LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA
Hace unos meses abríamos nuestra crónica de titulo " CÁI. (Cádiz para foráneos)" refiriéndonos a un hecho que cada 16 de mayo tiene lugar en la Plaza de Toros de Madrid desde 1920. Ese día los toreros y el público que suele abarrotar la plaza guardan un respetuoso minuto de silencio al finalizar el paseíllo. Como comentabamos en aquella crónica, el 16 de mayo de 1920 fallecía José Gómez Ortega “Joselito” en la Plaza de Toros de Talavera de la Reina corneado por el toro “Bailaor”. El malogrado diestro sevillano compartía cartel con su cuñado José Ignacio Sánchez Mejías. Este año nuevamente, durante la próxima Feria de San Isidro, se volverá a repetir el mismo ritual para conmemorar esta efeméride. Pero aunque este “acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él”, que es como define el Diccionario de la Real Academia al término efeméride, se produce año tras año, al igual que otros muchos, se da mucha mayor importancia a una efeméride cuando es múltiplo de cinco o de diez, y mucha más cuando coincide con el 25, 50 o 75 aniversario, y ya no les digo nada cuando hablamos de un centenario.
El torero Sanchez Mejías junto al cadaver de su cuñado Joselito.
En este año de 2011 se van a conmemorar un buen número de episodios históricos, que seguramente tengan mucha más resonancia en los medios que cualquier otro año. Así por ejemplo el pasado 16 de Febrero se cumplía el 75 aniversario de las elecciones generales que dieron el triunfo al frente Popular. Justo una semana después se cumplía el 30 aniversario del fallido golpe de estado protagonizado por Tejero. En julio también se cumplirá el 75 aniversario de otro golpe fallido, la sublevación del 18 de Julio, y a partir de ese momento se conmemoraran un inacabable número de episodios históricos marcados por el número 75. El 75 aniversario del paso del Estrecho, también de la muerte de García Lorca, de la toma de Badajoz por el Ejercito de África al mando del general Yagüe, de la liberación de El Alcázar, y por supuesto el 75 aniversario de la Batalla de Madrid, un acontecimiento de gran interés para todos los buenos aficionados a la guerracivilmaquia que residimos en esta bella ciudad. Aniversarios que junto a otros muchos tendrán lugar este año y que alcanzarán seguramente una gran repercusión mediática, a la vez que se organizarán muchos actos y actividades alrededor de estas conmemoraciones. Por desgracia también habrá muchas personas y personajes, de muy diferentes opciones políticas e ideológicas, que tratarán de sacar partido de un tema que todavía suscita encendidas polémicas como este de la guerra civil, transponiéndolo a la actualidad política. Por ejemplo este año también se cumplirá el 75 aniversario de las lamentables matanzas de Paracuellos del Jarama y viendo como las gastan algunas emisoras, televisiones y publicaciones seguro que no dejarán pasar la ocasión para atizar las brasas. Cito solamente Paracuellos tal vez por ser la más conocida, pero son infinidad las localidades españolas que han tenido o tienen todavía sus fosas, y la gran mayoría de ellas se abrieron durante los primeros meses de la contienda, y también ahora se cumplirán 75 años de aquellas desgraciadas muertes. Tal vez todo ello debería invitar más a la reflexión sobre aquellos lamentables acontecimientos que a la utilización de los mismos, pero conociendo el paño, y ójala me equivoque, me temo lo peor por parte de algunas personas y medios, y si no al tiempo.
Una fotografía de la Plaza de la Cibeles el 14 de Abril de 1931. En una de las pancartas se distinguen los retratos de de los capitanes Galán y García Hernandez, fusilados tras un juicio sumarísimo cuatro meses antes, convertidos ahora en héroes de la República.
Será tiempo de exposiciones, coloquios, conferencias, debates, se harán documentales, programas monográficos, rutas por los escenarios, a lo mejor sacan alguna serie (viendo la de La Republica mejor que no se les ocurra), y quizá alguna película. También es muy posible que salgan colecciones de fascículos y reediciones de libros. Y por supuesto, este aniversario estará presente en cualquier medio gráfico de actualidad que se precie, entre ellas esta de Sol y Moscas en la que modestamente colaboro. Por ello durante lo que queda de este año trataremos de sacar un monográfico por cada uno de los más notables de todos estos acontecimientos, donde repasaremos de manera breve los aspectos a nuestro entender más importantes y significativos de cada uno de ellos. Hoy quiero empezar por la proclamación de la Segunda República Española, en la que tal día como hoy, 14 de Abril de 2011, se conmemora su 80 aniversario. Han sido ríos de tinta los que se han escrito sobre este acontecimiento, e innumerables los libros y trabajos que sobre el mismo tratan, de forma que es muy poco lo que les podamos aportar sobre ello. La República vendría a sustituir a una monarquía que había ido perdiendo prestigio y credibilidad, sin duda debido a sus muchos errores, entre gran parte de la sociedad, así como entre amplios sectores políticos y otros estamentos de la nación, destacando entre ellos una parte del Ejército. El irremediable declive de la monarquía había comenzado unos años antes, algún historiador, entre ellos el inigualable diestro Juan Manuel Riesgo “Cuatro Vientos”, sostiene que la Republica comenzó a ver la luz tras el desastre de Annual, del que casualmente este año también se conmemora su 90 aniversario, un episodio que incomprensiblemente es bastante desconocido por un buen número de españoles y me atrevería a decir que por la gran mayoría de los jóvenes. Esta catástrofe militar, en la que perderían la vida miles de soldados españoles (la mayoría humildes reclutas de reemplazo que no habían podido reunir el dinero suficiente para evitar tener por destino las plazas África), supuso una tremenda crisis política, comenzando por la dimisión del Presidente del Consejo de Ministros del momento Manuel Allendesalazar. A la crisis política también se unió la perdida de credibilidad del estamento monárquico, la popularidad del Rey cayo en picado, muchos le culpaban del desastre por el nombramiento a dedo de su amigo personal, el General Silvestre, al que muchos responsabilizaban de la debacle por su incapacidad manifiesta. También se cuenta que cuando se informó al monarca del elevado precio del rescate que los rifeños pedían por los pocos españoles supervivientes que tenían prisioneros, el rey dijo “no sabía que estuviera tan cara la carne de gallina”.
Un inacabable rastro de cadáveres de soldados españoles, muchos de ellos salvajemente torturados, es lo que encontraron las fuerzas españolas cuando consiguieron volver a ocupar las posiciones perdidas tras el Desastre de Annual.
La crisis política se intentó solventar con un gobierno de concentración presidido por Antonio Maura, y a la vez se encargó al general Juan Picasso la elaboración de un informe sobre los acontecimientos. Poco antes de que este informe, que nunca vería la luz (alguna fuentes apuntan a que hasta el mismo Rey no salía muy bien parado en el mismo) , fuera debatido en Las Cortes, el general Miguel Primo de Rivera encabezó un “golpe de estado” con la particularidad de que tenía el apoyo del propio Rey, de la Iglesia, de gran parte del Ejército (como era de esperar), y de la mayoría de los sectores financieros y patronales. El nuevo régimen que vino a salvar de alguna forma a la desprestigiada monarquía, sería conocido como “Dictadura”, en donde el país sería dirigido inicialmente por un Directorio Militar que daría paso posteriormente al Directorio Civil. Durante este tiempo en que el general Primo de Rivera estuvo en el poder (1923-1930) el país vivió unos años de relativo esplendor en lo económico, y también en lo militar al conseguir pacificar el Marruecos Español tras el desembarco de Alhucemas.
El Rey Alfonso XIII junto a los miembros del Directorio Militar que presidía el general Primo de Rivera.
El régimen fue derivando hacía una especie de normalización democrática, con la creación de un pseudo parlamento denominado Asamblea Nacional, que incluso llegó a elaborar un anteproyecto de constitución. Sin embargo la solidez de las fuerzas que apoyaban al dictador se fue resquebrajando, comenzando a aflorar las diferencias entres los diversos sectores políticos, pero por si todo esto fuera poco la crisis económica mundial de 1929 tendría una importante repercusión en España. Primo de Rivera que había perdido la confianza del Rey y de los suyos, acabaría dimitiendo a principios de 1930.
Alfonso XIII junto al general Primo de Rivera.
Al anterior dictador le sustituiría otro militar, el general Dámaso Berenguer, uno de los responsables directos del desastre de Annual y amigo personal también del monarca. Este periodo sería conocido por la “Dictablanda” en contraposición al anterior, y durante el mismo la situación económica continuaría empeorando, así como la situación política. También se producirían múltiples revueltas sociales y comenzaría tomar fuerza la opción republicana (ante el desprestigio e incompetencia de la institución monárquica) entre un amplio espectro de fuerzas políticas de muy diferente signo. La situación comienza a ser muy complicada para el Rey y los monárquicos, que optan por intentar recuperar la normalidad democrática, anunciando una serie de reformas para tratar de devolver al país a un régimen democrático parlamentario, con la convocatoria de elecciones que debían servir para elegir un nuevo parlamento que sería encargado de redactar una nueva constitución. Pero un gran número de formaciones políticas, de amplio espectro ideológico, comienzan a organizarse para conseguir instaurar un estado republicano. Para este fin se reúnen a mediados de Agosto de 1930 en San Sebastián representantes de diferentes opciones políticas, incluidos algunos nacionalistas. A esta reunión asisten políticos tan destacados como, entre otros, Azaña, Indalecio Prieto, Fernando de los Rios (Tanto Prieto como de los Ríos participarían a nivel personal, ya que el PSOE como tal no acudió a la reunión), Miguel Maura, Alejandro Lerroux, Casares Quiroga o Niceto Alcalá Zamora que firmarían lo que se conoció como el Pacto de San Sebastián, creando un comité revolucionario que sería presidido por el propio Alcalá Zamora, que a la postre sería nombrado primer Presidente de la Segunda República. Las reuniones continuarían ya en Madrid, primero en casa de Miguel Maura y a partir de octubre en el Ateneo. El 29 de Septiembre se celebraría un multitudinario mitin en la Monumental Plaza de Toros de las Ventas, que venía a poner de manifiesto la pujanza del nuevo movimiento. Se entablaron conversaciones con las fuerzas obreras, la UGT y la CNT, que aun mostrando reticencias acabarían sumándose. En octubre el PSOE, tras apretada votación, se incorporaría también. Desde el propio Ejército, también hay voces favorables al cambio de régimen, destacando entre ellos el general Queipo de Llano (ya ven ustedes, quien lo iba a decir) que se encontraba al frente de una Asociación Militar Republicana, el cual se encontraba en la reserva por haber participado en una asonada contra Primo de Rivera en 1926.
Niceto Alcalá Zamora durante un mitin en la madrileña Plaza de las Ventas.
La opción republicana va cobrando más y más fuerza, y en diciembre el Comité Revolucionario decide promover un levantamiento en toda España que permita la llegada de la ansiada República, la fecha elegida es el 15 de diciembre. En Jaca los capitanes Fermín Galán y García Hernández se adelantan a esa fecha y el día 12 sublevan la plaza, y formando dos columnas se dirigen hacia Huesca. Poco va a durar su aventura, el Gobierno enterado de los hechos, envía fuerzas para interceptarlos. En las inmediaciones de Huesca se encuentran ambos destacamentos y se establece el combate, los sublevados se retiran en desbandada, al igual que Galán y sus oficiales, que acabarán entregándose. Tras un conseja de guerra sumarísimo que dura poco más de media hora, Galán y García Hernández son condenados s muerte y ejecutados el domingo 14. En el resto de España la conspiración fracasa y sus organizadores son encarcelados.
Algunos componentes del Gobireno Provisional de la República.
Las fuerzas monárquicas reaccionan intentando incluso negociar en Febrero con los miembros del Comité Revolucionario en la propia Cárcel Modelo de Madrid sin conseguir ningún resultado. En esta situación se llegaría al día de las elecciones municipales que se celebrarían el 12 de Abril de 1931, en las que las listas republicanas conseguirían una holgada victoria frente a las candidaturas monárquicas. Aunque se trataba de una derrota anunciada, la dimensión de la misma no era esperada por nadie. La victoria de los republicanos en las grandes ciudades se daba casi por segura, pero la debacle en otros muchos municipios, incluidos alguno como Guadalajara, feudo del todopoderoso Conde de Romanones no entraba en ninguna quiniela. Tanto el Rey como alguno de sus partidarios en un primer momento se mostraron partidarios de mantener el poder a cualquier precio, aunque otros, como el propio Romanones, sin duda desbordados por los acontecimientos, abogaban por la convocatoria de elecciones generales y la renuncia del monarca, seguramente en esta decisión influyó el anuncio del general Sanjurjo (de nuevo, quien lo iba a decir) que ocupaba el cargo de director de la Guardia Civil, de que tanto la Guardia Civil como la mayoría del Ejército respetarían los resultados electorales sin tomar partido. En vista de la situación el monarca renunció al trono y abandonó España la tarde del 14 de abril. De alguna forma el desarrollo de los acontecimientos también sorprendió a los propios republicanos, que en ningún momento se habían planteado este desenlace.
Otra imagen del 14 de Abril de 1931 tomada en la Plaza de la Cibeles.
La alegría se desbordó y una gran muchedumbre salió a las calles de Madrid, con la Puerta del Sol nuevamente como epicentro, al igual que en las plazas y calles de las principales ciudades y localidades españolas convirtiéndolas en una gran fiesta, la mayoría de los ciudadanos presentían un futuro de cambio y esperanza, y así lo celebraban. Comenzaba la andadura de la Segunda República, una andadura repleta de obstáculos en el camino, pero que en aquel 14 de Abril de 1931 contaba con el entusiasta apoyo de la mayoría de los españoles que veían en el cambio de régimen una oportunidad de modernización, progreso y libertad, tras muchas décadas de atraso, pobreza y aislamiento. Pero como decíamos anteriormente, en su camino la Segunda República encontraría muchos obstáculos y problemas, y a las pocas semanas de su proclamación, una serie de incidentes hicieron que muchos ciudadanos cambiaran su entusiasmo inicial por un indisimulado escepticismo, o incluso un manifiesto rechazo. Pero bueno todo eso forma parte ya de otra crónica.
Florentino Areneros.
El torero Sanchez Mejías junto al cadaver de su cuñado Joselito.
En este año de 2011 se van a conmemorar un buen número de episodios históricos, que seguramente tengan mucha más resonancia en los medios que cualquier otro año. Así por ejemplo el pasado 16 de Febrero se cumplía el 75 aniversario de las elecciones generales que dieron el triunfo al frente Popular. Justo una semana después se cumplía el 30 aniversario del fallido golpe de estado protagonizado por Tejero. En julio también se cumplirá el 75 aniversario de otro golpe fallido, la sublevación del 18 de Julio, y a partir de ese momento se conmemoraran un inacabable número de episodios históricos marcados por el número 75. El 75 aniversario del paso del Estrecho, también de la muerte de García Lorca, de la toma de Badajoz por el Ejercito de África al mando del general Yagüe, de la liberación de El Alcázar, y por supuesto el 75 aniversario de la Batalla de Madrid, un acontecimiento de gran interés para todos los buenos aficionados a la guerracivilmaquia que residimos en esta bella ciudad. Aniversarios que junto a otros muchos tendrán lugar este año y que alcanzarán seguramente una gran repercusión mediática, a la vez que se organizarán muchos actos y actividades alrededor de estas conmemoraciones. Por desgracia también habrá muchas personas y personajes, de muy diferentes opciones políticas e ideológicas, que tratarán de sacar partido de un tema que todavía suscita encendidas polémicas como este de la guerra civil, transponiéndolo a la actualidad política. Por ejemplo este año también se cumplirá el 75 aniversario de las lamentables matanzas de Paracuellos del Jarama y viendo como las gastan algunas emisoras, televisiones y publicaciones seguro que no dejarán pasar la ocasión para atizar las brasas. Cito solamente Paracuellos tal vez por ser la más conocida, pero son infinidad las localidades españolas que han tenido o tienen todavía sus fosas, y la gran mayoría de ellas se abrieron durante los primeros meses de la contienda, y también ahora se cumplirán 75 años de aquellas desgraciadas muertes. Tal vez todo ello debería invitar más a la reflexión sobre aquellos lamentables acontecimientos que a la utilización de los mismos, pero conociendo el paño, y ójala me equivoque, me temo lo peor por parte de algunas personas y medios, y si no al tiempo.
Una fotografía de la Plaza de la Cibeles el 14 de Abril de 1931. En una de las pancartas se distinguen los retratos de de los capitanes Galán y García Hernandez, fusilados tras un juicio sumarísimo cuatro meses antes, convertidos ahora en héroes de la República.
Será tiempo de exposiciones, coloquios, conferencias, debates, se harán documentales, programas monográficos, rutas por los escenarios, a lo mejor sacan alguna serie (viendo la de La Republica mejor que no se les ocurra), y quizá alguna película. También es muy posible que salgan colecciones de fascículos y reediciones de libros. Y por supuesto, este aniversario estará presente en cualquier medio gráfico de actualidad que se precie, entre ellas esta de Sol y Moscas en la que modestamente colaboro. Por ello durante lo que queda de este año trataremos de sacar un monográfico por cada uno de los más notables de todos estos acontecimientos, donde repasaremos de manera breve los aspectos a nuestro entender más importantes y significativos de cada uno de ellos. Hoy quiero empezar por la proclamación de la Segunda República Española, en la que tal día como hoy, 14 de Abril de 2011, se conmemora su 80 aniversario. Han sido ríos de tinta los que se han escrito sobre este acontecimiento, e innumerables los libros y trabajos que sobre el mismo tratan, de forma que es muy poco lo que les podamos aportar sobre ello. La República vendría a sustituir a una monarquía que había ido perdiendo prestigio y credibilidad, sin duda debido a sus muchos errores, entre gran parte de la sociedad, así como entre amplios sectores políticos y otros estamentos de la nación, destacando entre ellos una parte del Ejército. El irremediable declive de la monarquía había comenzado unos años antes, algún historiador, entre ellos el inigualable diestro Juan Manuel Riesgo “Cuatro Vientos”, sostiene que la Republica comenzó a ver la luz tras el desastre de Annual, del que casualmente este año también se conmemora su 90 aniversario, un episodio que incomprensiblemente es bastante desconocido por un buen número de españoles y me atrevería a decir que por la gran mayoría de los jóvenes. Esta catástrofe militar, en la que perderían la vida miles de soldados españoles (la mayoría humildes reclutas de reemplazo que no habían podido reunir el dinero suficiente para evitar tener por destino las plazas África), supuso una tremenda crisis política, comenzando por la dimisión del Presidente del Consejo de Ministros del momento Manuel Allendesalazar. A la crisis política también se unió la perdida de credibilidad del estamento monárquico, la popularidad del Rey cayo en picado, muchos le culpaban del desastre por el nombramiento a dedo de su amigo personal, el General Silvestre, al que muchos responsabilizaban de la debacle por su incapacidad manifiesta. También se cuenta que cuando se informó al monarca del elevado precio del rescate que los rifeños pedían por los pocos españoles supervivientes que tenían prisioneros, el rey dijo “no sabía que estuviera tan cara la carne de gallina”.
Un inacabable rastro de cadáveres de soldados españoles, muchos de ellos salvajemente torturados, es lo que encontraron las fuerzas españolas cuando consiguieron volver a ocupar las posiciones perdidas tras el Desastre de Annual.
La crisis política se intentó solventar con un gobierno de concentración presidido por Antonio Maura, y a la vez se encargó al general Juan Picasso la elaboración de un informe sobre los acontecimientos. Poco antes de que este informe, que nunca vería la luz (alguna fuentes apuntan a que hasta el mismo Rey no salía muy bien parado en el mismo) , fuera debatido en Las Cortes, el general Miguel Primo de Rivera encabezó un “golpe de estado” con la particularidad de que tenía el apoyo del propio Rey, de la Iglesia, de gran parte del Ejército (como era de esperar), y de la mayoría de los sectores financieros y patronales. El nuevo régimen que vino a salvar de alguna forma a la desprestigiada monarquía, sería conocido como “Dictadura”, en donde el país sería dirigido inicialmente por un Directorio Militar que daría paso posteriormente al Directorio Civil. Durante este tiempo en que el general Primo de Rivera estuvo en el poder (1923-1930) el país vivió unos años de relativo esplendor en lo económico, y también en lo militar al conseguir pacificar el Marruecos Español tras el desembarco de Alhucemas.
El Rey Alfonso XIII junto a los miembros del Directorio Militar que presidía el general Primo de Rivera.
El régimen fue derivando hacía una especie de normalización democrática, con la creación de un pseudo parlamento denominado Asamblea Nacional, que incluso llegó a elaborar un anteproyecto de constitución. Sin embargo la solidez de las fuerzas que apoyaban al dictador se fue resquebrajando, comenzando a aflorar las diferencias entres los diversos sectores políticos, pero por si todo esto fuera poco la crisis económica mundial de 1929 tendría una importante repercusión en España. Primo de Rivera que había perdido la confianza del Rey y de los suyos, acabaría dimitiendo a principios de 1930.
Alfonso XIII junto al general Primo de Rivera.
Al anterior dictador le sustituiría otro militar, el general Dámaso Berenguer, uno de los responsables directos del desastre de Annual y amigo personal también del monarca. Este periodo sería conocido por la “Dictablanda” en contraposición al anterior, y durante el mismo la situación económica continuaría empeorando, así como la situación política. También se producirían múltiples revueltas sociales y comenzaría tomar fuerza la opción republicana (ante el desprestigio e incompetencia de la institución monárquica) entre un amplio espectro de fuerzas políticas de muy diferente signo. La situación comienza a ser muy complicada para el Rey y los monárquicos, que optan por intentar recuperar la normalidad democrática, anunciando una serie de reformas para tratar de devolver al país a un régimen democrático parlamentario, con la convocatoria de elecciones que debían servir para elegir un nuevo parlamento que sería encargado de redactar una nueva constitución. Pero un gran número de formaciones políticas, de amplio espectro ideológico, comienzan a organizarse para conseguir instaurar un estado republicano. Para este fin se reúnen a mediados de Agosto de 1930 en San Sebastián representantes de diferentes opciones políticas, incluidos algunos nacionalistas. A esta reunión asisten políticos tan destacados como, entre otros, Azaña, Indalecio Prieto, Fernando de los Rios (Tanto Prieto como de los Ríos participarían a nivel personal, ya que el PSOE como tal no acudió a la reunión), Miguel Maura, Alejandro Lerroux, Casares Quiroga o Niceto Alcalá Zamora que firmarían lo que se conoció como el Pacto de San Sebastián, creando un comité revolucionario que sería presidido por el propio Alcalá Zamora, que a la postre sería nombrado primer Presidente de la Segunda República. Las reuniones continuarían ya en Madrid, primero en casa de Miguel Maura y a partir de octubre en el Ateneo. El 29 de Septiembre se celebraría un multitudinario mitin en la Monumental Plaza de Toros de las Ventas, que venía a poner de manifiesto la pujanza del nuevo movimiento. Se entablaron conversaciones con las fuerzas obreras, la UGT y la CNT, que aun mostrando reticencias acabarían sumándose. En octubre el PSOE, tras apretada votación, se incorporaría también. Desde el propio Ejército, también hay voces favorables al cambio de régimen, destacando entre ellos el general Queipo de Llano (ya ven ustedes, quien lo iba a decir) que se encontraba al frente de una Asociación Militar Republicana, el cual se encontraba en la reserva por haber participado en una asonada contra Primo de Rivera en 1926.
Niceto Alcalá Zamora durante un mitin en la madrileña Plaza de las Ventas.
La opción republicana va cobrando más y más fuerza, y en diciembre el Comité Revolucionario decide promover un levantamiento en toda España que permita la llegada de la ansiada República, la fecha elegida es el 15 de diciembre. En Jaca los capitanes Fermín Galán y García Hernández se adelantan a esa fecha y el día 12 sublevan la plaza, y formando dos columnas se dirigen hacia Huesca. Poco va a durar su aventura, el Gobierno enterado de los hechos, envía fuerzas para interceptarlos. En las inmediaciones de Huesca se encuentran ambos destacamentos y se establece el combate, los sublevados se retiran en desbandada, al igual que Galán y sus oficiales, que acabarán entregándose. Tras un conseja de guerra sumarísimo que dura poco más de media hora, Galán y García Hernández son condenados s muerte y ejecutados el domingo 14. En el resto de España la conspiración fracasa y sus organizadores son encarcelados.
Algunos componentes del Gobireno Provisional de la República.
Las fuerzas monárquicas reaccionan intentando incluso negociar en Febrero con los miembros del Comité Revolucionario en la propia Cárcel Modelo de Madrid sin conseguir ningún resultado. En esta situación se llegaría al día de las elecciones municipales que se celebrarían el 12 de Abril de 1931, en las que las listas republicanas conseguirían una holgada victoria frente a las candidaturas monárquicas. Aunque se trataba de una derrota anunciada, la dimensión de la misma no era esperada por nadie. La victoria de los republicanos en las grandes ciudades se daba casi por segura, pero la debacle en otros muchos municipios, incluidos alguno como Guadalajara, feudo del todopoderoso Conde de Romanones no entraba en ninguna quiniela. Tanto el Rey como alguno de sus partidarios en un primer momento se mostraron partidarios de mantener el poder a cualquier precio, aunque otros, como el propio Romanones, sin duda desbordados por los acontecimientos, abogaban por la convocatoria de elecciones generales y la renuncia del monarca, seguramente en esta decisión influyó el anuncio del general Sanjurjo (de nuevo, quien lo iba a decir) que ocupaba el cargo de director de la Guardia Civil, de que tanto la Guardia Civil como la mayoría del Ejército respetarían los resultados electorales sin tomar partido. En vista de la situación el monarca renunció al trono y abandonó España la tarde del 14 de abril. De alguna forma el desarrollo de los acontecimientos también sorprendió a los propios republicanos, que en ningún momento se habían planteado este desenlace.
Otra imagen del 14 de Abril de 1931 tomada en la Plaza de la Cibeles.
La alegría se desbordó y una gran muchedumbre salió a las calles de Madrid, con la Puerta del Sol nuevamente como epicentro, al igual que en las plazas y calles de las principales ciudades y localidades españolas convirtiéndolas en una gran fiesta, la mayoría de los ciudadanos presentían un futuro de cambio y esperanza, y así lo celebraban. Comenzaba la andadura de la Segunda República, una andadura repleta de obstáculos en el camino, pero que en aquel 14 de Abril de 1931 contaba con el entusiasta apoyo de la mayoría de los españoles que veían en el cambio de régimen una oportunidad de modernización, progreso y libertad, tras muchas décadas de atraso, pobreza y aislamiento. Pero como decíamos anteriormente, en su camino la Segunda República encontraría muchos obstáculos y problemas, y a las pocas semanas de su proclamación, una serie de incidentes hicieron que muchos ciudadanos cambiaran su entusiasmo inicial por un indisimulado escepticismo, o incluso un manifiesto rechazo. Pero bueno todo eso forma parte ya de otra crónica.
Florentino Areneros.
Contagiado por la emoción no puedo dejar de decir:
ResponderEliminar¡Es ud. un fenómeno de la pluma tauroguerrocivilera DºFlorentino, lastima sus aficiones blancas¡
Que tiemblen los pedrojotas, laras, paises y demas.
Sandoval
Muchas gracias estimado crítico, lástima también que un madrileño de pro como usted tenga otras aficiones.
ResponderEliminarFlorentino Areneros.
Digalas, digalas, no se corte.
ResponderEliminarEstimado señor Floguero, corrija su articulo, en el rincón del Chato tiene los argumentos, fue el 28 en la plaza de Goya, no el 29 en la Monumental.
ResponderEliminaratte.
en Madrid, primero en casa de Miguel Maura y a partir de octubre en el Ateneo. El 29 de Septiembre se celebraría un multitudinario mitin en la Monumental Plaza de Toros de las Ventas, que venía a poner de manifiesto la pujanza del nuevo movimiento. Se entablaron conversaciones con las fuerzas obreras, la UGT y la CNT, que aun mostrando reticencias acabarían sumándose. En octubre el PSOE, tras apretada votación, se incorporaría también. Desde el propio Ejército, también hay voces favorables al cambio de régimen, destacando entre ellos el general Queipo de Llano (ya ven ustedes, quien lo iba a decir) que se encontraba al frente de una Asociación Militar Republicana, el cual se encontraba en la reserva por haber participado en una asonada contra Primo de Rivera en 1926.
Niceto Alcalá Zamora durante un mitin en la madrileña Plaza de las Ventas.
La opción republicana v