viernes, 14 de diciembre de 2018

EL MISTERIO DEL FOTOGRAFO DESCONOCIDO


Retrato de uno de los fotógrafos. Madrid. Invierno 1936-1937.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


EL MISTERIO
DEL FOTÓGRAFO
DESCONOCIDO


Por Juan Cobian y Florentino Areneros

En el año 2006 se daba a conocer una sensacional colección de fotografías, la gran mayoría de ellas inéditas, que sería conocida posteriormente como ”Crónicas de Retaguardia”, con cerca de 1000 negativos que contenían imágenes tomadas en Madrid y sus alrededores durante la Guerra Civil. Para conocer la historia de este extraordinario descubrimiento hay que remontarse hasta 1985, cuando el fotógrafo José Latova adquiere a un arquitecto jubilado, un conjunto de negativos que debido al tiempo transcurrido presentaban un estado de conservación bastante delicado.

Conversación a la entrada del estudio Foto Terol. Plaza de Cervantes, 28. Alcalá de Henares. Invierno 1936-1937.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Tras un concienzudo y minuciosos proceso de restauración que permitió el positivado y digitalización de estas imágenes, comenzó otro no menos minucioso, proceso de investigación para tratar de datar y contextualizar este conjunto de fotografías. En este proceso participarían junto a Latova un grupo de especialistas, tanto en fotografía como en historia, que desarrollarían una labor casi detectivesca, gracias a la cual hoy podemos conocer la mayoría de la información que escondían aquel grupo de negativos. Entre las personas que formaron parte de ese grupo de investigadores podemos citar a Carmen Dalmau y Raúl Domingo Toledano, quienes publicarían un interesantísimo y completo artículo en el nº13, un número especial dedicado a la fotografía de la GCE, de la prestigiosa revista Frente de Madrid editada por Gefrema.

Esfuerzo del fotógrafo para mover el automóvil encallado en un campo de coles. Alcalá de Henares. Invierno 1936-1937.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


A partir de las investigaciones del grupo de especialistas se pudo constatar que las fotografías se habían tomado tras la Batalla de Madrid, muy posiblemente entre comienzos de 1937 y la primavera de ese mismo año, como atestiguan la aparición de algunas de esas fotos en la prensa del momento. Para conocer el contenido de esta colección y las conclusiones de los expertos, además del artículo de Frente de Madrid citado anteriormente, recomendamos el libro “Paisajes de la Guerra y la Postguerra. Espacios amenazados (Alicia Torija y Jorge Morin, eds.)” donde se recogen las ponencias presentadas en el congreso de igual nombre celebrado en Alcalá de Henares en 2016, en el que participó José Latova con una conferencia titulada ”Crónicas de Retaguardia”. Una colección de fotografías de la Guerra Civil Española”. En palabras de Latova «El conjunto recoge los reportajes realizados casi con seguridad por dos fotógrafos –cuyos nombres aún desconocemos aunque uno de ellos aparece retratado en varias ocasiones-, que nos relatan las circunstancias y trabajos para sostener el esfuerzo de guerra, la destrucción y la miseria o los rostros y los grupos en los que se reunían confraternizando los defensores de la ciudad de Madrid». Las imágenes tendrían un “eminente carácter propagandista”, tratando de reflejar una situación cercana a la normalidad en la retaguardia, donde el trabajo en las fábricas, o en la labores del campo, seguiría su curso habitual, el abastecimiento de alimentos estaría garantizado, y la alegría y el optimismo serían la tónica común entre los milicianos que defendían la ciudad».

Fotógrafo con una cámara Contax 1 durante un reportaje de la llegada de víveres y ayuda holandesa a Madrid. Febrero del 1937.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Pero entre los secretos que todavía esconde la colección, hay uno que ha despertado el mayor interés de los investigadores: la identidad de los dos fotógrafos que tomaron las fotografías. Retomemos las palabras de Latova en el libro reseñado anteriormente: «Es importante reseñar que aunque no tenemos certeza del nombre de los dos autores, si parece indudable que pertenecían o trabajaban para la “Brigada de Información Gráfica” del Sindicato de Fotógrafos de la UGT». Para apoyar esta afirmación, más adelante Latova escribe: «La pertenencia de los autores al sindicato UGT, sugerida inicialmente en nuestra investigación, se ha confirmado con el descubrimiento de diez imágenes pertenecientes sin ninguna duda a nuestra colección en el Archivo de la Guerra Civil Española, de las cuales ocho fueron dedicadas a la impresión de postales de propaganda política y otras dos aparecieron publicadas en el Boletín de la Unión General de Trabajadores de España de marzo de 1937, y posteriormente en abril del mismo año, donde a pesar de no ir firmadas por los autores si aparecen con el sello de la UGT». Pese a contar con esta importante información, no fue posible identificar a ninguno de los dos fotógrafos, aun contando con por lo menos siete fotografías de la colección donde uno de ellos aparece retratado, en alguna de estas imágenes se le observa con una cámara Contax al cuello.

Retrato de grupo,movilizado de Transporte Mecánico y fotógrafo. Plaza de Cervantes nº 30. Alcalá de Henares. Invierno 1936-1937.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Pese a estas evidencias hasta día de hoy no se había podido identificar a ninguno de los dos fotógrafos que tomaron las fotos de esta singular colección, hasta que hace unos meses uno de los lectores de Sol y Moscas se puso en contacto con nosotros y nos desveló la más que posible identidad de uno de ellos. Gracias a la investigación y a las dotes de observación de Juan Cobian (ese es el nombre de nuestro lector que identificó al fotógrafo), se pudo recuperar una ficha de la Junta Delegada de Defensa de Madrid, concretamente de la “Secretaría de Propaganda-Sección de fotografía”, que estaba acompañada de una foto y los datos de filiación del fotógrafo.

Anverso de la Ficha de Filiación donde podemos ver el retrato del fotógrafo.
Fotografía: Archivos Estatales, Ministerio Educación Cultura y Deporte. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Pese a que la foto de la persona que aparecía en la ficha parecía algo más joven que la que podemos ver en la colección de ”Crónicas de Retaguardia” el parecido era más que evidente. Si observamos con detenimiento la ficha de la Junta Delegada de Defensa de Madrid, podemos observar claramente que la foto ha estado anteriormente grapada, lo que indica que muy probablemente hubiera sido utilizada anteriormente en otro documento. Realmente la fotografía no parece reflejar la imagen de un hombre de 43 años, tal y como consta en los datos del reverso de la ficha.

Reverso de la Ficha de Filiación de Antonio Gavilán Graña.
Fotografía: Archivos Estatales, Ministerio Educación Cultura y Deporte. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


En el reverso de la foto podemos ver que se trata del fotógrafo Antonio Gavilán Graña, de 43 años, estado civil casado, natural de Linares (Jaen), quien residía en la calle Modesto Lafuente nº7 como “evacuado”. En la misma ficha podemos constatar que trabaja en la “Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares” y que está destinado en los “talleres de fotografía de la UGT” situados en la calle Padilla 82. También podemos comprobar que pertenece a la “Agrupación Socialista Madrileña” de la que tiene el carnet 2133 expedido el 1 de junio de 1932. Por último se indica que es “Presidente de la Sociedad Sindicato de Fotógrafos”. La ficha está fechada el 20 de enero de 1937.

Indagando en bibliografías, archivos y hemerotecas, hemos conseguido obtener diferente información sobre la trayectoria profesional, personal y política de Antonio Gavilán Graña. En el Censo Municipal de Linares 1903-1904 aparece censado con una edad de nueve años en el Paseo de Linarejos nº9, donde reside con sus padres, Ramón Gavilán Folgado de 40 años, e Isabel Graña Halcón de 39, y con su hermana Josefa de 7 años de edad.

Censo Municipal de Linares (Jaén) 1903-1904. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Según consta en su ficha del Portal de Archivos Españoles (PARES): Vino a Madrid siendo niño por el traslado de su padre que era ferroviario. Afiliado a la Agrupación Socialista madrileña desde 1919. Participó en la constitución de la Sociedad de Fotógrafos, siendo uno de los organizadores de la importante huelga que la Sociedad declaró en 1921.

Retomamos su pista a comienzos de los años 20 en el Marruecos Español, concretamente en la ciudad de Larache, donde ya ejercía de fotógrafo. No sabemos la fecha exacta, ni las circunstancias en las que Antonio Gavilán llegó al Protectorado, todo parece indicar que ejercía como una especie de lo que hoy se conoce como “free Lance” trabajando para diferentes publicaciones en España: La Voz, Abc, Blanco y Negro, Estampa, Ahora, África o La Unión Ilustrada, entre otros, donde firmaba sus trabajos como Foto Gavilán o Foto Gafer. A continuación pueden encontrar algunas fotos de Antonio Gavilán Graña publicadas en diferentes medios de comunicación.




Diferente fotografías de Antonio Gavilán publicadas en diferentes medios impresos. De arriba abajo: diario La Voz(Madrid) 17-X-1923, revista África(Madrid) 1-IX-1931, diario Ahora(Madrid) 20-II-1931 y revista África(Madrid) 1-II-1929(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Gavilán tenía un estudio fotográfico propio en Larache, donde realizara trabajos para particulares: retratos, celebraciones, eventos, etc… como podemos comprobar en una colección de fotografías de temática militar que hemos localizado en el portal Todocolección, en las que podemos apreciar que el paspartú de las mismas tiene la inscripción “A. GAVILÁN - FOTO / LARACHE”. En el trabajo“Fotografía española en Marruecos: realidades soñadas, ensoñaciones recreadas” de Jose Luis Gómez Barceló se enumeran los estudios fotográficos existentes en el Marruecos español en 1924 según el anuario-guía oficial de Marruecos. Zona española: «en 1924 existían cinco estudios en Tetuán (Beringola, Calatayud, Zenitram, Grecia y Alberto), en Larache tres (Ángel García de Castro, Giuseppe Tadey, Antonio Gavilán «GAFER»), en Alcazarquivir uno (Diodoro García), en Arcila otro (Rómulo de Hevia), y en Tánger dos (Blanco y Seca). Como referencia, Ceuta cuenta con cuatro (Calatayud, Rubio, Arbona y Costa Salas), no consignándose los de Melilla».

Tres fotografías del estudio de Antonio Gavilán en Larache.
Fotografías: Todocolección.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Según el mismo trabajo, en 1930 Gavilan todavía mantenía el estudio: «En el Anuario de 1930 figuran: Tetuán con siete estudios (Alcaraz, Martínez y González, Calatayud, Albert, Foto Art Diodoro, Foto Americana y Foto Arbona), Xauen con uno (José Moreno), Arcila dos (Rómulo de Hevia Moragués y Herminio Blanco), Larache dos (Diodoro y Fotografía Yo de Antonio Gabilán(sic)), Alcazarquivir uno (Luis Ricart), Tánger cuatro (José Blanco, José Taddei, F. Leca y Bruzón). Ese mismo año figuran seis en Ceuta (Antonio Bernal, José Calatayud, Viuda de Rubio, Herederos de L. Arbona, Francisco Costa Salas y Casa Ros) y diez en Melilla (Cano, Gabriel Fernández, Ricardo Gómez, Roberto Jiménez Expósito, Francisco López Pérez, Juan Luque García, Juan Martín Oliver, Martínez Otero, José Vallés, Juan Vidal)».

Dos fotografías del estudio de Antonio Gavilán en Larache.
Fotografías: Todocolección.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Dos fotografías de Antonio Gavilán publicadas en la revista África(Madrid) 1-VII-1929 (arriba) y el diario Ahora(Madrid) 27-IX-1931. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El 15 de noviembre de 1930 vemos que aparece su retrato en una página del semanario Estampa junto a los de todos los reporteros gráficos del diario Ahora en toda España, Antonio Gavilán figura como fotógrafo de la publicación en Larache, lo que podría hacernos pensar que por aquella fecha trabajaba en exclusiva para estas publicaciones.

Página del semanario Estampa del 15-XI-1930 donde aparecen los retratos de los reporteros gráficos que trabajaban para el diario Ahora. Antonio Gavilán aparece en la quinta fila, y es el tercero empezando a contar por la derecha. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

A comienzos de los años 30 retomamos su pista en Madrid, donde empieza a publicar sus trabajos en diferentes publicaciones. La razón para que abandonara Marruecos y decidiera regresar a la península no la conocemos, pero hemos encontrado en el Boletín oficial de la zona de Protectorado español en Marruecos Año XX Número 18 del 25 de septiembre de 1932, una citación judicial con el siguiente texto:

«Por la presente, y en virtud de la providencia dictada por el señor Juez de Paz de esta ciudad en el juicio de faltas num. 305 del año actual, seguido en este juzgado por injurias, se cita a Don Antonio gavilán Graña, fotógrafo, cuyas demás circunstancias se ignoran, para que comparezca ante este juzgado el día 15 de octubre próximo a las doce horas al acto de la vista del juicio en concepto de denunciante, debiendo concurrir con los medios de prueba de que intente valerse, con apercibimiento que de no verificarlo le parará el perjuicio a que haya lugar en derecho.

Y para que le sirva de citación en legal forma e inserción en el Boletín Oficial de la Zona, expido la presente en Larache, a diez y seis de septiembre de mil novecientos treinta y dos. – El Secretario Emilio Jiménez».


Como hemos visto anteriormente, Antonio Gavilán estaba afiliado a la Agrupación Socialista Madrileña desde el 1 de junio de 1932, por lo que parece evidente que tuvo que abandonar Larache antes de esa fecha. Es probable que Gavilán hubiera tenido algún tipo de problemas en Marruecos, de ahí la denuncia, y que ese fuera el motivo que le impulsó a abandonar Larache con destino a Madrid.No descartamos que sus problemas fueran motivados por su compromiso político, que conoceremos más adelante, en un momento de gran efervescencia política tras la proclamación de la República en Abril.

A finales de 1931 encontramos sus primeros trabajos realizados en Madrid, concretamente el Heraldo de Madrid en su edición del 22 de diciembre de 1931 publicaba una foto suya del banquete organizado por la federación de Obreros y Empleados del Ayuntamiento de Madrid. La última foto suya de Marruecos que hemos localizado fue publicada el 11 de octubre de 1931 en el diario Ahora, lo que parece establecer la fecha de su regreso en el periodo comprendido entre ambas fotografías.

Fotografía de Antonio Gavilán publicadas en el diario Ahora el 19-VIII-1934 sobre las investigaciones sobre el asesinato de Paquita Rico a manos de pistoleros falangistas. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Tras su regreso, comienza a publicar en diferentes medios, como el ya citado Heraldo de Madrid, Ahora o La Voz. A la par comienza a desarrollar una intensa actividad política, ya hemos visto que se une al PSOE en junio del 32, así como sindical.

Fotografía de Antonio Gavilán publicada en Ahora el 10-I-1936 donde vemos al folclorista segoviano Agapito Marazuela, quien pocos meses después, al comenzar la guerra, crearía las Milicias Segovianas junto al escultor Emiliano Barral. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

A comienzos de marzo de 1934 se produce una huelga entre los trabajadores del diario ABC de Madrid, convocada por la “organización de Artes Gráficas”, conocida también como la “Asociación del Arte de Imprimir”, según aparece en la edición de “La Tierra” del viernes 2 de marzo de 1932 (ese mismo día el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, encarga a Alejandro Lerroux la formación de gobierno). Entre los líderes de aquella huelga se encontraba el tipógrafo Agapito García Atadell, que se haría dramáticamente popular en las semanas posteriores al golpe de julio de 1936 al frente de las “Milicias Populares de Investigación”. La movilización estaba apoyada por los “Comités de los Grupos Sindicales Socialistas de tipógrafos, impresores, Encuadernadores, Cerradores y Repartidores de Prensa”. La misma noticia se hacía eco del llamamiento a los afiliados a la “Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares” para que «se abstengan de solicitar trabajo en los talleres del diario ABC mientras no se solucione el conflicto que con esta empresa sostienen las distintas Secciones de Artes Gráficas, en lucha contra la intransigencia fascista, que quiere arremeter contra las conquistas de los trabajadores organizados». El llamamiento está firmado por la Junta Directiva de la Asociación, con Francisco Souza como secretario, y nuestro protagonista Antonio gavilán Graña como Presidente de la misma.

Noticia sobre la huelga de trabajadores del diario ABC de Madrid publicada en La Tierra el 2-III-1934. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Al comenzar la Guerra Civil, Antonio Gavilán continúa al frente de la “Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares”, que tenía su sede en Piamonte 2, casa del Pueblo. Durante la guerra la “Sociedad” pasaría a estar gestionada por el sindicato UGT, y Antonio Gavilán pasaría a formar parte de “uno de los Comités de Intervención que tenía entre sus cometidos incautar los negocios y agrupaciones privados, como sucedió con el estudio Alfonso el 16 de septiembre de 1936, a pesar de la militancia de izquierdas del reputado reportero gráfico” como recogen Juan Miguel Sánchez Vigil y María Olivera Zaldua en su trabajo “la actividad fotográfica durante la Guerra Civil a través de las fichas de filiación de la Junta Delegada de Defensa de Madrid”.

El inicio de la contienda va a incidir de manera notable en la actividad de los fotógrafos madrileños, el poder de comunicación de la fotografía se manifiesta como una posible arma de guerra que es necesario controlar y utilizar para la causa, sin olvidar la posibilidad de la utilización de las fotografías como fuente de información para el enemigo. Todo ello va a llevar a establecer una serie de controles que fiscalicen la actividad de los fotógrafos, así como la utilización y difusión de las fotografías que estos tomaban.

Uno de los numerosos fotógrafos ambulantes, también conocidos como “minuteros”, que desarrollaban su trabajo en Madrid al comienzo de la guerra. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Para conocer todo lo referente a la actividad de los fotógrafos en el Madrid de la Guerra Civil, es imprescindible remitirse al sensacional trabajo de Beatriz de las Heras “Fotografiar una ciudad sitiada. Madrid, 1936-1939”, un estudio detallado y pormenorizado, de obligada lectura, de todo lo relacionado con la labor de estos profesionales durante la contienda. Según se recoge en este trabajo «Desde el punto de vista institucional, y tras las primeras horas, se creó una Oficina de Propaganda e Información dependiente de la Subsecretaría de Presidencia del Consejo. Por Decreto de 21 de agosto de 1936 y por Decreto de 4 de noviembre de 1936 (bajo el gobierno de Largo Caballero) se creó un nuevo Ministerio de Propaganda dirigido por Carlos Esplá que, tras 17 días de funcionamiento, fue dotado de una Subsecretaría en manos de Federico Martínez Miñana». Más adelante añade: «con el traslado del Gobierno a Valencia en noviembre de 1936, la Junta de Defensa de Miaja creó una Delegación de Prensa y Propaganda (que ocupó las mismas oficinas que el Ministerio, calle Duque de Medinaceli, 4, antiguo Palacio del Hielo) responsable de asumir estas labores. Fue controlada por José Carreño España». El Ministerio de Propaganda desaparecería en mayo de 1937 con el primer gobierno de Negrin, convirtiéndose en una subsecretaría del Ministerio de Estado que, en la ciudad de Madrid, se convirtió en una Delegación de la Subsecretaría de Propaganda.

Fichas de filiación de la Junta Delegada de Defensa de Madrid de Robert Capa y Gerda taro. Este documento era imprescindible para los reporteros gráficos que querían desarrollar su labor en Madrid.
Fotografías: Archivos Estatales, Ministerio Educación Cultura y Deporte. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Sería la Junta de Defensa de Madrid la encargada de controlar el desarrollo del trabajo de los profesionales de la fotografía en Madrid, tanto nacionales como extranjeros, y no solo los dedicados a los reportajes gráficos para la prensa, también los conocidos como “minuteros” que desarrollaban su actividad por las calles y otros profesionales como los de los laboratorios. Se les exigía para desarrollar su actividad estar registrados, para lo que se crearían las “Fichas de Filiación de la Junta Delegada de Defensa de Madrid”, que deberían rellenar cada uno de los interesados en conseguir la autorización. A lo largo de la guerra se cumplimentarían 716 de estas fichas, según recogen en su trabajo Vigil y Olivera, de las que se conservan 502 en el Centro de Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca. Entre los fotógrafos registrados podemos encontrar a fotoperiodistas legendarios como Robert Capa o Gerda Taro, y algún que otro “espontaneo” como Rafael Alberti o Antonie de Saint-Exupery. Ha sido a partir de la fotografía que aparece en estas fichas de filación, como hemos podido identificar a Antonio Gavilán Graña en las fotos de ”Crónicas de Retaguardia”.

Ficha de Filiación de Rafael Alberti.
Fotografía: Archivos Estatales, Ministerio Educación Cultura y Deporte. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)


Antonio Gavilán Graña, además de su dedicación como presidente de la “Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares”, donde desarrolló una importante labor sindical como recoge Beatriz de las Heras en su trabajo, continuaría con su actividad profesional como fotógrafo, como podemos corroborar con la colección de fotografías ”Crónicas de Retaguardia” origen de este artículo. Con todos estos datos ya podemos hacernos una idea concreta de la actividad de Antonio Gavilán durante la guerra, cuyo legado más importante de este periodo sería la magnífica colección de fotografías ”Crónicas de Retaguardia” que las investigaciones de José Latova se han encargado de documentar y contextualizar, pero que todavía sigue guardando algunos interrogantes.

Aunque no hemos encontrado más referencias a Antonio Gavilán a lo largo de la guerra que las reseñadas, suponemos que pasaría toda la duración de la misma en Madrid. Volvemos a recuperar su pista en los últimos días de la guerra, concretamente en el puerto de Alicante el 28 de marzo de 1939. Gavilán, junto con su esposa Carmen Consuegra Linares, serían dos de los pasajeros del mítico barco Stanbrook, que zarparía capitaneado por el no menos mítico Archibald Dickson, del puerto levantino rumbo al puerto de Mazalquivir, cercano a Orán, a donde arribaría después de 22 horas de angustiosa navegación.

El buque Stanbrook abarrotado de refugiados que huyen de España al finalizar la guerra. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Su esposa, Carmen Consuegra Linares, había nacido en Linares el 1 de mayo de 1894, estaba afiliada a la UGT y al PSOE, embarco en el Stanbrook con el número 2111, según consta en la relación alfabética de pasajeros que conserva la Fundación Pablo Iglesias. Asistió al Primer Congreso de la Federación del PSOE de África del Norte celebrado en Orán (Argelia) en 1943 y al III Congreso de la JS de África del Norte celebrado en la misma localidad en 1947. En 1961 regresó a España, donde pasó por graves penurias económicas. Falleció en Madrid el 3 de marzo de 1971.

Por su parte Antonio Gavilán Graña embarcaría en el Stanbrook con el número 2036, y al igual que su mujer sería trasladado de Orán a Colomb-Bechar, donde muchos republicanos españoles fueron obligados a trabajar en condiciones infrahumanas en la construcción del ferrocarril que debería unir Argelia con Níger. Este tramo debía enlazar Colomb-Bechar con Bou-Arfa en Marruecos. Antonio Gavilán Graña fallecería en Colomb-Bechar el 30 de julio de 1952 a los 58 años de edad. Desconocemos las causas y circunstancias de su muerte.

Una imagen de un grupo de exiliados españoles en Colomb-Bechar (Argelia) obligados a trabajar en condiciones infrahumanas en la construcción del ferrocarril que atravesaba el desierto del Sáhara. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Hasta aquí todo lo que hemos podido averiguar sobre este fotógrafo, uno de los dos que tomó las fotografías de la colección ”Crónicas de Retaguardia”, cuya autoría hasta hoy había permanecido en el anonimato. Queda todavía mucho por conocer de su trayectoria personal y profesional, algunos datos apuntan a que entre sus aficiones estaba la de la escritura, y habría dejado escritas varias obras teatrales así como una extensa obra poética. Confiamos en que este artículo, anime a alguien a profundizar en su biografía. Y en el futuro podamos conocer más de la biografía de este fotógrafo de nombre Antonio Gavilán Graña.

El fótografo Antonio Gavilán Graña, uno de los autores de las fotos de la colección “Crónicas de Retaguardia”.
FOTOGRAFíA: Colección “Crónicas de Retaguardia”.(Haga clic sobre la foto para verla ampliada)














sábado, 17 de noviembre de 2018

VII JORNADAS GEFREMA


VII JORNADAS GEFREMA

Por Florentino Areneros

Como viene siendo tradición en los últimos años, con la llegada de noviembre (mes en el que se conmemora el aniversario de la Batalla de Madrid) llegan también las Jornadas de Gefrema, que este año alcanzan ya su séptima edición, reuniendo cada año a más personas interesadas en la Historia y el estudio de la Guerra Civil Española. Este ciclo de actividades se compone de ocho interesantísimas conferencias que se impartirán los días 22 y 23 de noviembre (cuatro cada día), y de dos rutas guiadas programadas para los días 24 y 25, en las que se recorrerán escenarios de la Guerra Civil en Madrid. A continuación podéis encontrar información detallada de todas estas actividades.

LA GUARDIA DE ASALTO:
REPÚBLICA Y GUERRA CIVIL

Un grupo de guardias de asalto que participaron en el asalto al Cuartel de la Montaña posan para el fotógrafo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

JUEVES 22 DE NOVIEMBRE DE 2018 17:00 Horas
Ponente: Martín Turrado Vidal
Presenta: Antonio Morcillo


Comenzamos el ciclo de conferencias con un tema apasionante y que sin embargo ha sido escasamente estudiado, pese a su importante papel durante la II República y especialmente en los primeros momentos del golpe militar de julio de 1936 que desencadenaría la Guerra Civil. Nos referimos a la Guardia de Asalto, un cuerpo creado durante la II República destinado a convertirse en una policía con una fuerte conciencia republicana que estaría íntimamente ligada al poder civil, en contraposición a los cuerpos de seguridad que existían hasta ese momento, en especial la Guardia Civil, situada dentro de la esfera militar y con una tradición conservadora.

Para hablarnos de esta apasionante temática tenemos la fortuna de contar con uno de los mayores expertos en esta materia, como es el historiador Martín Turrado Vidal, quien ha desarrollado su actividad profesional como Inspector Jefe jubilado del Cuerpo Nacional de Policía. A lo que habría que añadir su formación como licenciado en Filosofía y Letras y en Historia. Ha dedicado la mayor parte de su trayectoria a la investigación en profundidad sobre los cuerpos de seguridad de España en su Historia Contemporanea.

Una conferencia imprescindible para todos los interesados en esta temática, en la que podremos conocer aspectos poco conocidos de la actuación de este cuerpo desde su creación, hasta el final de la contienda, entre ellos el papel que jugaron los diferentes destacamentos existentes en Madrid durante los convulsos días de julio de 1936.

Una camioneta de la Guardia de Asalto aclamada en la Puerta del Sol en los primeros momentos de la sublevación en Madrid. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

A continuación podéis encontrar una pequeña introducción sobre la conferencia, que el propio autor nos ha remitido:

«Al proclamarse la II República el 14 de abril de 1931 había en España tres cuerpos policiales nacionales: El Cuerpo de Vigilancia, el Cuerpo de Seguridad y la Guardia Civil. Los dos primeros constituían lo que se ha conocido popularmente como la Policía Gubernativa. Todos estos cuerpos nacieron en el siglo XIX y evolucionaron de muy distinta manera, ya que esta última desempeñó sus funciones en las ciudades, mientras que la Guardia Civil lo hizo en el campo.

La Policía sin embargo no se había ocupado de cuestiones de orden público, porque sus competencias se limitaron a la protección de bienes y de personas. Al actuar en las ciudades más grandes –y, en especial, en las capitales de provincia- lógicamente rozaron en ocasiones esas competencias, no sin que en ocasiones fueran satirizados en los periódicos como sucedió en Santander en 1898 cuando un capitán del Cuerpo de Seguridad se subió a un atril y trató de convencer a unos obreros del puerto que estaban en huelga y manifestándose para que depusieran de su actitud.

Los sucesos tumultuarios de mayo del 32 llevaron al primer gobierno republicano a abordar el problema gravísimo y que se venía repitiendo una y otra vez: que casi todas las manifestaciones terminaran con muertos y heridos graves, por falta de los medios adecuados para enfrentarlas. Azaña, que había sido corresponsal de guerra en Paris, había visto cómo funcionaban en Francia las llamadas “Brigadas del Tigre” creadas por Clemençeau. La idea era formar a policías específicamente para salvaguardar el orden en aglomeraciones de masas y dotarles con material adecuado para esa misión: es decir, dar a la Policía, Cuerpo de Seguridad, de competencias en materia de orden público, con lo cual se completó su modernización comenzada el año 1908.

Se creó una primera compañía, que estuvo lista para actuar a finales de ese año, 1931, y en la ley de presupuestos de 1932 se la dotó de lo más necesario y se amplió su plantilla hasta 2500. Al final de la guerra tenía unos 8.000 miembros, siendo mucho mayor que el cuerpo de Seguridad que le había dado origen.

La ley de Policía de 1941 la suprimió, integrando sus miembros en el cuerpo de Policía Armada y de Tráfico, previo expediente de depuración. Pero fue un tremendo error. De hecho tuvo que restablecerse en 1953 con motivo de las huelgas de la NAVAL de Bilbao con el nombre de Brigadas Móviles. Después pasaron a llamarse Unidades de Reserva General, y en la actualidad son las Unidades de Intervención general, y los GEO, los grupos de operaciones especiales.»




PRESENTACION REVISTA FRENTE DE MADRID:
LA GUERRA CIVIL EN EL PARQUE DEL OESTE

Portada del nuevo número de Frente de Madrid que incluye un artículo sobre el Parque del Oeste. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

JUEVES 22 DE NOVIEMBRE DE 2018 18:00 Horas
Ponente: José Antonio Zarza
Presenta: Enrique Martínez Gorroño


En estas Jornadas se presentará el número 34 de la revista Frente de Madrid editada por Gefrema, que presenta novedades encuanto diseño y presentación. En este número el artículo central está dedicado al Parque del Oeste, hoy un espacio de paz y tranquilidad, pero que desde noviembre de 1936, hasta el final de la guerra casi dos años y medio después, se convertiría en primera línea de frente de batalla, un espacio de muerte y destrucción, surcado de trincheras y alambradas, donde ambos contendientes se encontraban en ocasiones separados por escasos metros.

El Parque del Oeste sería inaugurado a principios del pasado Siglo XX, concebido como el primer parque de uso público de la capital, se convertiría en un espacio privilegiado dentro de la nueva ciudad que había nacido tras el desarrollo del Plan Castro. La llegada de la guerra a la capital trastocaría radicalmente esta idílica visión, en los planes del ejército franquista para el asalto frontal de Madrid, el Parque del Oeste se convertía en lugar obligado de paso de las tropas en su camino hacia la ciudad. Los combates se sucederían en este lugar desde los primeros días del ataque, desde el Puente de los Franceses hasta el Clínico. Una vez “estabilizado” el frente madrileño, el parque quedaría dividido entre los dos ejércitos. La lucha continuaría con mayor o menor intensidad hasta el final de la contienda, sucediéndose golpes de mano, ataques y contrataques, e intercambios artilleros, destacando por su intensidad la guerra de minas.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.

La guerra marcaría la existencia del parque, parte de sus numerosos monumentos y otros elementos ornamentales desaparecerían, hubo de ser replantado prácticamente en su totalidad, hasta convertirse en el parque que conocemos hoy.

De todo ello nos hablará, apoyándose en una cuidada selección de imágenes José Antonio Zarza, autor del artículo central de la revista que se presenta en estas Jornadas.



MILICIANAS

Portada del libro Milicianas de Ana Martínez Rus que será presentado en estas Jornadas por su autora. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

JUEVES 22 DE NOVIEMBRE DE 2018 19:00 Horas
Ponente: Ana Martínez Rus
Presenta: Eulalia Ramírez Nueda


No cabe duda de que el papel de la mujer en la Guerra Civil ha sido eclipsado por la presencia masculina. Para muchos la presencia de la mujer es anecdótica y está limitada a las numerosas fotos de mujeres con armas o haciendo la instrucción, tomadas a comienzos de la guerra con una clara finalidad propagandística. Sin embargo la dimensión del papel de la mujer durante la guerra es muchísimo más amplia y a la vez desconocida, y todavía son necesarios muchos trabajos que pongan en valor la importancia de las mujeres en el transcurso de la guerra, no solo en el frente, también en la retaguardia, donde constituyeron la mayor parte del esfuerzo de guerra, sustituyendo en muchos ámbitos a los hombres que habían marchado a los frentes, manteniendo a la vez sus hogares y cuidando de sus familias, no ya solo durante la guerra, sino también en la posterior y no menos dura posguerra, una tarea que en muchas ocasiones podía considerarse como heroica. Serían muchísimas también las mujeres que sufrirían directamente la represión durante la guerra y una vez finalizada esta.

Este año la profesora titular de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid Ana Martínez Rus publicó el libro “Milicianas”, que ella misma presentará en esta Jornadas. En este trabajo analiza la temática de la mujer en los frentes de batalla.

Dos milicianas en las calles de Madrid. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

En palabras de la autora:

«Desde la Guerra Civil hasta la actualidad se ha creado un extendido mito en torno a las milicianas, esas mujeres jóvenes con mono azul y pistola al cinto que en el verano del 36 se marcharon a los frentes a defender la República entre un aura de romanticismo y mística revolucionaria. Mujeres que despertaron gran revuelo en las trincheras por su condición femenina y su actitud desafiante ante unos hombres que las vieron en su mayoría como rivales, objetos de deseo o bellezas perturbadoras, y los menos como colegas fraternales. A lo largo de los últimos ochenta años, distintos testigos, escritores o cineastas las han recordado como iconos de mujeres modernas que rompieron tabúes, recreaciones que han contribuido a construir la imagen de estas mujeres combatientes. Pero no siempre la mitificación se corresponde con la realidad.

La imagen de la miliciana representa la lucha antifascista en la Guerra Civil Española. Pero, en realidad es un mito muy extendido desde entonces hasta la actualidad. La situación de estas mujeres fue muy distinta y cuestionada en el campo republicano, antes de que la dictadura franquista arremetiese duramente contra ellas por su doble transgresión como mujer y como roja. Las autoridades políticas y militares republicanas las expulsaron de los frentes a los pocos meses de iniciarse la contienda porque su presencia resultaba desafiante, incómoda y fascinante.»



EL GOLPE MILITAR DE JULIO DE 1936 EN MADRID

Un joven se asoma a uno de los balcones del Cuartel de la Montaña tras el asalto. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

JUEVES 22 DE NOVIEMBRE DE 2018 20:00 Horas
Ponente: Ángel Bahamonde Magro
Presenta: Francisco Sánchez Pérez


Hace unos años tuvimos el privilegio de contar con la presencia en las Jornadas de Gefrema de Ángel Bahamonde, catedrático de Historia Contemporanea de la Universidad Carlos III de Madrid, no de los más reputados historiadores de panorama español, autor de algunos trabajos claves para la comprensión de la Historia de España. A todo ello hay que añadir la intensidad y emoción que el profesor Bahamonde transmite en sus conferencias, constituyendo un auténtico privilegio el poder asistir a sus ponencias.

En las III Jornadas de Gefrema celebradas en 2014, Bahamonde cautivó al auditorio con su conferencia sobre el final de la guerra en Madrid, desarrollo de su indispensable trabajo: “Madrid 1939. La conjura del coronel Casado”, y en esta ocasión regresa a las Jornadas de Gefrema para hablarnos del inicio de la guerra en Madrid y del golpe de 1936.

Muchas veces se resume el inicio de la guerra en Madrid con el episodio del asalto del Cuartel de la Montaña el 20 de julio de 1936, sin embargo es un tema de una gran complejidad que se va a desarrollar simultáneamente en diferentes puntos de la geografía madrileña y donde van a intervenir un gran número de protagonistas, algunos desconocidos del gran público. De todo ello nos hablará el profesor Bahamonde que ha estudiado en profundidad estos acontecimientos, así como su génesis y las diferentes implicaciones externas que contribuyeron al desarrollo de los acontecimientos.

Una conferencia que los buenos aficionados al estudio de la historia no deben perderse bajo ningún concepto.


VICTORIO CODOVILLA:
EL OJO DE MOSCÚ

Retrato de Victorio Codovilla en los años de la Guerra Civil. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2018 17:00 Horas
Ponente: Diego Cano
Presenta: Txema Díaz


Desde Argentina viene hasta Madrid el historiador Diego Cano para hablarnos de la figura del argentino Victorio Codovilla, uno de esos apasionantes personajes en la órbita de Koltosv y su alter ego Miguel Martínez, de Orlov, Grigulevich y de tantos otros, que pasaron por España sin apenas dejar rastro, pero desarrollando una importante labor en las sombras.

Nadie mejor que el propio ponente, con ese verbo fácil de los argentinos, para hacernos un resumen de lo que será su conferencia que se promete apasionante:

El ojo de Moscú
Victorio Codovilla: delegado de la Comintern en España.
Una interpretación

«La respuesta que podamos darnos respecto a que significa el estalinismo nos dará las grandes pinceladas de lo que será la descripción y el rol que Victorio Codovilla jugó en España como delegado de la Comintern. Por supuesto, esta definición no está exenta de debates álgidos que continúan hasta la actualidad acicateando mentes y espíritus. Sin embargo creemos que en base a la documentación existente disponible y a la revisión bibliográfica extensa de este artículo, podemos llegar a extraer ciertas conclusiones preliminares que nos ayudarán a poner bases más firmes a una explicación política del papel de la Comintern en España y, por tanto del papel de su delegado.
Caracterizar a Codovilla como uno de los principales cuadros políticos de la Tercera Internacional estalinista es una obviedad no carente de sentido ya que eso significa evaluar su rol y responsabilidades en tanto capacidades y errores que la propia Comintern haya realizado en la Guerra Civil Española.

Resumiendo (que siempre es una simplificación) podríamos decir que Victorio Codovilla fue un cuadro de una extraordinaria capacidad organizativa, firme y extremadamente leal y obediente a los mandatos de la dirección política desde Moscú, y sumamente coherente en la aplicación de la línea política para instrumentar los medios necesarios y en la construcción de poder propio dentro de la jerárquica y centralizada organización de la Comintern. En este sentido también Codovilla encarna la caracterización negativa que entraña el estalinismo con su política de persecución de las disidencias internas, controlante al extremo, quizás hasta el exceso, en la aplicación de la eliminación de ese enemigo interior, muchas veces caracterizado como “trotskismo”, aunque su contenido real variara sobre esa etiqueta general. En el caso del anarquismo es diferente, Codovilla, como veremos en los casos concretos, fue variando en sus opiniones, para finalmente habituarse a convivir con ellos.

Fotografía del líder del POUM Andreu Nin, en cuyo asesinato muy probablemente participó Codovilla. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Victorio Codovilla además de destacado miembro del aparato de la Internacional Comunista en España, fue posteriormente Secretario General del Partido Comunista de Argentina hasta su muerte y, antes de eso, participó coordinando en México la purga del Partido Comunista mexicano antes de producirse el asesinato de Trotsky.

Por tanto, hablar de Codovilla significa entender la política de la Unión Soviética hacia los Partidos Comunistas en los años treinta y su forma organizativa centralizada y vertical en relación a sus secciones nacionales (o partidos). La organización bolchevique significaba la centralización de las decisiones de la Tercera Internacional subordinadas siempre a la política, coordinación y aprobación de Josef Stalin y en última instancia del Politburo del Partido Comunista de la Unión Soviética. La caracterización de esa forma organizativa bolchevique nos dará muchas respuestas al primer debate siempre presente respecto a los grados de libertad e injerencia que los diversos Partidos Comunistas nacionales tuvieron respecto de la coordinación general, y del Partido Comunista de España en particular. Adelantando a los casos concretos que veremos en este artículo, los Partidos Comunistas eran considerados secciones de la Internacional Comunista (así queda debidamente expresado en su prensa) y el llamado centralismo democrático no implicaba necesariamente una centralización absoluta de las decisiones sino una subordinación a la línea política e intereses soviéticos aunque con cierta libertad práctica y de ejecución mediante una supervisión y control político permanente. Como veremos en el caso del pedido de armas a la Unión Soviética, esta verticalidad no significaba de modo alguno solamente una línea de comunicación de arriba hacia abajo, sino que el poder de influencia del delegado de la Comintern, y del Partido Comunista de España, fueron significativas en la medida que se ajustaban al tono, ritmo y tensiones internas de la burocracia que representaban las necesidades políticas generadas desde Moscú. Un ejemplo similar podemos ver respecto a las reacciones inmediatas en relación al golpe militar del 18 de julio de 1936.

De la misma forma, el otro gran núcleo de debate historiográfico al respecto es las responsabilidades del aparato político en las operaciones clandestinas o de represión en la que habría participado o el Partido Comunista de España o el pequeño aparato de inteligencia soviético destinado en España durante la guerra civil. Como veremos en los casos concretos de Paracuellos, la persecución del POUM y el asesinato de Nin, y fundamentalmente la operación política vinculada a la organización posterior del asesinato de Trotski en México y los vínculos estrechos entre parte del aparato clandestino y Victorio Codovilla (aunque no existen evidencias concluyentes al respecto) la posibilidad de que el aparato político, del que Codovilla era su cabeza, no supiera de la existencia ni participará en la instrumentación, son escasas. Eso no significa su involucramiento directo en la organización directa y logística (podríamos llamar) de ejecución de esas operaciones, aunque resulta casi evidente su conocimiento y decisión política en su instrumentación. Desconocer o eludir la responsabilidad política de un aparato clandestino en una organización jerárquica y controlante como lo fueron los Partidos Comunistas, implica no explicar el núcleo central del problema, esto es: la forma política organizativa que implicaba un aparato clandestino absolutamente subordinado a la línea.

Codovilla conversa con Dolores Ibarruri "Pasionaria". (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Parafraseando a Gramsci podríamos decir que escribir un ensayo biográfico no significa otra cosa que escribir la historia general de un país desde un punto de vista monográfico subrayando un aspecto específico. Lo específico en este trabajo es delimitar, en base a las fuentes y documentos relevados y el análisis de toda la bibliografía existente, el papel y responsabilidades de Victorio Codovilla durante la Guerra Civil Española.

Paradójicamente a su importancia, no hay trabajos monográficos que hayan abordado su figura. La inexistencia de trabajos sobre él se debe, creemos, a dos dificultades principales, la escasez, y dificultad de acceso, a fuentes respecto a los núcleos centrales de debate señalados (la forma organizativa de la Comintern y la vinculación de ese aparato con el aparato clandestino), y en segundo término la dispersión de las fuentes bibliográficas y documentales existentes que representan tener acceso a ese material en distintos países, España, Argentina, Inglaterra, Rusia y México.

Para abordar este trabajo nos centraremos en los cables secretos de la Comintern entre Madrid y Moscú, interceptados por el servicio de inteligencia británico (que incluyen la gran mayoría de esos mensajes), también de informes enviados por Codovilla a Moscú desconocidos hasta ahora, el relevamiento de la prensa partidaria del Partido Comunista (centralmente Mundo Obrero) y el examen de los informes disponibles en el archivo Earl Browder, además de la revisión exhaustiva de toda la bibliografía existente hasta el momento.»



LA ESPAÑA DE ALVAH BESSIE

Portada del libro "la España de Alvah Bessie" de Randal Scamardo, que se presentará en estas Jornadas. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2018 18:00 Horas
Ponente: Randal Scamardo
Presenta: Ken O’Keefe


Seguramente muchos de los más veteranos de este blog recuerden que en la noche que falleció Franco en noviembre de 1975, en Televisión Española, la única que se podía ver en aquel entonces, pusieron la película Objetivo Birmania, además la pusieron dos veces. Lo que seguramente desconocían los programadores es que esa película de trama épica y heroica, era que el guion de la misma estaba escrito por una persona que durante la Guerra Civil estuvo en España combatiendo en el legendario Batallón Lincoln. Su nombre Alvah Bessie.

Alvah Cecil Bessie pasó de ser un talentoso escritor, desconocido durante la Gran Depresión en Estados Unidos, a un marginado social. La ideología política de Bessie sobre la justicia social se fortaleció a través de su experiencia en la Guerra Civil Española como voluntario del Batallón Abraham Lincoln, al igual que su obsesión por los acontecimientos en España en el siglo XX. Lo que experimentó en España intensificó su ideología de izquierdas, hasta el punto que se convirtió en su enfoque principal. Su fuerte oposición al fascismo lo llevó a Hollywood, donde escribió películas de propaganda apoyando los esfuerzos bélicos de los aliados en los años cuarenta. A pesar de que la industria cinematográfica lo descartara rápidamente, Bessie nunca desistió en su lucha de liberar a España del fascismo e concienciar a la población sobre las fuerzas reaccionarias en ambos países.

Alvah Bessie fotografiado en los días previos a la Batalla del Ebro en el verano de 1938. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El historiador tejano Randal Scamardo, ha estudiado en profundidad la intensa biografía de este singular personaje, uno de tantos norteamericanos que vendrían desde Estados Unidos con la idea de luchar contra el fascismo, que serían considerados sospechosos y marginados en su país al finalizar la II Guerra Mundial. Fruto de estas investigaciones Randal Scamardo ha publicado el libro “La España de Alvah Bessie”, un documentado y detallado trabajo que tendremos el privilegio de conocer en estas VII Jornadas de la mano de su autor.


RECORDARAN TU NOMBRE:
VIDA Y MUERTE DEL GENERAL ARANGUREN

Portada del libro "Recordarán tu nombre" basado en la trayectoria del general Aranguren escrito por Lorenzo Silva, que se presentado en estas Jornadas por el autor. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2018 19:00 Horas
Ponente: Lorenzo Silva
Presenta: Carlos Iturralde


El 21 de Abril de 1939, a los pocos días de finalizar la guerra, sería fusilado en el Camp de la Bota de Barcelona el general de la Guardia Civil José Aranguren Roldán, acusado de rebelión militar por su actuación el 19 de julio de 1936 en su calidad de general jefe de la Guardia Civil en Cataluña, a las órdenes de la Generalitat y del gobierno y frente al alzamiento encabezado en Barcelona por el general Manuel Goded Llopis. El general Aranguren sería fusilado sentado en una silla, debido a las graves lesiones que sufría tras haber sufrido un accidente de tráfico. Según algunos testimonios, informado Franco de la situación en la que se encontraba el reo, este ordenaría: “A Aranguren, que lo fusilen aunque sea en una camilla”.

El general Aranguren, nacido en El Ferrol al igual que Franco, era un militar de trayectoria intachable a lo largo de toda su carrera, un hombre de honor. Su papel al frente de la Guardia Civil en Barcelona sería determinante para la neutralización del golpe militar de julio de 1936, aunque la importancia de su actuación haya sido eclipsada por el relato romántico del pueblo revolucionario en armas. De su entereza y rectitud da fe la conversación que mantuvo con el golpista Goded en los momentos iniciales del golpe, cuando el general sublevado le exigió unirse al golpe, amenazando con fusilarle si se negaba, a lo que Aranguren respondió: "Si mañana me fusilan, fusilarán a un general que ha hecho honor a su palabra y sus juramentos militares; si le fusilan a usted, fusilarán a un general que ha faltado a su palabra y a su honor", una afirmación demasiado contundente para no despertar el rencor entre los militares golpistas.

Fotografía del general José Aranguren que luce en su uniforme los emblemas de la Guardia Nacional Republicana, denominación que se dio a la Gurdia Civil que quedó en la zona republicana durante la guerra. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Lorenzo Silva, uno de los escritores más destacados y de mayor éxito dentro del panorama actual de las letras españolas, ha buceado en la intensa biografía de este singular protagonista de nuestra guerra, injustamente desconocido y olvidado, para crear un relato apasionante que tendremos el placer de poner conocer en la conferencia que impartirá en estas VII Jornadas de Gefrema.

Terminamos esta breve introducción con las palabras del propio Lorenzo Silva, que resumen de alguna forma el fatal desenlace del relato: « Por eso hubo que fusilar a Aranguren a toda prisa. Por alterar el guión victorioso de una sublevación épica. Pero no sólo: también porque aquel general con 40 años de guardia civil a las espaldas, hombre de orden y militar ejemplar, con hoja de servicios impoluta y llena de condecoraciones, incluida la gran cruz de la orden de Isabel la Católica, desmentía con su proceder la coartada que los golpistas vendieron, y que ahora, 80 años después, algunos pretenden aún convalidar: que alzarse contra la República era justo, necesario y hasta imperativo.»


MI FE SE PERDIÓ EN MOSCÚ

Portada del libro de Enrique Castro Delgado "Mi fe se perdió en Moscú", reeditado recientemente en una edición de Sergio Campos, quien lo presentará en estas jornadas. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2018 20:00 Horas
Ponente: Sergio Campos
Presenta: Carlos García-Alix


Parte de la culpa de que algunos, entre los que me incluyo, acabáramos enganchados a profundizar en el conocimiento de la historia de la Guerra Civil hay que achacársela a la legendaria página web La Biblioteca Fantasma (hoy Carta de Batalla), creada y gestionada por un tal Bremaneur, donde descubrimos una serie de apasionantes personajes de la mano de autores que firmaban como El Rufián Melancólico, Sexto Empírico o el propio Bremaneur entre otros. Entre aquellos personajes singulares se encontraba Enrique Castro Delgado, el legendario Comandante Castro, uno de los organizadores en Madrid del mítico Quinto Regimiento.

La trayectoria de Enrique Castro merece un capítulo aparte dentro de las biografías de la Guerra Civil Española, admirado por unos, repudiado y despreciado por otros, su figura no pasa desapercibida, ni causa indeferencia a quien se acerca a ella. De comunista convencido y entregado a la causa, acabaría renegando de su “fe”, convirtiéndose en furibundo enemigo de todo aquello que había defendido, y en el mayor crítico de sus antiguos compañeros de militancia.

De entre los que escribían en la Biblioteca Fantasma, con el tiempo acabaríamos sabiendo que tras el Rufián Melancólico se escondía Carlos García-Alix, quien presentará e introducirá esta conferencia, y tras el alias de Bremaneur estaba Sergio Campos, ideólogo y gran timonel de aquella página mítica. Sería imposible encontrar dos maestros más cualificados para lidiar al alimón con esta conferencia que con toda seguridad arrancará las ovaciones de los aficionados.

Sergio Campos ha dedicado innumerables horas de trabajo a escudriñar hasta los últimos detalles de la trayectoria vital de Enrique Castro, ha buceado en las hemerotecas y archivos, ha dado buena cuenta de toda la bibliografía disponible, hasta convertirse en el mayor experto sobre este simpar personaje, que dejaría para la posteridad dos libros malditos: “Mi fe se perdió en Moscú” y “Hombres made in Moscú”.

Fotografía de un parapeto en la Plaza de España en los momentos previos al asalto al Cuartel de la Montaña. En el centro, de frente entre los dos guardias de asalto, vemos a Enrique Castro, que participaría activamente en aquellos acontecimientos. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

A partir de este profundo conocimiento, Sergio Campos ha prologado, comentado y anotado esta nueva edición de “Mi fe se perdió en Moscú”, que ha publicado recientemente la Editorial Renacimiento y que presentamos en estas Jornadas. Tomamos prestado el resumen que la editorial hace del libro: « Este es un libro con páginas memorables. La caricatura del pacto de no agresión entre Hitler y Stalin, niños muertos de hambre en Galka y Kramatorsk, un disparatado viaje de once días en tren, un auto de fe que transcurre como un thriller asfixiante. Enrique Castro Delgado mezcla, a la manera de un Chaplin siniestro, tragedia y humor negro para explicar la batalla entre argumentos e ilusiones, entre razón y fe, y cómo la fe y las ilusiones le convirtieron en el apóstol de una ideología criminal. Hasta que la realidad echó abajo, ladrillo a ladrillo, el muro que él había construido desde que en 1925, con dieciocho años, se afilió al Partido Comunista de España. Al terminar la guerra civil, Enrique Castro Delgado, primer comandante-jefe del 5º Regimiento de Milicias Populares, partió del puerto de El Havre con destino a la U.R.S.S. Fue el responsable de la emigración española en suelo ruso y secretario de José Díaz, dirigente máximo del P.C.E. Desengañado de la realidad soviética, Enrique Castro consiguió abandonar el país en 1945 pese a la oposición de Dolores Ibárruri y tras sufrir un agónico proceso de purga.

Enrique Castro Delgado (1907-1965). Madrileño. Obrero metalúrgico. Detenido varias veces durante la República y apalizado. En la guerra fue el responsable de la represión en Madrid durante los primeros meses. Primer comandante-jefe del 5º Regimiento de Milicias Populares, director de Reforma Agraria, Subcomisario General de Guerra. En 1939 se exilió en la U.R.S.S. Fue responsable de la emigración española en suelo ruso, secretario de José Díaz, dirigente máximo del P.C.E. y director de Radio España Independiente, La Pirenaica. Renegado del comunismo, marchó en 1945 a México junto a su mujer, Esperanza Abascal, y su cuñado Alejandro. Allí publicó sus dos libros de memorias, Mi fe se perdió en Moscú y Hombres made in Moscú, en el que confesó sus crímenes durante la República y la guerra. También dio a la imprenta recopilaciones de sus artículos en la prensa: S.O.S al mundo libre, Defendamos nuestra civilización amenazada y ¿Conoce a sus enemigos?: problemas de nuestro tiempo. Regresó a España con permiso de Franco y trabajó a las órdenes de Manuel Fraga en la Oficina de Enlace de su ministerio. Murió en Las Rozas.»


Y para concluir, el resumen que nos remite el propio Sergio Campos “Bremaneur”: « Tras terminar la guerra civil, el Partido Comunista de España agrupó a sus mejores cuadros y a sus familias y organizó su exilio en la U.R.S.S. El supuesto paraíso soviético fue una decepción para muchos, pero solamente unos pocos se atrevieron a alzar la voz para mostrar su desencanto. Entre ellos, el más firme, el más fiero y el más irreverente fue Enrique Castro Delgado. Hizo acopio de su experiencia como renegado en Mi fe se perdió en Moscú, donde detalla la desgracia de los refugiados españoles en Rusia. Desperdigados por el país, sufrieron hambre y enfermedades ante la indiferencia de los dirigentes del P.C.E. y de la Comintern.

Castro escribió su denuncia en México y la dejó terminada en 1949. Gallimard tradujo el libro al francés con numerosas supresiones, que se repitieron en la edición española de 1950 (La vida secreta de la Komintern). La edición definitiva la publicó el propio Castro en 1951. Castro renegó definitivamente del comunismo tras haber intentado hacer oposición al P.C.E. junto al exministro de la República Jesús Hernández y un grupo de desencantados de la deriva del partido. Terminó rompiendo con todos ellos y continuó su labor de propaganda anticomunista hasta la publicación en 1960 de Hombres made in Moscú, un recorrido autobiográfico en el que narra sus inicios como revolucionario y su papel en la guerra a las órdenes del P.C.E.: la fundación del 5º Regimiento de Milicias Populares y la dirección de la represión en la retaguardia madrileña. Gracias a ciertos contactos con falangistas en México, regresó definitivamente a España tras obtener el permiso de Franco. Murió en 1965 en Las Rozas».


Una conferencia, con un cartel de lujo, que por su enorme interés supone un extraordinario broche de oro a estos dos días de conferencias, y que no hay que perderse bajo ningún concepto.

RUTAS GUIADAS:

El programa de actividades de estas interesantes Jornadas se completa con dos interesantes rutas guiadas por alguno de los escenarios bélicos de Madrid. El Sábado 24 de noviembre está programada una ruta por el Parque del oeste de Madrid que será guiada por José Antonio Zarza. Y el domingo 25, otra ruta por la Ciudad Universitaria guiada por Antonio Morcillo, Presidente de Gefrema.

Esta ruta requieren de inscripción previa durante los días de conferencias de la Jornadas. Cada ruta tiene un precio de 10 euros (socios de Gefrema gratis). Incluye un bono regalo de igual importe canjeable por publicaciones de Gefrema. La información relativa a las rutas (horario, inicio y fin) se facilitará en el momento de la inscripción durante las jornadas.

¿CÓMO LLEGAR?:

A LAS CONFERENCIAS

Escuela Superior de Hostelería y Turismo.
Paseo Puerta del Ángel, 5
28011 Madrid



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METRO:
Estación del Lago, Línea 10
Estación Puerta del Ángel, Línea 6

AUTOBUSES:
Parada en Puerta del Ángel
Líneas 31,36,39 y 65