SAN ISIDRO: JULIO DE 1936 (II PARTE)
Por Inés Tremis y Florentino Areneros.
En nuestra crónica anterior de Sol y Moscas(clic aquí para ir a la primera parte de la entrega) narrábamos como tras el golpe militar de julio de 1936 se desataba el caos en la ciudad de Madrid, y como en aquella vorágine varias iglesias acabarían siendo pasto de las llamas, entre ellas la Catedral de San Isidro en la calle de Toledo, que sufriría importantísimos daños, tanto en su estructura, como en el rico patrimonio artístico y religioso que albergaba el templo, el cual se perdería prácticamente en su totalidad. Sin embargo las llamas no acabaron con el tesoro más valioso y mejor guardado de esta Catedral: el cuerpo incorrupto de San Isidro, patrón de Madrid. Las singulares circunstancias que concurrieron en este episodio, hacen que muchos lo consideren como un auténtico milagro.
La catedral sería reconstruida y contemplándola hoy cuesta imaginar que hace menos de 75 años se encontraba totalmente en ruinas. Llama la atención una de las capillas reconstruidas, en la que podemos contemplar un escudo de la Casa Real Británica, una curiosidad con una interesante historia detrás, donde se mezclan religiosos, diplomáticos, banqueros, espías, militares y unos cuantos sobres para sobornar voluntades de algunos salvapatrias.
En el exterior de la iglesia de San Cayetano encontramos una placa donde nos habla de la destrucción del templo y su posterior reconstrucción. FOTO JAZ.
Han pasado más de 75 años de aquellos tristes hechos y cuando ahora entramos en la iglesia nada nos hace sospechar de lo que allí ocurrió aquellos días de julio de 1936. Ni en el exterior ni en el interior del templo hemos encontrado alguna inscripción, placa o similar que lo recuerde, ni siquiera en la placa que el Colegio de Arquitectos coloca en todos los edificios más representativos de Madrid, se recoge que el edificio fue restaurado una vez finalizada la guerra, algo que si que encontramos en otras iglesias de Madrid que corrieron la misma suerte. A poca distancia de San Isidro, encontramos en la calle de Embajadores la iglesia de San Cayetano, otra de las incendiadas el 19 de julio de 1936. A la derecha de la entrada encontramos una placa de azulejos con la siguiente inscripción: «Este templo fue inaugurado en el año MDCCLXI y destruido en el año MCMXXXVI, ha sido reconstruido y abierto nuevamente al culto en VI-VIII-MCMLXII, bendecido por el Exmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Madrid-Alcalá y Patriarca de las Indias Occidentales, D. Leopoldo Eijo Garay, siendo párroco del mismo el Rvdo. Sr. D. Valeriano. Mateo Gómez, con la ayuda y colaboración del Exmo. Sr. Conde de Mayalde, Alcalde-Presidente del Exmo. Ayuntamiento de Madrid y el Teniente de Alcalde del distrito de Arganzuela-Villaverde, Ilmo. Sr. D. Justo Uslé Trueba». En la misma iglesia de San Cayetano, junto a la imagen del santo que da nombre al templo, encontramos un marco con el siguiente texto: «Esta imagen representa al auténtico San Cayetano que trajeron los Teatinos al construirse este templo en el año 1670, y se veneró hasta su destrucción en 1936. La imagen que se hizo después de la guerra se guarda en la parroquia para la procesión. Uniendo así, en nuestra devoción y afecto, ambas imágenes. Madrid, Octubre de 1986».
En el interior de la iglesia, junto a la imagen de San Cayetano una pequeña placa indica que la original desapareció en el incendio de julio de 1936. FOTO JAZ.
Como decimos no hemos encontrado ninguna reseña, ni en el exterior ni en el interior, de la iglesia de San Isidro que rememore aquellos hechos, aunque tal vez se nos haya pasado. Cuando se accede al templo es difícil pensar que la mayoría de lo que estamos contemplando (retablos, frescos, imágenes, pinturas,…) no tenga más de setenta años de antigüedad, tampoco se perciben a simple vista vestigios de aquel terrible incendio. Sin embargo una mirada atenta si que nos permite apreciar alguno de estos restos. Por ejemplo si accedemos por la puerta lateral de la calle Colegiata, en la base de granito del muro que encontramos a nuestra izquierda, todavía se aprecian las marcas negras que el fuego dejó en la piedra, marcas que podemos encontrar en otros rincones de la iglesia. Hay que fijarse con detenimiento para ver estos sutiles vestigios, y la penumbra en la que normalmente se encuentra la iglesia tampoco ayuda.
En algunos rincones de la Catedral de San Isidro todavía se aprecian las marcas de hollín que dejó el incendio de julio de 1936. FOTO JAZ.
Pero la iglesia guarda una gran sorpresa. Si accedemos por la puerta de Colegiata y giramos a la derecha al llegar al cuerpo central de la iglesia, la primera de las capillas laterales que nos encontramos es la de la Virgen del Carmen. Se trata de una capilla modesta, casi austera, presidida por una imagen de la Virgen del Carmen, flanqueada por dos imágenes de la Milagrosa y de Santa Gema Galgani. La imagen de la Virgen del Carmen se encuentra en el centro de un modesto retablo, pero que esconde una gran curiosidad. En su parte superior nos encontramos con un escudo de armas de gran tamaño, toda una gran sorpresa si tenemos en cuenta que se trata ni más ni menos que del escudo de la Familia Real Británica y del Reino Unido. Inmediatamente nos surgen la inevitable pregunta: ¿Qué pinta el escudo de Su Graciosa y Anglicana Majestad en un templo católico?.
La capilla de la Virgen del Carmen esconde algunas interesantes y curiosas sorpresas. FOTO JAZ.