos del golpe de julio de 1936.

En el Palacio Nacional (Palacio de Oriente) el presidente Azaña habla con el presidente de la Generalitat Lluis Companys: la rebelión en Barcelona ha sido definitivamente sofocada, el general Goded que se había trasladado desde baleares para ponerse al frente del levantamiento ha sido hecho prisionero y ha anunciado la rendición en una alocución radiada.

En la Maestranza y Parque de Artillería de Pacífico se concentra un gran número de civiles, se ha propagado el rumor de que se van a repartir fusiles al pueblo. El teniente coronel don Rodrigo Gil, de ideas izquierdistas, se encuentra al mando del cuartel. Mientras tanto en el Cuartel de la Montaña algunos civiles, falangistas, comienzan a acceder al edificio, donde se les proporcionará uniformes militares.

Una batería al mando del teniente Orad de la Torre se dirige hacia el Cuartel de la Montaña, siendo aclamada a su paso por las calles de Madrid. (Foto Archivo Rojo Ministerio de Cultura).

Desde la Maestranza de Pacífico una batería se dirige por las calles de Madrid hacia el Cuartel de la Montaña, al mando se encuentra el teniente Urbano Orad de la Torre, que ha recibido la orden del teniente coronel Vidal. El paso de la media batería, pues son solo dos cañones Schneider del siete y medio, provoca una espontánea manifestación de júbilo popular al paso por el Paseo del Prado, Alcalá, la Puerta del Sol y la calle Mayor. La caravana llega a la Plaza de España donde se detienen los camiones. Allí Orad de la Torre se encuentra con el teniente Máximo Moreno, uno de los implicados, aunque indirectamente, en la muerte de Calvo Sotelo. También apoyan al cerco que comienza a cerrarse sobre el cuartel dos vehículos blindados. Por las terrazas de los edificios que rodean el cuartel comienzan a situarse guardias de asalto.

Orad de la Torre instala la batería en el centro de la plaza, cerca de la estatua de Cervantes, el teniente coronel Vidal y su hijo andan gestionando unas piezas del quince, que de conseguirlas emplazaran junto a la iglesia de los Carmelitas.

También apoyan al cerco que comienza a cerrarse sobre el cuartel dos vehículos blindados. (Foto Archivo Rojo Ministerio de Cultura).

En Vallecas el teniente coronel Víctor Lacalle ayudado por el suboficial Constantino del Moral, están organizando un batallón de milicias integrado por socialistas y comunistas, con la intención de tomar el cuartel de Vicálvaro o cuando menos evitar que las tropas pudieran salir para enlazar con las de Getafe o bien dirigirse a Madrid. En la casa de Campo el coronel Mangada, de gran prestigio entre sindicalistas y militantes de izquierda prepara otro batallón, al igual que el teniente coronel Marina y los comandantes Fernández Navarro y Aparicio lo hacen en otros lugares de Madrid. En el centro de Madrid y en sus barrios, miles de paisanos ¿veinte, treinta, cuarenta? a estas horas de la noche, bien, regular o mal armados, incluso sin ningún arma, se disponen a la pelea.

Se empiezan a formar batallones con civiles, que se dirigen a diferentes lugares de Madrid, como Vicalvaro, para evitar que maniobrar a los militares sublevados. (Foto Archivo Rojo Ministerio de Cultura).

En el Cuartel de la Montaña el general Fanjul está convencido de que se encuentran aislados. El capitán Betancourt que ha salido varias veces en misión de enlace del cuartel le ha informado de que se mantiene un cerco en toda regla sobre el cuartel. Otros enlaces han salido también y las noticias no son buenas, el capitán Querejeta ha recibido una negativa rotunda por parte del coronel del Regimiento num. 2 de Infantería, y el capitán Alcántara también se ha estrellado en el Regimiento de Carros de Combate, la Guardia Civil de Madrid no se ha sumado al levantamiento. Fanjul no ha conseguido comunicar con Getafe, Vicálvaro y Carabanchel, ni siquiera por medio del heliógrafo. A última hora ha conseguido hablar con el general García de la Herrán en Campamento, este le informa de que a las cuatro de la madrugada saldrá el regimiento de Artllería a caballo, y del Cuartel de la Montaña saldrá a su vez una columna a su encuentro. Fanjul duda de que esto ya sea posible, cree más factible mantenerse a la defensiva en el interior del cuartel, mientras las columnas que sin duda ya avanzan desde Burgos Zaragoza y Pamplona llegan a Madrid. Todo se prepara para la defensa del edificio, se instalan ametralladoras en los tejados, se protegen las aberturas con colchones y chapas metálicas. A caer la noche las luces del cuartel se apagan por precaución, los asediadores han hecho lo mismo con el alumbrado público.

En Carabanchel han sufrido los bombardeos de los aviones de Cuatro Vientos, que se mantienen leales al gobierno. Mientras García de la Herrán visitaba el Grupo de Información y Topografía han bombardeado, resultando muerto un oficial. A estas horas de la noche tres baterías con sus piezas, armones y munición están formadas, preparadas para comenzar a avanzar. Forman parte de una columna formada también por el batallón de Zapadores, con la tropa montada ya en los camiones. Están preparados para dirigirse a Madrid con el fin de unirse a los sublevados, principalmente a los del Cuartel de la Montaña. El general García de la Herrán con los demás jefes ha salido al patio y pasa revista a la columna, viste una guerrera de soldado sobre la que ha improvisado un fajín de general. Ayer se presentó en el cuartel en el camión que lleva el rancho al destacamento de Retamares; lo hizo vestido de paisano y fingiéndose cocinero. Ahora mismo su principal preocupación es la aviación, contra la que no tienen defensas antiaéreas que podrían destrozar la columna con poco esfuerzo. Por ello decide batir el aeródromo de Cuatro Vientos y espera que en Getafe hagan lo mismo, una vez neutralizada la aviación comenzarían el avance. Ya ha advertido al coronel León Trejo de que si no entrega el aeródromo de Cuatro Vientos, lo cañoneará sin descanso. La columna se disuelve a la espera de que la aviación sea neutralizada, varias piezas son colocadas sobre la carretera, van a planchar Cuatro Vientos.

En el Cuartel de la Montaña se saben rodeados, no tienen noticias del resto de fuerzas sublevadas, ni de la situación en el resto del país. Si algún refuerzo se dirigiera hacia allí escucharían los disparos, pero no se oye nada. Pasa la noche.

Florentino Areneros.

LA SAGA DEL CUARTEL DE LA MONTAÑA:

TRES DIAS DE JULIO: 18 JULIO 1936

El historiador y escritor Luis Romero escribiría un libro fundamental para conocer los acontecimientos que tuvieron lugar en España los días 18, 19 y 20 de Julio de 1936 de título "Tres Dias de Julio", de un gran valor no solamente histórico, si no también narrativo. A partir de este libro hemos reproducido los acontecimientos que tuvieron lugar en Madrid en esos tres días, dedicando una crónica a cada uno de ellos.

En esta primera crónica se narran los preparativos de los militares en la capital, así como las medidas que el Gobierno y el Presidente de la República van tomando según avanza una jornada caracterizada por la confusión. Por su parte las fuerzas políticas pertenecientes al Frente Popular empiezan también a movilizarse, al igual que las organizaciones obreras y sindicales.

TRES DIAS DE JULIO: 19 JULIO 1936

Segunda entrega basada en el libro Tres Días de Julio de Luis Romero sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en la capital española los días 18, 19 y 20 de julio de 1936.

En esta entrega vemos como Martínez Barrio rechaza formar gobierno, responsabilidad que recae en José Giral que viendo como se desarrollan los acontecimientos decidirá armar al pueblo. Ese mismo día el general Fanjul se presentará en el Cuartel de la Montaña para hacerse cargo del mando de los sublevados allí concentrados. Sobre este cuartel comienza a estrecharse el cerco y los leales al Gobierno impiden cualquier intento de salida de los allí concentrados. Mientras tanto en los cuarteles de Campamento no se consigue organizar una columna que se dirija hacia Madrid.

TRES DIAS DE JULIO: 20 JULIO 1936

Tercera entrega basada en el libro Tres Días de Julio de Luis Romero. En esta crónica se repasan los acontecimientos que tuvieron lugar en el madrileño Cuartel de la Montaña, lugar donde se habían hecho fuertes los sublevados al mando del general Fanjul.

Podremos seguir los preparativos del asalto, como se intentó negociar, los combates, como fue el asalto, los participantes y muchos datos más. Así como la matanza que tras la toma tuvo lugar entre los muros del cuartel. Esta crónica sirve como desenlace de las dos anteriores y está acompañada de un buen número de fotografías comentadas muchas de ellas con textos del propio Luis Romero.

VIDA Y MUERTE DEL TENIENTE MÁXIMO MORENO

Máximo Moreno era teniente de la Guardia de Asalto en julio de 1936. Estuvo encarcelado desde octubre de 1934 recuperando la libertad tras la victoria del frente Popular en febrero de 1936. El teniente Moreno formaba parte del grupo que secuestro y asesinó al diputado Calvo Sotelo, y pocos días más tarde participaría activamente en la toma del Cuartel de la Montaña, como se puede comprobar en alguna fotografía gracias a la sagacidad de nuestra lectora y amiga Inés Tremis.
Tras la toma del cuartel, Máximo Moreno estuvo combatiendo en varios frentes, hasta su incorporación manejando una ametralladora en un bombardero Potez-54 de nombre "Aquí te espero". A bordo de el participaría en varias acciones, entre ellas el bombardeo del crucero Canarias en aguas gallegas. El avión sería derribado a finales de Septiembre falleciendo en circunstancias singulares. Gracias a documentación enviada por Inés Tremis sabemos que tras su la guerra, las fotos de su entierro serían utilizadas en la Causa General dentro del expediente del asesinato de Calvo Sotelo.

VIDA Y MUERTE DEL COMANDANTE JOSÉ BRETAÑO

El comandante José Bretaño Ramos es uno de esos personajes anónimos y secundarios de los que poco se habla en los libros de historia. En julio de 1936 se encontraba destinado en el cuartel de la Guardia Civil de la calle Guzmán el Bueno de Madrid, de donde partiría el día 20 al mando de dos compañías para reducir a los sublevados del Cuartel de la Montaña, como acredita su aparición en muchas de las fotos que se conservan de aquel acontecimiento, siendo tratado como un héroe tras la toma del cuartel. Sin embargo poco más de un mes de aquello sería encarcelado y moriría ejecutado en las tapias del cementerio del Este en noviembre de ese año.

En esta crónica repasamos brevemente lo poco que se conoce de su biografía, y de los procesos que contra el se siguieron a partir de algunos documentos que hemos conseguido rescatar. No se pierdan las serie de comentarios de nuestros lectores que pueden encontrar a continuación de esta crónica, donde destacan las intervenciones de esas dos primeras figuras de la guerracivilmaquia: El Rufián Melancólico y Bremaneur.

CUANDO TE HABLA LA HISTORIA

Desde hace ya unos cuantos años la asociación Gefrema organiza una ruta coincidiendo con el aniversario de los acontecimientos que tuvieron lugar en Madrid en el verano de 1936, concretamente el asalto al Cuartel de la Montaña ubicado donde ahora se encuentra el templo de Debod.

Los que asisten a este evento, tienen el privilegio de poder oír narrar el relato de aquellos acontecimientos a Don Bibiano Morcillo, que en aquellas fechas se encontraba en el interior del cuartel cumpliendo el servicio militar y fue testigo y protagonista de aquel episodio histórico. A pesar de su avanzada edad Don Bibiano compone una narración insustituible, emocionada y por momentos épica de todo lo que sucedió aquel día. Una experiencia impagable para cualquier aficionado a la historia.

UN TORERO EN EL CUARTEL DE LA MONTAÑA

Durante el año de 2011 dedicamos un conjunto de crónicas a los acontecimientos que tuvieron lugar en el madrileño Cuartel de la Montaña en julio de 1936 al cumplirse el 75 aniversario de aquel episodio, crónicas en la que repasábamos como acontecieron aquellos hechos, a la vez que nos centrábamos en alguno de sus protagonistas.

Entre aquellos protagonistas se encontraba un modesto torero, “El Peluchi”, que una vez finalizada la guerra sería reconocido en una de las fotos publicadas del asalto al cuartel, motivo por el cual sería encausado. A partir de su declaración a las autoridades franquistas, seguimos los pasos de este singular personaje durante la madrugada y la mañana del 20 de julio de 1936 en que tuvo lugar el asalto.

UN PERIODISTA EN EL CUARTEL DE LA MONTAÑA

Al igual que en la anterior crónica, en esta partimos de una fotografía en la cual encontramos a un periodista que hemos conseguido identificar con la ayuda de nuestros lectores como el sevillano Juan González Olmedilla, redactor del popular periódico El Heraldo de Madrid.

González Olmedilla tuvo un papel protagonista en los momentos previos al asalto al cuartel, y posteriormente junto con otros compañeros sería uno de los fundadores de las Milicias de la Prensa, un grupo muy activo en la defensa de la República durante los momentos posteriores al golpe militar de Julio del 36. Pese a todo ello a mediados de 1937 encontramos a Olmedilla exiliado en Argentina, ¿qué ocurrió en este tiempo?.


PRESENCIA MILITAR EN MADRID

En este año de 2012 el Centro Cultural de los Ejércitos ha organizado una serie de conferencias en colaboración con el Instituto de Estudios Madrileños donde se repasa la relación de Madrid con los ejércitos a los largo de la historia, en diferente ámbitos, prestando una especial atención a la arquitectura, o más concretamente a diferentes edificios militares madrileños.

En esta ocasión la conferencia estaba centrada en uno de los edificios más queridos en esta redacción, aunque desapareciera al finalizar la guerra: el Cuartel de la Montaña. La ponente era María Teresa Fernández Talaya, una historiadora que ha dedicado gran parte de su trabajo a la historia del barrio de la Moncloa, en algunas ocasiones con gran brillantez, aunque en este caso concreto fuimos un tanto críticos con su labor, sobre todo en la parte relacionada con los acontecimientos que tuvieron lugar en aquel recinto durante el transcurso de la Guerra Civil.

viernes, 22 de julio de 2011

¡¡Y QUE NO ESCARMIENTO…!!


Imagen del monumental coso del Círculo de Bellas Artes en 1926, lugar donde se perpetró el simulacro de corrida con motivo del 75 aniversario del golpe de 1936. Hagan clic en cualquiera de las imágenes para verlas ampliadas en otra pestaña.


¡¡Y QUE NO ESCARMIENTO…!!

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. De ser esto es cierto, algunos debemos ser muy hombres, incluyendo a algunas mujeres, porque llevamos tiempo tropezando sobre la misma piedra (que además suele estar señalizada, incluso con señales luminosas) y está claro que no escarmentamos, aunque nos estampemos una y otra vez contra el duro suelo. Sospecho que el ciclópeo piedro ha de ser de magnetita por la irresistible atracción que sobre alguno de nosotros ejerce.

Hace pocas crónicas traíamos a estas páginas el fiasco de lidia perpetrado en la monumental plaza de la Filmoteca Nacional, donde una desgraciada sucesión de aconteceres impidió a los buenos aficionados ver torear al maestro Carlos García Alix “El Rufián”, que había de enfrentarse a una cuidada selección de ejemplares guerracivileros de diferentes ganaderías, alguno de ellos de excepcional trapío y tremenda arboladura. Ayer, se anunciaba a bombo y platillo un grandioso festejo en el también monumental coso del Círculo de Bellas Artes, en el que torearían “tres grandes historiadores tres” lidiando el tan actual tema del golpe del 18 de julio en su 75 aniversario. Por orden de actuación lidiarían el prolífico Ángel Viñas, Nicolás Sánchez Albornoz y Mirta Núñez Díaz-Balart, el evento estaba organizado por el diario Público.

Todos los presagios eran negativos, incluso la noche anterior tuve una pesadilla que me hizo despertar sobresaltado, en la que una misteriosa e inquietante voz de origen desconocido me repetía “la pieeedra Florentino, la pieeedra….”. A pesar de todo, la irresistible atracción, cuan llamada de Sauron, fue creciendo durante el día y tras la épica etapa del Tour cuya emoción me produjo un desmayo de un par de horas desnucado sobre el sofá, decidí acercarme al festejo, en un temerario e inconsciente alarde de valor.

Una imagen de los abarrotados tendidos.

A pesar de que la ganadería a lidiar prometía y mucho, y de que alguno de los toreros podía destapar el tarro de las esencias aunque solo fuera en una tanda de pases, conociendo el coso y la empresa que organizaba el festejo, así como el hecho de tratarse de toreros mediáticos, todo hacía presagiar por que derroteros discurriría la lidia. En este tipo de eventos siempre queda la última esperanza de que cuando se da la oportunidad a los espectadores de saltar al albero, alguno de ellos deje colocado en suerte el morlaco a alguno de los diestros para que respondan en soberbio quite, algo que desafortunadamente ayer no se produjo.

El añorado maestro Joaquín Vidal se quejaba amargamente de esos aficionados que el denominaba “los Isidros”, es decir esos que solo asisten, abarrotando la plaza principalmente los tendidos de sombra, durante la Feria de San Isidro, sobre todo si los toreros son de los que aparecen en el “papel couché”, durante el resto de la temporada no se les ve por la plaza , independientemente del cartel. Frente a ellos los aficionados de toda la vida, que no se pierden un festejo, los aficionados de sol y andanada, los del pañuelo de cuatro nudos en la cabeza, aquellos dispuestos a no llegar a fin de mes por conseguir una localidad, o a que les pongan a caldo al llegar tarde a casa tras haberse ido a dar vivas al tercio o a Valdepeñas al bar más cercano con los amigotes tras la salida del festejo. Pues bien queridos lectores, el festejo de ayer era propicio para la presencia de los Isidros de la guerracivilmaquia que sin duda abarrotarían todas las localidades. Consciente de ello me encaminé hacia la plaza con media hora de antelación ante el peligro de quedarme sin localidades, lo que conseguí por los pelos.

lunes, 18 de julio de 2011

TRES DIAS DE JULIO (I)

El Cuartel de la Montaña sería el lugar donde los acontecimientos del golpe en Madrid alcanzarían su máxima intensidad. (Haga clicen cualquiera de las imágenes para verla ampliada en otra pestaña

TRES DIA DE JULIO (I)

SÁBADO, 18 DE JULIO DE 1936.


En estos días se cumple el setenta y cinco aniversario de los sucesos que dieron origen al comienzo de la guerra civil. Desde entonces se han escrito tantas páginas sobre aquellos acontecimientos, muchas de ellas con datos o análisis tan contradictorios, que se hace muy difícil el hecho de compilarlos en una crónica guerracivilera.

Al igual que en otras crónicas nos hemos basado en algún trabajo publicado anteriormente, sin ir más la de los sanfermines de 1936 , en esta ocasión vamos a resumir los acontecimientos que se produjeron los días 18, 19 y 20 de julio de 1936 en Madrid a partir de uno de los libros a los que en esta redacción tenemos un particular cariño, me estoy refiriendo al libro “Tres días de Julio” del magistral maestro Luís Romero, del que ya hemos hablado en estas páginas en más de una ocasión, pero hoy nos vamos a entretener un poco más en su figura y obra.

El historiador y novelista Luis Romero

Luis Romero nació en 1916 en Barcelona y falleció en el año 2009. Para muchos Romero más que un historiador era un novelista de renombre (Premio Nadal 1951 con “La Noria”, Premio Planeta 1963 con “El Cacique”, entre otros) que también escribió varios trabajos biográficos sobre Salvador Dalí, aunque nosotros nos centraremos en su faceta como historiador, aunque Luís Romero no sea un historiador al uso académico. Seguramente su condición de narrador haya influido en su manera de escribir la historia, de una forma amena y novelada, muy alejada de los modos más ortodoxos, académicos, y a veces soporíferos, que en muchas ocasiones acaban haciendo huir de sus páginas a los lectores que a ellas se asoman. Pero tal vez por ello, a los que somos simplemente aficionados a la historia, su lectura nos resulte más agradable, y tal vez sea por este mismo motivo por el que no se le considera un historiador de primera fila a la misma altura que los considerados “divinos”.

Sin embargo es un error el no considerar a Luís Romero un historiador de primer orden, sobre todo de la guerra civil. Aunque no nos abrume con el dato, la cita al documento o al texto, la referencia exacta que tanto gusta a muchos autores, o la nota a pie de página, no quiere decir que no sea un historiador estricto y meticuloso, o que no haya realizado una importante tarea de investigación, muy al contrario. Romero documentaba meticulosamente sus trabajos, y a su muerte dejo un impresionante archivo documental del que desconocemos su destino final. Otra importante característica de este historiador y su trabajo, es el hecho de que durante muchos años realizó entrevistas (tanto en España como en el extranjero) no solamente a los protagonistas de los episodios más notables, si no también a un buen número de personajes de alguna forma anónimos que también intervinieron en ellos, de tal forma que las conversaciones que muchas veces intercala en sus relatos y que se pudieran tomar como licencias narrativas, en muchas ocasiones se corresponden con diálogos reales. Todas esta impresionante colección de entrevistas y testimonios, que Romero acumuló durante muchos años de su larga vida forman parte también de ese impresionante archivo documental del que hablamos, así como la importante correspondencia que el historiador mantuvo durante muchísimo años con muchos de los principales actores de la guerra civil.

domingo, 17 de julio de 2011

VIRGILIO LERET

Retrato de Virgilio Leret fusilado en Melilla por los golpistas el 18 de julio de 1936. Revista Aeroplano Nº20. (Haga clic en cualquiera de las imágenes de esta crónica para verla ampliada en otra pestaña).

VIRGILIO LERET.
(Melilla, 17 de Julio de 1936)


Es algo curioso como muchas veces la memoria colectiva de una nación deja en el olvido a mujeres y hombres, pese a que estos hayan realizado meritos suficientes para ser recordados. Por desgracia España es uno de los países donde este fenómeno se produce con mayor frecuencia, sobre todo si el personaje en cuestión está de alguna forma relacionado con la guerra civil, y particularmente si tomó partido por los perdedores.

El nefasto siglo XIX (que comenzaría con la Guerra de Independencia, continuaría con varias guerras civiles, múltiples alzamientos y pronunciamientos militares, deplorables monarcas, entre otras muchas desgraciadas circunstancias políticas y económicas, y que finalizaría con el trauma de la perdida de las últimas colonias ultramarinas) dejaría a España al comienzo del siglo XX en una situación bastante precaria en diferentes aspectos: sociales, económicos, políticos o culturales y científicos. La revolución industrial apenas se dejo sentir en el país, la mayoría de la población dependía de la agricultura, principalmente latifundista, y tanto la pobreza como el analfabetismo alcanzaban a un gran porcentaje de la población. Sin embargo, pese a este negro panorama, la cultura, la ciencia y la tecnología en España experimentarían un espectacular auge en el primer tercio del siglo XX, de manera que muchos españoles se encontraban entre los mejores en muchas disciplinas, tanto científicas como culturales pese a lo desfavorable de la situación a nivel nacional. Sin duda en este “renacimiento” vino propiciado por el auge de las corrientes regeneracionistas y particularmente por la existencia de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), autentica cantera de primeras figuras inspirada en los principios de la Institución Libre de Enseñanza.

Desgraciadamente el inicio de la guerra civil acabaría con este esplendor y devolvería al país a su tradicional atraso y oscurantismo. Gran parte de estas personas se verían forzadas a exiliarse en el extranjero, otras muchas padecerían lo que se ha denominado el exilio interior, a las que se les impediría en muchos casos continuar desempeñando su actividad, otros muchos serían encarcelados y represaliados, y por último muchos fallecerían durante la contienda, bien en los combates o bien en la brutalidad de la retaguardia y algunos encontrarían la muerte en la feroz represión posterior a la guerra.

Ahora que se cumplen 75 años del golpe militar que desencadenaría la guerra, incomprensiblemente la gran mayoría de todas aquellas personas que tomaron partido por la República, permanecen en el olvido colectivo. La labor desarrollada durante décadas por el régimen instaurado por los vencedores, encaminada a eliminar de la conciencia general el recuerdo de aquellos que se les opusieron, consiguió sus objetivos, y hoy muchas de aquellas personas han pasado a ser auténticos personajes anónimos de los que no queda constancia de su vida ni de su obra, a lo que también contribuyo ese incomprensible “olvido conciliador” que se generalizó durante la transición. Por fortuna en la actualidad son muchas las personas, colectivos o asociaciones que están comenzando a recuperar la figura y la obra de estas personas injustamente olvidadas. Hoy queremos hablarles de una de estas personas, una de las primeras victimas de la guerra civil. En su caso gracias a la meritoria labor tanto de su esposa como de sus hijas, quizá se trate de una de las personas menos desconocidas dentro de este amplio grupo de españoles anónimos, pero que por sus características y circunstancias, y por el hecho de que tal día como hoy se cumplen 75 años de su ejecución, hemos tenido a bien el traerle a estas páginas.

La familia de virgilio Leret, al que podemos ver a la izquierda de la imagen sentado en una silla.Revista Aeroplano Nº20.

Virgilo Leret Ruiz nació en Pamplona el 23 de agosto de1902, donde según el testimonio de su esposa en más de una ocasión corrió los sanfermines. Hijo de un teniente coronel del Ejército, seguiría los pasos de su padre ingresando en la Academia de Infantería de Toledo en 1917 con quince años, de donde saldría como alférez en 1920. Su etapa militar esta ligada en sus orígenes a Marruecos, donde serviría muchos años y participaría en diferentes episodios bélicos, entre ellos la toma de Xauen en 1920, por los que obtendría diferentes condecoraciones. Al año siguiente sería trasladado al campamento de Aviación de Samia Ramel, cerca de Tetuan, donde entraría en contacto con el mundo aeronáutico que despertaría gran interés en Leret. En 1924 sería nombrado alumno de la 22 promoción de pilotos de aeroplanos, y también comenzaría sus estudios como Ingeniero Libre Mecánico Electricista de grado superior que finalizaría en 1929 con la más alta calificación, sin abandonar en ningún momento su actividad militar.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.

Como piloto Virgilio Leret intervendría en múltiples operaciones de combate en Marruecos, destacando su intervención en el desembarco de Alhucemas, donde su avión sería abatido cayendo en zona enemiga, tras más de 24 horas de marcha pasando grandes penalidades logró llegar a zona francesa y salvar de ese modo su vida.

En 1930 se encontraba destinado en Getafe cuando se producen los sucesos de Jaca el día 12 de diciembre, en la base el día 15 varios oficiales, entre ellos Ramón Franco, Hidalgo de Cisneros y Queipo de Llano se sublevan para proclamar la República y Leret se niega a oponerse a sus compañeros, motivo por el que tras el fracaso de la intentona sería encarcelado acusado de rebelión.

Virgilio Leret a los mandos de un aeroplano.Revista Aeroplano Nº20.

Tras la proclamación de la Republica en abril de 1931, Leret sería reintegrado a su destino anterior. Al producirse la Revolución de Asturias, Leret estaba destinado en la base de El Atalayón en Melilla, y volvería a ser encarcelado tras enviar un escrito al General Jefe de la Circunscripción Oriental criticando las declaraciones de algunos militares sobre la situación política, algo prohibido por el reglamente militar. La queja no es del agrado de su superior, que ordena su arresto y la apertura de un expediente disciplinario, por el que sería condenado por falta muy grave y encarcelado en el presidio del castillo del Hacho en Ceuta durante unos meses, tiempo que emplearía para comenzar a desarrollar su idea de construir un innovador motor a reacción, que denominaría "MOTOTURBOCOMPRESOR DE REACCIÓN CONTINUA", una revolucionaria invención muy avanzada para su época, que situaba a la aeronáutica española en un lugar de privilegio respecto a otros países. Tras el arresto sería declarado cesante y apartado del servicio cobrando solamente una quinta parte de su sueldo. Durante este periodo de inactividad militar, continuaría con sus investigaciones patentando su invención en Marzo de 1935. El motor inventado por Leret despertó grandes expectativas, incluso el propio Presidente de la República se interesó por ello, y estaba previsto que comenzara su fabricación y pruebas para septiembre de 1936. Tras el triunfo del frente Popular en 1936 Leret es rehabilitado y en julio de 1936 se encuentra destinado en Melilla como jefe accidental de la base de hidroaviones del Atalayón.

Plano de motor a reacción diseñado por Virgilio Leret. Idealizacion realizada por el ingeniero aeronáutico Martín Cuesta Álvarez, autor del artículo "El motor a reacción de Virgilio Leret" publicado en la revista Aeroplano Nº20.

En Julio de 1936 Virgilio Leret disfrutaba de sus vacaciones en Melilla en compañía de su esposa, la escritora y periodista Carlota O’Neill, y de sus dos hijas. Se encontraban alojados en una draga anclada en la Mar Chica, a la que accedían por medio de una barquita de remos. En la tarde del día 17 comenzaron a sonar las sirenas de la base, el primer tabor de Infantería, del Grupo de Regulares de Alhucemas, al mando del capitán Guillermo Emperador, y su primer escuadrón de Caballería, a las órdenes del capitán Alfredo Corbalán Reina, estaban atacando la base de hidroaviones. Comenzaba lo que podemos denominar como la primera batalla de la guerra civil.

Podemos encontrar una detallada descripción de este enfrentamiento en palabras del investigador histórico Enrique Caballero Calderón que hemos encontrado publicadas en la página http://www.suboficiales.es y que ustedes pueden leer haciendo clic aquí donde también encontrarán muchas más referencias biográficas sobre Virgilio Leret Ruiz. A continuación trascribimos la parte de este interesante estudio referida a este enfrentamiento:

“El día está nublado y transcurre tranquilo, los trabajos de mantenimiento de las aeronaves, Dornier Wal, van demasiado lentos, por lo tanto los hidroaviones permanecen parados, a la espera de que se le sustituyan los motores Lorraine de 450 CV, por los fabricados en la casa Elizalde de Barcelona. Cambio motivado por una grave avería en el reductor de la hélice, que ha obligado a la autoridad aeronáutica a la paralización de las aeronaves, por el peligro que representa para el vuelo. La plantilla de personal se encuentra muy mermada en su número, debido a encontrarse de vacaciones parte de su personal, aún así, están en la Base, unos 102 hombres, entre civiles y militares.

Un hidroavión Dornier Wal similar a los que podían encontrarse en la base del Atalayón en 1936. Foto Ejército del Aire.

El reloj del centro de comunicaciones de la Base, marca las 16:45 cuando la radio de emergencia emite la voz nerviosa y angustiada del Sargento, Gregorio Gómez Limón, encargado de las comunicaciones, en el aeródromo militar de Tauima, Base Aérea situada en la carretera que va desde la Villa de Nador, a la población que da nombre al aeródromo. “La sublevación de los facciosos (salvadores para otros) se esta produciendo….. Oficiales de Regulares al mando de soldados de la mehala, están ocupando la Base…. ¡¡¡necesitamos ayuda!!!.

El receptor del mensaje, alerta al Oficial de Guardia, el Alférez, Luis Calvo Calavia, que ve entrar, en ese momento, a su compañero, el también Alférez, Armando González Corral, con la cara desencajada y el pelo desaliñado, causado lo primero, por la preocupación que le atenaza y lo segundo, por velocidad del coche, con el que había viajado desde Melilla, tras entrevistarse con el Delegado Gubernativo, Jaime Fernández Gil. Se han levantado contra la República, nos van a atacar, gritaba con la voz entrecortada por la excitación, los Regulares, los Regulares y la legión, han sido.

El Jefe de la guardia acciona la sirena, su agudo e incesante sonido alerta a todo el personal, incluido al Jefe de la Zona Oriental de la Fuerzas Aéreas de África, el Capitán, Virgilio Leret Ruiz, que se encuentra en ese momento, en los aledaños del poblado que hay junto a la misma, paseando con su mujer y su hija, hacia él se dirigen con premura algunos miembros del personal bajo su mando, que le ponen al corriente de lo que está sucediendo. Las mujeres recogen apresuradas a los niños, para llevarlos a la débil seguridad de sus casas, el miedo inunda el ambiente.

El Capitán Leret lleva corriendo a su mujer, Carlota O`Neill Lamo y a sus hijas, Mariela y Carlota, al barco donde residen temporalmente y tras cambiarse de calzado, coge su gorra de Oficial y su arma reglamentaria, un revolver y se dirige apresuradamente en dirección a las rampas de botadura de los hidroaviones. En el corto trayecto de vuelta, que recorre a bordo de una barca de remos, comienza a recibir disparos, que provienen de la carretera principal, cota desde la que se domina la ensenada y el recinto militar. Preocupado se pone de pie y le ruega a su mujer, que le observa, desde la cubierta del barco, paralizada por el miedo a perderle,… ¡¡¡vete, vete abajo.… Carlota vete, baja…, palabras desesperadas que Carlota, no quería obedecer, hasta que entonces gritó…¡¡¡ Por las hijas!!! , grito que se convertiría para ella en su último deseo, y que serían las últimas, a las que Carlota respondió bajando al camarote.

Virgilio Leret posa junto aun Breguet XIX. Foto revista Aeroplano Nº20.


A su llegada a tierra se une a los que le esperan, dando ordenes a diestro y siniestro, con los brazos extendidos, mientras se dirige hacia la entrada principal. Las noticias que le transmiten, sus subordinados y amigos, no son buenas, el ataque inicial lo ha llevando acabo la caballería mora, que con gran rapidez se ha aproximado al muro perimetral, por la zona Este, apostándose tras la vía del ferrocarril.

La escasa guardia que custodia habitualmente la base (8 soldados y un Cabo), han estado batidos por fuego de ametralladoras pesadas, viéndose obligados a abandonar los torreones y a retroceder hacia el interior, lo que han aprovechado los atacantes para pegarse al muro, procediendo a usar las troneras como puntos donde apostarse, para disparar hacia el interior del recinto, tal y como habían previsto en los planes de asalto.

Los sitiados disparan desde las escasas ventanas de los edificios situados al Sur y que forman parte del muro, pero reciben un tupido fuego desde la carretera, que está en lo alto de la ladera del monte, como cobertura al avance de los sitiadores.

Tropas de Regulares, como las que asaltaron la base del Atalayón, prperadas para cruzar en avión a la Península desde el aeródromo de Samia Ramel.

Los resultados son desastrosos, pues obligan a los defensores a situarse en una pequeña superficie, en torno al pabellón de oficiales, quedando batida por las balas el acceso al arsenal, y por lo tanto dejándoles sin suministro de munición. El número de fuerzas atacantes es muy superior, muy preparadas para el combate, muy fogueadas, con mucha precisión y gran capacidad de tiro. Después de casi dos horas de intercambio de disparos y de lucha calle a calle, los sitiados, que no habían sido hechos prisioneros, se encuentran parapetados en el edificio de dos plantas que sirve de alojamiento para Oficiales, disparando sus armas, por las ventanas que dan a la calle principal del aeródromo, hasta que la munición se les acaba, es en ese momento cuando el Capitán Leret, sale al exterior y arrojando su arma al suelo rinde la posición, asumiendo para si toda la responsabilidad.

Termina así la primera batalla de la Guerra Civil Española (1936-1939), que arrojo el balance, de varios heridos leves en ambos bandos y las dos primeras bajas, un Sargento y un soldado atacantes.”


El capitán Virgilio Leret sería posteriormente fusilado junto a sus compañeros, los alféreces Armando González Corral y Luis Calvo Calavia. Según la versión oficial la ejecución se produciría días después tras la celebración de un juicio. Sin embargo según el testimonio del soldado Eduardo Sánchez, natural de Melilla y testigo de aquellos momentos, la historia es otra.

El día 17 de Julio Eduardo Sánchez, soldado de reemplazo en la base de El Atalayón, se encontraba de permiso en el bar que sus padres regentaban en Melilla. A media mañana del día siguiente se reincorporó a su puesto en la base de hidros de El Atalayón a donde se dirigió montado en bicicleta como lo hacía habitualmente, según su testimonio “la carretera estaba sembrada de muertos”. Al llegar a la base comprobó que estaba ocupada por las fuerzas de regulares, y en un rincón encontró sentado a un compañero que visiblemente emocionado y entre lagrimas le dijo: “Acabamos de matar al capitán Leret”. Esta versión contradice la oficial según la cual Virgilio Leret fue encarcelado en el fuerte de Rostro Gordo y donde sería fusilado cinco días después tras la celebración de un juicio. La versión de los hechos del soldado Sánchez es corroborada por el testimonio del teniente de ingenieros Hermenegildo Gómez de Fabián testigo de los hechos, el cual durante el transcurso de la guerra se pasó del bando franquista al republicano y que en un informe enviado al Partido Comunista el 15 de Marzo de 1937 declara: “El Capitán Leret fue pasado por las armas al amanecer del 18 de julio, semidesnudo y con un brazo roto”… “El Suboficial Armando fue pasado por las armas momentos después de haber sido retirado el cadáver del Capitán Leret”.

Los cadáveres serían enterrados en una fosa común según la versión oficial, aunque en la actualidad no se conoce el lugar donde descansan los restos del capitán Leret y de sus compañeros, considerados por muchos los primeros fusilados de la guerra civil. Meses más tarde el Gobierno Republicano ascendería a comandante a Virgilio Leret a título póstumo.

Virgilio Leret junto a su esposa e hijas. Fotografia revista Aeroplano Nº20.

Pero la tragedia no terminaría aquí para la familia del capitán, su esposa sería encarcelada y permanecería en prisión cerca de cinco años tras un simulacro de juicio donde perdería la patria potestad de sus dos hijas que serían internadas en un orfanato para hijos de oficiales en Aranjuez. En 1940 Carlota O’Neill conseguiría la libertad provisional, y en 1945 la definitiva. En ese mismo año marcharía al exilio a Venezuela junto con sus dos hijas. Sobre todas estas vivencias Carlota O’Neill escribiría un libro titulado “Una mujer en la guerra de España” publicado por la editorial Oberon.

Y hasta aquí esta crónica dedicada a Virgilio Leret Ruiz. Una persona que pese a acumular en su corta existencia méritos suficientes para ser recordado por futuras generaciones, tanto por su trayectoria como militar y aviador, o como ingeniero adelantado a su tiempo, o incluso como héroe. Sin embargo al cumplirse 75 años de su trágica muerte, continua siendo un perfecto desconocido para la mayoría de los españoles, a pesar del tremendo esfuerzo y encomiable trabajo realizado por su viuda e hijas. Sirvan estas líneas como homenaje a su persona, así como a todas aquellas victimas de la guerra civil cuyos nombres permanecen injusta e incomprensiblemente en el olvido.

Florentino Areneros.

jueves, 14 de julio de 2011

RUTA GEFREMA A PEGUERINOS



RUTA GEFREMA A PEGUERINOS:
DE MADRID AL CIELO


Estimados lectores,

Hace más de un año sacábamos a los kioscos el primer número de esta publicación, cuya crónica central estaba dedicada a la monumental faena que el gran maestro José Ignacio Fernández Bazán realizó en el monumental coso de Tetuán de las Victorias con motivo de la solemne conmemoración del ciento cincuenta aniversario de la fundación del barrio, ruta que ustedes pueden volver a recorrer haciendo clic aquí , con un taurino video incluido al final de la misma.

Si entonces teníamos el honor de iniciar nuestra andadura con la narración de aquella apoteósica faena, hoy tenemos el grandísimo honor de contar en nuestras páginas con una magistral colaboración de esta singular figura del arte de la gefremaquia, que no es otro que ese fenomenal diestro que es José Ignacio Fernández Bazán, también conocido como “Finito de Hortaleza”.

Si hay un aficionado que represente como ningún otro el espíritu de la gefremaquia, que guarde el tarro de las esencias de los aromas de la afición guerracivilera, ese no es otro que el gran maestro Bazán, un aficionado benemérito, de inigualable y temerario valor, entregado, esforzado donde los haya, pseedor de una insuperable técnica y sublime arte, inquebrantable al desaliento, siempre en la vanguardia muy cerquita de los pitones. En fin queridos amigos, me faltarían epítetos para definir correctamente a esta gran persona y mejor aficionado, con decir que es líder indiscutible de ese grupo de aficionados indomables mundialmente conocidos como “Los Doce de las Rozas” creo que ya nos sobran todas las palabras.

Esta tarde hemos recibido en nuestra redacción una carta, que digo una carta, un vibrante y encendido texto redactado de su puño y letra con su particular caligrafía por este maestro de maestros, que nos hemos apresurado a llevar a nuestras linotipias para lanzar este número especial que lleva por titulo: “RUTA GEFREMA A PEGUERINOS: DE MADRID AL CIELO” y que ustedes no pueden dejar de leer a continuación de estas lineas.

Muchas gracias maestro por esta colaboración. Que suene el pasodoble...

Florentino Areneros.

(Al final del texto pueden encontrar una cuidada selección de imágenes de aquella memorable ruta remitidas también por el autor)


RUTA GEFREMA A PEGUERINOS:
DE MADRID AL CIELO


Bueno, soy José Ignacio Fernández Bazán, vocal de Gefrema, y como digno colofón a nuestra última y gran temporada, quiero hacer una primera incursión en estas reputadas páginas, de cara a agradecer y realzar lo que se ha llevado a cabo en estos casi 10 años, que esperemos que sean muchos más y en los que estemos todos unidos y ayudando en lograr mejorar nuestros logros y la camaradería que siempre debe existir al igual que la expresión de cada uno. Como ya era hora, salto al Ruedo de Florentino Areneros, para actuando como sobresaliente, pedir el permiso perceptivo para realizar mi quite, que de luz a Gefrema y sea "el quite del perdón" de los que se sienten ofendidos por dimes y diretes que en nada perjudican a la Fiesta, si no que la hacen más grande, como a Gefrema.

Quiero dar la enhorabuena a D. Jacinto Arévalo Molina, por su Magisterio en todos los trabajos, temas y Rutas guiadas, como dominador de todas las suertes y muy especialmente en una Ruta de Peguerinos con mucho que lidiar y rematada de forma apoteósica como se merece; no es fácil organizar y guiar una Ruta tan lejos de Madrid y hacerlo de forma tan brillante, con obtención de los máximos trofeos en forma de innumerables posiciones y toneladas de hormigón. Sin olvidarnos tampoco de su faceta de autor, militar e investigador al que Gefrema va a deber mucho todos los años que su salud, que Dios guarde, le permitan.