Durante la guerra se crearía el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid que entre sus muchas tareas incluía la de proteger los principales monumentos de la ciudad de los bombardeos indiscriminados de la aviación y la artillería franquista. En la imagen vemos la estructura de protección de la Cibeles, rebautizada por los madrileños como la “Linda Tapada”. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Por Florentino Areneros.
Hace unos días en sensacional grupo de Facebook Historias Matritenses (haga clic aquí para visitar el grupo) comencé a colgar alguna fotos de monumentos de Madrid durante la Guerra Civil que habían sido protegidos para evitar los daños que podrían producirles los continuos bombardeos, tanto artilleros como de aviación, que sufría la ciudad. Las fotos tenían un gran valor documental y testimonial por si mismas, pero detrás de esas fotografías y de la construcción de aquellas protecciones se escondía una interesante historia que merecía ser contada y conocida. Esta crónica viene a intentar complementar a aquellas fotos.
Uno de los muchos edificios alcanzados por las bombas sería la Biblioteca Nacional. En estas imágenes podemos apreciar los daños causados a la estatua de Lope de Vega que flanquea la entrada principal al edificio. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Madrid tendría el dudoso honor de ser la primera gran ciudad del mundo que habría de sufrir bombardeos indiscriminados sobre la población civil por parte de la aviación, una nueva táctica militar que se ensayaría en España por parte de la Legión Cóndor y de la Aviación Legionaria italiana. Las nuevas estrategias de guerra como la Guerra Celere de los fascistas italianos, o la Blitzkrieg de los nazis alemanes, contemplaban entre sus objetivos además de los meramente militares los que vayan contra “los pilares de la voluntad de resistencia enemiga”. Madrid sería la primera ciudad en la que se ensayarían estas nuevas tácticas, y su población civil la primera en padecerlas, algo que posteriormente tendrían que sufrir otras poblaciones, como Valencia, Barcelona o Guernica entre otras muchas durante la Guerra Civil, o bien otras como Londres, ya en la Segunda Guerra Mundial. En un documento de las fuerzas aéreas franquistas de título “PROYECTO DE ATAQUE AÉREO MADRID (Proyecto de un gran bombardeo que posiblemente se realizará el día 30 de octubre)” podemos leer: “este bombardeo tiene por objeto deprimir la moral del adversario al poner sobre la capital un gran número de aviones a las horas de funcionamiento de las oficinas y de mayor circulación en las calles”. Casualmente, o quizá no, el día anterior a este ataque, el director de operaciones de la Oficina del Mando Aéreo de la Luftwawaffe, mayor Deichmannn, expuso en una conferencia pronunciada el 29 de octubre de 1936 y titulada “Principios de guerra aérea operacional” numerosos criterios en la selección de objetivos, entre ellos un criterio en el que “basar los ataques contra la moral de esa nación”. El 30 de octubre de 1936 se autoriza en Berlin por parte de Adolf Hitler la creación de la Legión Cóndor, aunque ya llevaban tiempo operando en España aparatos y pilotos alemanes. Ese mismo día Madrid sufre un terrible bombardeo aéreo que deja decenas de víctimas civiles en sus calles, entre ellos numerosos niños. Las fotos de los cadáveres de aquellos niños, rescatadas por el escritor Arturo Barea antes de que fueran destruidas, darían la vuelta al mundo.
Fotografía de Robert Capa tomada en la calle de Alcalá a la altura de la iglesia de las Calatravas en la que apreciamos una escuadrilla de bombarderos de la aviación franquista sobrevolando Madrid. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. Me informa en un comentario nuestro lector Pablo López Ruiz, que no se trataría de aviación franquista, sino de tres Polikarpov "Moscas" en su típica formación en "V". (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Pero no solamente sería la aviación la que bombardearía Madrid, también la artillería ubicada en la cercana Casa de Campo se encargaba casi a diario de recordar a los madrileños que vivían en una ciudad sitiada que cualquier día podía ser ocupada. Los bombardeos fueron prácticamente diarios, y uno de los principales objetivos baterías franquistas sería la Gran Vía, que empezó a ser conocida popularmente como la “Avenida del Quince y Medio”, por el calibre de los obuses que caían en ella. Estos ataques causarían graves daños en la ciudad, muchos edificios serían gravemente dañados y otros completamente destruidos, las bombas caerían también en lugares públicos. Entre los lugares que resultaron afectados podemos destacar por su importancia el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional o el Palacio de Liria, entre otros muchos. Tampoco se librarían las iglesias, como la de San Luis, que se encontraba entre Montera y la Plaza del Carmen, o la de San Sebastián en la calle Atocha, o la de San Salvador y San Nicolás en Antón Martín. Las autoridades republicanas tomarían diversas iniciativas para tratar de minimizar estos daños, entre ellas la creación el 2 de abril de 1937 del Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid, dependiente del Ministerio de Comunicaciones, Transportes y Obras Públicas.
No hay que confundir este Comité con la «Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico» o «Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico Nacional» creada en julio de 1936 a iniciativa de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que sería dirigida por el pintor Josep Renau. Esta Junta realizaría también una importantísima labor, no solo para evitar los daños y perjuicios que pudieran ocasionar los bombardeos y la propia actividad bélica, sino también para evitar los saqueos y desmanes que se produjeron en la retaguardia republicana. Entre sus muchas labores durante la contienda, quizá la que haya obtenido mayor repercusión y eco haya sido el traslado de los cuadros del Museo del Prado, de los que el Presidente de la República Manuel Azaña llegó a decir en una conversación con Juan Negrín: «El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y la República juntas».
Además del Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid se crearía la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Madrid, encargada de velar por la salvaguarda de las obras de arte de la capital. Entre sus cometidos estuvo la evacuación de los cuadros del Museo del Prado como vemos en la fotografía. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Pero volvamos a los monumentos madrileños, en la Memoria sobre los años 1937 y 1938 publicada por el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid se indicaba que este nuevo organismo venía «a encauzar y organizar los problemas creados en la Capital por la guerra, y a preparar, con una labor previsora, aquellos otros que en un futuro, queremos suponer no lejano, se plantearán al desenvolvimiento de la capital de España, ya que a juzgar por lo ocurrido en otros países durante la Gran Guerra, después de la que actualmente nos aflige experimentarán nuestras ciudades, y especialmente Madrid, un considerable desarrollo». Según ese mismo documento, los agobios y preocupaciones del momento, así como la falta de medios se limitaron a «tratar de absorber la mano de obra ociosa que se encontraba en la Capital, dedicándose exclusivamente a los trabajos de desescombro, organizando estos con la limitación de medios, principalmente herramientas, de que se disponía».
El 30 de junio de 1937 el Comité recibiría un nuevo impulso ampliando de manera notable sus funciones y actividades. El Comité pasaría a encargarse de garantizar el suministro de agua y electricidad, protección de monumentos, desescombro y socorro de bombardeos, encargándose también de intentar evitar la propagación de epidemias, garantizando el mantenimiento de la red de saneamiento y alcantarillado, abriendo nuevas casas de baños y creando un Cuerpo de Visitadoras Sociales «que realizan la delicada labor de la inspección domiciliaria, descubriendo así los focos de hacinamiento e insalubridad».
Miles de fincas, como esta de la imagen del barrio de Argüelles, resultarían afectadas por los bombardeos. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
El Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid tendría una intensa actividad desde su creación. Según la Memoria de este organismo citada anteriormente, en Madrid entre 1937 y 38 se verían afectadas por los bombardeos un total de 3543 fincas que resultarían dañadas por los bombardeos, quedando 146 totalmente destruidas, 229 semidestruidas y 3178 afectadas, lo que nos permite hacernos una idea del duro castigo que sufrió la ciudad durante aquellos años. En distritos como el de Palacio, uno de los que contaba con mayor número de fincas junto con el de Centro y Hospicio, de 1243 fincas resultarían dañadas 905, es decir cerca del 75 por ciento de las casas de este popular distrito madrileño serían afectadas por los bombardeos.
Las tareas de protección de los monumentos se realizarían tras un detallado estudio, adecuando a cada monumento la solución más óptima. En la imagen vemos el detallado croquis realizado para la construcción de la protección de la portada del palacio del Marqués de Torrecilla. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Como mencionábamos anteriormente una de las misiones del Comité desde su creación sería la protección de monumentos urbanos, tarea que encargaría a un selecto grupo de profesionales, incluidos arquitectos, que realizarían un excepcional y cuidado trabajo, como prueban las fotografías que se han conservado de su labor. La existencia de planos detallados de cómo habría que construir estas protecciones nos demuestran que no se dejó ningún detalle al azar, y que estos trabajos son el resultado de un pormenorizado estudio y diseño. En las fotografías también podemos apreciar el primoroso trabajo realizado por los profesionales del gremio de la construcción y la albañilería que levantaron estas protecciones, algunas de ellas, por lo minucioso y detallado del trabajo podrían considerarse por si mismas también obras de arte, sobre todo si las comparamos con algunas “cosas” que denominan arte en la actualidad. Me ha llamado poderosamente la atención la finura y calidad del trabajo con ladrillos, la maestría de estos profesionales la podemos contemplar todavía en muchos edificios madrileños, que algunos catalogan como neomudejar mientras otros defienden la existencia de un estilo madrileño propio, cuyas fachadas realizadas íntegramente con ladrillos son verdaderas obras de arte.
Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, pasamos directamente a las imágenes para que ustedes puedan corroborar todo lo que les estamos comentando.
La fuente de la Cibeles es el monumento más emblemático y representativo de todos los de la ciudad de Madrid, y ya lo era durante la contienda. Los bombardeos afectarían a edificios cercanos como el Banco de España o el edificio de Correos y Telégrafos, cayendo algunos proyectiles en la misma plaza, como atestiguan diferente fotografías. La propia fuente, en concreto uno de los leones que tiran del carro de la diosa, resultaría dañada durante estos ataques.
La fuente sería protegida con la construcción de una estructura de ladrillos que la rodeaba, rellenándose posteriormente con tierra, rematando todo el conjunto con sacos terreros. Esta nueva visión de la fuente impulsó a los madrileños a pasar a denominarla como “la Linda Tapada”.
En la imagen podemos apreciar los daños en el hocico de uno de los leones (no sabemos si Atalanta o Hipómenes) que tiran del carro de la diosa Cibeles. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Fotografía de Virgilio Muro en la que vemos el inicio de la construcción de la protección de la fuente de la Cibeles. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Dos fotografías de Gerda Taro en las que apreciamos a los albañiles trabajando en el muro de ladrillo que rodeaba a la fuente. Observen en la fotografía inferior que los tres trabajadores llevan el preceptivo chaleco, elegancia hasta en el tajo. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
A las pocos horas de que las fuerzas franquistas entraran en la ciudad, un grupo de niños desenterraba a la “Linda Tapada”, en la imagen les vemos posando mientras hacen el saludo de los vencedores. Fotografía Santos Yubero. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
La fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones, se sitúa entre las de Cibeles y la de Neptuno en el Paseo del Prado, y sería también protegida durante la guerra con una estructura similar a la de la Cibeles. En un artículo publicado en el ABC republicano el 4 de agosto de 1937 (clic aquí para ir al artículo)se recogen las nuevas denominaciones, que, con gran ingenio y no sin cierta sorna, los madrileños habían dado a algunos monumentos y lugares de Madrid, y así como a la Gran Vía se la conocía como la “Avenida del Quince y Medio” o a la Cibeles como la “Linda Tapada” como ya hemos comentado, a la Plaza de Bilbao se la conocía como la “Plaza del Gua” por ser el lugar donde caían los proyectiles lanzados contra la Telefónica que quedaban largos y se pasaban del objetivo. El tramo comprendido entre la Plaza de Castelar y la Glorieta de Atocha sería conocido como la Avenida del “Ocaso de los Dioses” debido a que todos ellos, Cibeles, Apolo y Neptuno, habían sido cubiertos y ocultados.
Dos imágenes de los trabajos de construcción de la protección de la Fuente de Apolo en el Paseo del Prado, y de esta una vez terminada esta. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
La última fuente de lo que entonces era conocido como la Avenida del “Ocaso de los Dioses” sería la de Neptuno, que al igual que la de Cibeles y Apolo sería rodeada de un muro de ladrillo que se rellenaría con tierra, completándose el conjunto con sacos terreros, que en el caso de esta fuente formaban una especie de garita con tejadillo, reforzada con listones de madera, en cuyo interior se encontraba la figura del dios de los mares. Al igual que las otras, la de Neptuno también sería rebautizada como “El Emboscao” y la plaza donde encontraba pasó a conocerse como “Plaza del Emboscao”.
Dos instantáneas en las que vemos diferentes fases de la construcción de la protección de la Fuente de Neptuno. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
La fuente y monumento de Neptuno una vez finalizada la estructura de protección. Una vez concluido el trabajo, Neptuno pasaría a ser conocido como el “Emboscado”. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Al igual que ocurriría con Cibeles, la fuente de Neptuno sería desenterrada en los momentos posteriores a la entrega de la ciudad. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
En la Plaza Mayor no encontramos con la estatua ecuestre de Felipe III, el rey bajo cuyo reinado se finalizaría la construcción de la plaza tal como hoy la conocemos. La altura y volumen del monumento, obligó a construir una sólida estructura de tablones de madera sobre la que poder superponer los sacos terreros que protegían la escultura. Todo el conjunto sería posteriormente forrado con paredes de ladrillo quedando toda la estructura coronada con un tejadillo de chapa.
Como curiosidad recordar que una vez proclamada la II República en 1931 la estatua sufriría un atentado. Aprovechando que existía una abertura en la boca del caballo, alguien introdujo un cartucho de dinamita con la idea de volar la imagen, aunque solo conseguiría reventar la metálica panza del equino. La detonación hizo que se produjera una lluvia de huesecillos y plumas de los cadáveres de muchos pajarillos que a lo largo de los años se habrían introducido por la boca del caballo quedando atrapados en su interior. Durante la restauración la boca del caballo sería sellada como podemos comprobar en la actualidad.
Diferentes fases de la construcción de la estructura de protección de la estatua ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Dos tomas de la protección una vez terminada. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
El Monasterio de las Descalzas, pese a su sobriedad exterior, alberga en su interior uno de los mayores patrimonios artísticos de toda la ciudad. El edificio recibiría el impacto directo de varios proyectiles durante la contienda, que dañarían la edificación. Las autoridades realizarían las reparaciones necesarias para minimizar los daños, protegerían las partes más sensibles y trasladarían las piezas que se podían mover a lugares más protegidos.
En esta serie de fotografías podemos contemplar diversas obras y trabajos realizados en el interior del Monasterio de las Descalzas para proteger este importante conjunto artístico madrileño. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Además de la protección del edifico y sus instalaciones, el resto de piezas de incalculable valor que atesora este histórico edificio serían catalogadas y trasladadas e lugares más protegidos, como atestiguan estas instantáneas de David Seymour “Chim”. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
El Palacio del Marqués de Torrecilla es obra del arquitecto Pedro de Ribera, se encuentra al comienzo de la calle de Alcalá, casi en la misma Puerta del Sol. Durante la guerra resultaría alcanzado por las bombas de la aviación franquista, que destruirían todo su interior, quedando únicamente en pie la fachada del edificio con su bella portada labrada en granito. El Comité de Reforma se encargaría de las obras de protección de la monumental portada, así como de la consolidación de la fachada para evitar su caída. Los trabajos se realizaron tras un minucioso estudio, como prueban los detallados planos que se conservan del proyecto.
En esta serie de fotografías podemos apreciar las diferentes fases de la construcción de la estructura que protegía la monumental portada del Palacio del Marqués de Torrecilla ubicado en el inicio de la calle de Alcalá. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Otro de los monumentos más destacados de la ciudad es la estatua ecuestre de Felipe IV que encontramos en la Plaza de Oriente. Obra del italiano Pietro Tacca sobre un diseño de Diego Velázquez, también contaría con la colaboración de Galileo Galilei, quien realizaría los cálculos necesarios para asegurar la estabilidad de toda la escultura, que se sustenta únicamente sobre las dos pata traseras del caballo, siendo la única estatua ecuestre en todo el mundo de estas características. Estatuas con caballo y con rey (u otro personaje) hay muchas por el mundo, pero que descanse solamente sobre dos patas no encontramos más que la de Felipe IV en la Plaza de Oriente.
Al igual que la de su padre Felipe III en la Plaza Mayor, para proteger el conjunto se construiría una singular estructura forrada completamente de ladrillo, rematada también con tejadillo de chapa, y rellenada de tierra y sacos terreros. En este caso los albañiles echarían el resto y como podemos apreciar en las fotografías colocarían filas horizontales de ladrillos de otro color para darle más prestancia al conjunto.
La espectacular estatua de Felipe IV en la Plaza de Oriente también sería protegida con una sólida estructura de ladrillo rellena de arena. En estas dos imágenes podemos contemplar la construcción una vez finalizada. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Por su proximidad a la primera línea de frente el Palacio de Oriente sería alcanzado por numerosos proyectiles lanzados desde la zona franquista como ya comentamos en nuestra crónica “la farola republicana del Palacio Real” (clic aquí para ir a la crónica). En la imagen podemos contemplar la fachada oeste que mira a la Casa de Campo, la más dañada, con la protección de la escalera que baja al Campo del Moro. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
La Fuentecilla de la calle de Toledo, es otro de los monumentos que serían protegidos durante la guerra. Aunque artísticamente tal vez no alcance el valor de los ejemplos anteriores, su ubicación en uno de los barrios más populares de Madrid, la convierten en otro de los monumentos singulares de la capital.
La Fuentecilla de la calle de Toledo, pese a ser monumentalmente más modesta de lo visto hasta ahora, también sería protegida de los bombardeos. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Y terminamos en los Reales Estudios de San Isidro, el actual Instituto de educación Secundaria San Isidro, en la madrileña calle Toledo, junto a la antigua catedral de la que ya hablamos detenidamente en una crónica anterior. Un edificio y una institución con una larga trayectoria y tradición que cuenta entre sus alumnos con madrileños ilustres como Lope de Vega, Francisco de Quevedo o Pedro Calderón de la Barca entre otros muchos. Durante la guerra se protegería la portada de la entrada principal, más pequeña que la de Torrecilla, pero no por ello de menor valor.
Al igual que la portada del Palacio de Torrecilla, la de los Reales Estudios de San Isidro en la calle Toledo también sería protegida. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Y hasta aquí nuestro recorrido por los monumentos protegidos por el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid de los bombardeos durante la guerra. Un organismo desconocido y olvidado por la mayoría de historiadores y estudiosos, pero que realizó una intensa y efectiva actividad durante la guerra, que nos permite seguir contemplando en la actualidad algunos de los rincones y de las obras de arte más significativos y singulares de Madrid.
Florentino Areneros.
MONUMENTOS
PROTEGIDOS
PROTEGIDOS
Por Florentino Areneros.
Hace unos días en sensacional grupo de Facebook Historias Matritenses (haga clic aquí para visitar el grupo) comencé a colgar alguna fotos de monumentos de Madrid durante la Guerra Civil que habían sido protegidos para evitar los daños que podrían producirles los continuos bombardeos, tanto artilleros como de aviación, que sufría la ciudad. Las fotos tenían un gran valor documental y testimonial por si mismas, pero detrás de esas fotografías y de la construcción de aquellas protecciones se escondía una interesante historia que merecía ser contada y conocida. Esta crónica viene a intentar complementar a aquellas fotos.
Uno de los muchos edificios alcanzados por las bombas sería la Biblioteca Nacional. En estas imágenes podemos apreciar los daños causados a la estatua de Lope de Vega que flanquea la entrada principal al edificio. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Madrid tendría el dudoso honor de ser la primera gran ciudad del mundo que habría de sufrir bombardeos indiscriminados sobre la población civil por parte de la aviación, una nueva táctica militar que se ensayaría en España por parte de la Legión Cóndor y de la Aviación Legionaria italiana. Las nuevas estrategias de guerra como la Guerra Celere de los fascistas italianos, o la Blitzkrieg de los nazis alemanes, contemplaban entre sus objetivos además de los meramente militares los que vayan contra “los pilares de la voluntad de resistencia enemiga”. Madrid sería la primera ciudad en la que se ensayarían estas nuevas tácticas, y su población civil la primera en padecerlas, algo que posteriormente tendrían que sufrir otras poblaciones, como Valencia, Barcelona o Guernica entre otras muchas durante la Guerra Civil, o bien otras como Londres, ya en la Segunda Guerra Mundial. En un documento de las fuerzas aéreas franquistas de título “PROYECTO DE ATAQUE AÉREO MADRID (Proyecto de un gran bombardeo que posiblemente se realizará el día 30 de octubre)” podemos leer: “este bombardeo tiene por objeto deprimir la moral del adversario al poner sobre la capital un gran número de aviones a las horas de funcionamiento de las oficinas y de mayor circulación en las calles”. Casualmente, o quizá no, el día anterior a este ataque, el director de operaciones de la Oficina del Mando Aéreo de la Luftwawaffe, mayor Deichmannn, expuso en una conferencia pronunciada el 29 de octubre de 1936 y titulada “Principios de guerra aérea operacional” numerosos criterios en la selección de objetivos, entre ellos un criterio en el que “basar los ataques contra la moral de esa nación”. El 30 de octubre de 1936 se autoriza en Berlin por parte de Adolf Hitler la creación de la Legión Cóndor, aunque ya llevaban tiempo operando en España aparatos y pilotos alemanes. Ese mismo día Madrid sufre un terrible bombardeo aéreo que deja decenas de víctimas civiles en sus calles, entre ellos numerosos niños. Las fotos de los cadáveres de aquellos niños, rescatadas por el escritor Arturo Barea antes de que fueran destruidas, darían la vuelta al mundo.
Fotografía de Robert Capa tomada en la calle de Alcalá a la altura de la iglesia de las Calatravas en la que apreciamos una escuadrilla de bombarderos de la aviación franquista sobrevolando Madrid. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. Me informa en un comentario nuestro lector Pablo López Ruiz, que no se trataría de aviación franquista, sino de tres Polikarpov "Moscas" en su típica formación en "V". (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Pero no solamente sería la aviación la que bombardearía Madrid, también la artillería ubicada en la cercana Casa de Campo se encargaba casi a diario de recordar a los madrileños que vivían en una ciudad sitiada que cualquier día podía ser ocupada. Los bombardeos fueron prácticamente diarios, y uno de los principales objetivos baterías franquistas sería la Gran Vía, que empezó a ser conocida popularmente como la “Avenida del Quince y Medio”, por el calibre de los obuses que caían en ella. Estos ataques causarían graves daños en la ciudad, muchos edificios serían gravemente dañados y otros completamente destruidos, las bombas caerían también en lugares públicos. Entre los lugares que resultaron afectados podemos destacar por su importancia el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional o el Palacio de Liria, entre otros muchos. Tampoco se librarían las iglesias, como la de San Luis, que se encontraba entre Montera y la Plaza del Carmen, o la de San Sebastián en la calle Atocha, o la de San Salvador y San Nicolás en Antón Martín. Las autoridades republicanas tomarían diversas iniciativas para tratar de minimizar estos daños, entre ellas la creación el 2 de abril de 1937 del Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid, dependiente del Ministerio de Comunicaciones, Transportes y Obras Públicas.
No hay que confundir este Comité con la «Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico» o «Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico Nacional» creada en julio de 1936 a iniciativa de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que sería dirigida por el pintor Josep Renau. Esta Junta realizaría también una importantísima labor, no solo para evitar los daños y perjuicios que pudieran ocasionar los bombardeos y la propia actividad bélica, sino también para evitar los saqueos y desmanes que se produjeron en la retaguardia republicana. Entre sus muchas labores durante la contienda, quizá la que haya obtenido mayor repercusión y eco haya sido el traslado de los cuadros del Museo del Prado, de los que el Presidente de la República Manuel Azaña llegó a decir en una conversación con Juan Negrín: «El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y la República juntas».
Además del Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid se crearía la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Madrid, encargada de velar por la salvaguarda de las obras de arte de la capital. Entre sus cometidos estuvo la evacuación de los cuadros del Museo del Prado como vemos en la fotografía. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Pero volvamos a los monumentos madrileños, en la Memoria sobre los años 1937 y 1938 publicada por el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid se indicaba que este nuevo organismo venía «a encauzar y organizar los problemas creados en la Capital por la guerra, y a preparar, con una labor previsora, aquellos otros que en un futuro, queremos suponer no lejano, se plantearán al desenvolvimiento de la capital de España, ya que a juzgar por lo ocurrido en otros países durante la Gran Guerra, después de la que actualmente nos aflige experimentarán nuestras ciudades, y especialmente Madrid, un considerable desarrollo». Según ese mismo documento, los agobios y preocupaciones del momento, así como la falta de medios se limitaron a «tratar de absorber la mano de obra ociosa que se encontraba en la Capital, dedicándose exclusivamente a los trabajos de desescombro, organizando estos con la limitación de medios, principalmente herramientas, de que se disponía».
Haga clic en la imagen para ir a la página de Madrid en Guerra.
El 30 de junio de 1937 el Comité recibiría un nuevo impulso ampliando de manera notable sus funciones y actividades. El Comité pasaría a encargarse de garantizar el suministro de agua y electricidad, protección de monumentos, desescombro y socorro de bombardeos, encargándose también de intentar evitar la propagación de epidemias, garantizando el mantenimiento de la red de saneamiento y alcantarillado, abriendo nuevas casas de baños y creando un Cuerpo de Visitadoras Sociales «que realizan la delicada labor de la inspección domiciliaria, descubriendo así los focos de hacinamiento e insalubridad».
Miles de fincas, como esta de la imagen del barrio de Argüelles, resultarían afectadas por los bombardeos. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
El Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid tendría una intensa actividad desde su creación. Según la Memoria de este organismo citada anteriormente, en Madrid entre 1937 y 38 se verían afectadas por los bombardeos un total de 3543 fincas que resultarían dañadas por los bombardeos, quedando 146 totalmente destruidas, 229 semidestruidas y 3178 afectadas, lo que nos permite hacernos una idea del duro castigo que sufrió la ciudad durante aquellos años. En distritos como el de Palacio, uno de los que contaba con mayor número de fincas junto con el de Centro y Hospicio, de 1243 fincas resultarían dañadas 905, es decir cerca del 75 por ciento de las casas de este popular distrito madrileño serían afectadas por los bombardeos.
Las tareas de protección de los monumentos se realizarían tras un detallado estudio, adecuando a cada monumento la solución más óptima. En la imagen vemos el detallado croquis realizado para la construcción de la protección de la portada del palacio del Marqués de Torrecilla. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Como mencionábamos anteriormente una de las misiones del Comité desde su creación sería la protección de monumentos urbanos, tarea que encargaría a un selecto grupo de profesionales, incluidos arquitectos, que realizarían un excepcional y cuidado trabajo, como prueban las fotografías que se han conservado de su labor. La existencia de planos detallados de cómo habría que construir estas protecciones nos demuestran que no se dejó ningún detalle al azar, y que estos trabajos son el resultado de un pormenorizado estudio y diseño. En las fotografías también podemos apreciar el primoroso trabajo realizado por los profesionales del gremio de la construcción y la albañilería que levantaron estas protecciones, algunas de ellas, por lo minucioso y detallado del trabajo podrían considerarse por si mismas también obras de arte, sobre todo si las comparamos con algunas “cosas” que denominan arte en la actualidad. Me ha llamado poderosamente la atención la finura y calidad del trabajo con ladrillos, la maestría de estos profesionales la podemos contemplar todavía en muchos edificios madrileños, que algunos catalogan como neomudejar mientras otros defienden la existencia de un estilo madrileño propio, cuyas fachadas realizadas íntegramente con ladrillos son verdaderas obras de arte.
Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, pasamos directamente a las imágenes para que ustedes puedan corroborar todo lo que les estamos comentando.
CIBELES
La fuente de la Cibeles es el monumento más emblemático y representativo de todos los de la ciudad de Madrid, y ya lo era durante la contienda. Los bombardeos afectarían a edificios cercanos como el Banco de España o el edificio de Correos y Telégrafos, cayendo algunos proyectiles en la misma plaza, como atestiguan diferente fotografías. La propia fuente, en concreto uno de los leones que tiran del carro de la diosa, resultaría dañada durante estos ataques.
La fuente sería protegida con la construcción de una estructura de ladrillos que la rodeaba, rellenándose posteriormente con tierra, rematando todo el conjunto con sacos terreros. Esta nueva visión de la fuente impulsó a los madrileños a pasar a denominarla como “la Linda Tapada”.
En la imagen podemos apreciar los daños en el hocico de uno de los leones (no sabemos si Atalanta o Hipómenes) que tiran del carro de la diosa Cibeles. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Fotografía de Virgilio Muro en la que vemos el inicio de la construcción de la protección de la fuente de la Cibeles. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Dos fotografías de Gerda Taro en las que apreciamos a los albañiles trabajando en el muro de ladrillo que rodeaba a la fuente. Observen en la fotografía inferior que los tres trabajadores llevan el preceptivo chaleco, elegancia hasta en el tajo. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
A las pocos horas de que las fuerzas franquistas entraran en la ciudad, un grupo de niños desenterraba a la “Linda Tapada”, en la imagen les vemos posando mientras hacen el saludo de los vencedores. Fotografía Santos Yubero. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
APOLO
La fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones, se sitúa entre las de Cibeles y la de Neptuno en el Paseo del Prado, y sería también protegida durante la guerra con una estructura similar a la de la Cibeles. En un artículo publicado en el ABC republicano el 4 de agosto de 1937 (clic aquí para ir al artículo)se recogen las nuevas denominaciones, que, con gran ingenio y no sin cierta sorna, los madrileños habían dado a algunos monumentos y lugares de Madrid, y así como a la Gran Vía se la conocía como la “Avenida del Quince y Medio” o a la Cibeles como la “Linda Tapada” como ya hemos comentado, a la Plaza de Bilbao se la conocía como la “Plaza del Gua” por ser el lugar donde caían los proyectiles lanzados contra la Telefónica que quedaban largos y se pasaban del objetivo. El tramo comprendido entre la Plaza de Castelar y la Glorieta de Atocha sería conocido como la Avenida del “Ocaso de los Dioses” debido a que todos ellos, Cibeles, Apolo y Neptuno, habían sido cubiertos y ocultados.
Dos imágenes de los trabajos de construcción de la protección de la Fuente de Apolo en el Paseo del Prado, y de esta una vez terminada esta. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
NEPTUNO
La última fuente de lo que entonces era conocido como la Avenida del “Ocaso de los Dioses” sería la de Neptuno, que al igual que la de Cibeles y Apolo sería rodeada de un muro de ladrillo que se rellenaría con tierra, completándose el conjunto con sacos terreros, que en el caso de esta fuente formaban una especie de garita con tejadillo, reforzada con listones de madera, en cuyo interior se encontraba la figura del dios de los mares. Al igual que las otras, la de Neptuno también sería rebautizada como “El Emboscao” y la plaza donde encontraba pasó a conocerse como “Plaza del Emboscao”.
Dos instantáneas en las que vemos diferentes fases de la construcción de la protección de la Fuente de Neptuno. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
La fuente y monumento de Neptuno una vez finalizada la estructura de protección. Una vez concluido el trabajo, Neptuno pasaría a ser conocido como el “Emboscado”. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Al igual que ocurriría con Cibeles, la fuente de Neptuno sería desenterrada en los momentos posteriores a la entrega de la ciudad. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
PLAZA MAYOR
En la Plaza Mayor no encontramos con la estatua ecuestre de Felipe III, el rey bajo cuyo reinado se finalizaría la construcción de la plaza tal como hoy la conocemos. La altura y volumen del monumento, obligó a construir una sólida estructura de tablones de madera sobre la que poder superponer los sacos terreros que protegían la escultura. Todo el conjunto sería posteriormente forrado con paredes de ladrillo quedando toda la estructura coronada con un tejadillo de chapa.
Como curiosidad recordar que una vez proclamada la II República en 1931 la estatua sufriría un atentado. Aprovechando que existía una abertura en la boca del caballo, alguien introdujo un cartucho de dinamita con la idea de volar la imagen, aunque solo conseguiría reventar la metálica panza del equino. La detonación hizo que se produjera una lluvia de huesecillos y plumas de los cadáveres de muchos pajarillos que a lo largo de los años se habrían introducido por la boca del caballo quedando atrapados en su interior. Durante la restauración la boca del caballo sería sellada como podemos comprobar en la actualidad.
Diferentes fases de la construcción de la estructura de protección de la estatua ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Dos tomas de la protección una vez terminada. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
DESCALZAS
El Monasterio de las Descalzas, pese a su sobriedad exterior, alberga en su interior uno de los mayores patrimonios artísticos de toda la ciudad. El edificio recibiría el impacto directo de varios proyectiles durante la contienda, que dañarían la edificación. Las autoridades realizarían las reparaciones necesarias para minimizar los daños, protegerían las partes más sensibles y trasladarían las piezas que se podían mover a lugares más protegidos.
En esta serie de fotografías podemos contemplar diversas obras y trabajos realizados en el interior del Monasterio de las Descalzas para proteger este importante conjunto artístico madrileño. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Además de la protección del edifico y sus instalaciones, el resto de piezas de incalculable valor que atesora este histórico edificio serían catalogadas y trasladadas e lugares más protegidos, como atestiguan estas instantáneas de David Seymour “Chim”. Fotos: Magnum Photos- The American Suitecase. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
TORRECILLA
El Palacio del Marqués de Torrecilla es obra del arquitecto Pedro de Ribera, se encuentra al comienzo de la calle de Alcalá, casi en la misma Puerta del Sol. Durante la guerra resultaría alcanzado por las bombas de la aviación franquista, que destruirían todo su interior, quedando únicamente en pie la fachada del edificio con su bella portada labrada en granito. El Comité de Reforma se encargaría de las obras de protección de la monumental portada, así como de la consolidación de la fachada para evitar su caída. Los trabajos se realizaron tras un minucioso estudio, como prueban los detallados planos que se conservan del proyecto.
En esta serie de fotografías podemos apreciar las diferentes fases de la construcción de la estructura que protegía la monumental portada del Palacio del Marqués de Torrecilla ubicado en el inicio de la calle de Alcalá. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
PLAZA de ORIENTE
Otro de los monumentos más destacados de la ciudad es la estatua ecuestre de Felipe IV que encontramos en la Plaza de Oriente. Obra del italiano Pietro Tacca sobre un diseño de Diego Velázquez, también contaría con la colaboración de Galileo Galilei, quien realizaría los cálculos necesarios para asegurar la estabilidad de toda la escultura, que se sustenta únicamente sobre las dos pata traseras del caballo, siendo la única estatua ecuestre en todo el mundo de estas características. Estatuas con caballo y con rey (u otro personaje) hay muchas por el mundo, pero que descanse solamente sobre dos patas no encontramos más que la de Felipe IV en la Plaza de Oriente.
Al igual que la de su padre Felipe III en la Plaza Mayor, para proteger el conjunto se construiría una singular estructura forrada completamente de ladrillo, rematada también con tejadillo de chapa, y rellenada de tierra y sacos terreros. En este caso los albañiles echarían el resto y como podemos apreciar en las fotografías colocarían filas horizontales de ladrillos de otro color para darle más prestancia al conjunto.
La espectacular estatua de Felipe IV en la Plaza de Oriente también sería protegida con una sólida estructura de ladrillo rellena de arena. En estas dos imágenes podemos contemplar la construcción una vez finalizada. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Por su proximidad a la primera línea de frente el Palacio de Oriente sería alcanzado por numerosos proyectiles lanzados desde la zona franquista como ya comentamos en nuestra crónica “la farola republicana del Palacio Real” (clic aquí para ir a la crónica). En la imagen podemos contemplar la fachada oeste que mira a la Casa de Campo, la más dañada, con la protección de la escalera que baja al Campo del Moro. Fotografía Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
FUENTECILLA
La Fuentecilla de la calle de Toledo, es otro de los monumentos que serían protegidos durante la guerra. Aunque artísticamente tal vez no alcance el valor de los ejemplos anteriores, su ubicación en uno de los barrios más populares de Madrid, la convierten en otro de los monumentos singulares de la capital.
La Fuentecilla de la calle de Toledo, pese a ser monumentalmente más modesta de lo visto hasta ahora, también sería protegida de los bombardeos. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
SAN ISIDRO
Y terminamos en los Reales Estudios de San Isidro, el actual Instituto de educación Secundaria San Isidro, en la madrileña calle Toledo, junto a la antigua catedral de la que ya hablamos detenidamente en una crónica anterior. Un edificio y una institución con una larga trayectoria y tradición que cuenta entre sus alumnos con madrileños ilustres como Lope de Vega, Francisco de Quevedo o Pedro Calderón de la Barca entre otros muchos. Durante la guerra se protegería la portada de la entrada principal, más pequeña que la de Torrecilla, pero no por ello de menor valor.
Al igual que la portada del Palacio de Torrecilla, la de los Reales Estudios de San Isidro en la calle Toledo también sería protegida. Fotografías Ministerio de Cultura. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Y hasta aquí nuestro recorrido por los monumentos protegidos por el Comité de Reforma, Reconstrucción y Saneamiento de Madrid de los bombardeos durante la guerra. Un organismo desconocido y olvidado por la mayoría de historiadores y estudiosos, pero que realizó una intensa y efectiva actividad durante la guerra, que nos permite seguir contemplando en la actualidad algunos de los rincones y de las obras de arte más significativos y singulares de Madrid.
Florentino Areneros.
D. Florentino, muy interesante su crónica, y como siempre bien acompañada de una cuidada selección fotográfica.
ResponderEliminarInterpreto su crónica como un homenaje a las personas con sensibilidad hacia el patrimonio y la cultura, que con gran precariedad de medios y con multitud de necesidades en otros campos, emplearon su esfuerzo en la protección de este patrimonio.
Sensibilidad frente a barbarie y destrucción.
Un saludo
R. CAPA
Muchas gracias por su comentario y por sus palabras amigo Capa.
EliminarEfectivamente, cuando se habla de la guerra normalmente se olvida la labor y esfuerzo de muchas personas que aún permaneciendo en el anonimato desarrollaron una importante labor en muchas facetas durante la contienda. Y aunque sea ya tarde para ellos, por lo menos que se conozca y valore su trabajo y esfuerzo.
Saludos.
Florentino Areneros.
Muy interesante pero yo quisiera añadir algo de contexto histórico porque puede parecer que el bando Nacional cometía barbaridades que otros no cometían. En aquella época el bombardeo de poblaciones civiles con intención de "atemorizarlas" era una práctica perfectamente aceptada por todos, buenos y malos. Como siempre, el juicio moral era negativo cuando se era la víctima y positivo cuando lo hacía el bando propio. El lado que lo sufría lo llamaba "terrorismo" y el bando que lo hacía lo llamaba "necesidad de las operaciones de guerra". Como vemos poco ha cambiado desde entonces de modo que no seamos ignorantes ni fariseos. El que no lo hizo fue porque no pudo y no porque no quiso.
ResponderEliminarDurante la segunda guerra mundial tanto Alemania como Japón hicieron grandes bombardeos sobre poblaciones civiles y luego los aliados se lo devolvieron con creces en cuanto pudieron.
Los aliados lo llamaban "bombardeos estratégicos" y destruyeron todo lo que pudieron de las grandes ciudades alemanas. El general inglés de aviación Harris fue el encargado de llevarlo a cabo por parte del Reino Unido (https://en.wikipedia.org/wiki/Sir_Arthur_Harris,_1st_Baronet) . El artículo de Wikipedia https://en.wikipedia.org/wiki/Strategic_bombing_during_World_War_II tiene mucha información y da el porcentaje de destrucción de área urbana de las ciudades: Berlin 33% , Cologne 61% , Dortmund 54% , Dresden 59% , Düsseldorf 64% , Essen 50% , Frankfurt 52% , Hamburg 75% , Leipzig 20% , Munich 42% , Bochum 83% , Bremen 60% , Chemnitz 41% , Dessau 61% , Duisburg 48% , Hagen 67% , Hanover 60% , Kassel 69% , Kiel 50% , Mainz 80% , Magdeburg 41% , Mannheim 64% , Nuremberg 51% , Stettin 53% , Stuttgart 46% .
Y tiene una ilustrativa foto de una mujer alemana ante un montón de cadáveres de niños.
https://en.wikipedia.org/wiki/File:Bundesarchiv_Bild_146-1979-025-19A,_Koeln,_Kinderleichen_nach_Luftangriff.jpg
Una foto de una zona residencial tras el paso de los aviones aliados: https://en.wikipedia.org/wiki/File:Royal_Air_Force_Bomber_Command,_1942-1945._CL3400.jpg
La directiva británica era de destruir las viviendas residenciales de los alemanes (https://en.wikipedia.org/wiki/Dehousing)
Artículo sobre la directiva británica mandando los "bombardeos estratégicos": https://en.wikipedia.org/wiki/Area_bombing_directive
En un solo bombardeo sobre Hamburgo en 1943 murieron 50.000 civiles y la ciudad quedó destruida.
El bombardeo y destrucción de Dresden ha sido considerado por algunos historiadores como un crímen de guerra, no por el hecho en sí sino porque ya se consideraba gratuito e innecesario para la victoria. https://en.wikipedia.org/wiki/Bombing_of_Dresden_in_World_War_II
En Japón los Americanos hicieron cuatro tercios de lo mismo, destruyendo ciudades y que culminó con las destrucciones de Hiroshima y Nagasaki.
No se consideraban crímenes de guerra y nadie fué juzgado por ello al final de la guerra mundial. Repito para que quede bien claro: Que yo sepa nadie fue acusado de crímenes por el bombardeo de poblaciones civiles.
Los bombardeos de la aviación Nacional sobre ciudades españolas durante la guerra civil fueron (1) aceptables en el contexto de la época y (2) insignificantes en comparación con lo que hicieron unos años más tarde los dos bandos durante la guerra mundial. Vamos a poner las cosas en su propio contexto porque de tanto mirarnos el ombligo vamos a creernos que somos el mundo entero y que nos han pasado cosas que no le han pasado a nadie más.
Años después de la segunda guerra mundial el bombardeo y destrucción de poblaciones civiles ha seguido practicándose por todo aquel que le convenía. Vietnam es un buen ejemplo y, más recientemente, la destrucción de Fallujah en Iraq.
El bombardeo de Bagdad en 2003 para los americanos era "shock and awe" (aconjonar a la población) pero para muchos países y poblaciones de esa parte del mundo era terrorismo puro y duro. Todo depende del bando de cada uno.
Alfonso de Madrid (conocido como Juanito en las plazas de provincias)
Gracias por su comentario Alfonso. Le acepto lo de ignorante, yo soy un simple aficionado con más voluntad que conocimientos, pero lo que no quiero es que me tome por fariseo en el sentido peyorativo del término. En Sol y Moscas hemos dedicado crónicas a la quema de conventos, a las barbaridades que cometieron contra iglesias, como la de San Isidro, a la represión en la zona republicana como en el caso de los hijos de Richard Gans, o del cara al Sol (que no sabe la de problemas que me ha traido con algunos exaltados que me han llamado de todo), e incluso dedicamos nuestra primera crónica sobre bombardeos a ciudades en la Guerra Civil al bombardeo de Cáceres por la aviación republicana (Otras plazas: Cáceres II parte). Yo no creo en la neutralidad respecto a la GCE, prefiero hablar de objetividad, pero tampoco se me puede acusar de "extremista" creo yo.
EliminarEn el tema que nos ocupa lo que creo que es evidente es que la aviación y artillería franquistas (puede que bajo la influencia de italianos y alemanes que tenían interés en perfeccionar sus métodos y armamento) bombardearon más y mejor: Madrid, Barcelona, Valencia, Cartagena, Alicante, Guernica... Pero con ello no pretendo ocultar que los otros también hicieron sus barbaridades. En todas las guerras al final las principales víctimas son, y han sido, los civiles. Es lo que tienen las guerras.
En cuanto a lo que comenta de la II Guerra Mundial totalmente de acuerdo, no he estudiado mucho el tema, pero por lo que conozco al final se cometieron auténticas barbaridades que no tenían justificación más allá de la venganza o del escarmiento. Lo de Dresde en un crimen de guerra, Churchill fue muy criticado por ello. Y que decir de los bombardeos de Hirosima y Nagasaki, eso ya llega a la categoría de crímenes contra la humanidad, no me entra en la cabeza como alguien puede ordenar aquello sabiendo que va a matar a cien mil personas inocentes en un instante. Y de Vietnam que vamos a decir...
Y coincido en lo de los bombardeos en la actualidad, carecen de toda justificación, incluso creo que estratégicamente son erróneos, consiguen el efecto contrario. Son muchas las voces que empiezan a preguntarse en occidente si gran parte de culpa en el incremento del fundamentalismo islámico no está producida por esa violencia indiscriminada.
Bueno, corto ya que me enrollo.
Saludos.
Don Florentino, maestro, yo aprecio mucho la interesantísima labor que hace y aquí el aprendiz y maletilla soy yo. Saludos y felices fiestas.
ResponderEliminarAlfonso (Juanito)
Bueno, bueno, aquí me temo que somos muchos los que tenemos que aprender, no solo usted y yo que somos dos maletillas, incluidos algunos que encima van de figuras consagradas.
EliminarFelices Fiestas. Un abrazo.
Estupendo artículo, "caí" como sucede habitualmente en san google por pura casualidad, buscando otro tema, en su página. Como indica muy bien, las construcciones son en sí mismas una obra de arte y si no fuera por el origen y la situación de guerra, me atrevo a decir que la estampa de Madrid en esas fechas tuvo que ser impresionantemente.....moderna. Por este motivo echo en falta quizá, algo de bibliografía, si la tuviera le estaría agradecido. En cualquier caso, fantástico el reportaje (me llama la atención también el asunto de los fotógrafos que captaron estas escena)
ResponderEliminarMuchas gracias Javier por su comentario y por visitar el blog.
EliminarAhora mismo estoy fuera de mi domicilio y no puedo consultar la documentación. La mayoría de los datos los saqué de un boletín editado por el propio Comite... Del resto de citas lo mismo, tendría que buscarlo.
Un saludo.
Desconocía todo esto. Muchas gracias por tan interesante aportación. No me canso de mirar la foto de los niños descubriendo la Cibeles.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario y por visitar el blog. Nos alegra que le haya gustado el artículo.
EliminarEn la "Fotografía de Robert Capa tomada en la calle de Alcalá a la altura de la iglesia de las Calatravas.." no se ven tres bombarderos franquistas, sino 3 cazas Polikarpov "Moscas" soviéticos de la Aviación Militar gubernamental en vuelo de protección sobre Madrid en su característica formación de vuelo "en V"; a esas alturas la aviación franquista ya no se atrevía a sobrevolar la capital a plena luz del día debido a la presencia de la superior caza rusa.
ResponderEliminarsaludos
Muchas gracias pablo por tu comentario y por visitar el blog.
EliminarLa verdad es que siempre pensé que se trataba de aviones franquistas, pero ahora que lo mencionas ya me entra la duda, y efectivamente parecen moscas. Añado tu comentario en el pie de foto y comparto el tema en el grupo de Gefrema de Facebook: https://www.facebook.com/groups/gefrema/ para que se entere más gente.
Saludos.
Gracias a ti y enhorabuena por el blog. Ya me he unido al facebook!
EliminarYa he puesto tu comentario en el Facebook, no he puesto tu nombre por que no sé si estarías de acuerdo.
EliminarGracias y saludos.
Existen en el mundo otras estatuas ecuestres de monarcas que se apoyan sólo en las patas traseras del caballo; por ejemplo, la del emperador Pedro el Grande en San Petersburgo o la de Augusto el Fuerte en Dresde.
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