viernes, 11 de junio de 2010

EL ROSELLÓN, CATALUÑA, LOS TOROS Y LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

EL ROSELLÓN, CATALUÑA, LOS TOROS Y LAS BRIGADAS INTERNACIONALES


El torero Sebastián Castella saliendo a hombros por la Puerta Grande de las Ventas en la pasada Feria de San Isidro de 2009 (doble click en cualquiera de las imágenes para ampliar).


El pasado día del Corpus, día ibérico donde los haya, un torero de nombre Sebastián Turzack levantaba al público de la madrileña plaza de Las Ventas de sus asientos. El diestro desde el centro del redondel citaba al toro “Pudoroso”, de la ganadería de Victoriano del Río, que se arrancaba al trote desde el burladero. El diestro impasible, sin descomponer la figura aguarda con los pies juntos, mientras “Pudoroso” con la mirada fija en él se acerca con alegre galope. Cuando la cogida parece inevitable, aparece el capote del diestro por su espalda, en décimas de segundo el burel atraído por el engaño desvía su trayectoria y pasa casi rozando al torero que en un derroche de valor permanece inmóvil en el mismo lugar. “Pudoroso”, un toro bravo, noble, de incansable embestida, se revuelve una y otra vez codicioso, mientras el diestro, que permanece con los pies fijos en el mismo lugar, realiza una magistral tanda de pases, culminada con un soberbio pase de pecho. El público que abarrotaba la plaza de Las Ventas puesto en pié, prorrumpió en una clamorosa y unánime ovación.

Sin duda fue un momento excepcional, sobre todo después de todo lo visto penosamente durante la última Feria de San Isidro, que viene a demostrar que el peligro de la continuidad de la Fiesta no está tanto en las protestas de los antitaurinos, si no en la ineptitud de buena parte de las personas que gestionan el mundo taurino, autoridades incluidas, que están desnaturalizando este espectáculo convirtiéndolo en una caricatura y esperpento de lo que fue. Momento excepcional por dos razones, una por el hecho de arrancar una unánime ovación en los tendidos, ya que como ustedes sabrán y si no yo se lo cuento, los tendidos de la plaza de las Ventas por San Isidro se han convertido en una especie de mentidero público, en un escaparate de vanidades, y en algunos casos en una reunión de mercaderes que profanan ese sagrado templo en busca de la puesta en valor propia y de la oportunidad de negocio, el poseer una localidad en las Ventas, sobre todo si es de sombra, se ha convertido en un signo de estatus social. Sin olvidar los ya clásicos “enteraos” o “pregonaos”, turbios personajes, seguramente con graves problemas familiares o mentales, que encuentran desahogo y consuelo dando la matraca al respetable y toreros, cuyo principal objetivo es disfrutar tarde tras tarde de su particular momento de gloria, montando barullo en solitario independientemente de lo que ocurra en el ruedo, intentando mostrar al resto de espectadores su supuesto y sublime conocimiento taurómaco. Estos papanatas son algo intrínseco a la fiesta, como el sol, las moscas o la caló, y estoicamente hay que soportarlo.

Un pase de pecho del torero francés en el madrileño coso de Las Ventas
Y la otra razón que convirtió en excepcional este momento, es la propia naturaleza y origen del protagonista, Sebastián Turzack, cuyo nombre taurino es Sebastián Castella. Un joven torero francés, si señoras y señores lectores un torero gabacho, un torero de Merimeé. Ay si Pedro Romero levantara la cabeza...

Efectivamente amigos lectores, Castella es natural de Béziers una ciudad perteneciente a la comarca de Languedoc-Rosellón, muy unida a la historia de España por medio del Reino de Aragón y de Cataluña. Esta comarca que desde los Pirineos se asoma al Mediterráneo como continuación natural de las costas catalanas, es una zona con una gran tradición taurina. Pero hagamos un poco de memoria para conocer un poco más de esta bella tierra que antaño fue conocida por el Rosellón.

La bonanza del clima, su situación, la calidad de su tierra y otros muchos factores han hecho que se encuentre habitada desde tiempos prehistóricos , pasando por los galos o gauloises que dicen allí (celtas cortos en España), fenicios, griegos y romanos. Todos ellos dejaron innumerables testimonios arqueológicos de su presencia en estas tierras, destacando el anfiteatro romano de Nimes, que en la actualidad se utiliza como plaza de toros, del que hablaremos largo y tendido más adelante. Tras la caída del imperio romano pasaría a estar bajo el poder de las tribus bárbaras, vándalos, visigodos y similares tribus que tanto nos recuerdan a algunas urbanas actuales, atravesando algunos siglos de penumbra hasta la llegada al trono sel Sacro Imperio Romano Germanico de Carlo Magno, que crearía en estos territorios y algunos al sur de los Pirineos, lo que se denominó como Marca Hispánica (indudable precursor de la prensa deportiva) para proteger su Imperio del avance de la morisma. Pasarían los años y en 1172 Gerardo II de Rosellón deja en herencia el territorio a Alfonso II de Aragón, conocido también como “El Casto”. El territorio seguiría ligado a los reinos de España hasta la firma del Tratado de los Pirineos el 7 de noviembre de 1659 reinando en España Felipe IV, este fue consecuencia del fin de la Guerra de los Treinta Años, en la que Francia había entrado en 1640, apoyando entre otros a los sublevados de Cataluña. En 1648 se firmaría la paz de Westfalia que acabaría con el conflicto, aunque continuarían las hostilidades entre Francia y España que finalizarían momentáneamente con la firma del citado Tratado de los Pirineos, pasando el Rosellón a estar bajo dominio francés. El monarca francés había apoyado la sublevación de los territorios catalanes, entre ellos antes de la firma del tratado de paz se encontraba el Rosellón, pero en contra de lo prometido por Luis XIV no se respetaron los derechos de los catalanoparlantes del territorio y se acabó prohibiendo el uso del catalán en 1700 en territorio francés. Tal y como las gastaban los monarcas franceses no es de extrañar que unos años más tarde acabaran guillotinándolos. Actualmente la lengua catalana ha desaparecido casi totalmente del país vecino, lo que viene a confirmar el refrán de “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Una espectacular imágen del anfitetro romano de la ciudad francesa de Nimes, que viendo siendo utilizado como plaza de toros desde hace más de un siglo.

Sin embargo, por paradojas de la historia, en este territorio existe actualmente una gran afición al mundo taurino que crece año tras año. Cada temporada se lidian más corridas y aumenta el número de aficionados que acuden a contemplarlas. La plaza de Nimes se encuentra ubicada en el antiguo anfiteatro romano de la ciudad que todavía se conserva en muy buen estado, recuerden ustedes la historia de la Plaza de Cartagena que esta construida sobre el antiguo anfiteatro romano que esta siendo excavado en la actualidad ( "Pulse AQUÍ para ir a la crónica de CARTAGENA I"). La feria de Nimes es un referente cultural de la comarca y se esta convirtiendo en una seña de identidad regional. Al igual que en la vecina Cataluña, pero con signo contrario, los toros están siendo utilizados políticamente por algunos sectores como reacción a lo que estos mismos sectores consideran centralismo estatal, en ambos casos como acto diferenciador con el resto del país. En una nación taurina como España sectores ligados al nacionalismo catalán lo rechazan, mientras que en un estado no taurino como Francia, por el contrario los toros son aceptados y utilizados por sectores políticos de carácter regionalista o nacionalista, como signo identitario que los diferencia del resto. Ya lo ven ustedes amigos lectores, como se mezclan churras con merinas y en algunos casos toros con cabestros, todo vale. Por desgracia el fútbol parece llevar el mismo camino, y algún que otro espabilado lo esta utilizando como trampolín para lanzarse a la piscina política, y no quiero dar nombres, confiemos en el planchazo por el bien del deporte.

Comienza el paseillo en el marco incomparable del anfiteatro romano de Nimes, observen las abarrotadas gradas de este singular y único escenario.


Pero vamos a hablar de cosas serias, volvamos a los toros y a Sebastián Castella. Este joven diestro francés, pertenece a una no muy larga lista de toreros galos, no hemos podido encontrar en nuestros archivos mas de cincuenta nombres de toreros que hayan tomado la alternativa, sin embargo como hemos comentado la afición va en aumento y seguramente dentro de poco veremos en los carteles nuevos nombres con acento francés. El Languedoc-Rosellón no es la única zona taurina que podemos encontrar en Francia, tambien en la zona suroeste se celebran festejos en plazas como la de Bayona, o Dax, o Mont de Marsan, al otro lado de los Pirineos justo al norte del País Vasco y Navarra. Por si todo esto les pareciera poco, también encontramos ganaderías de reses con encaste bravo en el país vecino, que suman más de 30. ¿Sorprendidos amigos lectores?, pues hay mucho más y por ello prometemos una inminente crónica dedicada a la fiesta en Francia, que por supuesto enlazaremos con la guerra civil, para poder disfrutar de nuestras dos aficiones.

Volviendo al protagonista de nuestra crónica, destacar que Sebastián Castella es un torero famoso a ambos lados de los Pirineos, no en vano la pasada temporada consiguió abrir la Puerta Grande de Las Ventas, el único francés que lo ha logrado hasta la fecha, y sin duda hubiera repetido este año si no hubiera alargado en exceso la lidia y hubiera acertado con el acero en la faena que narrábamos en el inicio de esta crónica. Castella ha indultado ocho toros en toda su trayectoria y obtenido innumerables trofeos y premios, además ha sido el primer torero en ser retratado por uno de los más grandes y personales pintores taurinos que han existido desde Francisco de Goya, el colombiano y gran aficionado taurino Fernando Botero, que pese a tener un buen número de obras inspiradas en el mundo de la tauromaquia, hasta este año nunca había pintado un retrato de un torero, en que lo hizo con Sebastián Castella, retrato que sirvió como cartel anunciador de la corrida que el diestro lidió en mayo de este año en el inigualable coso de Nimes a beneficio de los damnificados del terremoto de Haití.

Retrato de Sabatián Castella realizado por el pintor colombiano y gran aficionado taurino Fernando Botero, que fue utilizado como cartel anunciador de la corrida celebrada el pasado mayo en Nimes a beneficio de los damnificados por el terremoto de Haiti.

Pero si iniciábamos esta crónica hablando de Sebastián Castella y de su faena del pasado día del Corpus es debido al hecho de que este diestro dio un ejemplo de oficio, pundonor, entrega y buen hacer, del que muchos toreros españoles deberían tomar buena nota. Y afortunadamente, como parece ser por lo visto en festejos posteriores, su ejemplo ha sido seguido por otros toreros, lo que esperemos dure por mucho tiempo. El hecho de que un torero francés haya podido dar de alguna manera ejemplo a los nacionales nos ha traído a la memoria un hecho similar a lo acontecido en Madrid hace ya muchos años, en Noviembre de 1936.

En los primeros días de ese mes la caída de Madrid parecía inminente, un ejército profesional compuesto principalmente de tropas indígenas marroquíes y legionarios, bien pertrechados, entrenados y preparados, avanzaba sobre una ciudad defendida por otro ejército compuesto en su gran mayoría por civiles, mal pertrechado, peor organizado y cuya única preparación en muchos casos consistía en haber recibido una clase teórica del manejo de un fusil, ya que las municiones eran escasas para gastarlas en clases practicas. La mejor arma de los defensores de la ciudad era su inquebrantable voluntad de resistir. Tan mal pintaba la situación que hasta el Gobierno Republicano, así como la mayoría de personal relacionado con los organismos oficiales había abandonado la ciudad rumbo a Valencia, dándola por perdida irremediablemente. Sin embargo cuando el Ejercito de África llego a las inmediaciones de Madrid, la situación cambió. La lucha en Carabanchel, Villaverde, Usera y los arrabales del sur de Madrid se desarrollaba metro a metro, casa a casa, el Ejercito Africano acostumbrado a la lucha en campo abierto y a enfrentarse a una débil y desorganizada resistencia, avanzaba a dura penas y pagando un alto tributo en sangre, aun así el avance continuaba, lento pero imparable. El ocho y nueve de noviembre de 1936 el desenlace parecía inminente. Las fuerzas franquistas habían alcanzado la orilla derecha del Manzanares, incluso algunos efectivos, blindados incluidos, llegaron a cruzar el río y avanzar hasta la calle de la Princesa atravesando el barrio de Argüelles, tal y como ha demostrado el profesor Luis de Vicente en su detallado estudio de los acontecimientos. Pero la ciudad no cayó, y parte del mérito de ello hay que apuntárselo a la aparición de los soldados de la Brigadas Internacionales, cuyo esfuerzo, sacrificio y convicción en resistir a cualquier precio, unido a su básica preparación militar, sirvió de ejemplo y funcionó como catalizador de voluntades para muchos de los defensores de Madrid, que pudieron comprobar que no estaban solos, y que había otra forma de luchar. La técnica militar de los recién llegados combatiente extranjeros era muy básica, adquirida en unas pocas semanas de instrucción en tierras manchegas, pero aun así era todo un mundo para los milicianos, de los cuales la inmensa mayoría ni siquiera habían manejado un arma en su vida. Es algo que nunca se podrá demostrar fehacientemente, pero el ejemplo que dieron estos brigadistas sirvió para motivar a los defensores de la ciudad, al igual que la faena del día del Corpus de Sebastián Castella sirvió de ejemplo y motivación a otros toreros.

Un grupo de brigadistas franceses, tocados con la tradicional boina, posan para el fotógrafo en el Frente de Madrid.

Madrid no caería, aunque se realizarían nuevos e intensos intentos por parte de los sublevados, hasta el final de la guerra en Marzo de 1939. Durante la Batalla de Madrid la intervención de los brigadistas, aun no siendo determinante, si que fue de gran importancia, y entre los brigadistas el colectivo más numeroso fue el compuesto por ciudadanos franceses, al igual que Sebastián Castella. Hay discrepancia en las cifras de ciudadanos franceses que vinieron a combatir a España al lado de la República, según algunas fuentes este número sería cercano a los 10.000 efectivos durante toda la guerra, de los cuales muchos dejarían su vida en España, un número a bastante distancia del de efectivos de otras nacionalidades. Paradójicamente la propaganda gubernamental utilizaría este episodio, comparando la resistencia de Madrid con el episodio del dos de mayo de 1808, presentando al enemigo franquista como extranjero e invasor, al igual que en su momento lo fuera el de Napoleón, aunque en el caso que nos ocupa fueran un elevado número franceses encuadrados en la BBII los que se enfrentaran al nuevo “invasor”.


La tumba de una francesa perteneciente a las Brigadas Internacionales en el cementerio de Fuencarral, que fue utilizado para inhumar a los brigadistas fallecidos en los combates.

Nos hubiera gustado poder habernos extendido un poco mas en tan interesante temática, pero los problemas del cierre de redacción nos lo impiden. Sin embargo como indicábamos más arriba, nos comprometemos a escribir una extensa crónica sobre la afición a la tauromaquia en Francia, así como a dar más detalles de los brigadistas franceses, y de las vicisitudes de los españoles en Francia una vez finalizada la guerra.

Florentino Areneros.

3 comentarios:

  1. Sin duda eres un monstruo. Tus crónicas...ademas de resumir verdad e historia rezuman sentido del humor, ironía y una categoria muy grande. Florentino....eres un monstruo

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  2. He de reconocer que soy bastante feo, pero todavía no llego a la categoría de monstruo...

    Muchas gracias maestro, usted si que es un fenómeno.

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  3. Aun así reivindico el derecho de todos y cada uno de los espectadores a opinar de la manera que crean conveniente, siempre que el precio de su localidad haya salido de su trabajo, sobre lo que pasa en la lidia,excepto cuando el espada entra a matar.
    ¿Porque casi siempre las opiniones en contra del oficiante provienen del Sol y no de la sombra?
    por que en San Isidro casi todos van de gorra, sino cobran, como los nefastos comentaristas, "madres de los toreros", que solo sirven al "sobre" así estan las cosas, los mejores antitaurinos los propios "taurinos".

    Sandoval Iberico.

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