Miliciano vasco recargando su fusil polaco en uno de los parapetos de Moncloa, febrero de 1937. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Entre los próximos 21 y 24 de noviembre se van a celebrar las VIII Jornadas de Gefrema en el salón de actos del centro Cultural de los Ejércitos de Gran Vía 13. Serán dos días de conferencias (21 y 22) y dos días de rutas guiadas (23 y 24). Comienzan las conferencias el jueves 21 de noviembre con la presentación del número 36 de la revista Frente de Madrid, y la intervención de Carlos Iriarte Aguirrezabala, quien nos hablará de Las Milicias Vascas Antifascistas en Madrid, una unidad singular compuesta por vascos residentes en Madrid al iniciarse el conflicto, o que llegaron desde otros lugares de España, y que permanecerían en primera línea del frente madrileño prácticamente durante toda la contienda.
Carlos Iriarte ha escrito un extenso y documentado artículo, el central del nuevo número de la revista que se presentará en estas VIII Jornadas, donde los interesados podrán conseguir su ejemplar. Como aperitivo a este artículo Carlos Iriarte nos envía una pequeña colaboración para publicar en Sol y Moscas, con algunas anécdotas y curiosidades de esta unidad y de alguno de sus componentes, que estamos seguros serán del interés de nuestros lectores. Al final del artículo podrán encontrar información de las VIII Jornadas y sobre la revista que se presentará en las mismas.
Por Carlos Iriarte Aguirrezabala.
La extensa cobertura mediática que recibieron las Milicias Vascas ha sido una fuente imprescindible para el estudio de su trayectoria, pero también nos ha dejado un extenso anecdotario del que rescatamos aquí algunos ejemplos.
El tono ameno de estos episodios, sin embargo, no disminuye su valor histórico. No tanto por su contenido, sino por la imagen que contribuyeron a crear: un vasco romantizado de intenciones puras, “corazón de niño”, que hacía gala de un valor ingenuo, perfecto para la guerra. Un prototipo de héroe necesario en los tiempos que corrían.
Uno de los casos más conocidos es el del llamado “Rey Mago anarquista”. El 10 de febrero de 1937 la revista Mundo Gráfico publicaba una entrevista a Clemente Famaraza Sandegui, miliciano de las MVA de filiación anarquista, que luchó en el desembarco de Mallorca y llegó a Madrid con la Columna Casanellas, acabando por integrarse en las Milicias Vascas: “¿Qué iba a hacer sino pelear con mis paisanos, corriendo su misma suerte?”
El miliciano donostiarra Clemente Famaraza, que se haría famoso por donar sus ahorros para comprar juguetes para los hijos de los milicianos. (Fotografía Mundo Gráfico 10-2-1937). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Unos días antes de la entrevista, se había presentado ante el comandante Lizárraga, ofreciendo una donación de cuarenta duros con los que comprar juguetes para los hijos de los milicianos. Sus motivaciones se remontaban a su infancia como huérfano: “Muchas veces, en la calle, recuerdo que me quedaba embobado ante los escaparates de juguetería y caminaba detrás de un niño cualquiera que tuviese en sus manos lo que a mí nunca me dieron… Cerca de casa vivían dos chiquillos. El día de Reyes les regalaron un tren maravilloso, que andaba solo por sus raíles, y lo ponían todas las tardes junto a mi puerta, para darme envidia… Aquello, tan trivial, al parecer, me hizo sentir y pensar.”
“Una sonrisa infantil vale medio mundo… Deja que los niños rían. Ellos son los hombres del mañana, y deben crecer lejos de toda amargura, para que tengan un porvenir dichoso, sin recuerdos obscuros, como los míos… ¿Doscientos pesetas? Bien. ¿No vale muchísimo más cualquiera de sus sonrisas? Una fortuna que yo tuviera sería para ellos.”
Varios milicianos se agolpan en torno a este artillero de Lekeitio, famoso por su puntería. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
La misma “esencia infantil” salía a relucir unos meses después en un reportaje de Ahora:
“Una chabola, en la que viven marineros vascos, que parece con sus literas de madera un pesquero de Bermeo o Portugalete, y que tiene dentro unos hombres sanos y fuertes que hablan siempre del mar lejano y que cuando señalan a la Casa de Velázquez, dicen “Ya quisiéramos ir navegando hasia adelante”… Un soldado de Ortega que ha inventado la perfecta teoría de los tiros: “El bala no es de temer. Lo que es peligroso es la velosidad del bala”…[sic]”
Más allá de la propaganda, los vascos hicieron honor a su fama de deportistas, enfrentándose durante un festival deportivo a los carabancheleros del batallón Primero de Mayo:
“Al aparecer en la tribuna nuestro querido compañero Ortega, en compañía de los demás jefes: Cardenal, Prada, Barceló, Rodrigo, Rillo, Sansinenea, López-Tovar, Rosales, etc., se le tributó una entusiasta ovación al tiempo que la Banda de la Brigada interpretaba el “Himno de Riego y el “Guernikako Arbola”; dándose a continuación vivas al Teniente Coronel Ortega, a la República, al Ejército Popular y a Euzkadi Azkatuta.
[…]
Se corrieron varias pruebas pedestres. Hubo lanzamiento de disco y distintos juegos olímpicos, bajo la dirección del capitán profesor de gimnasia, Heliodoro Ruiz. Y por último, se jugó un animado partido de fútbol entre los equipos de la Brigada, tercer Batallón (Primero de Mayo) contra el segundo (Milicias Vascas Antifascistas), obteniendo la victoria los muchachos vascos por una mínima diferencia: tres goles contra dos.”
El teniente coronel Ortega (con un ramo de flores) junto al general Miaja (centro con gafas) presidiendo un festival deportivo en el estadio de Chamartin. A la izquierda de la imagen, de espalds a Otega, distinguimos a Santiago Carrillo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Sin embargo, los miembros del batallón iban mucho más allá de este estereotipo. Militares, artistas plásticos y músicos engrosaron sus filas, y dejaron su impronta. La música destacó especialmente, debido al capitán Sansinenea, barítono de profesión.
Su voz resonaba allá donde iban los vascos, entonando zortzikos como el clásico bilbaíno de “Aquí venimos los barbis”, y protagonizando alguna anécdota:
“Cuando menos se esperaba, un aire vasco cantado con buena voz despertaba a los durmientes haciéndoles reclinarse y llenaba de emoción a centinelas e imaginarias; los mismos enemigos dejaban de disparar, indicando que en las trincheras de enfrente se ponían a la escucha de los muchachos del hoy batallón vasco. Cuentan que en Navalcarnero un andaluz de Riotinto que se acercó a oír zortzicos exclamó: “Ezo eztá mu bien, pero en ahora debía cantá flamenco.” Naturalmente, Sansi no pudo complacerle porque el flamenco no le va ahora.”
Ortega y Sansi junto a otros miembros de las MVA, con las oficinas de la GAL de fondo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
La carrera de nuestro barítono tendría influencia hasta nuestros días, aunque de manera indirecta: fue sin duda quien tuvo la idea de crear un himno de las Milicias Vascas; una composición que tendría una curiosa evolución hasta llegar a nuestros días.
La partitura la llevó a cabo el compositor donostiarra Pablo Sorozábal, con quien Sansi mantenía una estrecha relación: fue Sorozábal quien le lanzó al estrellato al darle el papel del comisario del Soviet Pedro Stakof en su famosa opereta “Katiuska, la mujer rusa” para su estreno en Madrid. En esta obra compartía escenario con Conchita Panadés, con la que se casaría en abril de 1937.
El himno que creó para las Milicias Vascas era una melodía para txistu a la que bautizó “Euzko Indarra” (“Fuerza Vasca”), que al poco tiempo recibió una letra del puño de Sansi.
El compositor Pablo Sorozabal, autor del Himno de las Milicias Vascas, en una foto de 1942. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Por desgracia, la delicada posición política del batallón vasco en la primavera de 1937 tuvo que ver con que el himno no fuese muy utilizado, y Sorozábal continuó su desarrollo por cuenta propia, instrumentándolo y rebautizándolo como “Euzkadi libre”, composición que solo se interpretó en una sola ocasión.
El fin de la guerra y la llegada del franquismo la relegó a un cajón, del que no saldría hasta 1956. Por aquel entonces, la sociedad Ozio-Bide de Deba buscaba una pieza original para la tamborrada de las fiestas locales y Sorozábal, habitual veraneante de la villa, parecía el candidato perfecto para componerla. Así narraba la petición el socio Txema Vitoria: “Un buen día se organizó un marmitako en la Sociedad al que se invitó al Maestro. Nadie se atrevía a proponerle la composición de una pieza para la Tamborrada y, según cuenta José Ignacio Urbieta, a él se le ocurrió preparar para postre, un brazo de gitano, en el que dibujó un pentagrama con unos compases de la zarzuela Katiuska. Sorozábal preguntó por el autor del postre y al ir a cortarlo reconoció las notas y dijo: "iPero esto es mío!". A lo que José Ignacio Urbieta contestó: "Sí, pero a nosotros nos hacen falta unos compases para la Tamborrada". De inmediato contestó el maestro: "yo te los hago". Y así fue como, al año siguiente, 1956, recibimos la "Marcha de Deba" o "Hirugarren Kalez-kale".”
La melodía de la Tamborrada de San Sebastian es una drivación del Himno de las Milicias Vascas que compusiera el maestro Sorozabal para esta unidad durante la guerra. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Esta marcha, sin embargo, no era una composición del todo original, sino que se trataba de una variación de “Euzkadi Libre”. De este modo pasó a ser tocada anualmente en las fiestas de Deba. Pero no sería el último salto de la carrera del viejo himno de las Milicias Vascas: de Deba pasó a ser interpretada en la multitudinaria tamborrada de San Sebastián, que se celebra todos los años el 20 de enero.
Carlos Iriarte Agurrezabala.
El próximo jueves 21 de noviembre a las 17:00 horas se presentará en el Centro Cultural de los Ejércitos de Madrid (Gran Vía 13) el número 36 de la revista Frente de Madrid, con una conferencia sobre las Milicias Vascas Antifascistas a cargo de Carlos Iriarte Aguirrezabala, autor del artículo central de la misma. La entrada es libre hasta completar aforo.
Esta conferencia está incluida en las VIII Jornadas de Gefrema. Pueden encontrar información más completa sobre las mismas en las siguientes imágenes:
Entre los próximos 21 y 24 de noviembre se van a celebrar las VIII Jornadas de Gefrema en el salón de actos del centro Cultural de los Ejércitos de Gran Vía 13. Serán dos días de conferencias (21 y 22) y dos días de rutas guiadas (23 y 24). Comienzan las conferencias el jueves 21 de noviembre con la presentación del número 36 de la revista Frente de Madrid, y la intervención de Carlos Iriarte Aguirrezabala, quien nos hablará de Las Milicias Vascas Antifascistas en Madrid, una unidad singular compuesta por vascos residentes en Madrid al iniciarse el conflicto, o que llegaron desde otros lugares de España, y que permanecerían en primera línea del frente madrileño prácticamente durante toda la contienda.
Carlos Iriarte ha escrito un extenso y documentado artículo, el central del nuevo número de la revista que se presentará en estas VIII Jornadas, donde los interesados podrán conseguir su ejemplar. Como aperitivo a este artículo Carlos Iriarte nos envía una pequeña colaboración para publicar en Sol y Moscas, con algunas anécdotas y curiosidades de esta unidad y de alguno de sus componentes, que estamos seguros serán del interés de nuestros lectores. Al final del artículo podrán encontrar información de las VIII Jornadas y sobre la revista que se presentará en las mismas.
ANECDOTAS Y VIVENCIAS DE LAS
MILICIAS VASCAS ANTIFASCISTAS
MILICIAS VASCAS ANTIFASCISTAS
Por Carlos Iriarte Aguirrezabala.
La extensa cobertura mediática que recibieron las Milicias Vascas ha sido una fuente imprescindible para el estudio de su trayectoria, pero también nos ha dejado un extenso anecdotario del que rescatamos aquí algunos ejemplos.
El tono ameno de estos episodios, sin embargo, no disminuye su valor histórico. No tanto por su contenido, sino por la imagen que contribuyeron a crear: un vasco romantizado de intenciones puras, “corazón de niño”, que hacía gala de un valor ingenuo, perfecto para la guerra. Un prototipo de héroe necesario en los tiempos que corrían.
Uno de los casos más conocidos es el del llamado “Rey Mago anarquista”. El 10 de febrero de 1937 la revista Mundo Gráfico publicaba una entrevista a Clemente Famaraza Sandegui, miliciano de las MVA de filiación anarquista, que luchó en el desembarco de Mallorca y llegó a Madrid con la Columna Casanellas, acabando por integrarse en las Milicias Vascas: “¿Qué iba a hacer sino pelear con mis paisanos, corriendo su misma suerte?”
El miliciano donostiarra Clemente Famaraza, que se haría famoso por donar sus ahorros para comprar juguetes para los hijos de los milicianos. (Fotografía Mundo Gráfico 10-2-1937). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Unos días antes de la entrevista, se había presentado ante el comandante Lizárraga, ofreciendo una donación de cuarenta duros con los que comprar juguetes para los hijos de los milicianos. Sus motivaciones se remontaban a su infancia como huérfano: “Muchas veces, en la calle, recuerdo que me quedaba embobado ante los escaparates de juguetería y caminaba detrás de un niño cualquiera que tuviese en sus manos lo que a mí nunca me dieron… Cerca de casa vivían dos chiquillos. El día de Reyes les regalaron un tren maravilloso, que andaba solo por sus raíles, y lo ponían todas las tardes junto a mi puerta, para darme envidia… Aquello, tan trivial, al parecer, me hizo sentir y pensar.”
“Una sonrisa infantil vale medio mundo… Deja que los niños rían. Ellos son los hombres del mañana, y deben crecer lejos de toda amargura, para que tengan un porvenir dichoso, sin recuerdos obscuros, como los míos… ¿Doscientos pesetas? Bien. ¿No vale muchísimo más cualquiera de sus sonrisas? Una fortuna que yo tuviera sería para ellos.”
Varios milicianos se agolpan en torno a este artillero de Lekeitio, famoso por su puntería. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
La misma “esencia infantil” salía a relucir unos meses después en un reportaje de Ahora:
“Una chabola, en la que viven marineros vascos, que parece con sus literas de madera un pesquero de Bermeo o Portugalete, y que tiene dentro unos hombres sanos y fuertes que hablan siempre del mar lejano y que cuando señalan a la Casa de Velázquez, dicen “Ya quisiéramos ir navegando hasia adelante”… Un soldado de Ortega que ha inventado la perfecta teoría de los tiros: “El bala no es de temer. Lo que es peligroso es la velosidad del bala”…[sic]”
Más allá de la propaganda, los vascos hicieron honor a su fama de deportistas, enfrentándose durante un festival deportivo a los carabancheleros del batallón Primero de Mayo:
“Al aparecer en la tribuna nuestro querido compañero Ortega, en compañía de los demás jefes: Cardenal, Prada, Barceló, Rodrigo, Rillo, Sansinenea, López-Tovar, Rosales, etc., se le tributó una entusiasta ovación al tiempo que la Banda de la Brigada interpretaba el “Himno de Riego y el “Guernikako Arbola”; dándose a continuación vivas al Teniente Coronel Ortega, a la República, al Ejército Popular y a Euzkadi Azkatuta.
[…]
Se corrieron varias pruebas pedestres. Hubo lanzamiento de disco y distintos juegos olímpicos, bajo la dirección del capitán profesor de gimnasia, Heliodoro Ruiz. Y por último, se jugó un animado partido de fútbol entre los equipos de la Brigada, tercer Batallón (Primero de Mayo) contra el segundo (Milicias Vascas Antifascistas), obteniendo la victoria los muchachos vascos por una mínima diferencia: tres goles contra dos.”
El teniente coronel Ortega (con un ramo de flores) junto al general Miaja (centro con gafas) presidiendo un festival deportivo en el estadio de Chamartin. A la izquierda de la imagen, de espalds a Otega, distinguimos a Santiago Carrillo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Sin embargo, los miembros del batallón iban mucho más allá de este estereotipo. Militares, artistas plásticos y músicos engrosaron sus filas, y dejaron su impronta. La música destacó especialmente, debido al capitán Sansinenea, barítono de profesión.
Su voz resonaba allá donde iban los vascos, entonando zortzikos como el clásico bilbaíno de “Aquí venimos los barbis”, y protagonizando alguna anécdota:
“Cuando menos se esperaba, un aire vasco cantado con buena voz despertaba a los durmientes haciéndoles reclinarse y llenaba de emoción a centinelas e imaginarias; los mismos enemigos dejaban de disparar, indicando que en las trincheras de enfrente se ponían a la escucha de los muchachos del hoy batallón vasco. Cuentan que en Navalcarnero un andaluz de Riotinto que se acercó a oír zortzicos exclamó: “Ezo eztá mu bien, pero en ahora debía cantá flamenco.” Naturalmente, Sansi no pudo complacerle porque el flamenco no le va ahora.”
Ortega y Sansi junto a otros miembros de las MVA, con las oficinas de la GAL de fondo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
La carrera de nuestro barítono tendría influencia hasta nuestros días, aunque de manera indirecta: fue sin duda quien tuvo la idea de crear un himno de las Milicias Vascas; una composición que tendría una curiosa evolución hasta llegar a nuestros días.
La partitura la llevó a cabo el compositor donostiarra Pablo Sorozábal, con quien Sansi mantenía una estrecha relación: fue Sorozábal quien le lanzó al estrellato al darle el papel del comisario del Soviet Pedro Stakof en su famosa opereta “Katiuska, la mujer rusa” para su estreno en Madrid. En esta obra compartía escenario con Conchita Panadés, con la que se casaría en abril de 1937.
El himno que creó para las Milicias Vascas era una melodía para txistu a la que bautizó “Euzko Indarra” (“Fuerza Vasca”), que al poco tiempo recibió una letra del puño de Sansi.
El compositor Pablo Sorozabal, autor del Himno de las Milicias Vascas, en una foto de 1942. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Por desgracia, la delicada posición política del batallón vasco en la primavera de 1937 tuvo que ver con que el himno no fuese muy utilizado, y Sorozábal continuó su desarrollo por cuenta propia, instrumentándolo y rebautizándolo como “Euzkadi libre”, composición que solo se interpretó en una sola ocasión.
El fin de la guerra y la llegada del franquismo la relegó a un cajón, del que no saldría hasta 1956. Por aquel entonces, la sociedad Ozio-Bide de Deba buscaba una pieza original para la tamborrada de las fiestas locales y Sorozábal, habitual veraneante de la villa, parecía el candidato perfecto para componerla. Así narraba la petición el socio Txema Vitoria: “Un buen día se organizó un marmitako en la Sociedad al que se invitó al Maestro. Nadie se atrevía a proponerle la composición de una pieza para la Tamborrada y, según cuenta José Ignacio Urbieta, a él se le ocurrió preparar para postre, un brazo de gitano, en el que dibujó un pentagrama con unos compases de la zarzuela Katiuska. Sorozábal preguntó por el autor del postre y al ir a cortarlo reconoció las notas y dijo: "iPero esto es mío!". A lo que José Ignacio Urbieta contestó: "Sí, pero a nosotros nos hacen falta unos compases para la Tamborrada". De inmediato contestó el maestro: "yo te los hago". Y así fue como, al año siguiente, 1956, recibimos la "Marcha de Deba" o "Hirugarren Kalez-kale".”
La melodía de la Tamborrada de San Sebastian es una drivación del Himno de las Milicias Vascas que compusiera el maestro Sorozabal para esta unidad durante la guerra. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Esta marcha, sin embargo, no era una composición del todo original, sino que se trataba de una variación de “Euzkadi Libre”. De este modo pasó a ser tocada anualmente en las fiestas de Deba. Pero no sería el último salto de la carrera del viejo himno de las Milicias Vascas: de Deba pasó a ser interpretada en la multitudinaria tamborrada de San Sebastián, que se celebra todos los años el 20 de enero.
Carlos Iriarte Agurrezabala.
REVISTA FRENTE DE MADRID
NÚMERO 36
NÚMERO 36
El próximo jueves 21 de noviembre a las 17:00 horas se presentará en el Centro Cultural de los Ejércitos de Madrid (Gran Vía 13) el número 36 de la revista Frente de Madrid, con una conferencia sobre las Milicias Vascas Antifascistas a cargo de Carlos Iriarte Aguirrezabala, autor del artículo central de la misma. La entrada es libre hasta completar aforo.
VIII JORNADAS DE GEFREMA
Esta conferencia está incluida en las VIII Jornadas de Gefrema. Pueden encontrar información más completa sobre las mismas en las siguientes imágenes:
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