domingo, 11 de septiembre de 2011

EL GEN DEL ASEDIO

La predisposición de los españoles por asediar o ser asediados es conocida de antiguo. Este matiz no pasaría desarpecibido a los estudios de Hollywood, que realizarían algunas superproducciones aprovechando esa impronta patria de indomables. (Haga clic en cualquiera de las imágenes para ampliarlas en otra pestaña).

Hace ahora 75 años se producía uno de los episodios más mitificados de toda la guerra civil: el asedio y la liberación del Alcázar de Toledo, para muchos un acto glorioso y heroico, pero que ofrece algunas sombras para otros. En una próxima crónica haremos un detallado repaso de aquellos acontecimientos, buscando como siempre la ortodoxia y objetividad que caracterizan a nuestras páginas.

Pero antes de ello, queríamos hacer un pequeño recorrido por los más importantes asedios que jalona la ya larga Historia de España. Desafortunadamente cometí el error de encargar a esta simple tarea a Abilio Ovejero, al que muchos de ustedes recordaran por haber escrito aquella delirante y surrealista crónica de título DIARIO DE UN BECARIO. Ciertamente el muchacho no pasa por una buena situación, tras aquella ruta de Gefrema que dio origen a aquella crónica, tuvo que ser hospitalizado debido a la pulmonía que contrajo durante el recorrido. Posteriormente su esposa obtendría el divorcio, y a causa de sus múltiples bajas laborales, consecuencia de las secuelas de su enfermedad, le han despedido hace unos pocos meses de su trabajo y ahora es un parado más. Pero en vez de dedicarse a buscar trabajo de lo suyo, ahora mantiene que quiere ser cronista, algo sin lugar a dudas motivado por los cantos de sirena que le han metido en la cabeza desde la Peña Taurina Casado, particularmente en la persona de su Presidente, el inefable Sandoval, apoyado por su lugarteniente de confianza, el vanguardista Chato de Ventas. Que desde que publicó Abilio su crónica, y a modo de chanza, no hacen más que repetirle que creen haber adivinado en él la mismísima reencarnación de Don Mariano José de Larra, y el pobre se lo ha creído.

Motivado por la bondad que siempre ha caracterizado a esta redacción, y por nuestra larga tradición de apoyo a los nuevos cronistas, cedí los tratos de redactar a Abilio con el encargo de elaborar una breve (si amigos, breve) crónica, en la que recoger de una manera sucinta los principales asedios que encontramos en nuestra historia y se ha despachado con una crónica ciclópea en el tamaño, más cercana aun programa de Tele5 que a un estudio histórico, mezclando datos históricos de dudosa procedencia, con la genética y algún cotilleo de escalera, en fin, un autentico desastre. Desafortunadamente, soy hombre de palabra y cumplo mis compromisos. Espero que ustedes, si se deciden a leer esta crónica, sean comprensivos y lo sepan disculpar.

Florentino Areneros.

Alguno de los asediados en El Alcazar de Toledo tras su liberación. Desdee ntonces se ha escrito mucho sobre aquel episodio, y en una próxima crónica lo trataremos con más detalle.

EL GEN DEL ASEDIO
Por nuestro enviado especial Abilio Ovejero.

Brindo esta crónica a los componentes de la Peña Taurina Segismundo Casado, que tanto me han animado a dar este salto. Va por ustedes...