UNA CRUZ EN EL CAMINO
Por Florentino Areneros
AGRADECIMIENTOS: Desde la redacción de Sol y Moscas queremos agradecer al historiador Arturo García Álvarez-Coque la documentación y asesoramiento que nos ha facilitado para la publicación de esta crónica.
Siguiendo el curso del río Curueño en León, desde su desembocadura hasta su nacimiento en el Puerto de Vegarada, discurre un antiguo camino, hoy transformado en carretera asfaltada, utilizado desde tiempos inmemoriales y convertido en calzada por los romanos, que unía la meseta con los puertos y ciudades cantábricos, utilizada también por las legiones para controlar a los belicosos cántabros y astures. De aquella época hoy se conservan algunos tramos y puentes remozados durante la Edad Media. Hoy este milenario camino se conoce con el poco sugestivo nombre de LE-321. Todo el recorrido es de extraordinaria belleza, destacando por su monumentalidad el tramo conocido como las Hoces de Valdeteja, por donde el río ha ido abriéndose un angosto paso entre las impresionantes moles calcáreas, así como el tramo final en lo alto del puerto. Además del espectacular paisaje, todo el recorrido está salpicado de leyendas, historias y curiosidades.
Esta zona tendría gran importancia durante la Guerra Civil, sería la única parte de la provincia de León que permanecería bajo control republicano tras el golpe militar de julio 1936 que desencadenaría la Guerra Civil. La tradición minera de la zona, con los valles de los ríos Torío y Bernesga, como ejes principales de la zona minera (Pola de Gordón, Santa Lucía, Villamanín, Orzonaga, Cármenes…), su proximidad a Asturias y por extensión a la franja cantábrica que permaneció leal a la República, así como por la accidentada orografía, serían determinantes a la hora de fijar en esta parte de la montaña leonesa el límite entre los dos contendientes. Circunstancias que también influirían posteriormente en el hecho de que esta comarca fuera una de las zonas donde el maquis desarrolló una mayor actividad en la posguerra.
He recorrido este camino en numerosas ocasiones y hay un punto donde la curiosidad siempre me obliga a detenerme, se encuentra a pocos metros de la Venta del Aldeano, un acogedor restaurante y centro de turismo rural en medio del camino de recomendable visita. Se trata de un pequeño y modesto monumento con una cruz de piedra como pieza central, a los pies de la cruz una inscripción en la que podemos leer:
Una de las inscripciones en la base de la cruz. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
AQUÍ MURIÓ EL 25 DE AGOSTO DE 1936
LUCHANDO POR SUS IDEALES
EL Tte. DE CABALLERÍA AL (¿Alumno?) DE LA E. S. DE G.
D. VICTORIANO GONZALEZ RODRIGUEZ
En otra placa en la base de la cruz, debajo de la anterior, con la inscripción bastante difuminada, encontramos el siguiente texto:
La segunda inscripción que encontramos en el monumento. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
INCLINAOS ANTE ESTA CRUZ
SÍMBOLO DE SU SACRIFICIO
Y PEDID A DIOS POR SU ALMA
QUE EL HEROÍSMO DE ESTOS GLORIOSOS CAÍDOS
HA FORJADO PARA VOSOTROS
LA GRANDEZA DE LA NUEVA ESPAÑA
Conocer lo que había detrás de aquel monumento era una tarea pospuesta año tras año. Cada verano tras pasar por el lugar me proponía tratar de averiguar qué historia se escondía tras aquellas piedras y conocer quien fue la persona cuyo nombre figuraba en el monumento, una tarea que año tras año pasaba al cajón de pendientes. Este año finalmente me pude poner manos a la obra.
Poco encontré en las búsquedas en Internet sobre el teniente Victoriano González Rodríguez. En el diario El Debate del domingo 15 de julio de 1928 podemos leer que en la Academia de Caballería de Valladolid han sido propuestos los siguientes alumnos para el empleo de alférez, figurando entre ellos, en la séptima posición, que suponemos se corresponderá a su posición en el escalafón de la promoción Victoriano González Rodríguez. Curiosamente en el listado, en primera posición, aparece el nombre de Fernando Primo de Rivera, y sin querer quitar méritos al cadete, quien también fue doctor en medicina y destacado aviador, señalar que en esa época su padre, don Miguel Primo de Rivera, gobernaba España como dictador desde el año 1923. Un trágica coincidencia quiso que Fernando Primo de Rivera y Victoriano González Rodríguez, compañeros de promoción en la Academia de Caballería y seguramente amigos, fallecieran con pocas horas de diferencia, el primero el 23 de agosto de 1936 en el asalto a la Cárcel Modelo de Madrid, y el segundo el 25 de agosto de ese mismo año en las circunstancias que relataremos a continuación.
Recorte de el diario El Debate donde aparecen los nombres de los componente de la promoción de la Academia de Caballeria. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
En el Anuario Militar de España de 1929 encontramos a Victoriano González Rodríguez como alumno de primer año de la Escuela de Equitación Militar del Campamento de Carabanchel en Madrid, todavía con el empleo de alférez.
Y también en el Anuario militar, pero de 1936, vemos que ya figura como teniente estando destinado en la Escuela Superior de Guerra, que es como aparece en la inscripción del monumento: TENIENTE DE LA E. S. DE G.
Pero en estos temas lo mejor es preguntar a quienes realmente saben en vez de a Internet, y recurrí a mi amigo Arturo García Álvarez-Coque, un erudito experto en esta materia que ha estudiado e investigado en profundidad, fruto de todo ello fue su tesis doctoral, así como la publicación de un libro imprescindible como es “La fractura del ejército ante el 18 de julio. El Estado Mayor en la Guerra Civil” editado por Comares en 2019.
Portada del imprescindible libro “La fractura del Ejército ante el 18 de Julio” de Arturo García Álvarez-Coque. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Gracias a la información facilitada por Arturo sabemos que Victoriano González Rodríguez nació el 19 de Octubre de 1904 en Robles (León), suponemos que se refiere a Robles de la Valcueva una localidad de la comarca, perteneciente al municipio de Matallana de Torío, cercana al lugar de su muerte donde se levanta el monumento que nos ocupa. Murió en Valdelugueros (León) el 25 de agosto de 1936, hay una placa en la Escuela Superior de Guerra donde figura esa fecha. Según la Hoja de Servicios (G-2867) tenía una estatura de 1,64 cm.
Petición de ingreso a la Escuela Superior de Guerra de Victoriano González Rodríguez donde aparece su firma. Cortesía de Arturo García Álvarez-Coque. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
La información facilitada por Arturo García Álvarez-Coque nos permite conocer algunos de los destinos donde Victoriano González Rodríguez presto sus servicios:
En el Rgto. de Cazadores de Lusitania 12º de Caballería, hasta fin dic. 1930
En el GFRI de Larache nº 4 hasta fin sept 1932. (GFRI: Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas)
En el Rgto. de Cazadores de Caballería nº 6, de octubre 1932 hasta fin de mayo 1933 (Vitoria)
En el GFRI de Ceuta nº 3, de fin de mayo 1933 hasta fin de marzo de 1935
1934: Profesor en la academia de Sargentos Indígenas de su Tabor.
El 13 de marzo de 1935 Solicita tomar parte en la convocatoria para ingreso en la ESG anunciada por OC de 13 de marzo de 1935.
En algunas fuentes su adscripción política figura como falangista.
El general López Ochoa, al mando de las fuerzas enviadas a sofocar la Revolución de Asturias, pasea por las calles de Oviedo el 14 de Octubre de 1934. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
El teniente González tendría una destacada actuación en la Revolución de Octubre de 1934 en Asturias. El día 6 de octubre de 1934 nuestro protagonista contraía matrimonio en Oviedo con Doña María del Rosario Rodríguez-Arango Granell , y según consta en su hoja de servicios «acto seguido de terminar la ceremonia y visto el estado de orden público se presentó en la Comandancia Militar de Oviedo ofreciendo sus servicios que desde luego fueron utilizados, sin que ya pudiera volver a su casa» más adelante continúa «este oficial prestó utilísimos servicios el cual fue debido a su conocimiento en la población y sus alrededores». Victoriano González Rodríguez se incorporó a la compañía de licenciados del cuartel Pelayo de Oviedo, a las órdenes del capitán Ricardo Rodríguez Lechuga y otros mandos que se citan, sus principales misiones eran de «vigilancia y parapetos, y defensa interior del cuartel». Participó en algunos hechos notables, como la salida del cuartel de Pelayo «en compañía del capitán Torres y el teniente Vega ambos de ingenieros» esta operación tenía como objetivo «colocar varios petardos de trilita en un garaje próximo desde el que se tiroteaba el cuartel con bastante insistencia», esta acción se llevó a cabo el día 7 al oscurecer. Permaneció sitiado en el cuartel hasta el día 11, cuando entraron en el cuartel «las fuerzas mandadas por el Exmo. Señor General Don Eduardo López Ochoa, y a partir de esa fecha pasó a prestar sus servicios a las órdenes del general citado». Más adelante podemos leer: «queda autorizado para que se le anote en su documentación los servicios prestados durante el mes de octubre que tomó parte en todos los hechos de armas a que asistió el tabor en la zona de Oviedo. Según participa el Excelentísimo Señor General del Ejército de Operaciones de Asturias, en escrito de 26 de diciembre marginal este oficial este oficial en la orden de 7 de diciembre del Cuerpo de Ejército de Asturias figura la siguiente situación de “Distinguido”, Muy arrojado, y de Grandes Condiciones, transmitió órdenes del mando con grave riesgo y coadyudó con gran inteligencia al movimiento envolvente ordenado el día 12 a la columna de África».
Unidades del Ejército de África desfilan por Gijón una vez neutralizada la Revolución. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
En el libro de Carlos Engels Masoliver “el Cuerpo de Oficiales en la Guerra de España” figura como “muerto en combate”.
Hasta aquí toda la información que hemos podido recopilar sobre la figura y trayectoria del teniente Victoriano González Rodríguez. Sin embargo no hemos localizado ninguna documentación oficial sobre las causas y circunstancias de su muerte.
Gracias al blog “Alma de Herrero” (clic aquí para ir al blog), una extraordinaria página que abarca una amplia miscelánea de temáticas, muchas de ellas relacionadas con la provincia de León y su historia, todo ello acompañado generosamente de documentación y búsquedas en hemerotecas y otros fondos documentales, hemos podido localizar dos recortes de prensa que aportan luz sobre este monumento y su desconocida historia.
En el diario Proa, órgano de Falange Española de las J.O.N.S, número 432 de 23 de abril de 1938 aparece esta noticia que arroja luz sobre la muerte del teniente Victoriano González y nueve de sus hombres.
FUERON TRASLADADOS AL CEMENTERIO DE LEÓN LOS RESTOS DE NUEVE CAMARADAS(1)
Fue allá en los primeros días del Movimiento Nacional cuando como un trallazo seco y doloroso, restalló en León la noticia.
"En Valdeteja han sucumbido unos cuantos falangistas sorprendidos por una masa desproporcionada de enemigos durante una descubierta."
Fue en una emboscada. Cayó el teniente que los mandaba y nuestros camaradas en una retirada ordenada lograron alcanzar una casa del pueblo de Valdeteja, y allí como unos bravos se dispusieron a defenderse hasta la muerte. Una masa superior a trescientos rojos atacó con toda clase de material, en la que abundaban cartuchos de dinamita. Durante todo el día fueron varios los asaltos que la horda marxista llevó a cabo, pero allí, en aquella casa, convertida en fortín, había nueve hombres, nueve camisas azules, acostumbrados a sufrir persecuciones, enseñados a la lucha cruel y sin cuartel de los tiempos heroicos de la Falange, que con nuestro himno de guerra y de muerte, nuestro "Cara al Sol" prendido en sus labios y con el corazón prendido en las puntas de sus bayonetas, rechazaban uno a uno todos aquellos ataques. Y solo a las primeras horas de la madrugada, cuando las municiones se habían agotado entraron los rojos en la casa, saturada toda ella del heroísmo y de la alegría de Falange.
Voluntarios leoneses, posiblemente falangistas, a los pocos días de producirse el golpe. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Y allí encontraron nueve hombres, nueve camaradas, que con la cabeza altiva y en posición de firmes, dijeron a los que entraban:
"Ya sabemos que vamos a morir, pero esto en Falange no es sino un mero acto de servicio. ¡Arriba España!"
De allí fueron conducidos a Cármenes, donde fueron interrogados y maltratados, y más tarde llevados a Busdongo, donde el 27 de agosto fueron fusilados a la puerta del cementerio.
El trayecto desde el pueblo hasta el cementerio fue un verdadero calvario. La horda, con ganas de sangre, los golpeaba e insultaba, pero por encima de toda esta algarabía de gritos e insultos soeces, se elevaba la magnífica serenidad de nuestros camaradas, que luciendo orgullosos los jirones de sus camisas azules, el pecho saliente, la frente alta, se enfrentaron con el pelotón de ejecución y nueve brazos, tensos como flechas salieron disparados al cielo en busca del lucero que allá arriba les esperaba.
Y allí, en el mismo lugar de la ejecución fueron enterrados.
Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.
SUS RESTOS SON TRASLADADOS A LEÓN
El jueves por la tarde se trasladaron a Busdongo el Delegado Provincial de Sanidad, camarada Enrique Vega, acompañado del gestor de este Ayuntamiento, camarada Francisco Diez, encargados por las jerarquías de FET y de las JONS del traslado de los restos a este cementerio.
Una vez en León se dispuso que el acto de darles cristiana sepultura fuera ayer tarde. Al cementerio acudieron numérosos familiares de los camaradas caídos.
También acudieron el Delegado Provincial de nuestra organización, camada Reinerio Gago; el Jefe Provincial de Milicias, teniente coronel López Roda, Asesor Político de Milicias, camarada Pérez Alonso; Delegado Provincial de Sanidad, camarada Enrique Vega; de Justicia y Derecho, camarada Brugada; Jefe de Tercio, camarada Valdés; Presidente de la Excma. Diputación, camarada Rodríguez del Valle y algunos camaradas del SEU.
Una escuadra de primera línea dio guardia al féretro donde se guardaban los restos de nuestros camaradas.
Después de leída la Oración de los Caídos, nuestro Jefe Provincial, camarada Gago, dio los gritos rituales de presente.
Camaradas caídos en el cumplimiento del deber:
Nicanor Diez González, de Matallana
Manuel Martinez Brugos, de León.
Alfredo Alvarez Fierros, de Matallana.
José Laiz Diez, de La Valcueva.
Agustín Suárez González, de Garrafe.
Santiago García Tascón, de Pedrún.
Federico Rodriguez Tabernero, de Matallana.
Fidel González Robles, de Pardavé.
Un camarada desconocido perteneciente a una Centuria de Galicia.
¡¡ PRESENTES!!
Hasta aquí la noticia por la que conocemos cuales fueron las circunstancias en las que murió el teniente y sus acompañantes. A partir de esta información podemos aventurar un relato aproximado de lo que realmente ocurrió. Llama la atención el hecho de que entre los restos del traslado de los cuerpos desde Busdongo al cementerio de León no figure el nombre de Victoriano González Rodríguez, el teniente que los mandaba, ni se haga una referencia a su persona ni al lugar donde pudieran permanecer sus restos. Según se desprende de la crónica el comando cayó en una emboscada en el punto donde hoy se erige el monumento, suponemos que su cuerpo quedaría allí en el lugar de la emboscada y desconocemos si fue enterrado en las proximidades o bien el cadáver fue traslado a otro lugar; el resto del grupo conseguiría huir en una retirada ordenada hasta Valdeteja donde se hicieron fuertes en una casa hasta que finalmente, ya sin medios de defensa, tuvieron que rendirse. Desde el probable lugar de la emboscada hasta la localidad de Valdeteja hay una distancia aproximada de unos cuatro kilómetros, aunque desconocemos el sitio exacto donde fueron apresados. De allí serían trasladados a la localidad minera de Cármenes, y de allí a Busdongo, donde serían fusilados el 27 de agosto junto a las tapias del cementerio.
La población minera de Santa Lucía se convertiría en uno de los núcleos de resistencia al golpe. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Es interesante señalar el dato de que el 26 de agosto de 1936 en la localidad de Busdongo los partidos políticos de León afectos a la República constituyeron el Comité Provincial de Milicias Antifascistas, que tenía como objetivo principal «organizar y coordinar los grupos milicianos que luchaban contra las fuerzas sublevadas en el norte de León» (2). Resaltar la coincidencia de fechas entre la formación del Comité Provincial de Milicias Antifascistas y la captura y muerte de los miembros del grupo comandado por el teniente Victoriano González. Como curiosidad mencionar que en la misma localidad de Busdongo, en marzo de 1936, nacería Amancio Ortega, creador del grupo Inditex (ZARA), una de las mayores y más exitosas empresas de España; Desde la localidad han tratado de atraer la atención del empresario para que ayude a revitalizar la zona, castigada por la plaga del envejecimiento y la despoblación, aunque al parecer con escasos resultados. No perdamos la esperanza.
Hemos encontrado un parte republicano de septiembre de 1936 (3) que se hace eco de las incursiones de “fuerzas facciosas” en la zona de Valdeteja. Muy posiblemente se refieran, entre otras posibles, al grupo del teniente Victoriano González Rodríguez.
Parte Oficial de Guerra (BGFPL nº 15)
Noticias del Frente de Pola de Gordón.
En todos los frentes que controla la Columna de Pola de Gordón, existe absoluta normalidad. En las descubiertas verificadas por nuestros milicianos se observa que el enemigo sigue en la misma actitud.
Todos los días se presentan a nuestras líneas, fugitivos de León que nos dan a conocer las monstruosidades del fascismo, y se calcula que en León llevan fusilados más de un millar de compañeros.
En el frente de Valdeteja nuestros compañeros siguen dando batidas a las fuerzas facciosas que operan por las inmediaciones de Matallana.
Se sabe también que en León los fascistas procuran evadirse de los frentes y muchos se fingen enfermos y otros se hieren ellos mismos para no ir al frente.
Pola de Gordón 26-9-36. La Comandancia.
Pero volvamos al monumento y al episodio que nos ocupa. En primer lugar hay que suponer que en la fecha en que se producen los hechos los frentes todavía no estaban bien definidos en la comarca, quedando toda ella en una especie de zona de nadie hasta que se delimitaron las dos zonas, que en esta comarca estarían separadas por el trazado de la línea del tren minero de La Robla, como ya vimos en nuestra crónica “el sabotaje del tren de La Robla” (Clic aquí para ir a la crónica), de tal forma que los sublevados quedarían al sur de la frontera imaginaria que marca la vía del ferrocarril, y los republicanos al norte de la misma, controlando y defendiendo los caminos y puertos que conducen a Asturias.
El tren minero de la Robla se convertíría en un obejtivo prioritario para los republicanos. En la imagen un tren tras un sabotaje en las proximidades de La Vecilla. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
El valle del río Curueño quedaría prácticamente desguarnecido por ambos contendientes hasta pasados algunos meses desde el inicio de la sublevación. A finales de julio del 36 tres columnas procedentes de León al mando del coronel Vicente Lafuente, ocupan las localidades de La Robla, Matallana de Torío y la Vecilla, es decir siguieron la línea del ferrocarril minero. A comienzos de agosto se produciría un contraataque republicano, con milicianos, en su mayoría mineros, que con un armamento precario consiguen ocupar La Vecilla, que es recuperada definitivamente por los sublevados el 5 de agosto.
Poco movimiento más se produciría en el curso medio del Curueño desde esa fecha hasta el 9 de enero de 1937 cuando fuerzas republicanas del Batallón 50, también conocido como Batallón Iskra, al mando de Julio Fernández Flores descendieron por el curso del río ocupando la localidad de Nocedo y el balneario de aquella localidad, conocido como las Caldas de Nocedo, donde establecerían su puesto de mando. Desde allí hostigarían a las fuerzas franquistas establecidas en Valdepiélago y La Vecilla, lanzando también acciones de sabotaje sobre la línea férrea como ya hemos visto. Otras unidades republicanas realizarían un avance similar en el vecino valle del río Torío, ocupando Orzonaga y posicionándose en los límites de las poblaciones de Matallana y Vegacervera. Esta línea se mantendría con escasas variaciones hasta el otoño de 1937, cuando la gran ofensiva franquista lanzada sobre Asturias obligó a las fuerzas republicanas a retirarse camino del Principado. Para conocer con detalle tanto las operaciones militares en la comarca, como los restos y vestigios que de aquellos días todavía hoy se conservan, es altamente recomendable la lectura del libro “La Maginot Cantábrica”, un extraordinario y detallado trabajo que no debe faltar en la guantera del coche cuando se visitan estas tierras.
Portada del libro “La Maginot Cantábrica”, un recomendable trabajo para conocer el desarrollo de la Guerra en la zona y los numerosos restos que aún se conservan. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Pero ahora volvamos a nuestro protagonista, es bastante probable que al teniente González le sorprendiera el golpe militar estando de vacaciones en su localidad natal de Robles de la Valcueva, y al no poder incorporarse a su destino en Madrid decidió apoyar a los sublevados desde la zona en la que se encontraba en el momento de producirse el golpe. Seguramente al igual que ocurrió en octubre del 34, tras las incertidumbres de los primeros días sobre el éxito del golpe en la provincia y especialmente en la capital, Victoriano González Rodríguez se pondría a disposición de los mandos sublevados en León, ofreciendo su experiencia y el conocimiento del terreno de su tierra natal.
Desconocemos si bien por órdenes llegadas desde León, bien por iniciativa propia, o tal vez por una mezcla de las dos, el teniente González acompañado de un grupo de civiles falangistas de pueblos de la zona, efectuaron una descubierta siguiendo el curso del Curueño, no sabemos si en vehículos o bien en caballerías. Es posible que partieran de la Vecilla o de Valdepiélago, aunque no se puede descartar que partieran desde Vegacervera o una localidad cercana, en el valle de río Torío, para por el camino que une Valverdín con Valdeteja acceder al valle del Curueño.
Imagen aérea de la zona donde se produjeron los acontecimientos narrados. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Tras atravesar las Hoces de Valdeteja y el desvío que conduce al pueblo de Valdeteja, serían emboscados en algún lugar entre este punto y la localidad de Tolibia de Abajo, donde resultaría herido mortalmente el teniente al mando. El resto del grupo según las noticias retrocedió hasta Valdeteja, a unos cuatro kilómetros del lugar de la emboscada. Valdeteja se encuentra apartada de la carretera del Curueño, si los emboscados se desviaron puede obedecer a dos razones, o bien les cortaron la retirada en las Hoces no pudiendo retroceder hasta Valdepiélago, o bien trataron de desandar el camino realizado, es decir, habrían iniciado la descubierta desde el valle del Torío. El hecho de que iniciaran esta más que arriesgada descubierta, nos permite hacernos una idea de la situación en la que se encontraba el frente en esta zona en el verano de 36, sin unas líneas definidas y sin una presencia estable de fuerzas sobre el terreno de cualquiera de los dos contendientes.
Y hasta aquí todo lo que hemos podido recopilar sobre la historia que se esconde detrás de esa cruz en el camino. Confiamos en que a partir de estos datos surjan nuevas aportaciones que ofrezcan más luz sobre este poco conocido episodio. Para terminar, publicamos un recordatorio de aquel episodio que apareció en la prensa falangista un año después del suceso.
Proa, diario de Falange Española de las J.O.N.S., Año II, Número 252, 10 de septiembre de 1937
Del frente de Matallana
Primer aniversario de los Camaradas caídos en Valdeteja
Teniente: Victoriano González Rodríguez
Camaradas: Agustín Suárez González; Nicanor Diez Rodriguez; Manuel Martínez Brugos; Federico Rodríguez Tabernero; José Láiz Suárez; Alfredo Alvarez Fierro; Fidel González; Santiago García.
¡Presentes!
No hace más de un año, viejos camaradas, que habían vestido la gloriosa divisa azul en las horas duras de la persecución, en las horas trágicas para la patria, guiados por el entusiasmo que en sus pechos ardía, dieron, como héroes y como buenos, sus vidas en los campos de batalla en aras del supremo ideal: Dios Y España.
F. E T. y de las J. O. N. S., ha querido rendir el homenaje póstumo a estos caídos en el primer aniversario de su muerte. Fúnebres exequias, paños negros, solemnes actos que recordaron a los camaradas que hoy hacen guardia sobre los luceros.
En la capilla instalada en la sala de sesiones del Ayuntamiento, tuvo lugar el fúnebre acto. Una multitud inmensa, del pueblo junto con soldados y falangistas Junto rindió una prueba inequívoca de adhesión a los mártires de la Causa Nacional.
Ocuparon la presidencia autoridades civiles y militares, oficiales del Ejército, el Jefe de la Centuria, brigada de la Guardia civil y familiares de las víctimas.
Celebró la Misa el culto y digno alférez capellán de las fuerzas que guarnecen este frente, el cual, en breves y emocionadas palabras, rindió un homenaje a la memoria de los mártires que regaron con su sangre y sellaron con sus vidas el sagrado ideal de Dios y de la Patria. Se dieron las voces reglamentarias, en medio de una emoción indescriptible.
Camaradas que, orgullosos y alegres, disteis vuestras vidas en aras del ideal: Os tenemos presentes en nuestro afán; vuestro recuerdo es imperecedero; será la estela que seguiremos en nuestra marcha victoriosa y en nuestros corazones estarán grabados eternamente vuestros gloriosos nombres, ante vuestra tumba, en día no muy lejano y os rendiremos el afecto de camaradas y de cristianos.
Camaradas caídos en Valdeteja ¡Presentes!
¡Arriba España!
Un CAMARADA
Florentino Areneros