Vista del Puente de Toledo tal y como se encontraba a principios del Siglo XX, antes de que comenzaran las intervenciones en el cauce y orillas del río. Observen que los nueve arcos que tiene el puente presentan la misma altura. (Haga clic en cualquiera de las imágenes de esta crónica para verlas ampliadas en otra pestaña)
EL TIMO DE MADRID RIO
Quisiera empezar esta crónica hablándoles de uno de los grandes genios españoles del pasado siglo, filósofo, pensador, escritor, dibujante, fusilado ileso, soldado del Quinto regimiento, grandioso humorista y ante todo persona, una buena persona. Les estoy hablando de Miguel Gila.
Miguel Gila nació en el madrileño bario de Chamberí allá por 1919, según contaba él mismo “Yo tenía que nacer en invierno, pero como hacía mucho frío y en mi casa no tenían estufa, me estuve esperando para nacer en verano, con el calorcito. Así que nací por sorpresa. En mi casa, ya ni me esperaban. Mi madre había salido a pedir perejil a una vecina, así que nací solo, y bajé a decírselo a la portera. Dije: "¡Señora Julia. Soy niño!" Y dijo la portera: "Bueno, ¿y qué?" Dije: "¿Cómo que y qué? Que he nacido y no está mi madre en casa, y a ver quién me da de mamar".… Después de que la portera me dio de mamar, me fui a mi casa y me senté en una silla que teníamos para cuando nacíamos y cuando vino mi mamá con el perejil, salí a abrir la puerta y dije: "¡Mamá, he nacido!" Y dijo mi mamá: "¡Que sea la última vez que naces solo!" Entonces le escribimos una carta a mi papá, que trabajaba de tambor en la Orquesta Sinfónica de Londres, y vino y se puso muy contento porque hacía más de dos años que no venía por casa.”.
Un joven Miguel Gila en sus comienzos en el mundo del espectáculo. Quisiera empezar esta crónica hablándoles de uno de los grandes genios españoles del pasado siglo, filósofo, pensador, escritor, dibujante, fusilado ileso, soldado del Quinto regimiento, grandioso humorista y ante todo persona, una buena persona. Les estoy hablando de Miguel Gila.
Miguel Gila nació en el madrileño bario de Chamberí allá por 1919, según contaba él mismo “Yo tenía que nacer en invierno, pero como hacía mucho frío y en mi casa no tenían estufa, me estuve esperando para nacer en verano, con el calorcito. Así que nací por sorpresa. En mi casa, ya ni me esperaban. Mi madre había salido a pedir perejil a una vecina, así que nací solo, y bajé a decírselo a la portera. Dije: "¡Señora Julia. Soy niño!" Y dijo la portera: "Bueno, ¿y qué?" Dije: "¿Cómo que y qué? Que he nacido y no está mi madre en casa, y a ver quién me da de mamar".… Después de que la portera me dio de mamar, me fui a mi casa y me senté en una silla que teníamos para cuando nacíamos y cuando vino mi mamá con el perejil, salí a abrir la puerta y dije: "¡Mamá, he nacido!" Y dijo mi mamá: "¡Que sea la última vez que naces solo!" Entonces le escribimos una carta a mi papá, que trabajaba de tambor en la Orquesta Sinfónica de Londres, y vino y se puso muy contento porque hacía más de dos años que no venía por casa.”.
Miguel Gila quedaría huérfano de padre muy joven, tan joven que ni siquiera había nacido, el decía que era hijo póstumo como Alfonso XIII. Tras una infancia con su madre en casa de sus abuelos dejaría joven los estudios, pasando a trabajar en diferentes puestos relacionados con la mecánica. Al estallar la guerra civil Gila era militante de las Juventudes Socialistas Unificadas, y con solo 17 años se alistaría en el Quinto Regimiento. Tras pasar por varios frentes fue capturado a pocos meses de finalizar la guerra, y milagrosamente consiguió salir ileso tras ser fusilado junto con otros compañeros que no tendrían la misma suerte que él. Finalizada la guerra pasaría por diferentes campos de prisioneros. Dos experiencias tremendas y muy dramáticas, la guerra y el presido, que conociéndolas por la autobiografía de Miguel Gila, tal vez nos ayuden todavía más a comprender y disfrutar de su humor, entendido como una forma de huir de esa tragedia caricaturizando aquella sinrazón. Pero Gila también ejerció de torero, llegando a vestirse de luces en una plaza de toros y haciendo el paseíllo. Para no dejarles con la miel en los labios, dedicaremos una próxima crónica a este maestro de maestros, centrándonos en la guerracivilmaquia y la tauromaquia. Pero bueno, si me he permitido traer al genial Gila a estas páginas, es porque he recordado uno de sus inigualables y magistrales monólogos en los que contaba el encuentro de dos antiguos amigos, los cuales hacía tiempo que no se veían, y tras intercambiar los saludos de rigor uno le preguntaba al otro: “¿y cómo está tu señora?” a lo que el otro respondía: “¿comparándola con quién?”. Pues con el proyecto de Madrid Río podíamos hacernos la misma pregunta: “¿cómo está el proyecto Madrid Río?”, y obtener la misma respuesta: “comparándolo con qué?”.
Una panorámica del entorno del río pintada por Goya.
Los vecinos de la Avda. del Manzanares han sustituido la visión de la autopista M-30 al salir de sus portales por la de este muro, debido al aumento de altura que han experimentado ambas orillas. (FOTO JAZ)
Hace tiempo publicamos una crónica de título “El Mantazo” en donde rememorábamos algunos de los monumentales mantazos perpetrados contra el patrimonio madrileño y hoy les vamos a hablar de otro que consideramos no ya monumental si no faraónico, nos referimos al Madrid Río. Si comparamos el estado actual de las orillas del río con su estado anterior seguramente todos coincidamos en que ahora está mucho mejor que cuando era una autopista ruidosa y humeante, casi siempre colapsada, esto es evidente. Pero ello no es razón para justificar los atropellos y desmanes que se han cometido, seguramente existieran otras alternativas y opciones que tuvieran menos impacto, y que nos hubieran permitido el comparar la desastrosa M30 anterior con otro escenario, pero desgraciadamente esto ya no tiene arreglo, y ahora hay que preguntarse si realmente ha valido la pena o bien se podía haber hecho algo mejor. De nuevo pienso que estamos ante otra actuación donde el transfondo electoral ha tenido gran importancia, quizá hubiera sido un proyecto a realizar con más tiempo y con un estudio más en profundidad, evaluando distintas soluciones a los problemas que se planteaban. Pero las prisas, y la consiguiente improvisación, han marcado la ejecución de este grandioso proyecto orgullo de nuestras administraciones municipal y autonómica. No vamos a entrar en los diferentes debates abiertos sobre la construcción e imperiosa necesidad de este proyecto (realizado como otros muchos en este trozo de España, para favorecer al automóvil ), pero si que vamos a detallar y desglosar algunos aspectos de los que seguramente muchos ciudadanos no se hayan percatado todavía, cegados por la comparación con el estado anterior.
Composición gráfica en la que podemos ver lo que habría de ser la añorada Playa del Manzanares (no tiene nada que con como ha quedado: peor todavía). El Ayuntamiento ya ha sacado a subasta la concesión de las tumbonas.