jueves, 28 de marzo de 2019

28 DE MARZO 1939

28 DE MARZO DE 1939
“YA HEMOS PASAO”
80 ANIVERSARIO

Una unidad de soldados africanos desfila por la madrileña Glorieta de Bilbao el 28 de marzo de 1936. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada).

28 DE MARZO

Madrid, martes 28 de Marzo de 1939, alrededor de la una de la tarde, en las inmediaciones de las ruinas de lo que fue el Hospital Clínico. Cumpliendo ordenes del Coronel Casado, el Coronel Adolfo Prada Vaquero, chaquetón de cuero, anteojos redondos, y gorra militar, se dispone a realizar la simbólica entrega de la ciudad. Le acompañan su jefe de Estado Mayor García Viñals, el mayor Francisco Urzaíz y el teniente coronel médico Manuel Medina Garijo.

Al llegar son recibidos por el Coronel Losas, jefe de la 16 División Nacional, la cual se encontraba desplegada en el sector de la Casa de Campo y Universitaria. Se ha desplazado desde Móstoles para este encuentro histórico, viste chilaba moruna y gorra de plato.

Las dos comitivas se intercambian saludos con frialdad y comienzan un breve diálogo. Finalizado este, se vuelven a saludar militarmente, momento que recogen las cámaras, y en ese instante un soldado dirigiéndose hacia Prada realiza el saludo fascista y seguramente grita algo, Prada le observa con una mezcla de desprecio e indiferencia, por su parte Losas le lanza una mirada de desaprobación, por la inoportunidad de su acción en ese preciso momento. Tanto Losas como Prada eran militares profesionales al comienzo de la guerra. (ver secuencia a continuación). Posteriormente los mandos serían llevados hasta el Hogar del Soldado que los nacionales tenían instalado en la cercana Escuela de Arquitectura, pero ya como prisioneros.

Secuencia de la entrega de la ciudad por parte del coronel republicano Adolfo Prada al coronel franquista Eduardo Losas en las ruinas del Asilo de Santa Cristina el 28 de marzo de 1936.

Tras un asedio de 28 meses de guerra las tropas de Franco iban a entrar por fin en la capital de España, lo que no habían conseguido por las armas, se lograría por una orden del Coronel Casado, que en los primeros días de ese mes de marzo había encabezado un golpe contra el Gobierno de Negrín, haciéndose con el poder en lo que quedaba de zona Republicana. Casado, según su propio testimonio, abandonaría Madrid tras realizar la entrega en un avión que despegaría de Algete rumbo a Valencia.

Para muchos la entrega de la ciudad supone el fin de sus sufrimientos y penalidades, o por lo menos eso piensan en esos momentos. Sin embargo para muchos otros comenzaban las penalidades y sufrimientos, que les llevarían a la cárcel, y a muchos de ellos les supondría la muerte.

Tras la entrega de la ciudad, numerosos ciudadanos salen a las calles a celebrarlo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Tras la entrega oficial de la ciudad, las tropas que rodeaban la ciudad se preparan para realizar su triunfal entrada. Mientras tanto en la ciudad los acontecimientos se precipitan, desde primeras horas de la mañana miembros de la falange y de la quinta columna que han permanecido en la clandestinidad se lanzan a la calle, y van ocupando o haciéndose cargo de un buen número de edificios que albergaban diferentes organismos e instituciones, así como las principales arterias de la capital. No queda ni rastro del ejército o las fuerzas del orden republicanas. Comienzan a aparecer banderas de los nacionales y colgaduras en balcones y ventanas. Grandes grupos de personas se encaminan hacia las lineas nacionales para recibir a los soldados que se encaminan hacia Madrid. En el vídeo que mostramos a continuación se observa como estos grupos avanzan hacia la Universitaria y Casa de Campo.

Documental “la Liberación de Madrid” con excepcionales imágenes de lo ocurrido en aquellos momentos en distintos puntos de Madrid. Recomendamos a nuestros lectores su visualización en Youtube a pantalla completa.

Por otro lado, son muchos los residentes en la ciudad que comienzan una desesperada huida hacia los puertos del Mediterráneo, la única vía de escape para todos los que temen caer en manos de los vencedores conocedores de lo que les espera si permanecen en Madrid. Se inicia un desesperado éxodo con la esperanza de poder embarcar en alguno de los barcos que los rumores dicen que están esperando en Valencia, Alicante y Cartagena. Muchos, la gran mayoría, no lograran su objetivo.

YA HEMOS PASAO

—Ya están aquí —dijo mi madre.
La mano que tantas veces, durante toda mi pequeña vida, me había sacado del sueño con dulzura, como amortiguando la vida en la realidad, me sacudía ahora con prisa, como, en medio de la noche, cuando empezaba un bombardeo, o un cañoneo. La realidad era urgente. Desde la calle empezaba a llegar la algarabía; la de los moros —«al arabía»—, que bajaban en camiones desde los altos de la Casa de Campo, desde el cerro Garabitas, desde la montaña del Príncipe Pío. Gritos, trompetas, himnos, altavoces. El clamor del enemigo. Era el 28 de marzo de 1939: Madrid había caído. Ya habían pasado.


Texto extraído de “Arde Madrid”. Eduardo Haro Tecglen.



El 28 de Marzo de 1936 las primeras tropas que iban a entrar en Madrid eran las que permanecían en la Ciudad Universitaria y Casa de Campo. Era un honor que se les tenía reservado, los primeros hombres entrarían por la calle de la Princesa, que se denominó Blasco Ibáñez durante la República y la Guerra. Así lo narra José María de Yturriaga, teniente de ingenieros del Regimiento Valladolid nº. 7, que sería filmado en ese momento y cuya imagen se ha convertido en todo un símbolo de aquel momento:


“Primero tuvimos que volar un muro construido por el ejército republicano que nos impedía el paso a la altura de la perfumería Gal y luego entramos. Nos tumbamos en el suelo para evitar que los cascotes nos cayeran en la cabeza. Luego, a pie, marchamos por la calle de la Princesa y en Leganitos y un poco después, ya en la Gran Vía, fuimos retratados y filmados” (publicado en El País 28-3-2009).

Un grupo de soldados franquistas en una calle madrileña. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

La entrada de las tropas comenzó en las primeras horas de la tarde. Por el oeste entrarían las fuerzas de la 16 División del coronel Losas. Las de la 20 División al mando del coronel caso lo harían por el sur, cruzando el Manzanares y dirigiéndose hacia la glorieta de Atocha, por el este avanzarían los efectivo de la 18 División al mando de Ríos Capapé, que desde Ventas se dirigen hacia la glorieta de Manuel Becerra.

Una columna de prisioneros republicanos que son conducidos a los puntos de concentración. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

En el Ayuntamiento se encuentra el concejal y anarquista Melchor Rodríguez, conocido como el Ángel Rojo tras su oposición a las sacas de Noviembre del 36 que salvarían a muchos reos, que requiere de los funcionarios municipales que sigan en sus puestos para garantizar el funcionamiento del Ayuntamiento. Al día siguiente Alberto Alcocer, nombrado alcalde por Franco en noviembre de 36, tomaría por fin posesión de su puesto. Las cárceles y embajadas comenzaban a vaciarse, y los que habían estado presos o refugiados se echaban a las calles junto con la multitud que empezaba a concentrarse en las principales arterias y plazas de la ciudad. Las cárceles no permanecerían por mucho tiempo vacías, en poco tiempo comenzarían a llenarse con centenares de republicanos detenidos por toda la ciudad. Sin embargo en las embajadas y sedes diplomáticas no se pudo refugiar nadie, el derecho de asilo se había terminado. Otros muchos republicanos optaron por huir por todos los medios disponibles de la ciudad, algunos incluso abriéndose paso a tiros. La gran mayoría tomaría el camino de los puertos de Levante, Valencia, Alicante y Cartagena, donde confiaban en encontrar los buques que les salvarían. Solo unos pocos lograrían ese objetivo.

Fragmente de la película Canciones para después de una Guerra, que refleja los momentos en los que las tropas franquistas entran en Madrid. Todo ello al ritmo del cuplé “Ya hemos pasao” interpretado por Celia Gámez

A las cuatro de la tarde el coronel Losas, desde los micrófonos de Unión Radio se dirige a la población: “Quiero gritar con todos los españoles que me escucháis, españoles de nuestra península y españoles del mundo entero, para que se enteren todos, que en la capital de España ondea ya nuestra bandera y que con el mayor entusiasmo todos gritemos: ¡Viva España! ¡Viva el generalísimo! !Arriba España!”. Tras el tomaría la palabra Ríos Capapé: “Madrid está siendo ocupada en estos momentos. Madrid es del general Franco”, y posteriormente José María Pemán: “Españoles que me escucháis en todos los rincones de España. No sabéis el espectáculo que estamos viendo en Madrid. Nos recibe la población con una emoción rayana en el delirio. Se levantan bosques de manos en alto y se mezclan en las calles los trajes y los uniformes y las blusas azules de los obreros, que es como un mar pacífico que vuelve a la calma. Y en los balcones, las manos temblorosas de las mujeres improvisan, de dos banderas republicanas, una bandera nacional. Españoles todos: Hoy ha entrado en Madrid, por encima de todo, el Caudillo, el Caudillo Franco, el Caudillo del corazón grande, de la justicia, de la misericordia”.

Ya habían “pasao”. No había llegado la paz, había llegado la victoria. Ocurrió tal día como hoy de hace 80 años.

Florentino Areneros.
Madrid 28 de marzo de 2019


AVISO

Recordamos a todos nuestros lectores que el próximo 1 de abril la asociación Gefrema presentará un número especial de su revista Frente de Madrid dedicado al 80 aniversario del final de la guerra, en el que colaboran once de los más prestigiosos historiadores que han tratado este periodo de nuestra historia.

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