El pasado domingo 14 de febrero más de un centenar de personas de diversas asociaciones se concentraron desafiando al intenso frío y a la lluvia para protestar por la destrucción que ha sufrido el Espolón de Rivas tras las tareas de tala de los árboles que se quemaron en el incendio del pasado verano. La utilización de maquinaria pesada y la falta de supervisión han provocado importantes pérdidas en el patrimonio arqueológico y ecológico de este singular enclave. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
En estos días en los que la polémica sobre el cambio de nombres de calles, retirada de placas y monumentos, aperturas de fosas y otros temas colaterales acompañan a la actividad política y constituyen tema de debate entre los ciudadanos, poco se habla de los vestigios históricos de los campos de batalla de la Guerra Civil, una parte importante de nuestro patrimonio arqueológico e histórico, que año tras año vamos viendo cómo se va perdiendo de manera irreversible ante la apatía de la gran mayoría de administraciones, y el desconocimiento de la gran mayoría de la población.
Desde puntos lejanos como la carretera de Valencia, son visibles las cicatrices que ha provocado en el monte la maquinaria pesada utilizada. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
La Comunidad de Madrid es una de las que mayor número de vestigios arqueológicos relacionados con la Guerra Civil conserva todavía. Al poco de producirse el golpe militar de julio de 1936 que provocaría la Guerra Civil, ya se combatía en la sierra madrileña, después vendrían las grandes batallas que tuvieron lugar a lo largo de toda la geografía madrileña y sus alrededores: Madrid, Batalla de la Niebla, Jarama, Guadalajara, Operación Garabitas, Batalla de La Granja, Brunete… Madrid se convertiría en el principal objetivo de los golpistas desde el inicio de la guerra, convirtiéndose su toma en una obsesión que continuaría a lo largo de toda la contienda. Esta situación provocaría que se crearan frentes activos durante los casi 1000 días que duró la guerra, fortificándose todos ellos. En esos frentes se construirían centenares de kilómetros de trincheras, innumerables fortines, nidos de ametralladora, puestos de escuadra, parapetos y otras construcciones similares, refugios antiaéreos, habitáculos para la tropa, y un largo etcétera de estructuras por todo el territorio de la Comunidad de Madrid y de las vecinas. El paso del tiempo ha hecho desaparecer muchas de aquellas construcciones, pero muchas más han desaparecido a causa del imparable y muchas veces incontrolado desarrollo urbanístico, o por la construcción de infraestructuras, siempre ante la desidia de las diferentes administraciones y el escaso o nulo interés, cuando no el interés en hacerlos desaparecer, de los propietarios de los terrenos. En la prestigiosa revista Frente de Madrid editada por GEFREMA, podemos encontrar una sección fija de título “Si te dicen de caí”, donde a lo largo de los últimos años han ido recogiendo y denunciando las diferentes agresiones que este rico patrimonio ha ido sufriendo.
La abundante presencia de ramas verdes cortadas nos hace preguntarno si era necesario talar todos los árboles. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Pero afortunadamente parece que en los últimos años la situación comienza a mejorar y se empieza percibir un cambio de actitud en las diferentes administraciones en el reconocimiento de la importancia de este patrimonio y en la necesidad de su conservación. Muchas administraciones, con el inestimable apoyo de numerosas asociaciones y particulares que llevan tiempo luchando por la conservación de este irremplazable patrimonio, han promovido iniciativas de las que ya empiezan a recoger sus frutos. No hay que olvidar que además de su valor histórico, patrimonial y pedagógico, estas construcciones y estructuras despiertan un gran interés en muchas personas, lo que las convierte en un importante foco de atracción turística.
Son numerosos los ejemplos que podemos encontrar a lo largo de la geografía nacional. Los impresionantes refugios antiaéreos de Almería, se han convertido en un atractivo más para el turismo de la ciudad, y el éxito es tal que en verano hay que reservar con antelación para poder visitarlo. Algo similar ocurre con los refugios de Cartagena, no menos espectaculares que los almerienses, o los recientemente abiertos de Alicante, o los de la Plaza del Diamante en Barcelona, con unas impresionantes cifras de visitantes que crecen año tras año como pudimos comprobar en la conferencia de Josep María Contel en las últimas Jornadas de Gefrema. También en Madrid parece que ya está próxima la apertura del refugio del general Miaja en el Parque del Capricho. Sería muy largo enumerar todas y cada una de estas iniciativas, pero no quiero dejar de mencionar algunos ejemplos más, como el caso del Museo del Cinturón de Hierro de Bilbao, que dirige con gran acierto Aitor Miñambres, el conjunto de fortificaciones del Coll de Balaguer en L’Hospitalet de L’Infant, las ruinas del pueblo de Belchite, el Museo de la Batalla del Ebro en Fayón, o aquí mismo en Madrid, el Museo de la Batalla del Jarama que podemos visitar en el Mesón el Cid de Morata de Tajuña. Entre otros muchos lugares que sería largo de enumerar. Pero pese a todas estas felices iniciativas, queda mucho por proteger y todavía tenemos que contemplar como parte de ese patrimonio desaparece de manera irremediable ante la pasividad de las autoridades.
Una desoladora imagen de una de las laderas calcinadas del monte tras las labores de tala. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
En la Comunidad de Madrid encontramos un lugar singular, tanto desde el punto geográfico como histórico: el Espolón de Rivas, también conocido como los Cortados de Casa Eulogio. Se trata de un promontorio sobre el tramo final del río Manzanares, prolongación y final de la alturas de la Marañosa y el vértice Coberteras, justo al lado de su desembocadura de este río con el Jarama, que el propio río ha ido modelando durante miles de años formando una meseta que desciende sobre el río en verticales y abruptos acantilados, dibujando una especie de ciclópea proa de barco que se asoma y domina la fértil vega de los valles del Manzanares y del Jarama. El conjunto forma una excepcional fortaleza natural, lo que ha hecho que el espolón haya estado habitado ininterrumpidamente desde la prehistoria hasta nuestros días dadas las ventajas tanto defensivas como de recursos (caza y posteriormente agricultura, así como la abundancia de agua) que presentaba el lugar. De todo ello ha quedado abundante constancia material que convierte al Espolón en un yacimiento arqueológico de primer orden donde se han constatado restos de diferentes periodos: paleolítico, calcolítico, bronce, hierro, época tardorromana... hasta la actualidad.
Sobre el terreno podemos comprobar el tamaño de las marcas de las orugas visibles desde kilómetros de distancia. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Durante la Guerra Civil el Espolón cobraría un especial protagonismo durante la Batalla del Jarama, convirtiéndose en uno de los lugares más disputados de toda la batalla, una situación que se prolongaría hasta el final de la guerra. El 8 de febrero de 1937 fuerzas franquistas del coronel Rada conquistan el vértice Coberteras, defendido por la 19 Brigada republicana al mando de Márquez. A las 14:30 el Espolón es tomado por efectivos del II Tabor de Regulares de Melilla comandados por el capitán Ángel Martín. Los republicanos se retiran, unos por la presa del Rey mientras una cabeza de puente de la 19 Brigada permanece en Casa Eulogio, de donde ya no se moverán en toda la guerra. La conquista de la posición ha costado 77 bajas a los atacantes, desde el lugar se puede batir con ametralladora la carretera de Valencia.
Del 17 al 21 de febrero los republicanos pasan al ataque en el flanco izquierdo de los nacionalistas, defendido por la brigada de Rada. El encargado de asestar este golpe, que trataría de capturar la fábrica de la Marañosa y el vértice Coberteras, sería Juan Modesto, quien instalara su puesto de mando en Cerro Gordo. Para ello utilizaría sus brigadas 10ª (El Campesino) y 19ª, de la Agrupación Norte, más un batallón de la 1ª Brigada Mixta (Líster). La 10ª pasaría al ataque contra la Marañosa, dejando en su flanco izquierdo al batallón de la 1ª. La 19ª atacaría el espolón de Vaciamadrid. El objetivo era anular la fenomenal posición artillera que salvaba la cara a las fuerzas nacionalistas en la bolsa del Jarama.
Tras cinco días de durísimos combates la 19 Brigada asaltó y tomó una parte del Espolón de Vaciamadrid, donde se mantendrían hasta finalizar la contienda. La situación de estas tropas sería dramática, teniendo que defenderse con los acantilados a sus espaldas y con el enemigo prácticamente a tiro de piedra. Todavía hoy se pueden contemplar las trincheras excavadas en el borde mismo del acantilado, con el vacío a sus espaldas, lo que hizo que este lugar fuera conocido como “posición con el culo al aire”.
Una imagen tomada antes del incendio y posterior tala, que nos permite hacernos una idea del excepcional valor paisajístico de este lugar. Al fondo, el paraje donde el Manzanares desemboca en el Jarama. Podemos apreciar también la trinchera republicana construida en el borde mismo del acantilado, lo que valió para denominar a este lugar como “posición con el culo al aire”. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El pasado 29 de julio un devastador incendio arrasaría la zona, quemando gran parte de los árboles con que el lugar se había repoblado a mediados del siglo pasado. Pero pese a la tragedia que siempre supone un siniestro de estas características, el patrimonio arqueológico no sufrió mayores daños dadas sus características, es más, las llamas que acabaron con el monte bajo permitían contemplar con mayor detalle muchas de las estructuras, especialmente los sistemas de trincheras y otras fortificaciones que habitualmente estaban ocultas total o parcialmente por hierbas y arbustos. Pero el verdadero desastre estaba todavía por llegar. Por una parte la pérdida de la cubierta vegetal podía acelerar la erosión causada por las lluvias, pero el principal problema llegaría con las labores de tala de los árboles quemados.
Otra imagen que nos permite hacernos una idea de la dimensión del desastre. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El terreno es de propiedad particular, pero dado que se encuentra dentro del Parque Regional del Sureste de la Comunidad de Madrid goza de máxima protección, siendo reconocida como «reserva integral», lo que hace que la responsabilidad del entorno, según el PORN y el PRUG del Parque del Sureste, recaiga sobre una comisión gestora las concejalías competentes de cada consistorio y un representante de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid. Por si esto no fuera suficiente, la zona también está considerada yacimiento por la Comnidad de Madrid y se encuentra debidamente documentado e incluido denro del Catálogo de Bienes Inmuebles de la Comunidad de Madrid, con la nomenclatura CM/0123/073 y CM/123/118. Pero además según la Ley 3/2013 de patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid en su disposición transitoria primera sobre Catálogos de bienes y espacios protegidos dice:
Los Ayuntamientos deberán completar o formar sus catálogos de bienes y espacios protegidos en los términos establecidos en el artículo 16 en el plazo máximo de un año a contar desde la entrada en vigor de la presente ley.
Hasta que se produzca la aprobación de dichos catálogos, quedarán sujetos al régimen de protección previsto para los Bienes de Interés Patrimonial los siguientes bienes inmuebles integrantes del patrimonio histórico radicados en su término municipal:
• a) Palacios, casas señoriales, torreones y jardines construidos antes de 1900.
• b) Inmuebles singulares construidos antes de 1936 que pertenezcan a alguna de las siguientes tipologías: iglesias, ermitas, cementerios, conventos, molinos, norias, silos, fraguas, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, plazas de toros, fuentes, estaciones de ferrocarril, puentes, canales y «viajes» de agua.
• c) Fortificaciones de la Guerra Civil española.
Toda esta ladera estaba arbolada. Sobran las palabras. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Sin embargo mucho nos tememos que toda esta normativa no se ha tenido en cuenta en este caso, es posible que haya sido por desconocimiento, pero el desconocimiento no exime del cumplimiento de la ley ni de las responsabilidades que de ello se deriven. Y también nos tememos que todo este proceso no ha contado con la necesaria supervisión de las autoridades, tanto autonómicas como municipales, lo que de confirmarse constituiría un evidente caso de negligencia administrativa por el que habría que exigir responsabilidades.
Tres instantáneas donde podemos apreciar algunos de los daños visibles causados a las fortificaciones de la Guerra Civil. Otras muchas no han corrido la misma suerte y han sido sepultadas o destruidas completamente. En la superior vemos como se ha abierto un camino por encima de una trinchera. En la central podemos contemplar los restos de un parapeto lineal completamente arrasado. Y en la inferior otra trinchera machacada por la maquinaria pesada. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Las labores de tala se han realizado con la utilización de maquinaria pesada, lo que ha provocado daños irreversibles sobre gran parte de los restos que todavía se conservaban. El paso de la maquinaria se ha llevado por delante trincheras, fortines, puestos de escuadra, centros defensivos y otras muchas estructuras como cuevas, habitáculos conocidos como “chabolos” o refugios. Al tratarse de terrenos yesíferos, de gran fragilidad, la utilización desproporcionada de estos medios ha sido devastadora. La magnitud del desastre es visible desde la propia Nacional III desde donde se aprecian las enormes cicatrices que las orugas de la maquinaria han dejado grabadas en el monte.
Dos imágenes del mismo lugar tomadas antes y después del incendio y de las labores de tala del arbolado. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Pero no solamente han sido los restos de la Guerra Civil los que han desaparecido, seguramente hayan corrido la misma suerte los yacimientos arqueológicos de otras épocas históricas. Sin olvidar tampoco los daños al ecosistema, no creo equivocarme al afirmar que muchos de los árboles talados habían conseguido superar los efectos del incendio, en una visita posterior pude comprobar que muchos de ellos no se habían secado, incluso algunos comenzaban a rebrotar, como prueban fotografías tomadas en el lugar. A parte de los inadecuados medios utilizados para realizar este trabajo, y de la voracidad a la hora de tirar de sierra, llama poderosamente la atención la rapidez con la que se han talado todos estos árboles, según algunos testigos los trabajos continuaban incluso por la noche. De ser ciertos estos testimonios, ¿cuál era la razón de tanta prisa para finalizar la tarea?, ¿era necesaria la nocturnidad?, ¿ha existido alguna supervisión sobre los árboles que debían ser talados?.
Dos imágenes del mismo lugar tomadas antes y después del incendio y de las labores de tala del arbolado. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El desastre del Espolón ya no tiene arreglo, independientemente de las responsabilidades que se puedan derivar de lo que ha ocurrido, pero debe servir de reflexión para el futuro y esperemos que suponga un punto de inflexión en las políticas y actuaciones relacionadas con las fortificaciones de la Guerra Civil en la Comunidad de Madrid. Es necesaria una investigación por parte de las diferentes administraciones para aclarar lo sucedido, establecer responsabilidades si las hubiere y tomar medidas para que no se repita en el futuro. No estaría de más establecer un protocolo de actuación para casos como este, en donde se indiquen los pasos a seguir y las medidas a adoptar.
Huellas de las orugas en la entrada de un puesto de observación y escucha avanzado en las líneas franquistas. Unos metros más allá vemos la salida del pozo donde se ubicaba el vigía. Al fondo, junto a la higuera, se encontraban las trincheras republicanas, y tras ellas el acantilado. Esta fotografía nos permite hacernos una idea de la singularidad de este lugar desde el punto de vista patrimonial, perdido ahora para siempre. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Afortunadamente pese a la apatía institucional, la conservación de este singular patrimonio arqueológico empieza a ser tenida en consideración por un mayor número de personas y asociaciones. El pasado 14 de febrero, pese al intenso frío y lluvia, más de un centenar de personas se reunían junto al Espolón para protestar por lo sucedido. El acto había sido convocado por un numeroso grupo de asociaciones: Gefrema, Ecologistas en Acción, Madrid Ciudadanía y Patrimonio, Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, Parque Lineal del Manzanares, Espacios para la Memoria, Tajar, Arba, Grama y Jarama Vivo. Asociaciones que llevan mucho tiempo batallando por la conservación de los valores patrimoniales de la comunidad, ya sea arqueológico, cultural o ecológico. Durante la concentración hubo varias intervenciones y se leyeron diferentes comunicados, entre ellos la carta que Gefrema ha remitido al Ayuntamiento de Rivas y a la Comunidad de Madrid denunciando lo sucedido, cuyo texto reproducimos al final de esta crónica.
Un puesto de escuadra en primera línea republicana. La ladera que se ve al fondo ahora calcinada y arrasada era zona nacionalista. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
La concentración y las diversas iniciativas de estas asociaciones son solo un paso de un largo y complicado camino, que se hace más largo todavía si tenemos en cuenta que ninguno de los principales medios de comunicación de la Comunidad de Madrid se hicieron eco ni de esta concentración ni de lo que se reivindicaba, y ha tenido que ser, para vergüenza de la prensa madrileña, el diario catalán La Vanguardia quien recogiera en sus páginas la noticia (clic aquí para ir a la crónica de La Vanguardia). Pero pese a las dificultades la iniciativa va cobrando fuerza y cada día más personas comienzan a tomar conciencia de la importancia de la conservación de esta herencia. Esperemos que el incendio y posterior destrozo ocurrido en el Espolón de Rivas marque un punto de inflexión en la conservación de este singular patrimonio.
Florentino Areneros.
Texto del escrito remitido por la asociación GEFREMA a la Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Rivas poniendo en conocimiento de estas administraciones lo ocurrido en el Espolón de Rivas:
Estimada Sra.
Durante el verano pasado, el 29 de julio de 2015, se produjo un incendio en el paraje de de los Cortados de Casa Eulogio de Rivas Vaciamadrid zona calificada como reserva integral dentro del parque Regional del Sureste. El incendio ha afectado una amplia zona que incluye el Cerro de Coberteras. La zona posee reconocidos valores medioambientales pero también históricos y entre estos hay que destacar que en este lugar se conservan importantes vestigios de la Guerra Civil de 1936, los cuales se han visto afectados por las operaciones realizadas tras el incendio.
Nuestra asociación GEFREMA (Grupo de Estudios del Frente de Madrid) que tiene como objetivo la preservación y divulgación de del patrimonio histórico relacionado con la Guerra Civil de 1936 en nuestra comunidad, ha visto con disgusto y preocupación la destrucción de elementos importantes relacionados con la batalla del Jarama a consecuencia de los sucesos mencionados.
La batalla del Jarama desarrollada durante los días 6 al 25 de febrero de 1937 por iniciativa de las fuerzas del bando nacional, tenía como objeto completar el cerco en torno a Madrid operando por la zona de la Marañosa y San Martín de la Vega. Se cruzaría el rio Jarama para ocupar las poblaciones de Morata de Tajuña, Arganda y Alcalá de Henares, Esta acción debía completarse con otra operación que se desarrollaría por la carretera de Barcelona en dirección de Guadalajara y Alcalá de Henares, completándose de esta manera el cerco de la ciudad. Estas dos ofensivas fueron contenidas por el ejército republicano. Pero el corte de la carretera Nacional III se produjo tras la toma por los nacionales del Vértice Coberteras que se realizó durante la primera jornada de la operación, lo cual dejaba bajo fuego franquista esa carretera que unía Madrid con Valencia, única vía importante de salida de la ciudad. La importancia de esta estratégica posición hizo que fuese muy disputada quedando tropas republicanas compartiendo ese promontorio del terreno con las del ejército atacante, estando las posiciones de ambos contendientes separadas en algunos lugares por escasos metros. Esta situación se mantuvo durante los años posteriores, construyéndose en todo este tiempo complejos sistemas defensivos por los dos ejércitos, que convertirían el lugar en uno de los más importantes enclaves de la geografía madrileña desde el punto de vista de la arqueología militar de la Guerra Civil.
Desafortunadamente gran parte de ese singular patrimonio se ha perdido de forma irremediable tras las tareas de tala y acondicionamiento del lugar. El incendio acaecido en esos parajes llevo consigo una operación de limpieza de la zona que fue efectuada con maquinaria pesada, lo que ha causado grandes daños en las fortificaciones que se habían conservado hasta la fecha. Su destrucción nos priva de un elemento importante de evocación y de interpretación de los hechos históricos mencionados.
Los restos históricos destruidos están protegidos por la ley 3/2013 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid que en su “Disposición transitoria primera sobre Catálogos de bienes y espacios protegidos” dice lo siguiente:
Los ayuntamientos deberán completar y formar sus catálogos de bienes y espacios protegidos en los términos establecidos en el artículo 16 en el plazo máximo de un año a contar desde la entrada en vigor de la presente ley.
Hasta que se produzca la aprobación de dichos catálogos, quedarán sujetos al régimen de protección previsto para los Bienes de Interés Patrimonial los siguientes bienes inmuebles integrantes del patrimonio histórico radicados en su término municipal:
a) Palacios, casas señoriales, torreones, jardines construidos antes de 1900.
b) Inmuebles singulares construidos antes de 1936 que pertenezcan a algunas de las siguientes tipologías: iglesias, ermitas, cementerios, conventos, molinos, norias, silos, fraguas, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, plazas de toros, fuentes, estaciones de ferrocarril, puentes, canales y “viajes” de aguas.
c) Fortificaciones de la Guerra Civil
Además de esta protección genérica los restos aludidos se encuentran recogidos en el catálogo de depositado en la dirección General realizado por el Grupo de Estudios del Frente de Madrid GEFREMA en colaboración del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid en el año 2007, donde en el capítulo dedicado al sector suroeste del término municipal, quedan reflejados en las fichas RV, SO 01 hasta la RV, SO 18
Queremos expresar nuestro disgusto por la destrucción de esos restos históricos y manifestar preocupación sobre las futuras operaciones de reforestación de la zona que pudieran añadir nuevos daños al conjunto de fortificaciones. También queremos llamar la atención sobre la conservación del patrimonio histórico relacionado con la Guerra Civil, en el resto de nuestra comunidad donde han tenido lugar importantes acontecimientos bélicos relacionados con esa guerra, al ser Madrid considerado como objetivo militar y político decisorio de la contienda. El ataque frontal a la Madrid, la batalla de la Carretera de la Coruña, la Batalla del Jarama y la Batalla de Brunete figuran en cualquier antología o tratado de la Guerra Civil.
Solicitamos que desde la administración se tomen las medidas necesarias para asegurar la preservación de este patrimonio histórico de la comunidad. Por parte de nuestra asociación pueden contar con nuestra colaboración en cuanto esté en nuestra mano
Esperando su contestación
Le saluda atentamente
Página de la asociación Madrid Ciudadanía y patrimonio donde se denuncian las actuaciones llevada a cabo en este lugar:
http://madridciudadaniaypatrimonio.org/node/1179
Desde Sol y Moscas agradeceríamos a todos nuestros lectores que compartieran y enlazasen esta crónica para dar entre todos la mayor difusión posible a este atentado contra el patrimonio de todos.
La Redacción.
EL ESPOLÓN DE RIVAS
Crónica de un desastre
Crónica de un desastre
En estos días en los que la polémica sobre el cambio de nombres de calles, retirada de placas y monumentos, aperturas de fosas y otros temas colaterales acompañan a la actividad política y constituyen tema de debate entre los ciudadanos, poco se habla de los vestigios históricos de los campos de batalla de la Guerra Civil, una parte importante de nuestro patrimonio arqueológico e histórico, que año tras año vamos viendo cómo se va perdiendo de manera irreversible ante la apatía de la gran mayoría de administraciones, y el desconocimiento de la gran mayoría de la población.
Desde puntos lejanos como la carretera de Valencia, son visibles las cicatrices que ha provocado en el monte la maquinaria pesada utilizada. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
La Comunidad de Madrid es una de las que mayor número de vestigios arqueológicos relacionados con la Guerra Civil conserva todavía. Al poco de producirse el golpe militar de julio de 1936 que provocaría la Guerra Civil, ya se combatía en la sierra madrileña, después vendrían las grandes batallas que tuvieron lugar a lo largo de toda la geografía madrileña y sus alrededores: Madrid, Batalla de la Niebla, Jarama, Guadalajara, Operación Garabitas, Batalla de La Granja, Brunete… Madrid se convertiría en el principal objetivo de los golpistas desde el inicio de la guerra, convirtiéndose su toma en una obsesión que continuaría a lo largo de toda la contienda. Esta situación provocaría que se crearan frentes activos durante los casi 1000 días que duró la guerra, fortificándose todos ellos. En esos frentes se construirían centenares de kilómetros de trincheras, innumerables fortines, nidos de ametralladora, puestos de escuadra, parapetos y otras construcciones similares, refugios antiaéreos, habitáculos para la tropa, y un largo etcétera de estructuras por todo el territorio de la Comunidad de Madrid y de las vecinas. El paso del tiempo ha hecho desaparecer muchas de aquellas construcciones, pero muchas más han desaparecido a causa del imparable y muchas veces incontrolado desarrollo urbanístico, o por la construcción de infraestructuras, siempre ante la desidia de las diferentes administraciones y el escaso o nulo interés, cuando no el interés en hacerlos desaparecer, de los propietarios de los terrenos. En la prestigiosa revista Frente de Madrid editada por GEFREMA, podemos encontrar una sección fija de título “Si te dicen de caí”, donde a lo largo de los últimos años han ido recogiendo y denunciando las diferentes agresiones que este rico patrimonio ha ido sufriendo.
La abundante presencia de ramas verdes cortadas nos hace preguntarno si era necesario talar todos los árboles. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Pero afortunadamente parece que en los últimos años la situación comienza a mejorar y se empieza percibir un cambio de actitud en las diferentes administraciones en el reconocimiento de la importancia de este patrimonio y en la necesidad de su conservación. Muchas administraciones, con el inestimable apoyo de numerosas asociaciones y particulares que llevan tiempo luchando por la conservación de este irremplazable patrimonio, han promovido iniciativas de las que ya empiezan a recoger sus frutos. No hay que olvidar que además de su valor histórico, patrimonial y pedagógico, estas construcciones y estructuras despiertan un gran interés en muchas personas, lo que las convierte en un importante foco de atracción turística.
Son numerosos los ejemplos que podemos encontrar a lo largo de la geografía nacional. Los impresionantes refugios antiaéreos de Almería, se han convertido en un atractivo más para el turismo de la ciudad, y el éxito es tal que en verano hay que reservar con antelación para poder visitarlo. Algo similar ocurre con los refugios de Cartagena, no menos espectaculares que los almerienses, o los recientemente abiertos de Alicante, o los de la Plaza del Diamante en Barcelona, con unas impresionantes cifras de visitantes que crecen año tras año como pudimos comprobar en la conferencia de Josep María Contel en las últimas Jornadas de Gefrema. También en Madrid parece que ya está próxima la apertura del refugio del general Miaja en el Parque del Capricho. Sería muy largo enumerar todas y cada una de estas iniciativas, pero no quiero dejar de mencionar algunos ejemplos más, como el caso del Museo del Cinturón de Hierro de Bilbao, que dirige con gran acierto Aitor Miñambres, el conjunto de fortificaciones del Coll de Balaguer en L’Hospitalet de L’Infant, las ruinas del pueblo de Belchite, el Museo de la Batalla del Ebro en Fayón, o aquí mismo en Madrid, el Museo de la Batalla del Jarama que podemos visitar en el Mesón el Cid de Morata de Tajuña. Entre otros muchos lugares que sería largo de enumerar. Pero pese a todas estas felices iniciativas, queda mucho por proteger y todavía tenemos que contemplar como parte de ese patrimonio desaparece de manera irremediable ante la pasividad de las autoridades.
Una desoladora imagen de una de las laderas calcinadas del monte tras las labores de tala. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
En la Comunidad de Madrid encontramos un lugar singular, tanto desde el punto geográfico como histórico: el Espolón de Rivas, también conocido como los Cortados de Casa Eulogio. Se trata de un promontorio sobre el tramo final del río Manzanares, prolongación y final de la alturas de la Marañosa y el vértice Coberteras, justo al lado de su desembocadura de este río con el Jarama, que el propio río ha ido modelando durante miles de años formando una meseta que desciende sobre el río en verticales y abruptos acantilados, dibujando una especie de ciclópea proa de barco que se asoma y domina la fértil vega de los valles del Manzanares y del Jarama. El conjunto forma una excepcional fortaleza natural, lo que ha hecho que el espolón haya estado habitado ininterrumpidamente desde la prehistoria hasta nuestros días dadas las ventajas tanto defensivas como de recursos (caza y posteriormente agricultura, así como la abundancia de agua) que presentaba el lugar. De todo ello ha quedado abundante constancia material que convierte al Espolón en un yacimiento arqueológico de primer orden donde se han constatado restos de diferentes periodos: paleolítico, calcolítico, bronce, hierro, época tardorromana... hasta la actualidad.
Sobre el terreno podemos comprobar el tamaño de las marcas de las orugas visibles desde kilómetros de distancia. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Durante la Guerra Civil el Espolón cobraría un especial protagonismo durante la Batalla del Jarama, convirtiéndose en uno de los lugares más disputados de toda la batalla, una situación que se prolongaría hasta el final de la guerra. El 8 de febrero de 1937 fuerzas franquistas del coronel Rada conquistan el vértice Coberteras, defendido por la 19 Brigada republicana al mando de Márquez. A las 14:30 el Espolón es tomado por efectivos del II Tabor de Regulares de Melilla comandados por el capitán Ángel Martín. Los republicanos se retiran, unos por la presa del Rey mientras una cabeza de puente de la 19 Brigada permanece en Casa Eulogio, de donde ya no se moverán en toda la guerra. La conquista de la posición ha costado 77 bajas a los atacantes, desde el lugar se puede batir con ametralladora la carretera de Valencia.
Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.
Del 17 al 21 de febrero los republicanos pasan al ataque en el flanco izquierdo de los nacionalistas, defendido por la brigada de Rada. El encargado de asestar este golpe, que trataría de capturar la fábrica de la Marañosa y el vértice Coberteras, sería Juan Modesto, quien instalara su puesto de mando en Cerro Gordo. Para ello utilizaría sus brigadas 10ª (El Campesino) y 19ª, de la Agrupación Norte, más un batallón de la 1ª Brigada Mixta (Líster). La 10ª pasaría al ataque contra la Marañosa, dejando en su flanco izquierdo al batallón de la 1ª. La 19ª atacaría el espolón de Vaciamadrid. El objetivo era anular la fenomenal posición artillera que salvaba la cara a las fuerzas nacionalistas en la bolsa del Jarama.
Tras cinco días de durísimos combates la 19 Brigada asaltó y tomó una parte del Espolón de Vaciamadrid, donde se mantendrían hasta finalizar la contienda. La situación de estas tropas sería dramática, teniendo que defenderse con los acantilados a sus espaldas y con el enemigo prácticamente a tiro de piedra. Todavía hoy se pueden contemplar las trincheras excavadas en el borde mismo del acantilado, con el vacío a sus espaldas, lo que hizo que este lugar fuera conocido como “posición con el culo al aire”.
Una imagen tomada antes del incendio y posterior tala, que nos permite hacernos una idea del excepcional valor paisajístico de este lugar. Al fondo, el paraje donde el Manzanares desemboca en el Jarama. Podemos apreciar también la trinchera republicana construida en el borde mismo del acantilado, lo que valió para denominar a este lugar como “posición con el culo al aire”. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El pasado 29 de julio un devastador incendio arrasaría la zona, quemando gran parte de los árboles con que el lugar se había repoblado a mediados del siglo pasado. Pero pese a la tragedia que siempre supone un siniestro de estas características, el patrimonio arqueológico no sufrió mayores daños dadas sus características, es más, las llamas que acabaron con el monte bajo permitían contemplar con mayor detalle muchas de las estructuras, especialmente los sistemas de trincheras y otras fortificaciones que habitualmente estaban ocultas total o parcialmente por hierbas y arbustos. Pero el verdadero desastre estaba todavía por llegar. Por una parte la pérdida de la cubierta vegetal podía acelerar la erosión causada por las lluvias, pero el principal problema llegaría con las labores de tala de los árboles quemados.
Otra imagen que nos permite hacernos una idea de la dimensión del desastre. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El terreno es de propiedad particular, pero dado que se encuentra dentro del Parque Regional del Sureste de la Comunidad de Madrid goza de máxima protección, siendo reconocida como «reserva integral», lo que hace que la responsabilidad del entorno, según el PORN y el PRUG del Parque del Sureste, recaiga sobre una comisión gestora las concejalías competentes de cada consistorio y un representante de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid. Por si esto no fuera suficiente, la zona también está considerada yacimiento por la Comnidad de Madrid y se encuentra debidamente documentado e incluido denro del Catálogo de Bienes Inmuebles de la Comunidad de Madrid, con la nomenclatura CM/0123/073 y CM/123/118. Pero además según la Ley 3/2013 de patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid en su disposición transitoria primera sobre Catálogos de bienes y espacios protegidos dice:
Los Ayuntamientos deberán completar o formar sus catálogos de bienes y espacios protegidos en los términos establecidos en el artículo 16 en el plazo máximo de un año a contar desde la entrada en vigor de la presente ley.
Hasta que se produzca la aprobación de dichos catálogos, quedarán sujetos al régimen de protección previsto para los Bienes de Interés Patrimonial los siguientes bienes inmuebles integrantes del patrimonio histórico radicados en su término municipal:
• a) Palacios, casas señoriales, torreones y jardines construidos antes de 1900.
• b) Inmuebles singulares construidos antes de 1936 que pertenezcan a alguna de las siguientes tipologías: iglesias, ermitas, cementerios, conventos, molinos, norias, silos, fraguas, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, plazas de toros, fuentes, estaciones de ferrocarril, puentes, canales y «viajes» de agua.
• c) Fortificaciones de la Guerra Civil española.
Toda esta ladera estaba arbolada. Sobran las palabras. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Sin embargo mucho nos tememos que toda esta normativa no se ha tenido en cuenta en este caso, es posible que haya sido por desconocimiento, pero el desconocimiento no exime del cumplimiento de la ley ni de las responsabilidades que de ello se deriven. Y también nos tememos que todo este proceso no ha contado con la necesaria supervisión de las autoridades, tanto autonómicas como municipales, lo que de confirmarse constituiría un evidente caso de negligencia administrativa por el que habría que exigir responsabilidades.
Tres instantáneas donde podemos apreciar algunos de los daños visibles causados a las fortificaciones de la Guerra Civil. Otras muchas no han corrido la misma suerte y han sido sepultadas o destruidas completamente. En la superior vemos como se ha abierto un camino por encima de una trinchera. En la central podemos contemplar los restos de un parapeto lineal completamente arrasado. Y en la inferior otra trinchera machacada por la maquinaria pesada. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Las labores de tala se han realizado con la utilización de maquinaria pesada, lo que ha provocado daños irreversibles sobre gran parte de los restos que todavía se conservaban. El paso de la maquinaria se ha llevado por delante trincheras, fortines, puestos de escuadra, centros defensivos y otras muchas estructuras como cuevas, habitáculos conocidos como “chabolos” o refugios. Al tratarse de terrenos yesíferos, de gran fragilidad, la utilización desproporcionada de estos medios ha sido devastadora. La magnitud del desastre es visible desde la propia Nacional III desde donde se aprecian las enormes cicatrices que las orugas de la maquinaria han dejado grabadas en el monte.
Dos imágenes del mismo lugar tomadas antes y después del incendio y de las labores de tala del arbolado. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Pero no solamente han sido los restos de la Guerra Civil los que han desaparecido, seguramente hayan corrido la misma suerte los yacimientos arqueológicos de otras épocas históricas. Sin olvidar tampoco los daños al ecosistema, no creo equivocarme al afirmar que muchos de los árboles talados habían conseguido superar los efectos del incendio, en una visita posterior pude comprobar que muchos de ellos no se habían secado, incluso algunos comenzaban a rebrotar, como prueban fotografías tomadas en el lugar. A parte de los inadecuados medios utilizados para realizar este trabajo, y de la voracidad a la hora de tirar de sierra, llama poderosamente la atención la rapidez con la que se han talado todos estos árboles, según algunos testigos los trabajos continuaban incluso por la noche. De ser ciertos estos testimonios, ¿cuál era la razón de tanta prisa para finalizar la tarea?, ¿era necesaria la nocturnidad?, ¿ha existido alguna supervisión sobre los árboles que debían ser talados?.
Dos imágenes del mismo lugar tomadas antes y después del incendio y de las labores de tala del arbolado. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
El desastre del Espolón ya no tiene arreglo, independientemente de las responsabilidades que se puedan derivar de lo que ha ocurrido, pero debe servir de reflexión para el futuro y esperemos que suponga un punto de inflexión en las políticas y actuaciones relacionadas con las fortificaciones de la Guerra Civil en la Comunidad de Madrid. Es necesaria una investigación por parte de las diferentes administraciones para aclarar lo sucedido, establecer responsabilidades si las hubiere y tomar medidas para que no se repita en el futuro. No estaría de más establecer un protocolo de actuación para casos como este, en donde se indiquen los pasos a seguir y las medidas a adoptar.
Huellas de las orugas en la entrada de un puesto de observación y escucha avanzado en las líneas franquistas. Unos metros más allá vemos la salida del pozo donde se ubicaba el vigía. Al fondo, junto a la higuera, se encontraban las trincheras republicanas, y tras ellas el acantilado. Esta fotografía nos permite hacernos una idea de la singularidad de este lugar desde el punto de vista patrimonial, perdido ahora para siempre. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
Afortunadamente pese a la apatía institucional, la conservación de este singular patrimonio arqueológico empieza a ser tenida en consideración por un mayor número de personas y asociaciones. El pasado 14 de febrero, pese al intenso frío y lluvia, más de un centenar de personas se reunían junto al Espolón para protestar por lo sucedido. El acto había sido convocado por un numeroso grupo de asociaciones: Gefrema, Ecologistas en Acción, Madrid Ciudadanía y Patrimonio, Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, Parque Lineal del Manzanares, Espacios para la Memoria, Tajar, Arba, Grama y Jarama Vivo. Asociaciones que llevan mucho tiempo batallando por la conservación de los valores patrimoniales de la comunidad, ya sea arqueológico, cultural o ecológico. Durante la concentración hubo varias intervenciones y se leyeron diferentes comunicados, entre ellos la carta que Gefrema ha remitido al Ayuntamiento de Rivas y a la Comunidad de Madrid denunciando lo sucedido, cuyo texto reproducimos al final de esta crónica.
Un puesto de escuadra en primera línea republicana. La ladera que se ve al fondo ahora calcinada y arrasada era zona nacionalista. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada)
La concentración y las diversas iniciativas de estas asociaciones son solo un paso de un largo y complicado camino, que se hace más largo todavía si tenemos en cuenta que ninguno de los principales medios de comunicación de la Comunidad de Madrid se hicieron eco ni de esta concentración ni de lo que se reivindicaba, y ha tenido que ser, para vergüenza de la prensa madrileña, el diario catalán La Vanguardia quien recogiera en sus páginas la noticia (clic aquí para ir a la crónica de La Vanguardia). Pero pese a las dificultades la iniciativa va cobrando fuerza y cada día más personas comienzan a tomar conciencia de la importancia de la conservación de esta herencia. Esperemos que el incendio y posterior destrozo ocurrido en el Espolón de Rivas marque un punto de inflexión en la conservación de este singular patrimonio.
Florentino Areneros.
ANEXO DOCUMENTAL
Texto del escrito remitido por la asociación GEFREMA a la Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Rivas poniendo en conocimiento de estas administraciones lo ocurrido en el Espolón de Rivas:
Estimada Sra.
Durante el verano pasado, el 29 de julio de 2015, se produjo un incendio en el paraje de de los Cortados de Casa Eulogio de Rivas Vaciamadrid zona calificada como reserva integral dentro del parque Regional del Sureste. El incendio ha afectado una amplia zona que incluye el Cerro de Coberteras. La zona posee reconocidos valores medioambientales pero también históricos y entre estos hay que destacar que en este lugar se conservan importantes vestigios de la Guerra Civil de 1936, los cuales se han visto afectados por las operaciones realizadas tras el incendio.
Nuestra asociación GEFREMA (Grupo de Estudios del Frente de Madrid) que tiene como objetivo la preservación y divulgación de del patrimonio histórico relacionado con la Guerra Civil de 1936 en nuestra comunidad, ha visto con disgusto y preocupación la destrucción de elementos importantes relacionados con la batalla del Jarama a consecuencia de los sucesos mencionados.
La batalla del Jarama desarrollada durante los días 6 al 25 de febrero de 1937 por iniciativa de las fuerzas del bando nacional, tenía como objeto completar el cerco en torno a Madrid operando por la zona de la Marañosa y San Martín de la Vega. Se cruzaría el rio Jarama para ocupar las poblaciones de Morata de Tajuña, Arganda y Alcalá de Henares, Esta acción debía completarse con otra operación que se desarrollaría por la carretera de Barcelona en dirección de Guadalajara y Alcalá de Henares, completándose de esta manera el cerco de la ciudad. Estas dos ofensivas fueron contenidas por el ejército republicano. Pero el corte de la carretera Nacional III se produjo tras la toma por los nacionales del Vértice Coberteras que se realizó durante la primera jornada de la operación, lo cual dejaba bajo fuego franquista esa carretera que unía Madrid con Valencia, única vía importante de salida de la ciudad. La importancia de esta estratégica posición hizo que fuese muy disputada quedando tropas republicanas compartiendo ese promontorio del terreno con las del ejército atacante, estando las posiciones de ambos contendientes separadas en algunos lugares por escasos metros. Esta situación se mantuvo durante los años posteriores, construyéndose en todo este tiempo complejos sistemas defensivos por los dos ejércitos, que convertirían el lugar en uno de los más importantes enclaves de la geografía madrileña desde el punto de vista de la arqueología militar de la Guerra Civil.
Desafortunadamente gran parte de ese singular patrimonio se ha perdido de forma irremediable tras las tareas de tala y acondicionamiento del lugar. El incendio acaecido en esos parajes llevo consigo una operación de limpieza de la zona que fue efectuada con maquinaria pesada, lo que ha causado grandes daños en las fortificaciones que se habían conservado hasta la fecha. Su destrucción nos priva de un elemento importante de evocación y de interpretación de los hechos históricos mencionados.
Los restos históricos destruidos están protegidos por la ley 3/2013 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid que en su “Disposición transitoria primera sobre Catálogos de bienes y espacios protegidos” dice lo siguiente:
Los ayuntamientos deberán completar y formar sus catálogos de bienes y espacios protegidos en los términos establecidos en el artículo 16 en el plazo máximo de un año a contar desde la entrada en vigor de la presente ley.
Hasta que se produzca la aprobación de dichos catálogos, quedarán sujetos al régimen de protección previsto para los Bienes de Interés Patrimonial los siguientes bienes inmuebles integrantes del patrimonio histórico radicados en su término municipal:
a) Palacios, casas señoriales, torreones, jardines construidos antes de 1900.
b) Inmuebles singulares construidos antes de 1936 que pertenezcan a algunas de las siguientes tipologías: iglesias, ermitas, cementerios, conventos, molinos, norias, silos, fraguas, lavaderos, bodegas, teatros, cinematógrafos, mercados, plazas de toros, fuentes, estaciones de ferrocarril, puentes, canales y “viajes” de aguas.
c) Fortificaciones de la Guerra Civil
Además de esta protección genérica los restos aludidos se encuentran recogidos en el catálogo de depositado en la dirección General realizado por el Grupo de Estudios del Frente de Madrid GEFREMA en colaboración del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid en el año 2007, donde en el capítulo dedicado al sector suroeste del término municipal, quedan reflejados en las fichas RV, SO 01 hasta la RV, SO 18
Queremos expresar nuestro disgusto por la destrucción de esos restos históricos y manifestar preocupación sobre las futuras operaciones de reforestación de la zona que pudieran añadir nuevos daños al conjunto de fortificaciones. También queremos llamar la atención sobre la conservación del patrimonio histórico relacionado con la Guerra Civil, en el resto de nuestra comunidad donde han tenido lugar importantes acontecimientos bélicos relacionados con esa guerra, al ser Madrid considerado como objetivo militar y político decisorio de la contienda. El ataque frontal a la Madrid, la batalla de la Carretera de la Coruña, la Batalla del Jarama y la Batalla de Brunete figuran en cualquier antología o tratado de la Guerra Civil.
Solicitamos que desde la administración se tomen las medidas necesarias para asegurar la preservación de este patrimonio histórico de la comunidad. Por parte de nuestra asociación pueden contar con nuestra colaboración en cuanto esté en nuestra mano
Esperando su contestación
Le saluda atentamente
Página de la asociación Madrid Ciudadanía y patrimonio donde se denuncian las actuaciones llevada a cabo en este lugar:
http://madridciudadaniaypatrimonio.org/node/1179
Desde Sol y Moscas agradeceríamos a todos nuestros lectores que compartieran y enlazasen esta crónica para dar entre todos la mayor difusión posible a este atentado contra el patrimonio de todos.
La Redacción.