miércoles, 9 de julio de 2025

CAYETANA 1935

+CAYETANA+
7 DICIEMBRE 1935

Imagen de la inscripción desaparecida tomada en 2018, donde todavía se distingue el texto. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Por Florentino Areneros.

Hace unos días recibí una inquietante llamada de dos incansables “curioseadores” de todo lo relacionado con la Historia de Madrid, como son José Ramón Rigal(1) y Fernando Atienza(2), dos grandes maestros del noble arte de la guerracivilmaquia, a los que es fácil ver recorriendo la ciudad, cuan pareja de la benemérita, documentación, fotos y libros en ristre, en busca de cualquier vestigio, de alguna dirección donde vivió algún personaje o tenía su sede algún organismo, así como lugares donde se produjo algún acontecimiento o verídico sucedido. En aquella llamada me informaban de que uno de los restos más singulares y enigmáticos del barrio de Argüelles había desaparecido misteriosamente.

Me estoy refiriendo a la inscripción que se encontraba en el faldón de granito, casi a ras de suelo, del edificio de la calle Princesa ubicado entre la calle de Mártires de Alcalá y la entrada del Palacio de Liria. En ella podía leerse grabado en la piedra:

+CAYETANA+
7 DICIEMBRE 1935

Un poco más arriba de la inscripción se distinguía lo que podría ser el impacto de un trozo de metralla, recordemos que esta zona fue intensamente bombardeada por la aviación franquista en noviembre de 1936. Todo el conjunto permitía echar a volar la imaginación y plantear descabelladas hipótesis, como por ejemplo el hecho de que las cruces en el nombre indicaran un fallecimiento, seguramente ocurrido en la fecha que aparecía esculpida. ¿Tendría algo que ver la marca del impacto con esa muerte?, ¿quizá un atentado o un enfrentamiento entre grupos rivales? El nombre de Cayetana conducía hacia el cercano palacio, ¿sería familia del Duque? Es algo habitual que cuando te encuentras con algo novedoso para lo que no tienes una respuesta inmediata la respuesta que imaginas más lógica y con mayor fundamente, suele ser la más alejada de la realidad, y este misterio no iba a ser una excepción.

El Duque de Alba junto a su esposa y su hija Cayetana. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

En estos casos lo mejor es pedir ayuda a los expertos, y en todo lo relacionado con la Guerra Civil Española, y más concretamente de la guerra en Madrid, no hay mayor concentración de expertos y de talento que el grupo de Facebook de Gefrema (clic aquí para acceder al grupo). Allí nos dirigimos en busca de ayuda, y en un visto y no visto Javier Mateo Cuco, uno de los numerosos especialistas en estas lides de este afamado grupo acabó con la incertidumbre. Y como los lectores habrán podido adivinar, ni había muertes, ni enfrentamientos, ni disparos ni nada que se le parezca. Eso sí, tenía relación con el vecino palacio, en algo había que acertar.

Recorte del diario La época del 9 de diciembre de 1935 en el que se hace eco del inicio de la construcción del nuevo edificio. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Aquella inscripción tenía una explicación más mundana. Por aquella época en la que el automóvil había mandado al paro o a la carnicería a tantos equinos, el Duque de Alba decidió prescindir de las caballerizas de palacio, que daban mala imagen y peores olores, y sustituirlas por unos modernos bloques de viviendas en uno de los barrios con más proyección del nuevo Madrid. La prensa lo vendería como un gesto de altruismo, las nuevas viviendas iban a crear muchos empleos y repartir muchos jornales (en algún lugar he escuchado esto mismo cuando se presiente un posible pelotazo). El diario La Época en su edición del 9 de diciembre afirmaba: «Es indudable que la construcción de estos edificios supone una cuantiosa inversión de jornales, y durante algún tiempo contribuirá a aliviar el paro forzoso en el ramo de la construcción, algo disminuido en los últimos meses». Un día más tarde, el 10 de diciembre, el ABC en su edición de Sevilla, donde la familia del Duque tenía mucho tirón, se hacía eco de la noticia dedicándole ni más ni menos la portada con fotografía a toda página, donde vemos a la joven niña, paleta de albañil en mano, dispuesta a colocar la primera piedra. Curiosamente en el pie de foto el texto es en parte idéntico a lo publicado por La Época el día anterior, parece que las notas de prensa ya circulaban en aquella época: «La hija del Duque de Alba, Cayetana, ha colocado la primera piedra del bloque de casas que va a construir el ilustre prócer en los terrenos que ocupaban las caballerizas del palacio de Liria. La construcción de estos edificios supone una cuantiosa inversión de jornales, y durante algún tiempo contribuirá a aliviar el paro forzoso en el ramo de la construcción, muy disminuido en los últimos tiempos».

Portada del ABC en su edición sevillana donde podemos contemplar a la hija del Duque de Alba, Cayetana, colocando la primera piedra que contiene la inscripción. En la imagen inferior vemos un detalle de la imagen. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Llegados a este punto me gustaría partir una lanza en defensa de Jacobo María del Pilar Carlos Manuel Fitz-James Stuart Falcó Palafox-Portocarrero y Osorio, también conocido popularmente como Duque de Alba, a quien ya dedicamos una crónica en este modesto blog (clic aquí para ir a la crónica), un personaje histórico de quien el maniqueísmo tan habitual en todo lo relacionado con la Guerra Civil tal vez haya proyectado una imagen distorsionada de su persona por su actuación durante la contienda. Seguramente al lector que haya llegado hasta aquí se le habrá pasado por la cabeza que el Duque pegó un pelotazo con la edificación de sus caballerizas, y seguramente fuera así y con ese fin lo hizo. Ahora cabría preguntar a ese lector que hubiera hecho si los terrenos hubieran sido suyos, si los hubiera cedido para hacer jardines, o una escuela, o un centro sanitario, o viviendas sociales, o si por el contrario habría hecho lo mismo que el Duque, es decir, caja. Yo tengo muy claro lo que habría hecho: lo mismo que Don Jacobo.

Retrato del Duque de Alba pintado por Ignacio Zuloaga en 1918. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Antes de repasar su actuación durante la guerra recordar que el Duque era una persona con una sólida formación académica, un apasionado de la historia de España y de su cultura, así como de las bellas artes, publicando numerosos trabajos sobre estas temáticas. Fue miembro de la Real Academia de la Historia, siendo su presidente desde 1927 hasta su fallecimiento en 1953. También fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y presidente del Patronato del Museo del Prado, del que era un asiduo visitante, sin olvidar su faceta de generoso mecenas y filántropo. Por citar solamente algunos de sus muchos cargos. Como vemos nada que ver con la imagen estereotipada del aristócrata perezoso y despreocupado, interesado solamente en temas mundanos como la caza, el polo, los autos, las fiestas y otras aficiones frívolas y relajadas. José Ortega y Gasset, muy buen amigo del duque, llegó a decir que «si se tomase la palabra trabajo en su verdadero sentido, nadie trabajaba tanto en España como Jacobo Fitz-James Stuart».

Pero lo que no todo el mundo conoce es la estrecha relación del Duque de Alba con la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) y la Residencia de Estudiantes, así como con muchas de las personas que se pueden incluir por pleno derecho en lo que se conoció como la Edad de Plata de la cultura y las ciencias en España. Don Jacobo fue vocal durante muchos años de la JAE, junto a personalidades ilustres como Ignacio Bolívar, Ramón Menéndez Pidal, José Ortega y Gasset, Juan de la Cierva o Leonardo Torres Quevedo, por citar solo a unos pocos. En la Residencia de Estudiantes desarrollaría una extraordinaria labor como promotor y presidente del Comité Hispano-Inglés de la Residencia, creado para fomentar y promocionar de manera recíproca la lengua y cultura de ambos países, así como el intercambio de estudiantes. Este organismo junto con la Sociedad de Cursos y Conferencias también creada en la Residencia, conseguiría traer a España, concretamente a la Residencia, para dar conferencias y seminarios a lo más destacado de la cultura y la ciencia mundial, la lista sería muy extensa pero por citar solo unos pocos podemos hablar de Henri Bergson, H. G. Wells, Albert Einstein, Marie Curie, Le Corbusier, Walter Gropius, G. K. Chesterton, Howard Carter, Paul Valery, Jean Piaget, Igor Stravinsky, Maurice Ravel, Louis Aragon o John M. Keynes entre otros muchos. El Duque además promotor y organizador de estas actividades, también ejercía de anfitrión alojando a los conferenciantes y visitantes en el Palacio de Liria. Este Comité se financió en gran parte gracias a la generosidad del aristócrata, quien llegó a donar sus ingresos como senador para las actividades de la Residencia, en contrapartida y como agradecimiento esta construyó en honor del Duque un banco de piedra y ladrillo diseñado por el arquitecto y paisajista Javier de Winthuysen, banco que todavía hoy se conserva en los jardines de la Colina de los Chopos. Aunque muchos, algunos por ignorancia y otros por mala fe, se empeñan en presentar a la Residencia de Estudiantes y la Junta de Ampliación de Estudios como dos entidades identificadas en exclusiva con lo que podría denominarse izquierda progresista e incluso identificar a ambas con la II República, la presencia del Duque de Alba, así como la de otros aristócratas y de numerosas personas de ideas conservadoras y no pocos monárquicos, desmienten tal afirmación. Esta es una temática con la que arranca la ruta de Madrid Guerra dedicada a Eduardo Torroja y la Ciudad Universitaria (clic aquí para saber más).

Imagen y detalle del banco de la Residencia de Estudiantes construido en agradecimiento a la labor que el Duque desarrolló en la institución. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Pero a pesar de todo ello, lo que ha marcado para muchas personas la biografía del Duque de Alba ha sido su actuación y su papel durante la Guerra Civil. Como buen aristócrata y monárquico, la llegada de la Republica supondría un duro revés para su idea de España, por lo que resulta comprensible su rechazo al nuevo sistema de gobierno. Al producirse el golpe de estado de julio de 1936 que provocaría la Guerra Civil nuestro protagonista se encontraba en Inglaterra, donde va a desarrollar una intensa y fructífera labor a favor de los golpistas, convirtiéndose en embajador extraoficial de Franco en el Reino Unido. Sus contactos en las altas instancias de aquel país, no olvidemos que estaba emparentado con la familia real británica y era gran amigo de Winston Churchill, supondrían un gran apoyo para la causa franquista, consiguiendo que el Reino Unido permaneciera al margen del conflicto español, aunque bien es cierto que a los británicos tampoco les hacía falta que les insistieran mucho para ello. También consiguió atraer para la causa de los sublevados a gran parte de la población conservadora, y en especial la católica, de aquel país. Finalizada la Guerra de España, ya como embajador oficial, e iniciada la II Guerra Mundial, Don Jacobo encaminaría sus esfuerzos a impedir que España entrara en el conflicto apoyando a las potencias fascistas. No se pierdan nuestra crónica sobre los sobornos británicos a militares franquistas para asegurarse la neutralidad española haciendo clic aquí.

En esta foto de la revista Life vemos al general Kindelan (a la izquierda) acompañando a Franco (brazo en alto) durante la revista a las tropas de la Legión Cóndor en el homenaje de despedida que se les tributó el 22 de mayo de 1939 en León. Kindelan sería uno de los agraciados, con medio millón de dólares, en el reparto de “sobres” del servicio secreto británico, aunque estos no dudaron de calificar a Kindela como “un chorizo” (Kindelan is a crook). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Si el Duque no era republicano por razones evidentes, tampoco era franquista pese al apoyo prestado a la causa, seguramente pensó que una vez finalizada la guerra España volvería a ser un estado monárquico con una democracia liberal siguiendo el modelo británico. Sus discrepancias con Franco eran notorias, incluso en lo personal llegando a rozar el desprecio, y todos sus esfuerzos se encaminarían para restaurar la monarquía borbónica en España con don Juan de Borbón al frente, sus movimientos conspirativos para provocar un cambio a punto estarían de costarle algo más que un disgusto. Todos estos esfuerzos serían infructuosos y el nuevo régimen se perpetuaría durante cerca de 40 años, y la imagen del Duque para muchos españoles quedaría marcada para siempre por su actuación durante la guerra. A día de hoy toda su faceta de intelectual y de humanista ha quedado en el olvido.

Hay un hecho que cuando hablamos del Duque de Alba y la Guerra Civil no podemos dejar de mencionar, me refiero a la destrucción del Palacio de Liria durante la guerra. En muchos lugares si consultamos la historia del palacio encontramos que se incendió durante la guerra, como si se hubiera producido una combustión espontánea, aunque muchos pensarán que el majestuoso edificio fue incendiado por las hordas revolucionarias, que daban rienda suelta a su odio y rencor contra la nobleza y los poderosos, nada más lejos de la realidad.

El 17 de noviembre de 1936 la aviación franquista, que llevaba desde el 30 de octubre bombardeando de manera sistemática la ciudad, dejaría caer parte de su mortífera carga sobre el Palacio de Liria, en concreto 18 bombas incendiarias que arrasarían el histórico edificio de Ventura Rodríguez. Antes de su partida el Duque había sacado del palacio algunas de las obras de arte y otros objetos entre los de mayor valor, pero todavía sus paredes custodiaban una grandiosa colección de cuadros, tapices, esculturas, mobiliario, objetos ornamentales, así como una extraordinaria biblioteca. Mucho se perdería de todo ello, pero la mayor parte se salvaría gracias al esfuerzo de muchos milicianos que aún a riesgo de sus vidas consiguieron poner a salvo muchas de aquellas obras de arte y valiosos libros, rescatando de las llamas todo lo que pudieron sacar precipitadamente a los jardines del palacio. No deja de sorprender que esta actuación de las milicias, sólidamente contrastada en diferentes estudios y por numerosos testimonios, así como un buen número de imágenes, sea ignorada por diferentes estudios y artículos que hablan simplemente de incendio sin más, incluso en las audioguías que se utilizan en las visitas al palacio tampoco se menciona.

Diferentes imágenes de algunos de los objetos, libros y obras de arte, salvados por los milicianos después del bombardeo del palacio por la aviación franquista. Entre los cuadros rescatados se encontraba el que pinto Zuloaga de Cayetana niña. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Evidentemente un acontecimiento de esta singularidad (la aviación alemana e italiana, bombardea y destruye el palacio de un noble, y los milicianos salvan gran parte del tesoro artístico y bibliográfico que allí se custodiaba) no podía pasar desapercibido para las autoridades republicanas, que utilizarían el episodio con fines propagandísticos. Lo más destacado que había sido salvado de las llamas sería trasladado a Valencia a finales de año, no olvidemos que la ciudad levantina se convertiría en la capital de la República, y allí se montaría una gran exposición para destacar las virtudes de la causa republicana frente a la barbarie destructiva del fascismo.

Texto en el reverso de la foto: “Valencia. El Ministro de Instrucción Pública y otras personalidades en el acto de la inauguración de la exposición de obras salvadas del incendio del Palacio de Liria de Madrid”. En la imagen podemos distinguir al ministro Jesús Hernández y al Director General de Bellas Artes Josep Renau. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Dos instantáneas de algunos de los objetos expuestos en Valencia. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Pero regresemos a la desaparecida inscripción que al final con los aviones se nos ha ido el santo al cielo. Nuevamente se abría la puerta a las hipótesis más disparatadas: podría tratarse de un coleccionista de recuerdos que se hubiera llevado la losa de granito, un justiciero histórico, o vaya usted a saber. Pero la evidencia de lo que podía haber ocurrido saltaba a la vista, la finca, o sería más correcto decir las dos fincas, están inmersas en una reforma integral tanto en las fachadas como en el interior de las viviendas, y esa sería la causa más probable de la evaporación de aquel recuerdo histórico. Tal vez el faldón podría haber sido sustituido por uno nuevo, algo poco probable, o bien este faldón de granito había sido “saneado”, recordemos las escenas de la inolvidable película “el milagro de P. Tinto” donde el dueño de “Reformas Usillos” repetía la máxima de “si hay que sanear, se sanea”.

Escena de la película el Milagro de P Tinto donde se pronuncia el mítico “si hay que sanear se sanea”. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Pero en una visita posterior una mirada atenta permitió comprobar que la inscripción no había desaparecido del todo, todavía era posible distinguir algunas letras de la misma, incluso una mirada lateral permite una visión un poco más nítida de la misma. Sin duda la losa con la leyenda había sido “saneada”, el granito había sido pulido con especial esmero en el proceso de reforma de la finca. Parece que nadie se percató de la histórica leyenda y avisó al operario que manejaba la máquina para que la respetara, ni tampoco el operario, que suponemos si que la vería, le dio importancia o avisó de su existencia, o bien avisó y le dijeron que prosiguiera con el “saneamiento” de la fachada.

Dos imágenes actuales de la inscripción donde apenas se distingue el texto de la inscripción. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Imagen del edificio en la actualidad mientras se realiza la reforma integral. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Esta historia nos recuerda sobremanera a la inscripción, también realizada en el faldón de granito en esta ocasión de la Facultad de Medicina, desaparecida alrededor de 2005 tras sobrevivir durante décadas a la dictadura franquista. Esta inscripción tenía su singular origen en las pintadas que un grupo de estudiantes, entre ellos Nicolás Sánchez Albornoz y Manuel Lamana, realizaron en el campus en el año de 1947. Los autores fueron detenidos y encarcelados, y algunos de ellos enviados a trabajar a Cuelgamuros donde se estaba construyendo la Cruz de los Caídos. Los dos estudiantes citados conseguirían huir y emprender una cinematográfica huida junto a dos jóvenes norteamericanas (la que luego sería afamada escritora Barbara Prost Solomon y Barbara Mailer, hermana del escritor Norman Mailer) que en su vehículo les conducirían hasta la frontera francesa. Aquella aventura estaría en el origen de una exitosa película dirigida por Fernando Colomo de título “Los años bárbaros”, y también estaría en el origen de una no menos exitosa crónica de este blog de título “La pintada” que nuestros lectores pueden leer haciendo clic aquí.

Pablo Pintado, posa junto a la histórica pintada en la Facultad de Farmacia que sobrevivió al franquismo pero fue borrada en democracia. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Desgraciadamente la pintada de la Ciudad Universitaria es muy difícil de recuperar, pero en el caso de la de la calle Princesa pensamos que tiene solución, seguramente un experimentado y cuidadoso cantero pueda devolver el esplendor a esa inscripción ahora perdida. Queremos hacer desde aquí un llamamiento a Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, actual Duque de Alba y administrador de la casa de Alba, así como a sus hermanos, para que traten de recuperar aquella inscripción, recuerdo de aquel día en que su madre, entonces una niña, colocó la primera piedra de este edificio anexo al Palacio de Liria, y si ya puestos quieren invitar a los miembros de la redacción de Sol y Moscas a una visita guiada al palacio, no íbamos a hacer el feo de decirles que no.

Florentino Areneros.

(1) José Ramón Rigal es un incansable lector de todo lo relacionado con la GCE, todo un erudito en la materia, un auténtico experto y no de los de Merimee. Es el diseñador, muñidor y guía de las rutas de Madrid en Guerra VIOLENCIA Y REPRESION EN MADRID I (clic aquí) y VIOLENCIA Y REPRESION EN MADRID II (clic aquí), en las que convovatoria tras convocatoria, y ya lleva unas cuantas, cuelga el cartel de “no hay billetes”. A la vuelta del verano José Ramón ampliará los recorridos sobre esta más que interesante temática con dos nuevas rutas.

(2) (3) Fernando Atienza es un apasionado estudioso de la Historia, muy especialmente del periodo que comprende la II República, así como con la de Madrid. Sus investigaciones se han centrado principalmente en la zona suroeste de Madrid, entre otras actividades ha guiado diferentes recorridos por los antiguos cuarteles de Campamento y otros sobre los impactos que se conservan en la Ciudad Universitaria. En la actualidad colabora en un documental centrado en la GCE en el Paseo de Extremadura, y prepara un artículo sobre la sublevación de julio de 1936 en Madrid.

martes, 3 de diciembre de 2024

ESCUDO REPUBLICANO EN MURCIA

Escudo con simbología republicana en la ciudad de Murcia. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

UN ESCUDO REPUBLICANO
EN MURCIA

Por Florentino Areneros.

De paso por la ciudad de Murcia me detuve a tomar un café en una terraza de la Plaza Romea, uno de los muchos rincones con encanto de esta ciudad, donde podemos encontrar un buen número de lugares de notable belleza y singularidad. No es ciudad de apabullante monumentalidad, pero bien merece que el viajero recorra con sosiego sus calles en busca de esos rincones.

En una esquina de la plaza, cuya denominación completa es Julián Romea, se encuentra, casi clandestino por su ubicación, un estilizado monumento con una base de piedra, sobre la que se encuentra un prisma también de piedra con la figura del personaje al que está dedicado, y todo ello coronado por una escultura en bronce de una mujer desnuda. El transeúnte distraído es fácil que no se percate de la presencia de ese monumento, escondido en un rincón, tapado por árboles y una terraza vecina, así como por la monumentalidad del gran teatro que ocupa uno de los laterales de la plaza y comparte nombre con ella, y de la iglesia de Santo Domingo cuya fachada principal también se asoma a la plaza.

Monumento al Maestro Fernández Caballero en la Plaza romea de la ciudad de Murcia. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Contemplándolo en la distancia me pareció observar que la corona que se encontraba sobre el escudo que adornaba el lateral principal de la base, era una corona mural, también denominada en ocasiones almenada, del mismo tipo que la que coronaba el escudo de la II República Española. Atraído por la curiosidad me acerqué hasta el monumento comprobando que mis suposiciones eran ciertas. Se trataba del escudo de la ciudad de Murcia con una corona mural con cuatro torres almenadas en lo alto, en la actualidad el escudo ostenta una corona real. Sobre el escudo figura el año de 1935, lo que muy probablemente vendría a confirmar que se trataba de un escudo de origen republicano.

Comparativa entre los escudos de la ciudad de Murcia, a la izquierda el del monumento con la corona mural y a la derecha el escudo actual. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El monumento está dedicado al Maestro Fernández Caballero, es decir a Manuel Fernández Caballero, un prolífico músico y compositor nacido en Murcia en 1835, razón por la que se erigiría el monumento en el año de 1935 para conmemorar su centenario. Era el decimoctavo hijo (se dice pronto) de una modesta familia, su relación con la música comenzó muy pronto, estaba dotado de un excepcional talento para la música. Aunque se podría afirmar que gran parte de su formación la realiza de forma autodidacta, aprendiendo a tocar varios instrumentos. A los 10 años se traslada a Madrid a recibir clases y en 1850 comienza sus estudios en el Conservatorio de la capital. Desarrollará su labor en diferentes orquestas como músico y director, llegando a primer violín del Teatro Real en 1853 con apenas 18 años, y comienza a compaginar estas labores con la composición de zarzuelas.

A lo largo de su prolífica y larga carrera se convertirá en uno de los mayores referentes del género, llegando a componer más de doscientas zarzuelas, muchas de ellas se convertirían en grandes éxitos. Colaborarían con él en sus obras grandes libretistas y escritores, los más destacados músicos, las grandes estrellas del canto y los mejores actores del momento, entre ellos el también murciano Julián Romea que da nombre a la plaza donde se ubica el monumento. Los mejores teatros de Madrid pugnaban por estrenar sus obras. En la parte posterior del monumento podemos encontrar algunas de las más famosas: La Marsellesa, El salto del pasiego, El dúo de la africana, La viejecita, Gigantes y cabezudos, Los sobrinos del capitán Grant, La niña bonita, Los Huertanos, El cabo primero, Tres madres para una hija y La jardinera. El maestro Fernández Caballero fallecería en Madrid el 26 de febrero de 1906, a su entierro asistirían miles de madrileños que abarrotaban las calles y lugares por donde pasó la comitiva fúnebre, entre ellos las puertas del mítico teatro Apolo en la calle de Alcalá, muy relacionado con la carrera de este genial compositor .

Reproducción de un retrato de estudio de Fernández Caballero, con texto de imprenta conmemorativo y dedicatoria manuscrita dirigida por Luis Fernández, hijo de Fernández Caballero, a Ángel Jover, miembro del Orfeón. (FOTO ARCHIVO GENERAL DE LA REGIÓN DE MURCIA). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Conocidos estos apuntes sobre la vida y obra de Fernández Caballero, vayamos ahora a conocer la historia del monumento. En el año 1935, centenario del nacimiento del autor, se suceden diferentes actos e iniciativas de homenaje al músico en su ciudad natal, entre estas últimas la de erigir, por suscripción popular, un monumento en su honor. Se crea una comisión para llevar adelante el proyecto, cuyo diseño y creación se encarga al escultor, también murciano, José Planes Peñalver.

José Planes Peñalver, el artista murciano autor del monumento. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

La trayectoria de José Planes (Espinardo, Murcia, 23 de diciembre de 1891-Mazarrón, Murcia, 15 de julio de 1974) presenta diversas coincidencias con la del músico Fernández Caballero, especialmente en sus primeras etapas. Murcianos y de familia humilde ambos, a muy temprana edad comienza a dar muestras de un talento innato para la escultura y gran parte de su formación, aunque asistió a diversos centros especializados, la realizó de manera autodidacta. Comienza a desarrollar su actividad profesional en Murcia donde pronto alcanza éxito y prestigio. En 1918 da el salto a Madrid, con la ayuda y protección del ministro murciano Juan de la Cierva Peñafiel, exponiendo en el Ateneo, también viajará a Portugal e Italia. Tras residir una temporada en Madrid, regresa a Murcia en 1933 para fundar la Escuela de Artes y Oficios de la que sería director.

Escultura de Planes en el interior del casino de Murcia, otro de los edificios indispensables en una visita a la ciudad de Murcia. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Finalizada la guerra Planés continuará con su actividad centrada a partir de entonces principalmente en la imaginería religiosa, dada la gran demanda que había de estas esculturas tras las numerosas pérdidas de figuras religiosas durante la contienda, tampoco eran tiempos para cultivar el desnudo femenino, una temática a la que el escultor murciano dedicó algunas de sus mejores obras antes de la guerra.

Pero volvamos al monumento. No está muy claro si fue porque el encargo se realizó tarde, o bien que el escultor tenía mucho trabajo, pero llegado el 21 de abril de 1935, día previsto para la inauguración del monumento, este no estaba finalizado y hubo que improvisar un simulacro del mismo sustituyendo lo que faltaba por un andamiaje de madera con figuras de escayola, lo que llevó a la prensa satírica del momento a calificar el acto como la inauguración de una falla. Finalmente el monumento una vez finalizado se situaría en el centro de la plaza con la fachada principal del monumental teatro Romea a su espalda.

Portada del semanario satírico Don Crispín de abril de 1935 caricaturizando la improvisada y provisional inauguración del monumento, comparándolo con una falla. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El monumento está dividido en tres alturas o niveles en volumen descendente, lo que le proporciona una estructura piramidal. La parte inferior está conformada por un gran bloque de piedra de estructura de prisma cúbico, y en la parte frontal del mismo se encuentra el escudo de la ciudad con la corona mural y la inscripción «Al maestro Fernández Caballero. 1935». En los laterales a derecha e izquierda, cuatro figuras femeninas con alegorías de la música, y en la parte posterior encontramos las inscripciones con algunas de las obras del Maestro como ya hemos comentado anteriormente. En el nivel central encontramos otro prisma cúbico, y en la parte delantera del mismo la escultura también en piedra de Fernández Caballero. Y en el último nivel, coronando el conjunto, la escultura de una mujer desnuda en bronce, una alegoría de la diosa Fama.

Vista del monumento en la Plaza romea con el teatro de igual nombre a su espalda. (FOTO ARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Poco tiempo podrían disfrutar los murcianos del conjunto escultórico completo, terminada la Guerra Civil (hay que recordar que Murcia fue el último territorio republicano que sería ocupado por las fuerzas franquistas) los nuevos tiempos no traerían nada bueno para el monumento. Los problemas no vendrían motivados por haber sido erigido durante el periodo republicano, hay que tener en cuenta que en marzo de 1935 el gobierno de la República estaba en manos de un gobierno conservador, periodo conocido como el Bienio Negro. Tampoco sería obstáculo la figura y biografía del homenajeado, fallecido 25 años antes de la proclamación de la II República y a quien no se podía achacar ninguna afinidad revolucionaria. Tampoco el escudo de simbología republicana que da origen a este artículo sería el causante de sus males. El principal problema vendría motivado por la desnudez de la figura femenina que coronaba el conjunto.

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En 1941 la guerra de España había terminado, los ecos que llegaban de Europa auguraban buenos tiempos para el nazismo y el fascismo que tanto habían contribuido a la victoria. Aquí imperaba el recién alumbrado “nacional-catolicismo” entre cuyos objetivos se encontraba el de redimir a la nación del terrible daño causado por las corrientes liberalizadoras del periodo republicano, y devolver al país a la senda de las buenas costumbres y la moral que emanaban de los principios y dogmas de la iglesia católica. En este contexto el Ayuntamiento de Murcia aprobó en el año de 1941 una moción para retirar la figura de la mujer desnuda por “inmoral”. Desconocemos si en esta decisión influiría la opinión de alguna de las esposas de los ediles, influidas a su vez por la opinión de algún confesor celoso de las buenas costumbres, pero tampoco nos extrañaría. Los tiempos de peineta y mantilla habían regresado, ya no había lugar para las sin sombrero, y mucho menos para la pecaminosa exhibición carnal.

El conjunto monumental fue mutilado desapareciendo la figura desnuda de la diosa Fama que lo coronaba. Obsérvese el deterioro del pedestal. (FOTO ARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

La mutilación de este conjunto escultórico nos recuerda mucho la historia de otro monumento en la vecina Almería y al que ya hemos dedicado un artículo en Sol y Moscas. En el centro de la Plaza Vieja de esta ciudad andaluza se levantaba un monumento a un grupo de héroes decimonónicos que en el lejano año de 1824 trataron de recuperar la Constitución y las libertades que el felón de Fernando VII había suprimido un año antes con la ayuda de los conocidos como Cien Mil Hijos de San Luis. Este monumento es conocido popularmente en Almería como el “Pingurucho” o el de “Los Coloraos”. En 1943 ante una visita de Su Excelencia el Generalísimo a la ciudad, el alcalde posiblemente alarmado por si lo de “coloraos” tenía algo que ver con “rojos”, y viendo además que tenía inscripciones subversivas con palabros como libertad, democracia o constitución, decidió tirar por la calle de en medio y derruir el monumento, cualquier cosa antes que enojar al victorioso Caudillo. Finalmente con el regreso de la democracia a España, el Ayuntamiento encargo una réplica exacta del monumento en mármol de Macael que todavía hoy se puede contemplar en la Plaza del Ayuntamiento o Plaza Vieja. En una reciente remodelación de la Plaza, tras pasar el Ayuntamiento a manos del Partido Popular, se intentó trasladar el monumento al paseo marítimo, una ubicación más discreta, pero por ahora el monumento a los “Coloraos”, o para ser más exactos la réplica de original, continúa en su ubicación inicial. El lector puede conocer más sobre este monumento y sobre otras curiosidades de Almería en nuestra crónica ya publicada haciendo clic aquí.

Monumento en la Plaza Vieja de Almería, junto al Ayuntamiento, conocido como de los “Coloraos” o el “Pingurucho”. (FOTO JAZ). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

La figura desnuda de la diosa Fama que coronaba el monumento a Fernández Caballero corrió mejor suerte que el monumento de los Coloraos y no fue destruida, y sería trasladada a un depósito municipal, suponemos que debidamente cubierta para evitar pecaminosas tentaciones. Allí permanecería durante algunos años hasta que alguien decidió sacarla de su ostracismo para que adornara uno de los viales de la flamante “Feria de la Conserva” de Murcia, no hemos encontrado referencia al año concreto pero sin lugar a dudas este renacer de la diosa Fama se produjo en época todavía franquista, concretamente entre 1962 y 1970, años en los que se celebró la Feria de la Conserva, una celebración de renombre internacional.

Programa de la 1ªFeria de la Conserva de Murcia en 1962. En el recinto ferial se exhibiría la estatua en bronce de la diosa Fama que había sido amputada del monumento. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El año de 1941 estaba ya muy lejano, los tiempos habían cambiado, España se abría al mundo, nuestras playas se llenaban de turistas, eran los años de las “suecas” y sus provocadores bikinis enseñando lo hasta entonces inimaginable, prendas que tanto revuelo causaron en las sacristías y que tanto juego dieron a los ibéricos “Alfredos Landas” de turno. ¿Quién se iba a escandalizar entonces por una figura en bronce de una mujer desnuda?.

Con el retorno de la democracia tras la muerte de Franco, la prensa de Murcia se hizo eco de las peticiones para reponer la estatua de la diosa. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Tras su paso por la Feria de la Conserva suponemos que a figura regresaría a algún almacén municipal donde permanecería hasta 1977. El general Franco había muerto en 1975, la democracia regresaba a España y también la diosa Fama volvería al lugar de donde nunca hubo de salir. Así en 1977 la diosa volvía a ocupar su trono en lo alto del monumento al Maestro Fernández Caballero. El número 106 del Boletín de Información del Excelentísimo Ayuntamiento de Murcia se hacía eco de esta feliz noticia en su portada, con una fotografía a toda página acompañada del siguiente texto:

«En la Plaza de Romea, Fernández Caballero ha vuelto a ser protagonista de su monumento. Ha sido reconstruido por el Ayuntamiento con areglo a a su primitivo trazado, y su artífica ha sido José Luis Planes, hijo del insigne escultor murciano, creador de la obra, José Planes.

Sobe todo, y sobre el monumento, es importante el regreso a su pequeña terraza de la figura dela Fama, singular viajera forzada a abandonar en su día el limitado balcón, donde ahora ha vuelto con su piel de bronce.

Frente a la calle-salón de Alfaro –a la izquierda la casa natal de D. José Selgas y Carrasco- la figura del Maestro Fernández Caballero parece que trata de ver en la distancia la gente que pasa por la calle de Platería»


Boletín de Información del Ayuntamiento de Murcia en el que se da cuenta de la reposición de la estatua nuevamente en el monumento. (ARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El monumento recuperó su esplendor y belleza al reponerse todos sus elementos, aunque el paso del tiempo había dejado su marca, como podemos comprobar en algunas fotografías donde el deterioro de la piedra es evidente. Sin embargo con la reposición de la diosa Fama no terminarían sus vicisitudes. En 1993 se realizan unos importantes trabajos arqueológicos en la plaza para estudiar los restos de la muralla que se conservan bajo la misma y en 2009 el Ayuntamiento procede a la remodelación de la plaza para convertirla en peatonal. Desconocemos en cuál de las dos actuaciones se produjo el traslado, pero lo cierto s que la monumental conjunto fue desplazado del centro dela plaza a un rincón de la misma, como cumpliendo una especie de castigo, y ahora lo podemos contemplar escondido entre los árboles y los toldos de las terrazas, en una esquina donde comienzan las calles de Serrano Alcázar y Albudeiteros, afortunadamente han puesto al maestro mirando hacia la plaza y no contra la pared, como eran los castigos escolares antiguamente cuando te mandaban al rincón. Dudo que mi amigo Juan Ramón ahora lo pueda contemplar cuando se asome a su balcón.

Excavaciones arqueológicas realizadas en la Plaza Romea en 1993 para estudiar los restos de la muralla que se encontraban enterrados. Se observa que el monumento al Maestro Fernández Cabalero ha sido retirado. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Y hasta aquí la historia y peripecias de este monumento de la ciudad de Murcia que todavía conserva simbología republicana, tal vez sea el único en su especie. Esperemos que no tenga el mismo triste destino de otros monumentos y elementos con esta simbología como las farolas madrileñas, que fueron desapareciendo a medida que se conocía su ubicación, como ya dejamos constancia en un artículo publicado en este mismo blog y que pueden leer haciendo clic aquí . Y que tampoco sufra el ensañamiento que llevó a desaparecer a la histórica pintada antifranquista de la Ciudad Universitaria de Madrid, una historia llevada al cine por Fernando Colomo en su película “Los años bárbaros”, pero pese a ello alguien decidió eliminar este vestigio histórico que sobrevivió al franquismo pero no a la democracia, también nos hicimos eco de aquella historia en las páginas de este modesto blog, pueden leer aquella crónica haciendo clic aquí.

Para nuestros lectores madrileños, que son muchos, informar que las calles madrileñas también tienen un rincón para el recuerdo y el homenaje a este músico murciano que residió durante muchos años en la ciudad. Concretamente en el número 34 de la calle Cervantes del madrileño barrio de las Letras podemos contemplar una placa dedicada a su figura en la fachada de la casa donde vivió.

Placa homenaje a Manuel Fernández Caballero en el nº34 de la madrileña calle de Cervantes donde residió. (Foto Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano, Ayuntamiento de Madrid). (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Solamente me queda el recomendar a nuestros lectores que no dejen de visitar esta ciudad ni esta provincia donde seguro que encontrarán muchísimos motivos para alegrarse de haberlo hecho. Y quiero terminar enviando un afectuoso saludo a los responsables de la Comunidad Autónoma de Murcia, del Ayuntamiento o de la Diputación Provincial, ya saben donde estamos por si tienen a bien enviarnos a la redacción de Sol y Moscas un jamón y unas botellitas de Jumilla por Navidad, que están las economías “muy achuchás”.

Y para el paciente lector que ha llegado hasta aquí, enviarle mi agradecimiento y un afectuoso saludo.

Florentino Areneros.

FUENTES Y HEMEROTECA:
https://dbe.rah.es/biografias/9347/manuel-fernandez-caballero
https://dbe.rah.es/biografias/9877/jose-planes-penalver
La Opinión de Murcia. Loreto López. La cápsula del tiempo: monumento a Fernández Caballero, de José Planes. Publicado el 9-3-2022:
https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2022/03/09/capsula-tiempo-monumento-fernandez-caballero-63601647.html
La Verdad. Antonio Botías. A la Fama desnuda del Romea le colocaron un discreto bañador. Publicado el 26-2-2023:
https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/lamurciaquenovemos/fama-desnuda-romea-20230226001715-ntvo.html
ARCHIVO MUNICIPAL DE MURCIA
ARCHIVO GENERAL DE LA REGION DE MURCIA
PATRIMONIO CULTURAL Y PAISAJE URBANO, AYUNTAMIENTO DE MADRID.

domingo, 18 de agosto de 2024

UNA CRUZ EN EL CAMINO

Una cruz en la cuneta de una carretera olvidada en la montaña de León oculta una historia desconocida. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

UNA CRUZ EN EL CAMINO
Por Florentino Areneros

AGRADECIMIENTOS: Desde la redacción de Sol y Moscas queremos agradecer al historiador Arturo García Álvarez-Coque la documentación y asesoramiento que nos ha facilitado para la publicación de esta crónica.


Siguiendo el curso del río Curueño en León, desde su desembocadura hasta su nacimiento en el Puerto de Vegarada, discurre un antiguo camino, hoy transformado en carretera asfaltada, utilizado desde tiempos inmemoriales y convertido en calzada por los romanos, que unía la meseta con los puertos y ciudades cantábricos, utilizada también por las legiones para controlar a los belicosos cántabros y astures. De aquella época hoy se conservan algunos tramos y puentes remozados durante la Edad Media. Hoy este milenario camino se conoce con el poco sugestivo nombre de LE-321. Todo el recorrido es de extraordinaria belleza, destacando por su monumentalidad el tramo conocido como las Hoces de Valdeteja, por donde el río ha ido abriéndose un angosto paso entre las impresionantes moles calcáreas, así como el tramo final en lo alto del puerto. Además del espectacular paisaje, todo el recorrido está salpicado de leyendas, historias y curiosidades.

Esta zona tendría gran importancia durante la Guerra Civil, sería la única parte de la provincia de León que permanecería bajo control republicano tras el golpe militar de julio 1936 que desencadenaría la Guerra Civil. La tradición minera de la zona, con los valles de los ríos Torío y Bernesga, como ejes principales de la zona minera (Pola de Gordón, Santa Lucía, Villamanín, Orzonaga, Cármenes…), su proximidad a Asturias y por extensión a la franja cantábrica que permaneció leal a la República, así como por la accidentada orografía, serían determinantes a la hora de fijar en esta parte de la montaña leonesa el límite entre los dos contendientes. Circunstancias que también influirían posteriormente en el hecho de que esta comarca fuera una de las zonas donde el maquis desarrolló una mayor actividad en la posguerra.

He recorrido este camino en numerosas ocasiones y hay un punto donde la curiosidad siempre me obliga a detenerme, se encuentra a pocos metros de la Venta del Aldeano, un acogedor restaurante y centro de turismo rural en medio del camino de recomendable visita. Se trata de un pequeño y modesto monumento con una cruz de piedra como pieza central, a los pies de la cruz una inscripción en la que podemos leer:

Una de las inscripciones en la base de la cruz. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

AQUÍ MURIÓ EL 25 DE AGOSTO DE 1936
LUCHANDO POR SUS IDEALES
EL Tte. DE CABALLERÍA AL (¿Alumno?) DE LA E. S. DE G.
D. VICTORIANO GONZALEZ RODRIGUEZ


En otra placa en la base de la cruz, debajo de la anterior, con la inscripción bastante difuminada, encontramos el siguiente texto:

La segunda inscripción que encontramos en el monumento. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

INCLINAOS ANTE ESTA CRUZ
SÍMBOLO DE SU SACRIFICIO
Y PEDID A DIOS POR SU ALMA
QUE EL HEROÍSMO DE ESTOS GLORIOSOS CAÍDOS
HA FORJADO PARA VOSOTROS
LA GRANDEZA DE LA NUEVA ESPAÑA


Conocer lo que había detrás de aquel monumento era una tarea pospuesta año tras año. Cada verano tras pasar por el lugar me proponía tratar de averiguar qué historia se escondía tras aquellas piedras y conocer quien fue la persona cuyo nombre figuraba en el monumento, una tarea que año tras año pasaba al cajón de pendientes. Este año finalmente me pude poner manos a la obra.

Poco encontré en las búsquedas en Internet sobre el teniente Victoriano González Rodríguez. En el diario El Debate del domingo 15 de julio de 1928 podemos leer que en la Academia de Caballería de Valladolid han sido propuestos los siguientes alumnos para el empleo de alférez, figurando entre ellos, en la séptima posición, que suponemos se corresponderá a su posición en el escalafón de la promoción Victoriano González Rodríguez. Curiosamente en el listado, en primera posición, aparece el nombre de Fernando Primo de Rivera, y sin querer quitar méritos al cadete, quien también fue doctor en medicina y destacado aviador, señalar que en esa época su padre, don Miguel Primo de Rivera, gobernaba España como dictador desde el año 1923. Un trágica coincidencia quiso que Fernando Primo de Rivera y Victoriano González Rodríguez, compañeros de promoción en la Academia de Caballería y seguramente amigos, fallecieran con pocas horas de diferencia, el primero el 23 de agosto de 1936 en el asalto a la Cárcel Modelo de Madrid, y el segundo el 25 de agosto de ese mismo año en las circunstancias que relataremos a continuación.

Recorte de el diario El Debate donde aparecen los nombres de los componente de la promoción de la Academia de Caballeria. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

En el Anuario Militar de España de 1929 encontramos a Victoriano González Rodríguez como alumno de primer año de la Escuela de Equitación Militar del Campamento de Carabanchel en Madrid, todavía con el empleo de alférez.

Y también en el Anuario militar, pero de 1936, vemos que ya figura como teniente estando destinado en la Escuela Superior de Guerra, que es como aparece en la inscripción del monumento: TENIENTE DE LA E. S. DE G.

Pero en estos temas lo mejor es preguntar a quienes realmente saben en vez de a Internet, y recurrí a mi amigo Arturo García Álvarez-Coque, un erudito experto en esta materia que ha estudiado e investigado en profundidad, fruto de todo ello fue su tesis doctoral, así como la publicación de un libro imprescindible como es “La fractura del ejército ante el 18 de julio. El Estado Mayor en la Guerra Civil” editado por Comares en 2019.

Portada del imprescindible libro “La fractura del Ejército ante el 18 de Julio” de Arturo García Álvarez-Coque. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Gracias a la información facilitada por Arturo sabemos que Victoriano González Rodríguez nació el 19 de Octubre de 1904 en Robles (León), suponemos que se refiere a Robles de la Valcueva una localidad de la comarca, perteneciente al municipio de Matallana de Torío, cercana al lugar de su muerte donde se levanta el monumento que nos ocupa. Murió en Valdelugueros (León) el 25 de agosto de 1936, hay una placa en la Escuela Superior de Guerra donde figura esa fecha. Según la Hoja de Servicios (G-2867) tenía una estatura de 1,64 cm.

Petición de ingreso a la Escuela Superior de Guerra de Victoriano González Rodríguez donde aparece su firma. Cortesía de Arturo García Álvarez-Coque. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

La información facilitada por Arturo García Álvarez-Coque nos permite conocer algunos de los destinos donde Victoriano González Rodríguez presto sus servicios:

En el Rgto. de Cazadores de Lusitania 12º de Caballería, hasta fin dic. 1930
En el GFRI de Larache nº 4 hasta fin sept 1932. (GFRI: Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas)
En el Rgto. de Cazadores de Caballería nº 6, de octubre 1932 hasta fin de mayo 1933 (Vitoria)
En el GFRI de Ceuta nº 3, de fin de mayo 1933 hasta fin de marzo de 1935
1934: Profesor en la academia de Sargentos Indígenas de su Tabor.
El 13 de marzo de 1935 Solicita tomar parte en la convocatoria para ingreso en la ESG anunciada por OC de 13 de marzo de 1935.

En algunas fuentes su adscripción política figura como falangista.

El general López Ochoa, al mando de las fuerzas enviadas a sofocar la Revolución de Asturias, pasea por las calles de Oviedo el 14 de Octubre de 1934. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El teniente González tendría una destacada actuación en la Revolución de Octubre de 1934 en Asturias. El día 6 de octubre de 1934 nuestro protagonista contraía matrimonio en Oviedo con Doña María del Rosario Rodríguez-Arango Granell , y según consta en su hoja de servicios «acto seguido de terminar la ceremonia y visto el estado de orden público se presentó en la Comandancia Militar de Oviedo ofreciendo sus servicios que desde luego fueron utilizados, sin que ya pudiera volver a su casa» más adelante continúa «este oficial prestó utilísimos servicios el cual fue debido a su conocimiento en la población y sus alrededores». Victoriano González Rodríguez se incorporó a la compañía de licenciados del cuartel Pelayo de Oviedo, a las órdenes del capitán Ricardo Rodríguez Lechuga y otros mandos que se citan, sus principales misiones eran de «vigilancia y parapetos, y defensa interior del cuartel». Participó en algunos hechos notables, como la salida del cuartel de Pelayo «en compañía del capitán Torres y el teniente Vega ambos de ingenieros» esta operación tenía como objetivo «colocar varios petardos de trilita en un garaje próximo desde el que se tiroteaba el cuartel con bastante insistencia», esta acción se llevó a cabo el día 7 al oscurecer. Permaneció sitiado en el cuartel hasta el día 11, cuando entraron en el cuartel «las fuerzas mandadas por el Exmo. Señor General Don Eduardo López Ochoa, y a partir de esa fecha pasó a prestar sus servicios a las órdenes del general citado». Más adelante podemos leer: «queda autorizado para que se le anote en su documentación los servicios prestados durante el mes de octubre que tomó parte en todos los hechos de armas a que asistió el tabor en la zona de Oviedo. Según participa el Excelentísimo Señor General del Ejército de Operaciones de Asturias, en escrito de 26 de diciembre marginal este oficial este oficial en la orden de 7 de diciembre del Cuerpo de Ejército de Asturias figura la siguiente situación de “Distinguido”, Muy arrojado, y de Grandes Condiciones, transmitió órdenes del mando con grave riesgo y coadyudó con gran inteligencia al movimiento envolvente ordenado el día 12 a la columna de África».

Unidades del Ejército de África desfilan por Gijón una vez neutralizada la Revolución. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

En el libro de Carlos Engels Masoliver “el Cuerpo de Oficiales en la Guerra de España” figura como “muerto en combate”.

Hasta aquí toda la información que hemos podido recopilar sobre la figura y trayectoria del teniente Victoriano González Rodríguez. Sin embargo no hemos localizado ninguna documentación oficial sobre las causas y circunstancias de su muerte.

Gracias al blog “Alma de Herrero” (clic aquí para ir al blog), una extraordinaria página que abarca una amplia miscelánea de temáticas, muchas de ellas relacionadas con la provincia de León y su historia, todo ello acompañado generosamente de documentación y búsquedas en hemerotecas y otros fondos documentales, hemos podido localizar dos recortes de prensa que aportan luz sobre este monumento y su desconocida historia.

En el diario Proa, órgano de Falange Española de las J.O.N.S, número 432 de 23 de abril de 1938 aparece esta noticia que arroja luz sobre la muerte del teniente Victoriano González y nueve de sus hombres.

FUERON TRASLADADOS AL CEMENTERIO DE LEÓN LOS RESTOS DE NUEVE CAMARADAS(1)


Fue allá en los primeros días del Movimiento Nacional cuando como un trallazo seco y doloroso, restalló en León la noticia.

"En Valdeteja han sucumbido unos cuantos falangistas sorprendidos por una masa desproporcionada de enemigos durante una descubierta."

Fue en una emboscada. Cayó el teniente que los mandaba y nuestros camaradas en una retirada ordenada lograron alcanzar una casa del pueblo de Valdeteja, y allí como unos bravos se dispusieron a defenderse hasta la muerte. Una masa superior a trescientos rojos atacó con toda clase de material, en la que abundaban cartuchos de dinamita. Durante todo el día fueron varios los asaltos que la horda marxista llevó a cabo, pero allí, en aquella casa, convertida en fortín, había nueve hombres, nueve camisas azules, acostumbrados a sufrir persecuciones, enseñados a la lucha cruel y sin cuartel de los tiempos heroicos de la Falange, que con nuestro himno de guerra y de muerte, nuestro "Cara al Sol" prendido en sus labios y con el corazón prendido en las puntas de sus bayonetas, rechazaban uno a uno todos aquellos ataques. Y solo a las primeras horas de la madrugada, cuando las municiones se habían agotado entraron los rojos en la casa, saturada toda ella del heroísmo y de la alegría de Falange.

Voluntarios leoneses, posiblemente falangistas, a los pocos días de producirse el golpe. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Y allí encontraron nueve hombres, nueve camaradas, que con la cabeza altiva y en posición de firmes, dijeron a los que entraban:

"Ya sabemos que vamos a morir, pero esto en Falange no es sino un mero acto de servicio. ¡Arriba España!"

De allí fueron conducidos a Cármenes, donde fueron interrogados y maltratados, y más tarde llevados a Busdongo, donde el 27 de agosto fueron fusilados a la puerta del cementerio.

El trayecto desde el pueblo hasta el cementerio fue un verdadero calvario. La horda, con ganas de sangre, los golpeaba e insultaba, pero por encima de toda esta algarabía de gritos e insultos soeces, se elevaba la magnífica serenidad de nuestros camaradas, que luciendo orgullosos los jirones de sus camisas azules, el pecho saliente, la frente alta, se enfrentaron con el pelotón de ejecución y nueve brazos, tensos como flechas salieron disparados al cielo en busca del lucero que allá arriba les esperaba.

Y allí, en el mismo lugar de la ejecución fueron enterrados.

Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.


SUS RESTOS SON TRASLADADOS A LEÓN

El jueves por la tarde se trasladaron a Busdongo el Delegado Provincial de Sanidad, camarada Enrique Vega, acompañado del gestor de este Ayuntamiento, camarada Francisco Diez, encargados por las jerarquías de FET y de las JONS del traslado de los restos a este cementerio.

Una vez en León se dispuso que el acto de darles cristiana sepultura fuera ayer tarde. Al cementerio acudieron numérosos familiares de los camaradas caídos.

También acudieron el Delegado Provincial de nuestra organización, camada Reinerio Gago; el Jefe Provincial de Milicias, teniente coronel López Roda, Asesor Político de Milicias, camarada Pérez Alonso; Delegado Provincial de Sanidad, camarada Enrique Vega; de Justicia y Derecho, camarada Brugada; Jefe de Tercio, camarada Valdés; Presidente de la Excma. Diputación, camarada Rodríguez del Valle y algunos camaradas del SEU.

Una escuadra de primera línea dio guardia al féretro donde se guardaban los restos de nuestros camaradas.

Después de leída la Oración de los Caídos, nuestro Jefe Provincial, camarada Gago, dio los gritos rituales de presente.

Camaradas caídos en el cumplimiento del deber:

Nicanor Diez González, de Matallana
Manuel Martinez Brugos, de León.
Alfredo Alvarez Fierros, de Matallana.
José Laiz Diez, de La Valcueva.
Agustín Suárez González, de Garrafe.
Santiago García Tascón, de Pedrún.
Federico Rodriguez Tabernero, de Matallana.
Fidel González Robles, de Pardavé.
Un camarada desconocido perteneciente a una Centuria de Galicia.


¡¡ PRESENTES!!


Hasta aquí la noticia por la que conocemos cuales fueron las circunstancias en las que murió el teniente y sus acompañantes. A partir de esta información podemos aventurar un relato aproximado de lo que realmente ocurrió. Llama la atención el hecho de que entre los restos del traslado de los cuerpos desde Busdongo al cementerio de León no figure el nombre de Victoriano González Rodríguez, el teniente que los mandaba, ni se haga una referencia a su persona ni al lugar donde pudieran permanecer sus restos. Según se desprende de la crónica el comando cayó en una emboscada en el punto donde hoy se erige el monumento, suponemos que su cuerpo quedaría allí en el lugar de la emboscada y desconocemos si fue enterrado en las proximidades o bien el cadáver fue traslado a otro lugar; el resto del grupo conseguiría huir en una retirada ordenada hasta Valdeteja donde se hicieron fuertes en una casa hasta que finalmente, ya sin medios de defensa, tuvieron que rendirse. Desde el probable lugar de la emboscada hasta la localidad de Valdeteja hay una distancia aproximada de unos cuatro kilómetros, aunque desconocemos el sitio exacto donde fueron apresados. De allí serían trasladados a la localidad minera de Cármenes, y de allí a Busdongo, donde serían fusilados el 27 de agosto junto a las tapias del cementerio.

La población minera de Santa Lucía se convertiría en uno de los núcleos de resistencia al golpe. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Es interesante señalar el dato de que el 26 de agosto de 1936 en la localidad de Busdongo los partidos políticos de León afectos a la República constituyeron el Comité Provincial de Milicias Antifascistas, que tenía como objetivo principal «organizar y coordinar los grupos milicianos que luchaban contra las fuerzas sublevadas en el norte de León» (2). Resaltar la coincidencia de fechas entre la formación del Comité Provincial de Milicias Antifascistas y la captura y muerte de los miembros del grupo comandado por el teniente Victoriano González. Como curiosidad mencionar que en la misma localidad de Busdongo, en marzo de 1936, nacería Amancio Ortega, creador del grupo Inditex (ZARA), una de las mayores y más exitosas empresas de España; Desde la localidad han tratado de atraer la atención del empresario para que ayude a revitalizar la zona, castigada por la plaga del envejecimiento y la despoblación, aunque al parecer con escasos resultados. No perdamos la esperanza.

Hemos encontrado un parte republicano de septiembre de 1936 (3) que se hace eco de las incursiones de “fuerzas facciosas” en la zona de Valdeteja. Muy posiblemente se refieran, entre otras posibles, al grupo del teniente Victoriano González Rodríguez.

Parte Oficial de Guerra (BGFPL nº 15)
Noticias del Frente de Pola de Gordón.


En todos los frentes que controla la Columna de Pola de Gordón, existe absoluta normalidad. En las descubiertas verificadas por nuestros milicianos se observa que el enemigo sigue en la misma actitud.

Todos los días se presentan a nuestras líneas, fugitivos de León que nos dan a conocer las monstruosidades del fascismo, y se calcula que en León llevan fusilados más de un millar de compañeros.

En el frente de Valdeteja nuestros compañeros siguen dando batidas a las fuerzas facciosas que operan por las inmediaciones de Matallana.

Se sabe también que en León los fascistas procuran evadirse de los frentes y muchos se fingen enfermos y otros se hieren ellos mismos para no ir al frente.

Pola de Gordón 26-9-36. La Comandancia.


Pero volvamos al monumento y al episodio que nos ocupa. En primer lugar hay que suponer que en la fecha en que se producen los hechos los frentes todavía no estaban bien definidos en la comarca, quedando toda ella en una especie de zona de nadie hasta que se delimitaron las dos zonas, que en esta comarca estarían separadas por el trazado de la línea del tren minero de La Robla, como ya vimos en nuestra crónica “el sabotaje del tren de La Robla” (Clic aquí para ir a la crónica), de tal forma que los sublevados quedarían al sur de la frontera imaginaria que marca la vía del ferrocarril, y los republicanos al norte de la misma, controlando y defendiendo los caminos y puertos que conducen a Asturias.

El tren minero de la Robla se convertíría en un obejtivo prioritario para los republicanos. En la imagen un tren tras un sabotaje en las proximidades de La Vecilla. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

El valle del río Curueño quedaría prácticamente desguarnecido por ambos contendientes hasta pasados algunos meses desde el inicio de la sublevación. A finales de julio del 36 tres columnas procedentes de León al mando del coronel Vicente Lafuente, ocupan las localidades de La Robla, Matallana de Torío y la Vecilla, es decir siguieron la línea del ferrocarril minero. A comienzos de agosto se produciría un contraataque republicano, con milicianos, en su mayoría mineros, que con un armamento precario consiguen ocupar La Vecilla, que es recuperada definitivamente por los sublevados el 5 de agosto.

Poco movimiento más se produciría en el curso medio del Curueño desde esa fecha hasta el 9 de enero de 1937 cuando fuerzas republicanas del Batallón 50, también conocido como Batallón Iskra, al mando de Julio Fernández Flores descendieron por el curso del río ocupando la localidad de Nocedo y el balneario de aquella localidad, conocido como las Caldas de Nocedo, donde establecerían su puesto de mando. Desde allí hostigarían a las fuerzas franquistas establecidas en Valdepiélago y La Vecilla, lanzando también acciones de sabotaje sobre la línea férrea como ya hemos visto. Otras unidades republicanas realizarían un avance similar en el vecino valle del río Torío, ocupando Orzonaga y posicionándose en los límites de las poblaciones de Matallana y Vegacervera. Esta línea se mantendría con escasas variaciones hasta el otoño de 1937, cuando la gran ofensiva franquista lanzada sobre Asturias obligó a las fuerzas republicanas a retirarse camino del Principado. Para conocer con detalle tanto las operaciones militares en la comarca, como los restos y vestigios que de aquellos días todavía hoy se conservan, es altamente recomendable la lectura del libro “La Maginot Cantábrica”, un extraordinario y detallado trabajo que no debe faltar en la guantera del coche cuando se visitan estas tierras.

Portada del libro “La Maginot Cantábrica”, un recomendable trabajo para conocer el desarrollo de la Guerra en la zona y los numerosos restos que aún se conservan. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Pero ahora volvamos a nuestro protagonista, es bastante probable que al teniente González le sorprendiera el golpe militar estando de vacaciones en su localidad natal de Robles de la Valcueva, y al no poder incorporarse a su destino en Madrid decidió apoyar a los sublevados desde la zona en la que se encontraba en el momento de producirse el golpe. Seguramente al igual que ocurrió en octubre del 34, tras las incertidumbres de los primeros días sobre el éxito del golpe en la provincia y especialmente en la capital, Victoriano González Rodríguez se pondría a disposición de los mandos sublevados en León, ofreciendo su experiencia y el conocimiento del terreno de su tierra natal.

Desconocemos si bien por órdenes llegadas desde León, bien por iniciativa propia, o tal vez por una mezcla de las dos, el teniente González acompañado de un grupo de civiles falangistas de pueblos de la zona, efectuaron una descubierta siguiendo el curso del Curueño, no sabemos si en vehículos o bien en caballerías. Es posible que partieran de la Vecilla o de Valdepiélago, aunque no se puede descartar que partieran desde Vegacervera o una localidad cercana, en el valle de río Torío, para por el camino que une Valverdín con Valdeteja acceder al valle del Curueño.

Imagen aérea de la zona donde se produjeron los acontecimientos narrados. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)

Tras atravesar las Hoces de Valdeteja y el desvío que conduce al pueblo de Valdeteja, serían emboscados en algún lugar entre este punto y la localidad de Tolibia de Abajo, donde resultaría herido mortalmente el teniente al mando. El resto del grupo según las noticias retrocedió hasta Valdeteja, a unos cuatro kilómetros del lugar de la emboscada. Valdeteja se encuentra apartada de la carretera del Curueño, si los emboscados se desviaron puede obedecer a dos razones, o bien les cortaron la retirada en las Hoces no pudiendo retroceder hasta Valdepiélago, o bien trataron de desandar el camino realizado, es decir, habrían iniciado la descubierta desde el valle del Torío. El hecho de que iniciaran esta más que arriesgada descubierta, nos permite hacernos una idea de la situación en la que se encontraba el frente en esta zona en el verano de 36, sin unas líneas definidas y sin una presencia estable de fuerzas sobre el terreno de cualquiera de los dos contendientes.

Y hasta aquí todo lo que hemos podido recopilar sobre la historia que se esconde detrás de esa cruz en el camino. Confiamos en que a partir de estos datos surjan nuevas aportaciones que ofrezcan más luz sobre este poco conocido episodio. Para terminar, publicamos un recordatorio de aquel episodio que apareció en la prensa falangista un año después del suceso.

Proa, diario de Falange Española de las J.O.N.S., Año II, Número 252, 10 de septiembre de 1937


Del frente de Matallana

Primer aniversario de los Camaradas caídos en Valdeteja

Teniente: Victoriano González Rodríguez

Camaradas: Agustín Suárez González; Nicanor Diez Rodriguez; Manuel Martínez Brugos; Federico Rodríguez Tabernero; José Láiz Suárez; Alfredo Alvarez Fierro; Fidel González; Santiago García.

¡Presentes!

No hace más de un año, viejos camaradas, que habían vestido la gloriosa divisa azul en las horas duras de la persecución, en las horas trágicas para la patria, guiados por el entusiasmo que en sus pechos ardía, dieron, como héroes y como buenos, sus vidas en los campos de batalla en aras del supremo ideal: Dios Y España.

F. E T. y de las J. O. N. S., ha querido rendir el homenaje póstumo a estos caídos en el primer aniversario de su muerte. Fúnebres exequias, paños negros, solemnes actos que recordaron a los camaradas que hoy hacen guardia sobre los luceros.

En la capilla instalada en la sala de sesiones del Ayuntamiento, tuvo lugar el fúnebre acto. Una multitud inmensa, del pueblo junto con soldados y falangistas Junto rindió una prueba inequívoca de adhesión a los mártires de la Causa Nacional.

Ocuparon la presidencia autoridades civiles y militares, oficiales del Ejército, el Jefe de la Centuria, brigada de la Guardia civil y familiares de las víctimas.

Celebró la Misa el culto y digno alférez capellán de las fuerzas que guarnecen este frente, el cual, en breves y emocionadas palabras, rindió un homenaje a la memoria de los mártires que regaron con su sangre y sellaron con sus vidas el sagrado ideal de Dios y de la Patria. Se dieron las voces reglamentarias, en medio de una emoción indescriptible.

Camaradas que, orgullosos y alegres, disteis vuestras vidas en aras del ideal: Os tenemos presentes en nuestro afán; vuestro recuerdo es imperecedero; será la estela que seguiremos en nuestra marcha victoriosa y en nuestros corazones estarán grabados eternamente vuestros gloriosos nombres, ante vuestra tumba, en día no muy lejano y os rendiremos el afecto de camaradas y de cristianos.

Camaradas caídos en Valdeteja ¡Presentes!

¡Arriba España!

Un CAMARADA


Florentino Areneros

NOTAS:

(1) BLOG ALMA DE HERRERO https://almadeherrero.blogspot.com/
(2) LA MAGINOT CANTABRICA. Varios autores. Editorial Desnivel.
(3) BLOG ALMA DE HERRERO https://almadeherrero.blogspot.com/