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EL SOBRESALIENTE Y EL INDULTADO.
Por nuestro enviado especial Florentino Areneros.
Después de varios meses de espera, ansiosa estaba la afición gefremera de contemplar una nueva faena de Guillermo Poza “Espoleta” tras el buen sabor que dejaron sus dos anteriores actuaciones. Como todos los buenos aficionados recordarán “Espoleta” alcanzó dos clamorosos triunfos en sus dos primeras actuaciones, el primero de ellos, el de su alternativa, compartiendo cartel con esos dos inigualables maestros que son Javier Martínez Calvo “Camorra” y ese semidiós de la gefremaquia, ese maestro mítico, que responde al nombre de Bazán, también conocido como “Finito de Hortaleza”, en el que esta inigualable terna se enfrentó a los impresionantes ejemplares de La Puentecilla. Pocos meses más tarde, “Espoleta” lidiaría en solitario en terrenos de Pozuelo alcanzando otro clamoroso y apoteósico triunfo, que le consagraría como indiscutible figura de esta nuestra querida fiesta.
El pasado domingo amaneció una mañana despejada y con luna llena, que prometía un agradable día climatológico, como así fue. Al igual que en la anterior corrida de este diestro los aficionados, acompañados del maestro, se desplazaron hasta el monumental coso de Boadilla del Monte en tranvía, rememorando antiguos momentos de indiscutible sabor torero. Viaje que aprovechó “Espoleta” para ir comentando a los aficionados gefremeros durante el camino algunas características de la ganadería y su historia, así como el modo en el que pensaba desarrollar la lidia, ante la atónita mirada del resto de viajeros que no daban crédito a lo que veían sus todavía dormidos ojos.
Los aficionados tras bajar del tranvía se dirigen a sus localidades.
Una vez llegados a su destino, los aficionados se unieron a los que por otros medios habían llegado hasta la plaza y comenzaron a ocupar sus localidades. Los tendidos presentaban un inmejorable aspecto, rozando casi el lleno, aunque nuevamente tanto el palco de presidencia como el de autoridades se encontraban vacíos. Sin embargo la afición gefremera allí estaba para deleitarse con el arte de este maestro. Sería interminable la lista de personajes que podíamos encontrar en las localidades, entre ellos los ya mencionados compañeros de cartel del diestro en La Puentecilla, maestros Bazán y “Camorra”, Vicepresidente y Presidente de la Peña Casado: el Chato de Ventas y Sandoval, acompañado de su bella y elegante señora, “Arquitecto”, “Morateño”, “Cubanito”, así como el incombustible Capa, que daría la “campaná” durante varias fases de la lidia como narraremos más adelante, y otros muchos buenos aficionados que me sería muy largo mencionar, sin olvidar la presencia en el callejón de “Charquitos”, la moza de espadas de este fenomenal diestro que ya desarrolló una destacada labor asistiendo al maestro en su anterior comparecencia en Retamares. Pero entre todos ellos, destacaba la presencia en una barrera de sombra de los padres del diestro, a los que Espoleta dedicaría la lidia en un emotivo brindis, que no querían perderse tan memorable acontecimiento. Vestía el maestro un elegante terno en tabaco claro, con detentebala de Gefrema bajo el corbatín, y bandolera cruzada de cuero repujado de Ubrique.
Una vez llegados a su destino, los aficionados se unieron a los que por otros medios habían llegado hasta la plaza y comenzaron a ocupar sus localidades. Los tendidos presentaban un inmejorable aspecto, rozando casi el lleno, aunque nuevamente tanto el palco de presidencia como el de autoridades se encontraban vacíos. Sin embargo la afición gefremera allí estaba para deleitarse con el arte de este maestro. Sería interminable la lista de personajes que podíamos encontrar en las localidades, entre ellos los ya mencionados compañeros de cartel del diestro en La Puentecilla, maestros Bazán y “Camorra”, Vicepresidente y Presidente de la Peña Casado: el Chato de Ventas y Sandoval, acompañado de su bella y elegante señora, “Arquitecto”, “Morateño”, “Cubanito”, así como el incombustible Capa, que daría la “campaná” durante varias fases de la lidia como narraremos más adelante, y otros muchos buenos aficionados que me sería muy largo mencionar, sin olvidar la presencia en el callejón de “Charquitos”, la moza de espadas de este fenomenal diestro que ya desarrolló una destacada labor asistiendo al maestro en su anterior comparecencia en Retamares. Pero entre todos ellos, destacaba la presencia en una barrera de sombra de los padres del diestro, a los que Espoleta dedicaría la lidia en un emotivo brindis, que no querían perderse tan memorable acontecimiento. Vestía el maestro un elegante terno en tabaco claro, con detentebala de Gefrema bajo el corbatín, y bandolera cruzada de cuero repujado de Ubrique.
Los aficionados contemplando el ejemplar lidiado en primer lugar.