jueves, 11 de marzo de 2010

RUTA PUENTE DE LOS FRANCESES

FERIA DE SAN ASALTO DE MADRID

MORCILLO NO CONSIGUE CULMINAR UN TRIUNFO ANUNCIADO


La invalidez del esperado último toro, que hubo de ser devuelto a los corrales, impidió a "El Presi" culminar una gran faena en la corrida central de la Feria de Gefrema.

Por nuestro enviado especial Florentino Areneros.

Mañana soleada y temperatura primaveral acompañaron a esta ya tradicional corrida de noviembre que se viene celebrando desde hace varios años dentro del programa de festejos con motivo de las fiestas patronales de Gefrema en honor de San Asalto, y que en esta ocasión tuvo lugar en la monumental plaza del Puente de los Franceses, conocida popularmente como coso de La Riberita. Gran expectación para ver actuar de nuevo al afamado diestro Antonio Morcillo "El Presi", que no actuaba para el público gefremero desde hace un año.

Un gran número de gefremeras y gefremeros ataviados con sus mejores galas para la ocasión, se van dando cita en los alrededores de la plaza momentos antes de empezar el festejo, y en cuanto se abren las puertas ocupan los tendidos en un visto y no visto. Que gran expectación señoras y señores, un lleno hasta la bandera y el cartel de no hay billetes que se cuelga en las taquillas. Se aprecian significativos huecos en el palco de autoridades, similar a lo que ha venido ocurriendo en corridas anteriores en las que se toreaba un ganado más aspero y lidiaban toreros de menos cartel. Como nos recordaba esta soleada mañana a aquellos llenos y aquellas corridas de La Beneficencia hace ya muchos años, que presidía su Excelencia el Generalísimo, cuando se juntaba en la plaza lo más granado de la sociedad, aunque a muchos no les interesaran los toros. Unos para mostrar su inquebrantable adhesión al Régimen, otros para cerrar algún negocio, otros para salir en la foto y algún que otro carterista como no podía ser menos en este país de pillos. Todavía guardamos en la retina esa visión de los tendidos de sombra que semejaban un campo de amanitas, de tanta boina roja que los poblaba. Y junto a toda esta pompa y boato, y en un segundo plano, la sufrida afición que tarde tras tarde, independientemente del tiempo que haga, de quien presida, del encaste del ganado y de los lidiadores, asisten a la plaza, haga frío o calor, llueva o truene. Son estos esforzados y beneméritos aficionados los que mantienen y hacen grande a la Fiesta, e impiden que algo tan nuestro desaparezca.

En los tendidos algunas de las primeras figuras del escalafón entre ellos el Maestro Bazán con su inseparable cámara, el presidente de la Peña Casado "Chato de Ventas" (no confundir con el Presidente de Honor de la Peña, el ínclito "Sandoval", que no apareció ya que no estaba previsto que hubiera cañas ni pinchos), amplia representación del Tendido del Siete con Jacinto a la cabeza y el pañuelo verde en el bolsillo, Luis de Vicente "Manzanares", Martín Minchon "Guiri II", "Moncloveño", Guillermo "Espoleta", Juan García "Verderón", José María Sánchez "El Editor" y otros muchos más, entre diestros e insignes aficionados, lo que hace imposible que pueda citar a todos en este reducido espacio.



Con un poco de retraso sobre el horario previsto, debido al elevado número de aficionados que quieren saludar al maestro, pedirle un autógrafo y hacerse una foto con él, así como a la masiva presencia de medios de comunicación. Suenan los clarines y timbales que anuncian el comienzo del festejo.Viste el maestro terno cobalto con alamares blancos de adidas y chinelas de travesía decatlon. Tras el paseillo preceptivo por la Clínica Moncloa, “El Presi” salta al albero de la Riberita, donde tantas puertas grandes ha abierto y tantas mañana de gloria se le recuerdan, bajo la atenta mirada del público, que asiste expectante al esperado momento.

Comienza el diestro con unas ferroviarias bien ceñidas que introducen a los espectadores en la historia de la Linea del Norte, el Puente y las pillerías de la Casa Real. Tras estos lances de recibo, que aprovecha el diestro para calibrar la embestida del toro por ambos pitones, y que son recibidos con agrado por la entregada afición, ya que no en vano este torero tiene un gran cartel en esta plaza, se prepara para iniciar una tanda de derechazos. Experto conocedor de los terrenos y de esta ganadería que da siempre tan buen juego, una divisa de embestida dulce y que pocas veces lanza un gañafón, "El Presi" se sitúa en los medios y cita con las zapatillas clavadas en la arena al morlaco, que con alegre trotecillo humilla ante el engaño. Continua el diestro con una tanda de pases sobre la mano derecha, que no consigue arrancar los sentidos olés de las gradas que hemos oído en otras ocasiones toreando este diestro. Tiene este maestro acostumbrada a la afición a faenas muy similares, y sus pases no trasmiten tanto como cuando debutó este afamado lidiador hace ya unas cuantas temporadas, es esta una corrida en la que falta la emoción del imprevisto lo que le resta algún mérito. Sin embargo aun abusando del pico en los pases, y toreando fuera de cacho, los aficionados siguen atentos los distintos lances. Es lo que tienen estas corridas grandes de feria, el aficionado viene a disfrutar y todo le parece bien, incluyendo a los intransigentes del Siete. El toro es un bombón, que repite incansable las embestidas, y los terrenos ayudan al lucimiento, que fácil es torear ante la afición gefremera cuando se trata del ataque frontal y de los reales sitios de la Moncloa, ya le gustaría al maestro Bazán enfrentarse a estos caramelos y no a las alimañas del páramo del Hinkel de Hortaleza, o del diluvio de la Rozas. Pero dos veteranos aficionados, Carlos Sala y Fernando Cardenal, siempre alerta en defensa de la ortodoxia ruteril, puntualizan al maestro desde los tendidos sobre las piscinas de La Bombilla antes de la guerra. Que dos grandes aficionados, cuanta sabiduría acumulan ellos dos solos. Son detalles como este los que han hecho grande a la afición de Gefrema, y la convierten en la más entendida y con más criterio de cuantas pueblan el solar patrio.

El maestro continuó por diversos terrenos conduciendo al toro tras el engaño a una sola mano, como los grandes, en amplio rodeo hasta situarlo en la caseta de la Avenida de Valladolid. Un diestro de recursos como "El presi" no podía desaprovechar el realizar una tanda de naturales en este lugar, donde siempre se cuenta con el beneplácito de la afición y los aplausos están asegurados, "torear con ventaja" vaya, que diría algún purista. Terminó la faena a este primer toro de nuevo bajo los arcos del Puente, donde lo despachó de certera colección de impactos en la estructura.

Para la lidia de su segundo astado, eligió el maestro los terrenos de la Casa de Campo, y si el anterior había sido un bombón este era una golosina, con un toro así y en estos terrenos alejados de querencia, torea bien hasta el de Ubrique o el mismísimo Pío Moa. Queriendo el diestro mantener viva la atención en los tendidos, realizó un temerario desplante, con total desprecio de su propia integridad física, cruzándose a los medios de la incorporación de la carretera de Castilla a la M30, gesto que fue seguido fervorosamente por algunos aficionados, mientras desde el tendido del Siete se ondeaba el pañuelo verde en señal de desaprovación.

A continuación encadenaría el diestro algunas de las mejores tandas de la mañana en la actual Escuela de Cantería, donde dio unos sentidos muletazos apoyándose en unas excelentes fotografías, y unos no menos excelentes croquis y testimonio de Tavera, que puso un muy meritorio y aplaudido par de banderillas, por el que tuvo que salir a saludar a los tercios. Un muy buen subalterno este Tavera, que esperemos se decida pronto a tomar la alternativa, aunque nos asalta la duda si sigue visitando la misma peluquería de donde le vamos a colocar la coleta, simbolo por excelencia del matador que de ser del propio cabello en las épocas doradas de este arte ha pasado a ser un postizo que se coloca sobre el pelo propio del lidiador, aunque en el caso de este diestro en ciernes tendremos que tirar de celo o probar con una ventosa, sin contar que si tiene la desgracia de que le toque Sandoval como mozo de espadas es capaz de colocársela con chinchetas, ya sabemos como las gasta este hombre. Terminó el diestro la faena a este segundo de su lote, con unos pases por la Pista del Generalísimo, y otros por los restos de la Pasarela, sabedor de que el éxito estaba asegurado lidiando en estos terrenos, tan del agrado de cualquier aficionado que se precie.

Se acercaba el anunciado momento culminante de la mañana con la visita al inédito fortín, toreo en estado puro, esencia misma de este supremo arte, que tanto gusta a los aficionados gefremeros. Eligió el diestro para la lidia los terrenos de la orilla opuesta a las instalaciones de la Banda Municipal, para lo cual era necesario realizar un temerario paso bajo un puente. Ignorando los posibles peligros se situó el maestro frente a la entrada y como si de un fiero morlaco se tratará cito en un alarde temerario, alzandose sobre las puntillas, a los que pudieran estar dentro "iji..., iji...". A la llamada salió una pareja de Viriatos, que a modo de Suero de Quiñones guardando el Paso Honroso, impiden que cualquiera cruce por este lugar sin su consentimiento. Al reconocer que ante ellos se encontraba una de las mayores figuras del toreo no opusieron ningún impedimento y accedieron gustosos a que la afición gefremera cruzara el puente que les sirve a la vez de aposento. Al cruzar pudimos observar como uno de los viriatos, al igual que los forçados de su tierra natal que se enfrenta sin más armas que sus brazos a un bravo y fiero morlaco, se enfrentaba a un terrible cánido en desigual lid, sujetándolo por las fauces e impidiendo que atacara a alguno de los aficionados gefremeros. Superado este trance, los aficionados se acomodaron para el acontecimiento, pero desgraciadamente sobre el lomo del fiero animal que debía hacer las delicias de la afición saliendo en último lugar, había caído un palé de ladrillos, dejándolo inservible para la lidia por lo que tuvo que ser devuelto a los corrales, sin que pudieran los aficionados contemplar el juego que daba. Es decir, el inédito fortín quedo inédito. Una pena este final de faena, para una corrida que habia transcurrido entre ovaciones y olés hasta el momento. Sin embargo mientras los aficionados se marchaban del coso del Puente de los Franceses, pudieron contemplar las históricas rejas que rodearon La Cibeles durante la guerra, y los pilares de una entrada artística con múltiples restos de impactos, y una farola con símbolos republicanos, gracias a los apuntes del maestro "Manzanares".

En resumen, una agradable mañana, en la que a pesar de no realizarse grandes faenas si que pudimos ver algunos detalles de interés, aunque bien es cierto que dado el nombre y la trayectoria del protagonista, esperábamos algo más, sobre todo en terrenos como estos y lidiando toros de la ganadería de "LOS CHUCHES", de dulce embestida y que siempre han dado mucho juego. Con esta corrida se cierra la temporada 2009 en Gefrema, por lo que en breve se convocaran como viene siendo habitual los premios taurinos de esta prestigiosa revista a la mejor faena del año y al mejor lidiador, entre otros y variados premios, de cuya convocatoria y composición del jurado internacional se facilitará la correspondiente información en breve en este mismo semanario SOL Y MOSCAS.

Florentino Areneros.

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