martes, 26 de abril de 2011

LA MAESTRANZA

La Puerta del Príncipe de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, una de las plazas con más encanto de España. (Haga clic en cualquiera de las fotos para ampliarlas).

LA MAESTRANZA


(OTRAS PLAZAS: CARTAGENA II)


Hay pocas plazas de toros en el mundo con la historia y tradición que tiene la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, conocida popularmente como La Maestranza. Su historia se remonta a la conquista de la ciudad por Fernando III El Santo en 1248, cuando los caballeros que acompañan al beatificado monarca en la toma de la ciudad fundan una cofradía o hermandad caballeresca bajo el patrocinio de San Hermenegildo, que serán conocidos como los caballeros maestrantes. Esta entidad tiene como objetivos el que sus miembros practiquen y se adiestren, tanto en el dominio de las armas como en el manejo de los caballos y las practicas ecuestres, con la finalidad de servir a la corona en sus campañas militares. Con el tiempo este ardor guerrero fue decayendo, y aunque en 1670 durante el reinado de Carlos II se funda el Real Cuerpo de Maestranza de Caballería de Sevilla heredero del anterior, la institución fue adquiriendo un carácter mucho más civil centrándose en otras prioridades, entre ellas la cría de caballos y su adiestramiento, así como su utilización en festejos taurinos. Los caballeros maestrantes se pondrían del lado del aspirante Borbón, y a la postre vencedor Felipe V, en la Guerra de Sucesión, adquiriendo más privilegios a partir de ese momento, obteniendo el título de “Real” y pasando a ocupar el cargo de “Hermano Mayor” un miembro destacado de la Casa Real (en la actualidad este título lo ostenta el Rey), además obtendrían en 1730 el privilegio de poder celebrar corridas de toros. Unos años más tarde comenzaría la construcción de una plaza de toros, una de las primeras construidas con forma circular (o casi), y que tras diferentes ampliaciones y reformas es la que ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en una de las plazas más importantes del mundo, de tal forma que todo torero que se precie no puede presumir de tal sin haber salido a hombros por la Puerta del Príncipe tras haber cortado al menos tres orejas en una misma tarde (en otras plazas, entre ellas Las Ventas, con dos orejas es suficiente para salir por la Puerta Grande). También, y con la misma finalidad y similar origen que en Sevilla, encontramos más Maestranzas, como las de Ronda o Antequera, entre otras.


Entrada al Real Parque y Maestranza de Artillería de Cartagena, sede del Museo Militar y del Archivo Municipal de Cartagena.
En estos días vacacionales nos hemos desplazado con la redacción a cuestas nuevamente hasta la histórica localidad de Cartagena, a la que ya el pasado año dedicáramos " una crónica" en la sección de “Otras Plazas”, y nos ha sorprendido el encontrar entre sus calles otra Maestranza, pero en este caso la Maestranza de Artillería. Pero aunque coinciden en el nombre su significado y origen es diferente, como podemos comprobar consultando el diccionario de la Real Academia, que en su primera acepción recoge: “Sociedad de caballeros cuyo objeto es ejercitarse en la equitación, y que en su origen fue escuela del manejo de las armas a caballo.”, mientras que en la segunda acepción podemos leer: “Conjunto de los talleres y oficinas donde se construyen y recomponen los montajes para las piezas de artillería, así como los carros y útiles necesarios para su servicio.”, como pueden ver dos significados para una misma palabra.

La Maestranza de Artillería de Cartagena, o para ser más exactos El Real Parque y Maestranza de Artillería de Cartagena, que ese es su verdadero nombre, se ubica en un edifico histórico construido durante el reinado de Carlos III, al igual que otras muchas construcciones de la ciudad que tuvo un momento de esplendor en aquel periodo. Se comenzó su construcción el 7 de marzo de 1777 finalizando el 25 de agosto de 1786, bajo la dirección del Ingeniero Militar D. Mateo Vodopich. En la actualidad el edificio no tiene utilidad militar, aunque en su interior podemos encontrar tanto el Archivo Municipal como el Museo de Artillería de la ciudad. Este Museo es uno de los muchos que podemos encontrar en esta histórica ciudad, la gran mayoría de ellos de gran interés y con una gran calidad en sus fondos, aunque por desgracia son bastantes desconocidos del gran público. Junto al citado también tenemos el Museo Naval (muy interesante), el Arqueológico Municipal (excepcional), el Teatro Romano (Moneo de por medio, no digo más), los refugios de la guerra civil (lugar inigualable, exposición discutible) o el Museo Nacional de Arqueología Subacuatica, entre muchos otros.


Acceso desde el patio interior al Museo Militar, observen en el pasadizo un paso procesional de la Semana Santa. Desde este cuartel sale la imagen y trono de San Juan Evangelista, de gran tradición entre los militares de esta institución.

Pero para los aficionados a la guerracivilmaquia el Real Parque y Maestranza de Artillería de Cartagena tiene un interés extraordinario, no ya solamente por los fondos que atesora en sus colecciones, si no por su propia historia. Tras acceder al recinto y llegar a las escaleras de acceso al museo nos encontramos con una placa cerámica en la que podemos leer “En este lugar fue abatido el Coronel Jefe del Regimiento de Artillería de Cartagena D. Gerardo Elías Armentía Palacios a consecuencia de los disparos efectuados por miembros de la 206 Brigada, en el asalto efectuado a este Parque el amanecer del día 7 de marzo de 1939”, lo que plantea más de un interrogante al visitante curioso: ¿Qué ocurrió en este lugar en marzo de 1939?.

Aunque Cartagena desempeño un importantísimo papel durante la guerra civil española, es algo desconocido por la mayoría del gran público y es algo que desde esta modesta publicación no pretendemos dar a conocer, aunque si nos gustaría mencionar que Cartagena era el principal puerto militar de la República, base principal de la Flota que tras el golpe de Julio de 1936 se mantuvo mayoritariamente al lado del Gobierno Republicano. Este puerto fue también el más importante para la entrada de los suministros soviéticos, entre ellos los aviones y tanques utilizados en la defensa de Madrid en 1936, lo que seguramente fue la causa del terrible bombardeo aéreo que sufrió Cartagena a finales de noviembre de 1936.


Escaleras de acceso al Museo, donde una placa nos recuerda que en este lugar fue abatido el coronel Armentia.
Pocos días antes de finalizar la guerra tendría lugar un episodio en Cartagena de gran interés histórico, aunque bastante desconocido en sus detalles por un buen número de los muchos aficionados a la guerracivilmaquia, me refiero a los sucesos de los primeros días de marzo de 1939. Hay varios trabajos muy interesantes sobre aquellos acontecimientos, empezando por el monumental artículo que publicará el inigualable Moncloveño en el número 8 de la revista Frente de Madrid, o el no menos monumental y grandioso libro sobre el hundimiento del Castillo de Olite publicado por el maestro Luís Miguel Pérez Adán, que compartió faena a su vez con Moncloveño en una monumental tarde el coso de Blanquerna, entre otros libros y publicaciones que tratan el tema, aunque no muchos esa es la verdad. Pero hoy quiero destacar un libro sobre aquellos acontecimientos escrito por un historiador atípico pero al que desde esta redacción se le profesa una indisimulada admiración y gran respeto. Me estoy refiriendo a Luís Romero, novelista e historiador (bastante prolífico por cierto), por desgracia no muy conocido, que ha publicado algunos libros de indudable interés como “Tres días de Julio” sobre los primeros días del golpe de 1936 que desencadenaría la guerra civil, o “Por qué y cómo mataron a Calvo Sotelo”, sin olvidar “El final de la guerra”, entre otros, aunque en esta crónica nos vamos a centrar en su obra “Desastre en Cartagena” escrito con su particular estilo novelado, que hace fácil su lectura al lector no iniciado, pero guardando a su vez un gran rigor histórico tras el que se esconde una tremenda tarea de documentación, estudio e investigación realizada por el autor, algo común a todas sus obras. Tal vez esa forma particular de narrar los hechos sea la causa de que no se le incluya en ese grupo de élite de los “historiadores de la contienda”, pero que sin embargo los simples aficionados como es nuestro caso sabemos agradecer. Les recomiendo la lectura de las obras de este autor, estoy seguro de que no se arrepentirán. Recordarles también que Luis Romero tiene a su favor un factor del que la mayoría de historiadores carecen, Romero participó en la guerra en las filas del bando franquista, lo que le otorga una visión de primera mano de los hechos, aunque les puedo garantizar por lo que de él he leído que en sus trabajos prima la objetividad, e incluso me atrevería a afirmar aun a riesgo de equivocarme que este autor de franquista tenía bastante poco.


Entrada al despacho del coronel Armentia, que se conserva como en marzo de 1939.
Pero vamos a centrarnos en el “Desastre en Cartagena”, es decir en los acontecimientos que en aquella ciudad tuvieron lugar en Marzo de 1939, y que como el título del libro indica fue un auténtico desastre para todos los que participaron. Vamos a intentar resumir lo ocurrido, aunque dado el limitado espacio de nuestras crónicas dejaremos muchos detalles en el tintero. Podríamos iniciar el relato en la reunión que en Los Llanos (Albacete) mantiene el Presidente Negrín con los principales mandos militares republicanos, reunión en la que queda de manifiesto una profunda división entre los partidarios de resistir, encabezados por Negrín y con el apoyo de los militares de orientación comunista, y la de los favorables a llegar a una rendición pactada, entre ellos el coronel Casado y el almirante Buiza. El Presidente consciente de la importancia de la base naval de Cartagena y de la Flota Republicana, que se mantiene prácticamente intacta desde el principio de la guerra y que es una de las principales bazas del Ejército republicano, decide poner al mando a un hombre de su confianza Francisco Galán, un militar de carrera, de ideología comunista, con gran experiencia en mando y en combate.


Fachada de la Comandancia de Marina, frente al puerto y sobre la muralla de Carlos III. En este edificio se desarrollaron muchos de los sucesos de aquellos dias de Marzo de 1939.
Mientras tanto en Cartagena comienzan movimientos en diferentes frentes, donde se mezclan profranquistas y quintacolumnistas, así como militares partidarios de una solución negociada. Galán se desplaza en solitario hasta la localidad en un desesperado intento de evitar que los acontecimientos se precipiten y con la consigna de tratar de negociar con los díscolos. Sin embargo sus esfuerzos fracasan y es detenido o retenido, mientras en la base se produce una rebelión y fuerzas contrarias al Gobierno de Negrín, donde se mezcla de todo un poco, se hacen con la ciudad y las baterías de costa, y algunos comienzan a hacer proclamas por radio anunciando que la ciudad se encuentra a las ordenes de Franco. La Maestranza de Artillería será uno de los focos de la rebelión, con el Coronel Armentia al frente. También el Teniente Coronel Espá se hará con el mando de la baterías de costa, dirigiendo las operaciones desde el despacho de la batería del Cabo del Agua.


Mobiliario original del despacho del teniente coronel Espá en la batería de Cabo del Agua, desde donde dirigió la sublevación de las Baterías de Costa.
Mientras esto sucede en la base, la 206 Brigada Mixta leal al gobierno, toma posiciones en los alrededores de la ciudad. Había sido enviada junto con Galán para dar apoyo al nombramiento de este, pero dada la rapidez de los acontecimientos no han podido llegar a tiempo. Es esta una unidad de élite, pese a que la mayoría de sus miembros carecen de uniforme y calzan alpargatas, muy fogueada en combate y con una gran experiencia. Está mandada por el mayor de milicias Artemio Precioso Ugarte, un joven natural de Hellín que solo cuenta con 22 años en aquel momento, todo un ejemplo palpable de cómo estaba conformado el Ejército Popular de la República. La mayoría de los mandos de esta unidad y gran parte de la tropa son de orientación comunista.

Fotografía de Artemio Precioso cuando ocupaba el cargo de Presidente de Honor de Greenpeace en España. En 1939 y con solo 22 años, comandaba la 206 Brigada Mixta que acabó con la rebelión de la base naval de Cartagena.
Al mismo tiempo en el Cuartel General de Franco en Burgos, la noticia es recibida con entusiasmo, se les presenta la oportunidad de dar la puntilla a la maltrecha República, y además mediante un gran golpe de efecto, muy del agrado de algunas mentalidades ególatras. Una operación que ofrezca sobradas muestras de su prestigio militar, puesto muchas veces en duda al no conseguir acabar con un ejército en alpargatas, mandado en algunos casos por chavales sin ninguna formación militar. De esta forma, sin tener una información clara de cual es la situación en la plaza, ni habiendo realizado una planificación suficiente, los mandos franquistas se embarcan en una apresurada operación que tiene como objetivo realizar un audaz desembarco en Cartagena y de esta forma, haciendo una pinza desde la retaguardia, sobre lo que quedaba de Ejercito Republicano, finalizar la guerra de una manera gloriosa. Con este fin la flota franquista comienza a dirigirse hacia Cartagena, y desde los puestos de Castellón y Malaga, principalmente, comienzan a embarcarse tropas en muchos casos en embarcaciones poco apropiadas para este fin, que parten hacia su destino según se van llenando de hombres y material.

Uno de los cañones de pequeño calibre que portaba el vapor Castillo de Olite. Este cañón fue rescatado del pecio por submarinistas y ahora se puede contemplar en el Museo.
Los acontecimientos y la confusión se precipitan, no solo en Cartagena, si no también en el resto de la zona republicana, en Madrid el coronel Casado se ha sublevado y se producen fuertes combates entre las diferentes facciones, el Gobierno de Negrín y sus principales colaboradores ha abandonado España tras el golpe de Casado, la Flota, en uno de cuyos barcos se encuentra Francisco Galán, abandona también en su totalidad la base haciéndose a la mar. Sin embargo la 206 continúa su imparable avance sobre la localidad, conquistando uno tras otro los focos de resistencia de los sublevados, así como las baterías de Costa.

Imagen de la batería de la Parajola, cuya tercera pieza provocó el hundimiento del Castillo de Olite. Al fondo pueden apreciar la isla de Escombreras, junto a la cual se hundió el barco.
Ajenos a lo que allí ocurre, o con una información bastante incompleta y muy confusa, la operación de desembarco continua, pero tras una primera aproximación de algunas naves franquistas, se produce fuego desde algunas de las baterías que han recuperado los soldados de la 206 BM, que a su vez son hostigadas desde baterías todavía ocupadas por los rebeldes, todo un caos. Cartagena cuenta con unas formidables defensas desde tierra construidas durante la dictadura de Primo de Rivera, capaces de hacer disuadir de aproximarse a cualquier embarcación, esto junto a la actividad de los aviones del cercano aeródromo de Los Alcázares, hace desistir a los mandos franquistas de culminar la operación y todos los barcos regresan a sus bases. Todos no, uno de ellos el transporte Castillo de Olite en el que viajan cerca de 2000 personas se dirige hacía Cartagena ajeno a los acontecimientos, carece de radio y viaja en solitario ya que ha tardado en salir del puerto de Castellón.


Dos imágenes del vapor Castillo de Olite, en la inferior podemos contemplar su salida del puerto de Castellón rumbo a Cartagena.
Cuando están accediendo a la bocana del puerto confiados en que se dirigen a una zona bajo el dominio de los suyos, reciben un primer disparo, tratan de retroceder pero un segundo disparo desde la pieza Nº3 de la batería de la Parajola (la única pieza que queda operativa tras haber sido atacada por otras baterías en poder de los rebeldes) alcanza al barco, y un tercero hace blanco en la santa bárbara, volando el barco por los aires tras una tremenda explosión y partiéndose en dos, hundiéndose inmediatamente, pereciendo en aquel naufragio cerca de 1500 hombres, el mayor desastre de la historia naval española. Y hasta aquí brevemente un resumen de los hechos de aquellos días de Marzo, un episodio que como dijimos anteriormente tiene un gran interés para nosotros y que yo les recomendarían si están interesados en que profundizaran un poco más, leyendo alguno de los libros que les hemos recomendado. Como indica el título del monumental libro del maestro Luís Romero todo un auténtico desastre, para franquistas y republicanos, los primeros sufrirían un tremendo descalabro militar, y los segundos verían como se difuminaban sus escasas bazas de resistencia. Una tragedia totalmente evitable a pocos días de finalizar la guerra.



Fotografías de la pieza Nº3 de la batería de la Parajola, cuyos disparos provocaron el hundimiento del transporte y la muerte de 1477 personas.
Bueno, que al final como siempre me enrollo, todo esto era para comentarles que en el Museo de la Maestranza de Artilleria pueden encontrar muchos objetos y lugares testigos de aquella tremenda historia: el lugar donde cayó muerto Armentía, el despacho y su mobiliario desde donde dirigió la conspiración, los muebles del despacho de mando de las baterías de Costa en el cabo del Agua, ocupado por el Teniente Coronel Espá, en donde se vivieron intensos momentos. Y también pueden contemplar en este museo la pieza que efectuó el disparo que causó el hundimiento del Castillo de Olite, del que podemos contemplar uno de los cañones que portaba y que fue rescatado por submarinistas en el lugar del naufragio, entre muchos otros objetos y armas de diversos tipos, todos ellos relacionados con la guerracivilmaquia, destacando un tanque soviético T26 que está siendo restaurado y que seguramente podamos contemplar totalmente arreglado en breve. Les ruego me perdonen por la extensión y seguramente por algún error o inexactitud que hayamos podido cometer en el relato, pero es que tengo que confesarles que llevo cosa de una semana con " una copa de más, una monumental copa de más", y uno ya había perdido la costumbre después de tanto tiempo.

(A continuación de esta crónica pueden ustedes contemplar alguna fotografía de una pequeña parte de todo lo expuesto en el Museo. Rogamos disculpen por la calidad de alguna de las fotografías, pero estaba prohibido hacer fotos y alguno ya tenemos experiencia en lo que es pasar por un calabozo cuartelero).

Florentino Areneros.





El carro de combate soviético T26 que se conserva en el Museo y que está siendo restaurado. Podemos compararlo con las imágenes del Archivo Deschamps tomadas durante la Guerra Civil. (En la tercera imagen pueden apreciar las labores de preparación del paso de San Juan Evangelista) El famoso obús Schneider, más conocido por “quince y medio”.
Diferentes cascos utilizados durante la guerra civil.

Algunas ametralladoras utilizadas durante la contienda.

La máquina encriptadora “ENIGMA” de origen alemán.

Como en todo museo militar que se precie en España no podían faltar alusiones a Francisco Franco, así como una placa recordando a los caídos del bando que luchó a las ordenes del mismo.
Siento esta abrupta irrupción amigos lectores, pero me lo pedía el cuerpo. (Dedicado a quien ya sabe sin acritú)

4 comentarios:

  1. -Sinceras felicitaciones D. Florempino, un maginfico trabajo de divulgación historica, sección "romeria", exponiendo la libertad al realizar esas prohibidas e ineditas fotografias que me han gustado mucho.

    De "lo otro" se le perdona, pues un día es un día.

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  2. magnifico,me ha encantado,he estado en el museo y es fenomenal.recomiendo el libro EL HUNDIMIENTO DEL CASTILLO DE OLITE,de luis miguel perez adan-de historia aglaya.una tragedia sin necesidad,pero el castillo de olite no venia de crucero.

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    1. Muchas gracias por su amable comentario y por visitar el blog.

      Conozco el libro de Pérez Adán y tengo el honor de conocerle a él personalmente. Es un trabajo indispensable para saber lo que ocurrió en aquellos días. Cartagena es una ciudad que a mi me apasiona, le recomiendo visitar las baterías de costa, Castillitos y Cenizas principalmente, también es muy interesante el Museo Naval, y el nuevo de Arqueología Submarina, sin olvidar el magnífico Museo Municipal de Arqueología, los refugios de la guerra, o el recuperado teatro romano. Tiene mucho para entretenerse.

      Un saludo.

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  3. Todo un despropósito ultranacionalista decorar un carro soviético del Ejército Popular de la II República con una bandera monárquica bicolor.

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