martes, 27 de diciembre de 2011

LA APOTEOSIS

El monumental edificio de La Telefónica en la Gran Vía madrileña en una foto de los años treinta.(Clic en cualquier imagen para ampliar)

LA APOTEOSIS

Al bajar por la escalinata del Círculo de Bellas Artes, todavía absorto en el recuerdo de la apoteósica faena que acababa de contemplar, las ideas se amontonaban en mi cabeza. El edificio en sí, su monumental escalera, sus esculturas y esa música de piano que parecía no salir de ningún sitio, me hicieron comprender lo que el arquitecto Antonio Palacios debió sentir al diseñar este monumento: construir un templo sagrado donde albergar las Bellas Artes para que pudieran ser reverenciadas por los mortales. También me vino a la cabeza un libro de un escritor británico atormentado por el opio de nombre Thomas de Quincey, que publicó allá por el primer tercio del Siglo XIX con el título de “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes”. Y yo me pregunto amigos lectores: ¿y por qué la guerracivilmaquia no puede considerarse también como una de la Bellas Artes?. Según de Quincey: “se empieza por un asesinato, se sigue por el robo y se acaba bebiendo excesivamente y faltando a la buena educación”, con la guerracivilmaquia puede pasar algo parecido, se empieza por asistir a una conferencia, se continua entrando a algún foro o blog, y al final se acaba por comprar un libro, ¿existe mayor perversión posible aunque sea para regalar?. Así es queridos lectores, después de lo visto ayer, yo elevaría una petición a las autoridades u organismos competentes para que la guerracivilmaquia sea declarada como una de las Bellas Artes, y a poder ser, con carácter retroactivo.

Antes de narrarles las memorables faenas de esta incomparable terna de artistas, me detendré en tratar de referirles como fueron los momentos previos al festejo y el ambiente que se vivía en los tendidos. Desde horas antes del comienzo del paseillo una incontenible muchedumbre burbujeaba alrededor de las taquillas del coso, donde los reventas pudieron hacer su agosto. Ante la avalancha de publico las puertas del monumental coso se abrieron con inusitada antelación, y en breves momentos se podían contemplar los tendidos ya completamente abarrotados, en la plaza no cabía un alfiler, y muchos de los aficionados que no habían conseguido una localidad de asiento se colocaban buenamente donde mejor podían, ante la desesperación de acomodadores y alguacilillos que trataban de mantener diáfanos los pasillos.

El Círculo de Bellas Artes donde tuvo lugar el apoteósico festejo con el que Gefrema cerro sus actividades en 2011, el año del 75 aniversario.

El éxito de la convocatoria era incontestable, no cabía la menor duda del acierto de Gefrema al elegir este monumental e incomparable coso, así como al componer el cartel con tres indiscutibles figuras y seleccionar para la lidia a esta atrayente ganadería, con estos mimbres no era difícil tejer un gran cesto con el que cerrar de manera apoteósica este año de 2011 que se acaba, el año del 75 aniversario. Pero permítanme que antes de ir a la crónica propiamente dicha les hable brevemente de la figura de un socio de Gefrema que tiene mucha responsabilidad en este clamoroso éxito. Se trata de una persona de una modestia infinita, benemérita abnegación y enorme capacidad de sacrificio y entrega, un hombre que trabaja en la sombra, al cual le produce una singular alergia el hecho de salir en los papeles, al contrario de otros muchos dispuestos incluso a pagar (o dar tormento a los periodidstas con la ya conocida retranca de “sácame, pon algo de mi,…” a la que ya estamos acostumbrados) por recibir una buena crítica o ver ensalzada su obra. Una vez finalizado el festejo me dirigí a el para felicitarle por su labor y comunicarle que “tamaña hazaña habría de ser conocida por el entero mundo”, a lo que él, en su infinita modestia me pidió, casi me suplicó, que por favor no mencionara su nombre, en su humildad sostenía que el éxito se debía a la labor de todos y cada uno de los socios de Gefrema, de los que él era solamente uno más. Sin embargo para los que como yo todavía creemos en la Justicia, es de ley citar a esta persona, aunque no me vuelva a hablar en la vida por ello, me refiero al benemérito, abnegado Carlos Díaz Hernando “Secretario”, cuya labor y gestiones han sido fundamentales para el éxito de esta singular empresa. Desde aquí nuestro perpetuo y sincero agradecimiento.

sábado, 17 de diciembre de 2011

25 MILITARES DE LA REPUBLICA

El libro “25 Militares de la República”presentado el pasado miércoles en Madrid.

25 MILITARES DE LA REPÚBLICA
 
(ULTIMA HORA: AL FINAL DE ESTA CRÓNICA PODRÁN ENCONTRAR UNA IMPORTANTE NOTICIA)

En este mundo de la guarracivilmaquia en muchas ocasiones la información sobre los festejos y otros acontecimientos se trasmite de aficionado a aficionado, lo que provoca en alguna que otra ocasión esta información no se corresponda con la realidad, algo que sucedió con la presentación del libro “25 Militares de la República” publicado por el Ministerio de Defensa. Un aficionado amigo (del que no mencionaremos el nombre) comunicó que el pasado día 14 a las 19:00 horas harían el paseillo en el monumental e histórico santuario de la librería Marcial Pons los afamados diestros Ángel Viñas, Jesús Núñez y el gran historiador, y mejor madridista, Ángel Bahamonde Magro. Ante tamaña oportunidad a las 18:00 horas ya se encontraba el diestro de la Cuesta de Areneros en la primera fila de las taquillas el inigualable Moncloveño, con un ejemplar del libro “El Real Madrid en la Historia de España” para que se lo firmara el maestro Bahamonde. Al igual que Moncloveño, atraidos por el reclamo, allí estaban otros beneméritos aficionados como son Inés Tremis, Capa y Orwell, Sandoval finalmente no pudo asistir ya que estaba “con el griego”(sic). La decepción fue grande cuando se confirmó que ninguno de esos tres consagrados diestros lidiarían esa tarde, pero tras un momentáneo enfado los ánimos se calmaron al constatar que los diestros que iban a lidiar y principalmente la categoría de la ganadería, prometían una tarde memorable.

De izquierda a derecha contemplamos a Capa, Moncloveño, Inés Tremis, Orwell y a Cuatro Vientos charlando amigablemente con una elegante señorita.

Como era de prever se produjo un lleno hasta la bandera, en la librería Marcial Pons no cabía un alfiler, la expectación era máxima. En los abarrotados tendidos, además de los ya mencionados aficionados, se encontraban algunas de las primeras figuras de la guerracivilmaquia y del mundo de la cultura, así como algún que otro representante del estamento militar, entre todos ellos destacar la presencia del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general José Julio Rodríguez. Y por supuesto, como en cualquier festejo de categoría, allí se encontraba ese magistral torero Juan Manuel Riesgo “Cuatro Vientos”, uno de los ilustres historiadores que han colaborado en la redacción del libro escribiendo dos de las 25 biografías que recoge el volumen, el cual no paró de firmar autógrafos y de hacerse fotos con los aficionados antes del comienzo del festejo.

Con la puntualidad de un toque de diana comenzaron el paseillo los tres diestros que habrían de lidiar con el morlaco, un soberbio ejemplar de 900 páginas, marcado con el hierro del Ministerio de Defensa. En el centro se situó don Fernando Flóres Gímenez, Director General de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, a su derecha Javier García Fernández “El Panfle”, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante y Director general de Reclutamiento del Ministerio de Defensa, así como coordinador del libro que allí se presentaba. En el otro extremo de la mesa se ubicaba el popular diestro Jorge Martínez Reverte, autor de libros tan conocidos como “La Batalla de Madrid”, o “La Batalla del Ebro”, o el editado recientemente sobre la División Azul, entre otros trabajos. Un diestro muy conocido del gran público, gracias a sus periódicas apariciones televisivas.

jueves, 1 de diciembre de 2011

¿BRIGADISTAS INTERNACIONALES EN EL PAIS VASCO?

Fotografía perteneciente a los fondos del International Brigades Memorial Archives, en la que (según el texto que la acompaña) se ve a un grupo de brigadistas desembarcando de un tren.

¿BRIGADISTAS INTERNACIONALES EN EL PAIS VASCO?

En ocasiones una simple fotografía, aparentemente sin ninguna característica especial, puede convertirse en un extraordinario documento historiográfico. Tal y como explicó el maestro Carlos García-Alix “Rufian” en una conferencia, que tuvo su correspondiente crónica en esta publicación, las fotografías te hablan, solamente es necesario hacerles las preguntas adecuadas. A partir de una fotografía y de las pistas que esta nos ofrece, podemos llegar a conclusiones contrastadas y establecer diferentes hipótesis para trabajar posteriormente con ellas. Podemos encontrar múltiples ejemplos, sin ir más lejos en este mismo medio podemos encontrar la crónica dedicada al comandante Bretaño, donde a partir de la foto de uno de los parapetos y gracias a los comentarios de nuestros lectores, se consiguió identificar a alguno de los personajes que aparecían en ella y recuperar diferentes testimonios y trabajos relacionados con el asalto al Cuartel de la Montaña en Julio de 1936 (IR A LA CRÓNICA Y LOS COMENTARIOS). Otro ejemplo más reciente lo tenemos en el foro de Gefrema, un lugar ejemplar de intercambio y debate caracterizado por el rigor y objetividad de las intervenciones de los participantes. En este foro, y dentro de un hilo que comenzó con una ruta por las calles de Madrid con motivo de la conmemoración del 75 aniversario de la llegada de la Brigadas Internacionales a Madrid, aparecieron dos fotos, prácticamente idénticas, de un grupo de brigadistas caminando. Lo que parecían dos fotos sin mayor trascendencia han dado lugar a un interesantísimo debate que ha conseguido arrojar mucha luz sobre la fecha en la que los brigadistas llegaron a Madrid, confirmando algunas teorías y estudios, y cuestionando o matizando otros, como es el caso del testimonio de Vicente Rojo.

A partir de la fotografía de este grupo de brigadistas tomada en Madrid en noviembre de 1936 publicada por varios periódicos de la época, se inició un interesante debate en el Foro de Gefrema sobre la fechas de llegada y de entrada en combate, así como sobre otros aspectos relacionados con los voluntarios internacionales en la Batalla de Madrid.

En la ruta de Moncloveño citada anteriormente, el diestro de la Cuesta de Areneros obsequió a los aficionados con una cuidada documentación, que incluía una extensa selección gráfica de fotografías relacionadas con el evento. Entre las fotos que el diestro estuvo recopilando se encontraba una fotografía que de confirmarse alguna de las trazas que de un analisis inicial se podían obtener, supondría localizar un excepcional documento gráfico sobre el momento de la llegada de los brigadistas a Madrid. Sin embargo un torero de la categoría de Moncloveño, que ha lidiado ya en muchas plazas con morlacos de las más variopintas ganaderías de carretes, no permite que salte cualquier ejemplar al albero sin haberlo estudiado atentamente antes de su lidia.

La foto en cuestión apareció publicada en el libro “International brigades in Spain 1936-39” de Ken Bradley y Mike Chappell, publicado por Osprey en 1984. La mayoría de las fotografías de este trabajo pertenecen al “International Brigades Memorial Archive” que a su vez se incluye en los fondos de “The Marx Memorial Library”, ubicada en Londres. Este importante archivo es una de las fuentes básicas para el estudio de las Brigadas Internacionales por el número e importancia de los documentos que en el se pueden encontrar, durante años estos fondos han sido estudiados y catalogados por personal cualificado, lo que les otorga un valor añadido.

Portada del libro en el que aparece publicada la fotografía de nuestra cabecera.

La fotografía a la que nos referimos la pueden contemplar ustedes en la cabecera de esta crónica, y como podrán apreciar se trata de una fotografía sin ninguna trascendencia ni significado aparentes. En ellas aparece un grupo de soldados que caminan por el anden de una estación de ferrocarril, junto a un tren del que muy posiblemente hayan descendido momentos antes, a su derecha un niño sobre las vías contempla la escena. En el pie de foto de la publicación encontramos el siguiente texto: “unidentified international brigade unit disembarking from a train; dark berets are worn by most but a few wear the pasamontaña”, cuya traducción más o menos podría ser: “unidad no identificada de las Brigadas Internacionales desembarca de un tren; la mayoría de los soldados usan boinas oscuras, aunque algunos visten pasamontaña”. Como pueden comprobar una foto más, sin embargo si observamos con más detenimiento la imagen podemos llegar a plantearnos alguna pregunta.

Una locomotora eléctrica Brown Boveri fabricada en Suiza, también conocida como cocodrilo, idéntica a la que aparece en la fotografía de los brigadistas.

Cuando esta foto llegó a las manos de Moncloveño mientras preparaba su ruta, lo primero que pensó es si esta fotografía podría corresponder a la madrileña estación de Atocha, si fuera así, se podría tratar del instante en el que llegaban a Madrid los primeros brigadistas, dado que según diversas fuentes sería este el medio de transporte utilizado para su traslado, sin duda un momento histórico. Ahora la tarea consistía en ver si a partir de la información de la foto se podría obtener algún dato que confirmara esa hipótesis. Una de las pistas que encontramos en la imagen es la locomotora, aunque no se ve la totalidad de la misma si que se distinguen diferentes elementos que pueden ayudar en su identificación. Pero entre todos ellos, destaca uno que llama poderosamente la atención: la locomotora tiene pantógrafo (mecanismo articulado por el que la locomotora toma la corriente de la catenaria), es decir se trata de una línea electrificada.

La Compañía de Ferrocarriles Vascongados adquirió 10 locomotoras eléctricas Brown Boveri en 1928, que prestaron servicio hasta bien entrado el último cuarto del pasado siglo. (Foto Railwaymania).

En los temas relacionados con el ferrocarril, en Gefrema tenemos la suerte de contar con un especialista en la materia: el maestro José Antonio Grandell, un apasionado de todo lo relacionado con este medio de transporte. le enviamos la fotografía para conocer su opinión, y a su vez Grandell se la remitió a José Manuel García un auténtico maestro en estas lides, un Cossio andante del mundo del ferrocarril. Tras estudiar la imagen detenidamente, las conclusiones a las que llegaron este par de expertos, ofrecerían mucha luz sobre los secretos que esta fotografía encerraba, pero a su vez también levantaba muchas sombras.

Dos locomotoras del mismo modelo que la que aparece en las fotografías e los brigadistas en la estación de Durango. (Foto Railwaymania).

La locomotora que aparece en la imagen es una Brown Boveri (fabricada en Suiza por la compañía Brown, Boveri & cie que se encargaría de la parte eléctrica, mientras que la compañía belga Haivie St Pierre se encargaría de la fabricación de la parte mecánica). Una de las diez locomotoras que adquirieron en la Compañía de Ferrocarriles Vascongados en 1928 (alguna de las cuales continuarían dando servicio hasta el último cuarto del pasado siglo) para operar en sus líneas electrificadas. Como curiosidad comentar que estas diez locomotoras serían bautizadas con los nombres de 10 montes del País Vasco y en la actualidad se conservan tres, Ulía, Bizkargi y Arrate, que se pueden contemplar en el Museo Vasco del Ferrocarril, y otras cuatro locomotoras de aquellas diez (Kalamua, Andux, Irukurutzeta y Galdaramiño) se conservan en otros puntos de España y Europa. Estas 10 máquinas eléctricas se desplazaban sobre vías métricas, es decir lo que se conoce por vía estrecha.

La bilbaína estación de Achuri, un lugar donde bien podría haberse tomado la fotografía.

Si comparamos la imagen de los brigadistas con alguna de las que acompañan esta crónica podremos comprobar las coincidencias (puertas y ventanas, rejillas de ventilación, foco delantero, pantógrafo, etc.) y si nos fijamos en el ancho entre los raíles donde se encuentra el niño de la fotografía, comprobamos que es menor al habitual de los ferrocarriles en España, es decir se trata de una vía de ancho métrico (1.000 mm) en vez del ancho más común en la mayoría de lineas del país, conocido como ancho ibérico por utilizarse principalmente en Portugal y España (1.668 mm)

Estas locomotoras solamente funcionaban en aquella época en el Pais Vasco, por lo tanto la fotografía tuvo que ser tomada en algún punto de la red de la Compañía de Ferrocarriles Vascongados. Nuestros expertos consideran que posiblemente se trate de la bilbaína estación de Achuri, aunque bien podía tratarse de cualquier otra de aquella línea electrificada.

El correo Bilbao-San Sebastián, con su locomotora Brown Boveri, preparado para partir en la estación de Achuri de Bilbao. (Foto Railwaymania).

Si estas deducciones son correctas podemos afirmar que la fotografía se tomo en algún lugar del País Vasco, aunque sin poder concretarlo en un punto exacto con absoluta certeza. Ahora la duda es saber si en algún momento, alguna unidad de las Brigadas Internacionales estuvo en el Pais Vasco. Después de indagar en por diversos medios, consultar diferentes fuentes, así como consultar a varias personas que han trabajado sobre las Brigadas Internacionales, la respuesta es que ninguna unidad de las BI participó en los combates en el Pais Vasco, ni en ningún frente del norte, es decir ni de Santander ni de Asturias. Solamente hemos constatado la participación de voluntarios extranjeros durante los combates de Irun, en el verano de 1936. En aquella ocasión, finales de agosto de 1936, desde Francia cruzarían la frontera grupos de combatientes que se unirían a las fuerzas leales para la defensa de la localidad guipuzcoana. En aquella ocasión un total de sesenta extranjeros combaten junto a los republicanos vascos.

— Un grupo de ocho hombres (tres alemanes, un polaco, un francés, un belga). Jefe: un checo, veterano de la Legión Extranjera Francesa. Ayudante: Leib Jampolski, llamado Jean Paul, comunista de Besarabia.
— Grupo de una docena de hombres, italianos. Jefe: Maurovitch Remigio, llamado Gorizia (italiano, comunista).
— Grupo Edgar André: 4 hombres, después diez. Alemanes. Jefe: «Papá», alemán, veterano del 14, social-demócrata.
— Una unidad de unos 200 hombres, en su mayoría vascos, mandada por el capitán francés Jacques Menachem, incluyendo a algunos extranjeras: franceses, húngaros, polacos. El grupo Edgar André, de Papá, se integra en ella.
— Grupo Walery Wroblewski: 9 hombres, polacos, comunistas. Jefe: Francis Palka. (fuente: www.sbhac.net)

Un grupo de milicianos vascos, muchos de los cuales utilizan la tradicional boina, observen que en algunas se aprecia que tienen cosidos o prendidos diferentes emblemas, lo que coincide con lo que podemos observar las boinas de los soldados que aparecen en la fotografía del tren.

Irun caería ese mes, y la comunicación con Francia de la zona republicana del norte quedaría cortada. Ahora la pregunta sería si los combatiente de la fotografía, pertenecen a aquel grupo de voluntarios que combatieron en Irun; a nuestro entender sería una teoría con poco fundamento ya que muy posiblemente de haber existido esa unidad de extranjeros seguramente nos hubiera llegado alguna referencia o testimonio. Otra hipótesis que podríamos manejar es la de que los soldados que se ven en la foto, no sean extranjeros, si no que se trata de una unidad de la zona, lo que justificaría de alguna manera la utilización generalizada de boinas, en algunas de las cuales podemos distinguir un emblema o escudo prendido a las mismas. De ser esta teoría la correcta, entonces nos quedaría la duda de saber como esta fotografía pudo llegar hasta los fondos del International Brigades Memorial Archives. Seguramente el motivo pudiera ser la similitud en la indumentaria con algunos brigadistas, especialmente con los brigadistas de nacionalidad francesa, muchos de los cuales utilizaban también boina de manera habitual.


Dos fotografías de milicianos vascos tomadas por David Seymour “Chim”, compañero de Robert Capa y Gerda Taro, en las que podemos apreciar con detalle los escudos y emblemas prendidos en las boinas. Ambas fotografías pertenecen a la “Maleta Mexicana”.

Llegados a este punto hemos podido comprobar como la fotografía se tuvo que tomar en alguna localidad del País Vasco por donde pasara alguna de las líneas de la Compañía de Ferrocarriles Vascongados, preparada para la circulación de locomotoras Brown Boveri como las de la fotografía, que circularían sobre vía métrica , pero quedaría por identificar a los soldados que aparecen en la fotografía, ¿brigadistas o soldados vascos?. El debate queda abierto, y esperamos que cualquier aportación de nuestros lectores nos ayuden a desvelar esta apasionante incógnita.

Florentino Areneros.