viernes, 11 de noviembre de 2011

EL RENACIMIENTO

Voluntarios de la Brigadas Internacionales desfilando por la Gran Vía en la Red de San Luis (Fotografía: La Biblioteca Fantasma)


EL RENACIMIENTO


A finales del Siglo XV Europa atravesaba un periodo de cambios en todos los ordenes, culturales, económicos, políticos, sociales,… Cambios que darían como resultado el nacimiento de la era moderna. Atrás quedaban los oscuros tiempos de la Edad Media y sus sombras, donde el conocimiento era patrimonio de unos pocos, que lo utilizaban a su antojo y beneficio. El conocimiento era solo uno, los dogmas se repetían como algo inamovible siglo tras siglo, nadie se atrevía a negarlos, ni siquiera a cuestionarlos. Todo esto empezaría a cambiar al finalizar el Siglo XV, un movimiento imparable en todos los ámbitos del conocimiento volvería sus ojos a los tiempos anteriores a la Edad Media, a la cultura clásica de griegos y romanos, así como al humanismo, que de este modo volvía a nacer, que de esta manera renacía. Es por ello que conocemos este periodo como Renacimiento.

La Gioconda sonríe tras contemplar el video de la actuación de Moncloveño.

Con la guerracivilmaquia podemos afirmar que estamos asistiendo a un fenómeno similar. Hasta ahora hemos tenido que asimilar los dogmas inamovibles de los unos o de los otros, la interpretación y ejecución de este noble arte se limitaba a repetir las doctrinas aprendidas independientemente de quienes fueran los diestros que actuasen o de las ganaderías que lidiasen. Pero al igual que en el renacimiento aparecieron Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da Vinci, en estos tiempos vemos surgir nuevos fenómenos de la guerracivilmaquia: Ibarakeño, Rufian, Inés Tremis, Ribereño, Universitario, entre otros diestros de contrastable valía, gracias a cuya labor podemos afirmar sin temor a equivocarnos que estamos asistiendo al renacimiento de la guerracivilmaquia.Y fue ayer viendo torear a Moncloveño, cuando fui plenamente consciente de esta nueva realidad.

Leonardo da Vinci uno de las principales figuras del Renacimiento, al igual que Moncloveño.

Ya saben ustedes la debilidad que en esta redacción sentimos por el diestro de la Cuesta de Areneros, el indiscutible número uno del escalafón, a mucha distancia de cualquiera de los otros diestros que en la actualidad pisan el albero. Y ustedes podrían pensar que esta flaqueza de nuestros sentimientos podría impulsarnos a la desmesura en el halago, a la desproporción en la alabanza, pero si ustedes hubieran tenido la fortuna de contemplar lo que los aficionados que abarrotamos los tendidos del monumental coso de la ciudad de Madrid pudimos contemplar en la mañana del festivo miércoles, estoy seguro que nos concederían la razón al ver el arte que generosamente derrocha este diestro en cada una de sus contadas apariciones, algo muy difícil de narrar con palabras, aunque trataré de hacerlo en deferencia a esos miles de lectores que desde los distintos continentes leen nuestras crónicas.



La mañana amaneció soleada, con un sol que casi hacía daño para la época en la que estamos, daba la sensación de que ni el astro rey quería perderse lo que habría de ocurrir. Desde primeras horas de la mañana, casi de madrugada, los aficionados se habían congregados expectantes junto a las puertas del Ministerio de Agricultura donde Moncloveño momentos después habría de comenzar el solemne paseillo. Entre los presentes se encontraban algunas de las primeras figuras del panorama taurino, así como insignes aficionados, entre ellos el infatigable “Finito de Hortaleza”, el presidente de la Peña Taurina Casado honorable Sandoval (que parece haber vuelto al redil e hizo entrega de un ejemplar de las memorias de Don Santiago Bernabeu a Moncloveño antes de iniciarse el paseillo), “Inés Tremis” que en esta ocasión vino acompañada de “Capa” al que vimos muy flamenco con su “camarón” colgando del cuello. También ocupaba una localidad de barrera “Modesto”, así como “Galáctico” situado en el tendido del 7. También andaban por allí “Cubanito” y “Verderón”, así como una nutrida y entusiasta representación de la Peña Parque Lineal del Manzanares, y otros muchos entre los que queremos destacar a Luis de Vicente “Manzanares” que realizaría dos soberbios quites, uno al comienzo y otro al final del festejo. Destacar así mismo algunas notables ausencias como la de José Antonio Carmona “El Arquitecto” al que Moncloveño tenía reservado un quite a los pies del edificio de Telefónica pero que finalmente no pudo asistir, o la ya habitual puñalada en la espalda de “El Chato de Ventas” que encima tuvo el descaro de alegar que estaba trabajando. Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar la presencia en todo momento, aunque se encontraba en Japón, del magistral Ken O’Keefe “Ibarakeño” autentico muñidor de la criatura, que ya presentó con un clamoroso éxito en las pasadas jornadas de la AABI y al que Moncloveño dedicó la faena en un emotivo brindis en la distancia.

Alguno de los aficionados que colmaban los tendidos fotografiados en al Plaza de Benavente.

En los tendidos, pese a no ser día festivo en toda la Comunidad, no cabía un alfiler, un incesante run-run se sentía desde considerable distancia del coso, presagio inequívoco de las jornadas de gloria. A la hora prevista sonaron clarines y timbales, y de la oscuridad del patio de cuadrillas emergió la impresionante figura de este joven diestro, que solemne y lentamente saludó a los aficionados trazando con su mano, a media altura y con la palma mirando hacia él, un imaginario círculo que seguía el perímetro de las tablas en un movimiento pausado e infinito.

Vestía el diestro un impecable y elegante terno en grana y cobalto, que resaltaba aun más si cabe su esbelta y atlética figura. Para este diestro, pese a su casi insultante juventud, parece que no pasa el tiempo, el duro trabajo de gimnasio que realiza diariamente es evidente, su poblada cabellera, sus inmaculadas facciones que habrían inspirado al mismo Fidias, su sonrisa perfecta, su espigada figura, pura fibra, ni gota de grasa, sus armoniosos y elegantes movimientos, hacen que la sola presencia de este diestro en el albero sea por si misma todo un espectáculo. No nos extraña que anden tras del diestro una pléyade de actrices y modelos, y que se lo rifen en las tertulias del corazón, incluida Ana Rosa que se rumorea ha efectuado suculentas ofertas al torero para que asista su programa.

La apoteósica reaparición de Moncloveño ha influido en multitud de ámbitos, incluido el mundo de la moda y de la alta costura.

Desde que el morlaco salió de toriles hasta la estocada final, la lidia desarrollada por Moncloveño fue una auténtica obra de arte. Bien es cierto que al comienzo de su faena al torero se le vio un poco descolocado y algo nervioso, no en vano hacía mucho que no saltaba a un ruedo y tampoco venía mentalizado para tal afluencia de público. Sin embargo la sintonía con el público fue inmediata, a lo que sin duda contribuyo la documentación gráfica que el diestro había repartido por los tendidos, aunque la masiva presencia de aficionados que ocupaban incluso las escaleras, hizo que se agotaran los cuadernillos quedando algún aficionado sin ella. Si ustedes quieren conocer más sobre la información y las fotografías que se manejaron durante el festejo les recomiendo visitar el foro de la asociación Gefrema donde encontraran un hilo sobre la monumental faena de Moncloveño y las aportaciones, siempre interesantes, de los aficionados que participan en esa apasionada tertulia. Un foro que les recomendamos visitar

Al lucimiento sin duda alguna ayudó sobremanera el monumental coso, durante todo el recorrido la presencia de la guerra civil estaba en el ambiente, y podemos afirmar que fue en gran medida gracias a la colaboración en la lidia de muchas de las personas que se encontraban en los tendidos, dispuestas en todo momento a reseñar todos los detalles que podían contribuir a la lidia. Los primeros lances en la glorieta de Carlos V ya arrancaron las primeras ovaciones, y el lanceo posterior por la calle de Atocha permitió el lucimiento de muchos aficionados que saltaron al albero para realizar un quite, porque uno puede andar por Atocha sin darse cuenta de por donde va, pero si va acompañado de la afición gefremera siempre aparecen impactos, antiguas catenarias del tranvía, escudos de la República, múltiples anécdotas y una larga lista de curiosidades, algo que sería una constante a lo largo de todo el recorrido.

Una imagen del Ministerio de Fomento, lugar elegido por Moncloveño para iniciar el paseillo, con los efectos de los bombardeos aéreos.

La parada en Antón Martín fue monumental, como el teatro del mismo nombre, continuó la faena con la visita a San Sebastián, el teatro Calderón y la Plaza de Benavente, donde los asistentes repusieron fuerzas. Bajarían por la calle Carretas a detenerse en la Puerta del Sol, donde el diestro despachó una serie de pases de tremenda torería que volvieron a arrancar sonoras ovaciones de los tendidos, destacando unas emotivas “Rufianeras” sobre la checa de la iglesia del Carmen, que dejaron maravillado a más de un aficionado. Por la calle de la Montera se recordó la antigua iglesia de San Luis Obispo, destruida a causa de un bombardeo aéreo durante la guerra. Ya ven ustedes lo que son las cosas, tres iglesias visitadas, tres iglesias destruidas por la aviación franquista, no me pueden negar que ya es puntería.

Las “rufianeras” sobre la checa de la iglesia del Carmen fueron de los lances que más curiosidad despertaron entre los aficionados asistentes a la ruta. (Fotografía: La Biblioteca Fantasma)

Otra tanda destacada de pases tuvo lugar en la Red de San Luis, lugar emblemático de aquel día triunfal de las Brigadas a su paso por la Gran Vía. Un chiringuito de Unión Progreso y Democracia estuvo dando tormento a los aficionados, que pudieron seguir disfrutando de las evoluciones del maestro en el albero, así como de un monumental par de banderillas en todo lo alto que colocó Vicente González “Cubanito” al hablar sobre los cubanos en la Brigadas Internacionales, y la relación de alguno de ellos con Madrid como los que regentaban la pensión La Cubana y el bar Miami en la misma Red de San Luis. También se habló del edificio de la Telefónica y de su protagonismo durante la guerra.

La Red de San Luis y el edificio de la Telefónica durante la guerra civil.

Posteriormente otra parada frente al hotel Gran Vía permitió otro momento de sublime lucimiento de Moncloveño, al leer una páginas del libro “La defensa de Madrid” de Sir Geoffrey Cox, que estuvo alojado en aquel hotel el 8 de noviembre de 1936 y que vio desfilar a los brigadistas frente a la cafetería del hotel. Esta tanda se la dedicó en un emotivo brindis al gran maestro Martín Minchom “Ribereño”, ausente de los tendidos por compromisos ineludibles.

La cafetería del hotel Gran Vía, lugar desde donde el corresponsal Geoffrey Cox contempló el desfile de los brigadistas.

La apoteosis llegaría en la plaza del Callao, con un público ya entregado cautivo de los lances del maestro. Para que no faltara detalle el diestro había traído desde Chihuahua un mariachi completo que había contratado para la ocasión. El mariachi ya había amenizado la faena del diestro en la Puerta del Sol interpretando el tradicional “Ay Jalisco no te rajes”, desplazándose posteriormente por la calle de Preciados hasta la plaza del Callao, y en cuanto vieron llegar al maestro se arrancaron con un emotivo y vibrante “El Rey”. Y para que queremos más amigas y amigos lectores, el maestro echó el resto, se vino arriba y encadenó los que fueron los pases más magistrales y artísticos de toda la mañana, que el diestro orquestó aprovechando el juego que daban al alimón dos figuras de la categoría de Hemingway y Koltsov, y los hoteles Florida y Capitol. Cuando terminó esta larga tanda de pases, se puede decir que Moncloveño ya había abierto la Puerta Grande de par en par sin haber tenido que echar mano del estoque, sin embargo en un gesto de pundonor torero, Moncloveño quiso terminar la faena tal y como se había previsto en la convocatoria del festejo, lo que permitió que los aficionados poder disfrutar comparando la Gran Vía en la actualidad con como estaba durante la guerra. Al llegar a la Plaza de España, Moncloveño cuadró al morlaco, y de sublime volapié culminó la que sin duda será recordada como faena del año, que digo del año, de la década, y ya si me apuran del siglo.

El Hotel Florida en la Plaza del Callao, lugar de residencia, y de alguna cosa más, de Hemingway durante la guerra.

Y entonces fue cuando se desató el delirio, cuando tuvo lugar la apoteosis. Los abarrotados tendidos se poblaron de pañuelos blancos, muchos aficionados pugnaban por llegar a la arena para saludar al maestro, y los Guardias de Asalto no eran capaces de contener tal avalancha, desde el palco de la Presidencia, Don Manuel Azaña concedía los máximos trofeos al diestro, que emocionado era izado a hombros. En ese momento tres polikarpov surcaban el aire a baja altura, despidiendo columnas de humo de colores con los que formaban la bandera republicana, pilotando el avión del centro “Cuatro Vientos” saludaba con la mano desde la cabina, una columna de brigadistas bajaba desfilando desde la Gran Vía cantando La Internacional camino de la calle de la Princesa, de un coche descendían el general Kléber y el Coronel Vicente Rojo que imponían al diestro la Laureada de Madrid, antes que los aficionados, en volandas, lo condujeran hasta su cercano domicilio. Y así fue amigas y amigos lectores, porque ver torear a este maestro es como vivir un sueño. Desde que dio el primer pase los aficionados que lo contemplábamos comenzamos a soñar despiertos, y ante nuestros ojos fueron tomando vida las imágenes que se habían producido hace ahora setenta y cinco años, y que gracias a la magia de de este príncipe de la guerracivilmaquia podíamos volver a contemplar. El pasado miércoles vivimos un día histórico, un día en el que los buenos aficionados pudieron ver como este noble arte volvía a nacer de las manos de Moncloveño, un día en el que unos pocos elegidos pudieron contemplar el Renacimiento.

Florentino Areneros.

Parte de los aficionados al finalizar la gloriosa mañana.

2 comentarios:

  1. Estimada redacción de Sol y Sombra:

    Apenas despertando de un Sueño que fue realidad, la única e irrepetible FAENA del siglo by Moncloveño, quiero manifestar al lector que por razones ajenas a su voluntad tuvo la desgracia de no asistir a tan magno evento, aparte de las glorias por uds. magistralmente descritas, aunque parcas, la invitación por parte del diestro triunfador a varias libaciones de espumosa cerveza, en un rasgo de generosidad y con sus facultades mentales ligeramente extraviadas por el éxito de la faena, tuvo a bien prodigar al
    respetable que delirantemente le vitoreaba . Si algún incrédulo no lo creyese le remito a las fotos que hace referencia esta crónica.

    Viva Moncloveño y el tercio, pero de barril.

    ResponderEliminar
  2. Apoteósico, sensacional, fabuloso!
    y ahora, el 20N: oa,oa,oa, Moncloveño a...

    ResponderEliminar