El maestro “Licenciado” es sacado a hombros por la cuadrilla de la Agrupación de Comandos Modesto tras su apoteósico triunfo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
RUTA BARRIO DE SALAMANCA I
Por nuestro enviado especial Florentino Areneros
Clamor, esa es la palabra queridos lectores. Clamor es la palabra que resume la extraordinaria faena que protagonizó el pasado domingo el maestro Javier Egido “Licenciado” lidiando por el barrio de Salamanca, en una soleada mañana que suponía su debut con picadores en el siempre exigente coso madrileño, un territorio vedado en el que solo los más grandes, los únicos, los elegidos, pueden alcanzar la gloria del Olimpo. Y a fe que “Licenciado” lo consiguió con creces.
Poco antes de iniciarse el paseíllo ya se escuchaba en la plaza ese inquietante run-run que precede a las mañanas de gloria. En los tendidos, que presentaban un lleno de no hay billetes, se encontraba la flor y nata del Gefrema, los auténticos guardianes del tarro de las esencias del noble arte de la guerracivilmaquia. Y allí también, emboscado bajo un sombrero innombrable, en barrera del tendido del 7, se encontraba un conocido crítico taurino de voz de trueno del que prefiero no mencionar su nombre, quien por fortuna, seguramente debido a la cercanía de los alguacilillos y el servicio de orden, guardó la compostura a lo largo del festejo.
Una imagen del paseíllo, en la que vemos a “Licenciado” (en el centro de la imagen) desmonterado al ser la primera vez que lidiaba en este coso. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Sonaron timbales y clarines, se abrieron las puertas del patio de caballos, y allí apareció “Licenciado”, con un elegante terno oliva y oro que estrenaba para la ocasión, y desmonterado como mandan la tradición y el reglamento al ser la primera vez que lidiaba en esta plaza. Tras el maestro, su inigualable cuadrilla del Arte de la benemérita Agrupación de Comandos Modesto, encabezada por "Modesto" quien lucía un elegante traje de luces en tabaco y plata. A continuación el siempre eficiente en la lidia "Merengón", junto al varilarguero "Espoleta", con un revolucionario castoreño sobre su cabeza recién traído de La Habana. Cerraba el paseillo "Jáñez", el fiel mozo de espadas del maestro, al que asistió con gran acierto durante toda la lidia, realizando con presteza los necesarios cambios de trastos. He dejado para el final al inigualable "Moncloveño" y su ronaldea figura, coronada por una tupida y poblada cabellera rubia, dicen los entendidos que sus abdominales sirvieron de modelo al molde de las tabletas de la Campana de Elgorriaga, no nos extraña que la prensa del corazón no se canse de atribuirle romances con las más cotizadas actrices y modelos del momento. Pues bien amigos lectores, "Moncloveño", el indiscutible número uno del escalafón, el hombre que lo ha alcanzado todo en el mundo de la guerracivilmaquia, el diestro que cuenta sus faenas por puertas grandes, en un gesto de humildad que le honra, decidió actuar como subalterno de "Licenciado" y formar parte de su cuadrilla. Ahí es donde se ve a los grandes hombres: en los detalles.
“Moncloveño” durante un momento de la faena. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Pero volvamos a la monumental mañana que protagonizó Javier Egido "Licenciado", con toros del hierro del Marqués de Salamanca. Comenzó su faena fijando los terrenos, como mandan los cánones, mostrando a los asistentes la historia del barrio, su origen y evolución hasta nuestros días. Seguidamente situó al morlaco en suerte en la misma plaza de la Cibeles, antes de Plaza de Castelar, protagonizando “Licenciado” un temerario desplante rodilla en tierra mirando al tendido y citando de espaldas, con total desprecio de su integridad física. El valor de este joven diestro no tiene parangón, es algo inigualable.
A estas alturas del festejo los asistentes ya asistían extasiados a las evoluciones del maestro, que seguía parando, templando y mandando. Los olés de los aficionados retumbaban por el paseo del Prado, mientras algunos de los presentes pedían a su vecino de asiento que le pellizcara para asegurarse que no estaba soñando, y que era real y no fruto de un encantamiento, los singulares portentos que estaban viendo sus ojos.
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Uno de los momentos más intensos de la mañana se produjo en la calle Montalban. Un viento huracanado se levantó en medio de la arriesgada faena que el maestro estaba realizando a un astifino burel de nombre SIM, negro bragao meano y con 640 kilos en romana. Los buenos aficionados ya conocen el peligro de estas ráfagas imprevistas que dejan descubierto al diestro al desarbolarle el engaño, cuantas terribles cogidas han nacido a raíz de una ventolera. Pero “Licenciado” de nuevo dio muestras de un extraordinario temple domeñando a los elementos, para lo que contó con la inestimable ayuda de “Modesto” con el capote. Superado el peligro, prosiguió su faena el maestro conduciendo la lidia por diferentes lugares cargados de historia relacionada con la Guerra Civil.
El toro SIM, de la ganadería del Marqués de Salamanca, 640 kilos, negro bragao meano, marcado con el número 666, que fue lidiado en segundo lugar y que a punto estuvo de dar un susto al maestro. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
Hizo una larga parada junto a la Puerta de Alcalá, donde recordó a los asistentes que allí se alzaba la primigenia plaza de toros de Madrid que pintara Goya. A continuación entramos en terrenos del barrio de Salamanca propiamente dicho, donde el maestro fue desgranando magistrales pases por la cantidad de rincones del barrio que esconden entre sus paredes secretos, historias y anécdotas, e historia, mucha historia. Visitamos la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que dirigiera ese gran taurino que fue José Bergamín, la sede del PCE en Serrano, la “vaquería” de los Garrigues-Walker, la casa de Azaña, y un largo etcétera. Destacar que la mayoría de la faena de “Licenciado” la hizo con la mano izquierda, al natural, con la “mano de los billetes” que diría el añorado Joaquín Vidal, algo poco habitual en estos tiempos que corren en que los diestros abusan del derechazo y utilizan ciclópeas muletas.
El maestro hizo una parada técnica en la Plaza de Colón, junto a lo que fue la Casa de la Moneda, mientras se regaba la plaza. Prosiguiendo a continuación por otros edificios emblemáticos, como la embajada Alemana o el ABC. Finalizando su lidia con un extraordinario volapié en todo lo alto en el Museo de Escultura al Aire Libre, un lugar cargado de historia al encontrarse sobre lo que antes era conocido como la calle de la Ese, y que alberga una extraordinaria colección de piezas de algunos de los mejores artistas españoles del pasado siglo, muchos de ellos relacionados con la Republica y la Guerra Civil, con biografías en algunos casos más que interesantes, como se encargó de desgranar el maestro.
La petición de trofeos fue unánime y clamorosa en toda la plaza al finalizar el festejo. (Haga clic sobre la foto para verla ampliada)
No había terminado todavía su faena “Licenciado” cuando ya los tendidos estaban poblados de pañuelos pidiendo los máximos trofeos para el maestro, que blandían un público, algunos con lágrimas en los ojos, completamente entregado y enfervorecido tras haber contemplado una de las más memorables faenas que se recuerdan en los últimos años. Dos fornidos mozos, saltaron al albero y alzaron en hombros al maestro y seguidamente lo sacaron entre una clamorosa ovación por la Puerta Grande de la plaza. Los buenos aficionados cuentan ya las horas que faltan para la nueva aparición del maestro en este coso salmantino, con la segunda parte del recorrido por este emblemático barrio madrileño, en la que “Licenciado” ha prometido encerrase nuevamente en solitario con los morlacos que le echen, para regalarnos otra inolvidable mañana de gloria.
QUE SUENE EL PASODOBLE: