martes, 1 de marzo de 2011

LA VENGANZA DE DON SANDO


LA VENGANZA DE DON SANDO
CONDE NUÑO (dirigiéndose a su hija Elvira).–
Modestia aparte.
Sabes latín, un poco de cocina,
e igual puedes dorar una lubina
que discutir de ciencias y aún de arte.
Tu dote es colosal, cual mi fortuna,
y es tan alta tu cuna,
es nuestra estirpe de tan alta rama,
que esto grabé en mi torre de Porcuna:
«La cuna de los Manso de Jarama,
a fuerza de ser alta cual ninguna,
más que una cuna dijérase que es cama.»


Comenzamos con estos versos sacados de la celebre obra (o “caricatura de tragedia” como la denominaba su autor) “la venganza de Don Mendo” que estrenara en 1918 el gran escritor Don Pedro Muñoz Seca. Para muchos se trata de una obra menor, pero para mi todas las veces que la he visto me ha gustado, cada vez más, y me ha hecho pasar un muy buen rato ameno y divertido, lo que no me pasa con otras obras consagradas alabadas por la crítica, será falta de sensibilidad, al igual que me pasa con los cuadros de Tapies. Como decía mi abuelita, está claro que quien que como en mi caso nace ceporro...

En esta obra el autor juega acertadamente en muchas ocasiones con el doble sentido de las palabras, y en esta historia de enredos e infidelidades el tema de las astas o cuernos da mucho juego, ya los propios personajes así lo anuncian: el Conde Nuño “Manso de Jarama” o Don Pedro Collado “Duque de Toro”. Así mismo, Muñoz Seca también juega con la terminología taurina, si prestan atención a los versos que abren esta crónica verán que Don Nuño se vanagloria de su alta cuna, tan alta que llega a cama, pues bien, en terminología taurina la cuna según podemos leer en el Cossio es “el espacio entre los cuernos del toro”, de ahí viene la expresión encunar que según la misma fuente responde a “colocar el toro el bulto, u objeto, en la cuna, sin empitonarle”. De esta forma el genial autor mezcla metafóricamente la alta alcurnia de los “Manso de Jarama” con la grandeza de su cuna o cornamenta, según se interprete, aspecto que desarrollará en varias ocasiones durante la obra.


Los aficionados se dirigen a ocupar sus localidades en el monumental coso de Valparaiso.
(Haga click en cualquiera de las imágenes de la crónica para ampliarlas en otra ventana).

No podría continuar con esta crónica sin mencionar cual fue el trágico final de Don Pedro Muñoz Seca que fallecería asesinado junto con tantos otros en Paracuellos del Jarama, un trágico episodio que por su magnitud y sinrazón cuesta mucho digerir todavía, aun contemplándolo dentro de un contexto como el de la guerra civil donde la crueldad y violencia gratuitas estaban a la orden del día, incluso una vez finalizada la misma. Pero aun dentro de la magnitud de la tragedia, se cuenta que Don Pedro momentos antes de morir dirigiéndose al pelotón de fusilamiento les dijo: «Podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso podéis quitarme, como vais a hacer, la vida, pero hay una cosa que no me podéis quitar… y es el miedo que tengo». Destacar también que Don Pedro nació ni más ni menos que en el Puerto de Santa María, recuerden ustedes aquella crónica dedicada a Cádiz y a los toros en el Puerto, algo que sin duda marca carácter.

Estas consideraciones sobre la “cuna” de los Manso de Jarama las recoge con gran maestría Javier Leralta en su libro “Madrid. Cuentos, leyendas y anécdotas”, donde también nos habla de “el famoso toro del Jarama y las vacas del rey”. Según nos cuenta Leralta en este magistral libro fue el propio Carlos V quien compró la primera Real Vacada Brava de Aranjuez, que permanecería en la corona hasta que se vendiera en tiempo de Carlos III. Estos toros y las ganaderías que de ellos derivaron fueron conocidos como “toros del Jarama”, que en palabras del autor eran “bestias míticas” y fueron muchos los autores que citan al toro jarameño. Autores de la talla de Lope de Vega que diría de estos ejemplares que eran semisalvajes, bravos, feroces, grandes, valientes y de una raza especial. Además de Don Lope, otros autores cantaros a estos toros del Jarama como Tirso de Molina o Francisco de Quevedo entre otros muchos, incluido Don Pedro Muñoz Seca como ya hemos visto.



Grabado de Goya que reproduce la cogida mortal de Pepe Hillo por el toro jarameño de casta jijona de nombre "Barbudo".
Muy posiblemente estos toros fueran el origen del encaste Jijona, que nada tiene que ver con el turrón, si no que recibe su nombre de su, por decirlo de alguna forma, creador Don José Sánchez Jijón allá por el siglo XVII. Este hombre fue intendente de la Vacada del Real Patrimonio, y en 1618 fundaría su propia ganadería a partir de ejemplares de la misma, dando predominio a los ejemplares de pelo colorao o bermejo. Tras varios avatares y pasar por varias manos, esta ganadería sería adquirida por Don Manuel de la Torrre que la trasladaría a Ciempozuelos, ya en la Vega del Jarama. Los toros de este encaste alcanzaron gran popularidad durante los siglos XVIII y XIX, haciendose alguno tristemente famoso como “Barbudo” que acabaría con la vida del maestro “Pepe Hillo”. Sin embargo este encaste fue entrando en declive, ante el empuje de otros encastes, principalmente andaluces, y al llegar el comienzo del siglo XX el número de ganaderías era muy bajo. La guerra civil acabaría por dar la puntilla a esta casta de toros bravos, ya que además de su escaso número, la mayoría de las vacadas se localizaban en la zona centro, en Madrid (Jarama y Colmenar) y en Castilla la Mancha, ambas en zona republicana. La falta de alimentos en esta zona provoco que gran parte de estos ejemplares fueran sacrificados para alimento de la tropa y población, de tal forma que esta raza acabaría por extinguirse prácticamente al llegar a los años 40. Sin embargo, la perseverancia de algún que otro entusiasta ganadero comienza a dar sus frutos y a partir de diferentes ganaderías que conservaban algo de sangre del encaste jijona, así como la existencia de ejemplares en alguna ganadería mexicana, permiten vislumbrar alguna esperanza de recuperación, sin duda un empeño más romántico que comercial. Una historia interesante la de este encaste, con algunos toros que por su fiereza protagonizaron episodios y anécdotas memorables, aunque hoy no las vamos a citar aquí ya que algunos lectores (y no voy a dar nombres) se nos quejan del abuso, en sus palabras, de la historia taurina.

Amigos lectores, en una publicación como esta centrada en la tauromaquia y en la guerracivilmaquia no podíamos hablar de los ejemplares taurinos del Jarama y no hacerlo de los soberbios ejemplares de la guerra civil que se conservan en esas tierras, tal vez sea esta zona por sus circunstancias históricas y características tanto geológicas, como de un desarrollo urbano e industrial todavía no muy consolidado, uno de los lugares donde podemos encontrar más y mejor conservados restos de aquel dramático episodio. Asociaciones como Tajar, de la que forma parte Morateño, o Senderos de la Memoria, se encargan de velar por la conservación y puesta en valor de estos restos, de los que poco a poco se va tomando conciencia de su importancia en todos los niveles.


Ninguno de los asistentes se perdía ningún detalle de las explicaciones de "Morateño".
Pero vamos a la crónica de esa maravilla de arte y técnica que pudimos contemplar el pasado domingo. Lidiaba el ya consagrado maestro de la tierra, José Manuel Martín del Moral “Morateño”, un torero que ya ha alcanzado memorables triunfos que los buenos aficionados recuerdan con inusitada alegría. ¿Quién ha olvidado aquel épico avance siguiendo los pasos de los internacionales británicos en la Colina del Suicidio?, todavía se comenta hoy con gran admiración como este diestro no se arredró ante las amenazas de la anunciada ciclogénesis explosiva y cuajo un faenón inolvidable en el Vértice Valdeperdices. Con estos antecedentes no es de extrañar que la plaza presentara un lleno hasta la bandera en esta corrida de abono, no cabía un alfiler. Además el tiempo acompaño, las gestiones de la Junta Directiva ante el Instituno Nacional de Meteorología dieron sus frutos y la corrida se desarrolló en un primaveral día, que realzaba todavía más, tamaño acontecimiento.

Moncloveño llegó acompañado en su limousina de una atractiva y simpática señorita, lo que desató todo tipo de rumores en los tendidos, hasta que se confirmo que se trataba de la forera Inés. (Foto Capa).
Sería prácticamente interminable la nómina de personalidades que se dieron cita para contemplar esta esperada faena, allí estaba el maestro Bazán con su inseparable cámara y junto a el el no menos laureado Espoleta, que recibieron una tremenda ovación por parte de los aficionados que rememoraban la colosal faena del “Memorial Amundsen” que estas dos estrellas protagonizaron el pasado mes. Allí estaba también el gran reporter Capa, el “Universatario” gran triunfador hace unos días en el Colegio Mayor Africa, el periodista norteamericano Hemingway, llegado directamente desde el Chicote, el amigo Sandoval a la sazón Presidente de la Peña Casado. Y por supuesto el más grande de todos los toreros en la actualidad, el indiscutible número uno, el mismísimo Moncloveño, que en esta ocasión llegó acompañado en su limousina de una atractiva y simpática señorita, lo que desató todo tipo de rumores en los tendidos, hasta que se confirmo que se trataba de la forera Inés, que hubo de firmar un buen número de autógrafos debido a la merecida fama que se ha grangeado entre los buenos aficionados. Hay que ver como alegra la presencia femenina los tendidos, si ya lo decía Manolo Escobar. Mencionar nuevamente el hecho de que el palco de autoridades permanecía otra vez casi totalmente vacío.

El equipo de arqueólogos de Gefrema trabajando durante un momento de la lidia.
Comenzó el diestro de la Vega del Tajuña, con una tanda de sobrios pases que lograron fijar la atención de los aficionados en los tendidos. A continuación, cambió al toro de terrenos llevándolo corrido a una sola mano, hasta conducirlo a “todo lo alto”, midiendo la velocidad de tal forma que los aficionados pudieran seguirle sin perder ningún lance. Una vez en los terrenos elegidos, el maestro se colocó en suerte y adornándose un poco comenzó con diferentes tandas que arrancaron sentidas ovaciones en las gradas.

Como hemos dicho anteriormente, esta es una tierra prodiga en toros y toreros, y también en ejemplares de fortificación, y si el pasado año “Morateño” se enfrentó a unos astados de ganadería republicana, en esta ocasión lo haría con ejemplares de encaste franquista, triunfando nuevamente de una manera apoteósica. Si alguien puede conocer a la perfección los ejemplares que pueblan estas dehesas ese es “Morateño”, conocimiento que le permite exprimir al máximo las características de estos morlacos, y obtener de ellos todo el juego posible. A ello hay que sumar sus innegables dotes técnicas, su depurado y sentido arte, su gran conocimiento de los terrenos. Todo ello acompañado de una impresionante forma física. En cuanto salto al ruedo, los aficionados pudieron comprobar contemplando su ronaldea figura, que este torero se había preparado a conciencia para este acontecimiento castigándose duramente y sin piedad en los gimnasios, todo por la fiesta. Sería interminable de narrar todos y cada uno de los soberanos pases que diera este diestro, menudas trincherillas, que soberbios refugiazos, que sublimes fortineos a media altura, en fin: que tremenda faena amigos lectores, palabras me faltan para describirla como merece.

Los asistentes a esta sensacional faena siguen atentamente los lances de "Morateño". De izquierda a derecha distinguimos a "Universitario", "Moncloveño", un espontaneo, Sandoval y el Chato de Ventas que como pueden comprobar sigue abusando temerariamente de los rayos UVA. (Foto Capa)
Ya se pueden ustedes imaginar cual fue el feliz final de la mañana, los tendidos poblados de blancos pañuelos pidiendo los máximos trofeos para este genial diestro, mientras una clamorosa ovación atronaba el aire. Que emotivo momento el verlo salir a hombros por la puerta grande, entre gritos de torero, torero,… Ya están contando muchos aficionados los días que faltan para la reaparición de este inigualable diestro, que esperemos se prodigue más y no nos haga esperar hasta las próximas fiestas patronales en honor de San Jaramillo. No quiero terminar esta vibrante crónica sin mencionar un detalle que nos da cuenta de la grandeza de este torero y demuestra como cuida hasta los últimos detalles para satisfacer a todos los aficionados incluyendo a los más exigentes, terminado el festejo durante la rueda de prensa “Morateño” nos confesó que había estado toda la jornada anterior depositando cuidadosamente en los tendidos chatarra varia, la cual haría las delicias de los aficionados durante la lidia según se la iban encontrando, incluyendo el premio gordo que se llevo “Universitario” con un obús del 7 y medio en muy buen estado. Ya lo ven queridos lectores como cuida hasta el último detalle este fenomenal diestro con tal de agradar a los aficionados. Pero que grande eres “Morateño”, pero que grande…

"Universitario" posa con su trofeo en el albero de la plaza.
ULTIMA HORA
Señoras y señores, poco antes de cerrar esta edición hemos recibido en nuestra redacción un inquietante y amenazador escrito, que por su excepcional interés paso a transcribirles a continuación. Este texto abundante en ripios y que finge ser anónimo, esta escrito en el más puro estilo de Don Pedro Muñoz Seca, aunque en este caso no va más allá de un burdo intento de plagio. Les dejo el texto ya transcrito por si alguno de ustedes tiene problemas con su nefanda caligrafía y a continuación una imagen del mismo.

Tiempo ha que dura la farsa
en que aguanto a este cronista
de raigambre madridista
metiendose con mi Barsa .

Con su verbo zahiriome,
con sus chanzas enfadome,
con su ironía faltome,
con sus chistes mosqueome.
¡¡Casadista!! llamome,
en fin..., que mucho cabreome.

Raudo se acerca el momento
en que ponga fin a este tormento
a fe que este gacetillero
habrá de probar mi acero
pues desde hace tiempo estoy tramando
la venganza de Don Sando.

Firmado: Anónimo.


El amenazante manuscrito que hemos recibido en nuestra redacción enviado por un "anónimo" al que no hemos tardado en descubrir.

Según el grafólogo de la redacción este tipo de letra corresponde a alguien de conducta desordenada y temperamento tremendista, que por la letra podría incluso apuntar a un niño de 11 años, hay otras pistas también que nos conducen hacía el perpetrador de este amenazante escrito, como bien pueden ser las manchas de aceite y miguillas correspondientes a un bocata de sardinas de lata, o las huellas dactilares plasmadas con el mismo material oléico. Pero hay un dato concluyente que le delata, aunque ingenuamente termina el escrito con un desconcertante “Firmado: Anónimo” ha sido tan torpe de plasmar su propia y verídica firma de puño y letra al final del documento. “SANDOVAL LE HEMOS PILLADO”.
Florentino Areneros.

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