martes, 20 de septiembre de 2011

EL ALCAZAR DE TOLEDO

Desde el mismo día de la liberación, el episodio del Alcázar de Toledo se convirtió en símbolo y mito del ideario del franquismo. El eco de aquella gesta llegaría hasta el celuloide y en 1940 el italiano Augusto Genina dirigiría en los estudios Cineccita de Roma la filmación de “Sin Novedad en el Alcázar”.


EL ALCAZAR DE TOLEDO


Tras el paréntesis de la temeraria (para la reputación de esta redacción) publicación de la crónica sobre asedios históricos, perpetrada por el incalificable Abilio Ovejero, retomamos nuevamente la senda del rigor y la ortodoxia histórica que caracterizan a esta publicación para narrarles los hechos que tuvieron lugar en la imperial ciudad de Toledo hace ahora 75 años. Un episodio mitificado durante mucho tiempo, pero que para algunos autores ofrece algunas zonas de sombra. En esta crónica repasaremos la versión más conocida de aquellos hechos y también las opiniones de diversos autores que ponen en duda algunos puntos de esa versión y añaden otros hechos que han sido silenciados en la mayoría de las narraciones de aquel episodio.

Como recordarán terminábamos la crónica de la serie TRES DIAS DE JULIO dedicada al 20 de ese mes, con una reunión en el Ministerio de la Guerra, entre el general Castelló, Ministro de la Guerra en ese momento, con el también general Riquelme, al que el Ministro informa de que la situación en Toledo es preocupante, se ha requerido en varias ocasiones el envío de municiones desde la Fabrica de Armas, a lo que el Gobernador Militar, Coronel Moscardó, se ha negado. Se teme desde el Gobierno que la plaza se halle en manos de los rebeldes y Castelló le pide a Riquelme que acuda al frente de una columna a restablecer la legalidad.

El general Moscardó fotografiado en las ruinas del Alcázar de Toledo una vez finalizada la guerra.

Las sospechas del Gobierno sobre la situación en Toledo se confirman, y así el martes 21 a las siete de la mañana se declara el estado de guerra en Toledo y en la provincia, en una declaración leída por el capitán Vela Hidalgo en la Plaza del Zocodover. Al mando de los sublevados se encuentra el coronel Moscardó, comandante militar de la plaza. Temiendo la más que probable reacción del Gobierno, Moscardó concentra a sus hombres en El Alcázar, una imponente fortaleza situada en lo más alto de la ciudad, y algunos edificios anejos. A las cinco de la tarde hace su aparición la columna al mando del general Riquelme que se dirige a reducir a los rebeldes. Parte de ella se dirige hacia la Fabrica de Armas, por lo que Moscardó ordena trasladar toda la munición allí almacenada al Alcazar, lo que se realiza en varios camiones.

El capitán Vela Hidalgo da lectura en el interior del Alcázar a un escrito por el que se informa de la declaración del estado de guerra.

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL GEN DEL ASEDIO

La predisposición de los españoles por asediar o ser asediados es conocida de antiguo. Este matiz no pasaría desarpecibido a los estudios de Hollywood, que realizarían algunas superproducciones aprovechando esa impronta patria de indomables. (Haga clic en cualquiera de las imágenes para ampliarlas en otra pestaña).

Hace ahora 75 años se producía uno de los episodios más mitificados de toda la guerra civil: el asedio y la liberación del Alcázar de Toledo, para muchos un acto glorioso y heroico, pero que ofrece algunas sombras para otros. En una próxima crónica haremos un detallado repaso de aquellos acontecimientos, buscando como siempre la ortodoxia y objetividad que caracterizan a nuestras páginas.

Pero antes de ello, queríamos hacer un pequeño recorrido por los más importantes asedios que jalona la ya larga Historia de España. Desafortunadamente cometí el error de encargar a esta simple tarea a Abilio Ovejero, al que muchos de ustedes recordaran por haber escrito aquella delirante y surrealista crónica de título DIARIO DE UN BECARIO. Ciertamente el muchacho no pasa por una buena situación, tras aquella ruta de Gefrema que dio origen a aquella crónica, tuvo que ser hospitalizado debido a la pulmonía que contrajo durante el recorrido. Posteriormente su esposa obtendría el divorcio, y a causa de sus múltiples bajas laborales, consecuencia de las secuelas de su enfermedad, le han despedido hace unos pocos meses de su trabajo y ahora es un parado más. Pero en vez de dedicarse a buscar trabajo de lo suyo, ahora mantiene que quiere ser cronista, algo sin lugar a dudas motivado por los cantos de sirena que le han metido en la cabeza desde la Peña Taurina Casado, particularmente en la persona de su Presidente, el inefable Sandoval, apoyado por su lugarteniente de confianza, el vanguardista Chato de Ventas. Que desde que publicó Abilio su crónica, y a modo de chanza, no hacen más que repetirle que creen haber adivinado en él la mismísima reencarnación de Don Mariano José de Larra, y el pobre se lo ha creído.

Motivado por la bondad que siempre ha caracterizado a esta redacción, y por nuestra larga tradición de apoyo a los nuevos cronistas, cedí los tratos de redactar a Abilio con el encargo de elaborar una breve (si amigos, breve) crónica, en la que recoger de una manera sucinta los principales asedios que encontramos en nuestra historia y se ha despachado con una crónica ciclópea en el tamaño, más cercana aun programa de Tele5 que a un estudio histórico, mezclando datos históricos de dudosa procedencia, con la genética y algún cotilleo de escalera, en fin, un autentico desastre. Desafortunadamente, soy hombre de palabra y cumplo mis compromisos. Espero que ustedes, si se deciden a leer esta crónica, sean comprensivos y lo sepan disculpar.

Florentino Areneros.

Alguno de los asediados en El Alcazar de Toledo tras su liberación. Desdee ntonces se ha escrito mucho sobre aquel episodio, y en una próxima crónica lo trataremos con más detalle.

EL GEN DEL ASEDIO
Por nuestro enviado especial Abilio Ovejero.

Brindo esta crónica a los componentes de la Peña Taurina Segismundo Casado, que tanto me han animado a dar este salto. Va por ustedes...