domingo, 17 de junio de 2012

UN CADÁVER EN LA UNIVERSITARIA

Un cadáver sobre el pavimento de la actual Carretera de la Coruña frente a la Casa de Velázquez. Una de las fotografías de Albert Louis Deschamps tomadas en la Ciudad Universitaria de Madrid a finales de marzo de 1939. (Haga clic en cualquiera de las imágenes de la crónica para verlas ampliadas).

UN CADÁVER EN LA UNIVERSITARIA
Por Florentino Areneros

Hace unos meses publicábamos una crónica dedicada a los viaductos de la Ciudad Universitaria , convertidos en testigos y a veces en escenario de los episodios bélicos que tuvieron lugar en la Ciudad Universitaria entre noviembre de 1936 y marzo de 1939. Abríamos aquella crónica con una impactante fotografía en la que se observaban dos cadáveres que habían sido colocados sobre el pavimento bajo el viaducto de Cantarranas.

Caminando un día por la zona, recordé una noticia publicada en febrero de 2007, hace ahora más de cinco años, en el periódico digital madridiario.es en la que se daba cuenta del hallazgo de unos restos humanos mientras se realizaban unas obras en los campos de deportes de Cantarranas, ubicado junto al viaducto. Por su interés reproducimos la noticia integra firmada por Alberto Sierra y Julián Povedano :

Una panorámica de la zona durante la Guerra Civil obtenida desde la Facultad de Filosofía. La flecha indica el lugar aproximado donde aparecieron los restos humanos en febrero de 2005. En la imagen podemos apreciar: (1) Agrónomos, (2) Casa Velásquez, (3) Arquitectura, (4) Viaducto de Cantarranas, (5) actual Carretera de la Coruña. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

“Unas obras en Ciudad Universitaria descubren una posible fosa de la Guerra Civil

16-02-2007 - Alberto Sierra, Julián Povedano

Unas obras realizadas en la zona de Ciudad Universitaria, concretamente junto al campo de fútbol de Cantarranas, han sacado a la luz unos restos humanos que podrían corresponder a combatientes de la Guerra Civil, según ha podido saber Madridiario.

Las obras realizadas junto al campo de fútbol de Cantarranas quedaron paralizadas en el momento en el que comenzaron a aparecer los primeros restos humanos. En el lugar se personaron varios efectivos de la Policía Nacional que custodiaron la zona hasta la llegada del juez de guardia. Posteriormente, algunos de los restos fueron trasladados para su análisis al Instituto Anatómico Forense.

El hallazgo se produjo después de que fueran realizadas algunas labores de movimientos de tierra. A menos de un metro de profundidad, los trabajadores hallaron algunos huesos. Según pudo saber este periodico, no ha aparecido ningún cuerpo completo, aunque no se descarta que se puedan encontrar más restos si se profundiza un poco más. Por el momento varios coches y personal de Seguribérica, la empresa de seguridad y vigilancia de la Universidad Complutense, custodian los restos, que pueden verse a simple vista. A pesar de ello, los vigilantes mantienen un total hermetismo sobre el hallazgo.


Parte de los restos hallados. Al fondo se observa la excavadora que estaba realizando la zanja donde fueron hallados. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

Según ha podido saber Madridiario, a pesar de que la datación de los huesos aún no ha sido realizada, los expertos de la policía científica afirmaron al examinarlos que "esos huesos no pueden llevar aquí dos días", lo que, unido al hecho de que la Ciudad Universitaria fue uno de los campos de batalla más importantes en el Frente de Madrid, como dejan patente los casquillos de bala que se pueden encontrar sin demasiada dificultad en la zona, hace que la hipótesis que cobra más fuerza sea la de que los restos pudieran corresponder a combatientes de la Guerra Civil que quedaron enterrados en la zona.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.

El 16 de noviembre de 1936 las tropas franquistas consiguieron atravesar el río Manzanares a la altura de Ciudad Universitaria. Los días siguientes, esta zona de Madrid sería escenario de encarnizados combates entre el ejército de Franco y el republicano en los que fallecieron cientos de personas. Finalmente, a pesar de que los edificios universitarios construidos pocos años antes quedaron reducidos a escombros, el ejército republicano logró resistir el ataque de las tropas de Franco, que desistieron de tomar Madrid de una forma tan frontal.

Estos días, la Universidad Complutense de Madrid celebra unas jornadas para conmemorar el 70 aniversario de la defensa de la ciudad. Ahora, coincidiendo con los coloquios, conferencias y documentales, los estudiantes pueden ver directamente los efectos de aquel enfrentamiento.”


Unos días más tarde de conocerse la noticia, en compañía de nuestro colaborador Sandoval, nos dirigimos hasta el lugar donde se había producido el hallazgo, comprobando con sorpresa que todavía se podían contemplar en el lugar algunos huesos que no habían sido retirados, antes de que los guardias de seguridad nos echaran el alto, conseguimos fotografiar a cierta distancia los restos.

Alguno de los restos hallados. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

Charlando con uno de los guardias nos confirmó a grandes rasgos lo publicado en madridiario, así como que las obras habían sido paralizadas. Hasta aquí toda la información que pudimos obtener sobre el terreno. Bueno, toda no, revisando las fotografías, nuestro compañero de Gefrema Pirata Roberts, observó con su habitual pericia que en el montón de tierra se distinguía una vaina de fusil, probablemente de un mauser, cuya identificación posiblemente nos hubiera proporcionado alguna pista más. Desafortunadamente no nos dimos cuenta en el momento y cuando volvimos unos días después la vaina y los huesos habían ya desaparecido.

Junto a los restos se encontraba una vaina posiblemente de un fusil mauser. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

El hallazgo de aquellos restos humanos en aquel lugar inmediatamente nos trajo a la memoria el reportaje fotográfico que realizó el fotógrafo francés Albert Louis Deschamps en la Ciudad Universitaria de Madrid en los últimos días de Marzo de 1939 (1), donde en alguna fotografías podíamos contemplar algunos cadáveres que quedaron insepultos en tierra de nadie, y en otras dos cadáveres que han sido colocados en el pavimento bajo el Viaducto de Cantarranas.

Fotografía de la Colección Deschamps tomada bajo los arcos del viaducto donde se distinguen dos cadáveres. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

La zona donde aparecieron los restos, podemos considerarla como tierra de nadie, ya que la primera línea de las fuerzas franquistas se encontraba al otro lado del viaducto, que hacía las funciones de parapeto, como demuestran la gran cantidad de impactos que se observan en su estructura. Por su parte las fuerzas republicanas tenían sus primeras posiciones más cercanas a este punto en la Avenida Complutense, donde hoy se encuentra la Facultad de Periodismo (en uno de los muros de contención de la avenida, junto a la facultad, hoy podemos contemplar las aspilleras para los fusiles, así como numerosos impactos). Para más información pueden ustedes visitar la crónica de los viaductos donde se muestra un plano de trincheras de la zona.

Detalle del muro de contención de la Avenida Complutense que actualmente se puede contemplar desde la Facultad de Periodismo. Este muro era el punto más cercano de las líneas republicanas al Viaducto de Cantarranas. En la actualidad se pueden observar un buen número de impactos en este muro, así como varias troneras. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

Todas estas consideraciones permiten aventurar diversas hipótesis sobre el origen de los restos. La primera sería la de que fueran los de un soldado muerto en combate que cayera en un agujero, boquete o tal vez trinchera, que con el paso del tiempo se colmataría, quedando bajo tierra. Otra teoría podría ser que al finalizar la guerra, se recogieran los cadáveres que se pudieran encontrar por la zona, como los que vemos en las instantáneas de Deschamps, y fueran enterrados en una especie de fosa común. En este caso probablemente se tratara de combatientes republicanos, ya que los que fueran del bando franquista suponemos serían enterrados en lugares más adecuados, y con su correspondiente ritual, aunque tal vez desbordados por la situación, los responsables de acondicionar la zona que fue escenario de intensos combates durante tres años, optaran por soluciones más prácticas, como podía ser el enterrar juntos a todos los cadáveres sin identificar, tal vez pensando en una solución provisional, que acabaría convirtiéndose en definitiva.

La visión de los cuerpos tuvo que impactar al fotógrafo francés, que sacaría dos fotos prácticamente idénticas del mismo lugar. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

De tratarse de restos de la época de la Guerra Civil, tal vez las anteriores sean las dos hipótesis que más se acerquen a la realidad, aunque no hay que olvidar que esta zona fue utilizada para cometer asesinatos, los denominados “paseos”, durante los primeros meses de la guerra, como ya vimos en nuestra crónica “el crimen de la calle Gaztambide”, donde dábamos cuenta del asesinato de los hermanos Gans, cuyos cadáveres fueron encontrados en la Ciudad Universitaria. Aunque bien es cierto que por regla general, los autores de estos crímenes no estaban muy preocupados con esconder los cadáveres. Estos comportamientos criminales tendrían su continuidad una vez finalizada la guerra, donde continuarían las particulares venganzas y ajustes de cuentas por parte de los vencedores.

Tampoco se puede descartar que los restos humanos hallados no tuvieran nada que ver con la Guerra Civil, bien podría tratarse de un crimen en el que este apartado lugar fuera elegido para deshacerse de un cadáver, o incluso de restos de otras épocas, no olvidemos que esta zona de Cantarranas albergaba un importante yacimiento prehistórico, donde se han encontrado un buen número de objetos y útiles de la Edad del Bronce, muchos de los cuales se pueden contemplar en el Museo Municipal.

Vista del viaducto desde las líneas franquistas. Al fondo a la izquierda la silueta de un hombre nos indica el lugar donde se encontraban los dos cadáveres. (Haga clic en la imagen para verla ampliada).

De todas formas, hasta que no se realice un estudio a fondo de los restos encontrados solo tendremos hipótesis. Hasta la fecha no tenemos noticia de que este estudio se haya producido, y es muy posible (y más con los tiempos austeros que corren) que los restos continúen almacenados en alguna dependencia oficial, con su correspondiente etiqueta. Sabemos que las obras fueron paralizadas en su momento, y tras visitar en varias ocasiones la zona, no hemos visto que estas se hayan continuado desde entonces.

Tampoco se puede descartar, como ya hemos comentado, la existencia de una fosa común posterior a la guerra en ese lugar. Pongo desde aquí el toro en suerte a los amigos de “Guerra en la Universidad”, un grupo de arqueólogos y estudiantes de la Universidad Complutense, que hace tiempo iniciaron diversas excavaciones y prospecciones relacionadas con la Guerra Civil en el campus de la propia universidad, y que han continuado con otras a lo largo de la geografía española. Sin duda la existencia de una fosa en la misma universidad, podría aportar interesante información sobre la historia de la Guerra Civil en la Universidad Complutense. Pensamos que en los diversos estamentos de la Universidad hay bastante sensibilidad a los temas relacionados con la Guerra Civil, y en especial a lo que relaciona este episodio con la propia universidad, un sentimiento que seguramente pueda facilitar cualquier iniciativa.

El paso del tiempo, el abandono, las filtraciones y el intenso tráfico que soporta a diario, están dañando la estructura del viaducto, una obra maestra de la ingeniería española. Sería necesario acometer obras de acondicionamiento antes de que los daños vayan a mayores.

No quisiéramos cerrar esta crónica sin hablar del estado en el que se encuentra el Viaducto de Cantarranas. Ya comentamos en la crónica dedicada a los viaductos de la Universitaria que el de Cantarranas se había perdido la impresionante visión del conjunto, tal como lo diseñara Eduardo Torroja. Por un lado la vaguada del arroyo ha sido colmatada, con lo que ya no se aprecia la elegancia de sus lineas, pero por si esto fuera poco, todos sus arcos, menos los dos utilizados por el tráfico rodado han sido tapiados, quedando todo el conjunto reducido a solamente un par de arcos.


Imagen actual del viaducto donde 13 de sus 15 arcos han sido convertidos en almacenes. En la estructura se aprecian numerosos impactos, testigos de los intensos combates en la zona.

Pero por si todo esto no fuera ya suficiente tormento para este monumento, también hay que destacar los inquietantes signos de deterioro que presenta la estructura. Parte de los techos de la parte visible se están desprendiendo, dejando al descubierto parte de la ferralla del hormigón, la cual presenta evidentes signos de corrosión. El viaducto soporta a diario un intenso tráfico rodado, y aunque seguramente todavía no existan motivos de una alarma inminente, no estaría de más el que se acometieran obras de conservación antes de que el deterioro vaya a mayores. Como muchos otros males, si se atajan a tiempo es mucho más fácil combatirlos que una vez que se hacen mayores, y un pequeño esfuerzo evita otros mayores en el futuro. Por desgracia en estos momentos tenemos muchos ejemplos.

Florentino Areneros.

(1) El número 13 de la revista Frente de Madrid (1936-1939 Especial Fotografía), incluía tres artículos (entre otros muchos de interés) sobre la colección fotográfica de Albert Louis Deschamps en la que podemos encontrar más de dos mil fotografías de este fotógrafo, tomadas durante el periodo de la Guerra Civil por toda la geografía nacional, una colección fotográfica indispensable, aunque desconocida por muchos aficionados.



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