sábado, 14 de agosto de 2010

EL MERCADO DE ARGÜELLES, NERUDA, LOS BOMBARDEOS DEL 36 Y LA VIRGEN DE LA PALOMA.

La Casa de las Flores, obra del arquitecto Secundino Suazo y residencia del poeta Pablo Neruda al comienzo de la guerra, fotografiada tras sufrir los bombardeos durante la guerra civil. (Haga click en cualquiera de las imágenes para ampliarlas)

EL MERCADO DE ARGÜELLES, NERUDA, LOS BOMBARDEOS Y LA VIRGEN DE LA PALOMA.
Estimados lectores, de nuevo y para no perder esa aureola de prestigio que tanto nos ha costado conseguir a lo largo de todo este tiempo, volvemos a faltar nuevamente a nuestra palabra y no vamos a publicar la prometida crónica sobre los Sanfermines de Julio de1936, que pensábamos publicar el mes pasado coincidiendo con la celebración de tan tradicional festejo, para que luego alguien diga que se están perdiendo las tradiciones en España. Crónica que ya esta prácticamente terminada a falta de atar algunos flecos sobre los textos de Félix Maíz, secretario del principal protagonista de aquellas jornadas, el general Emilio Mola, que organizó la conspiración utilizando el sobrenombre de “El Director”. En especial los flecos referidos a la muerte del general golpista en un misterioso accidente aéreo que todavía según algunos autores no ha sido aclarado suficientemente. Una crónica en la que se mezclan toros y guerra civil, tan del agrado de nuestros lectores. Confiemos en que para antes de julio de 2011 cuando se cumpla el 75 aniversario de aquellos acontecimientos, la anunciada y esperada crónica haya visto la luz.

Si el mes pasado tuvimos que suspender la publicación de tan esperada crónica por los aconteceres de ese ya legendario Mundial Sudafricano, en esta ocasión es debido a la aparición en la prensa de un tema de especial interés para mi y en concreto para ese sin par y joven diestro, retirado de los ruedos en plena apoteosis triunfal, que responde al nombre de “Moncloveño”. Desde hace unos meses he estado siguiendo un foro sobre asuntos madrileños, autentico Sanedrín de sabiduría enciclopédica, ágora de inagotable debate sobre la historia de Madrid, donde vierten sus conocimientos un nutrido grupo de eruditos capitaneados, y sin querer desmerecer a ninguno, por la sin par María Isabel Gea, autora de un buen número de trabajos, alguno de los cuales ya se ha convertido en indispensable para cualquiera que quiera saber de la historia madrileña. Parafraseando al gran José Luis López Vázquez en la no me nos grandiosa “atraco a las tres”, si tengo el honor de que esté usted leyendo estas líneas estimada María Isabel permítame que me presente: “Florentino Areneros. Su esclavo, su siervo, su rendido admirador”.

¿Por donde iba?..., bien, como les comentaba, yo era un asiduo seguidor de ese sin par foro aunque sin atreverme a participar debido a mis notables carencias, hasta que un día tras la final del Mundial, se publicó una entrada sobre el triunfal desfile de la Selección por la calle de La Princesa, en concreto a su paso por la calle de Altamirano. Impulsado como por un resorte me registré y realicé mi primera intervención en el albero de tan afamado foro, y dicho y hecho, registrarme y desparecer el foro de la red fue todo uno, incluso llegue a pensar que asustados, habían huido de mi. Pasaron los días y en este blog apareció un mensaje de un lector llamado Illán, que los dioses guarden muchos años, en el cual me indicaba que el foro no había desaparecido, si no que se había mudado de dirección. Lo que me produjo, como pueden ustedes imaginar, una gran alegría.

Documento diplomático que acredita la residencia de Pablo Neruda en la Casa de Las Flores, concretamente en el 19 de la calle Gaztambide.
Hace unos días apareció la noticia de que el Mercado de Argüelles, inaugurado en 1949, iba a ser remodelado, y el periodista que escribía el artículo terminaba relacionando el mercado con los versos que escribió Pablo Neruda en los primeros meses de la guerra civil donde mencionaba el mercado de Argüelles. Yo manifesté que seguramente el periodista estuviera equivocado, pero sin embargo, uno de los participantes habituales en ese foro, auténtico faro de sabiduría en todo lo referente al barrio de Argüelles, comentó que según testimonios de antiguos vecinos, en el solar del mercado, y antes de la guerra, se ponían puestos habitualmente, componiendo un singular mercado al aire libre. Según algunos testimonios que yo había recogido anteriormente, durante la guerra existía un mercado estable en la calle Marques de Urquijo, o Paseo de Areneros como se conocía entonces. Sin duda era un tema interesante para lidiar, y sin pensarlo dos veces comenzamos una ardua investigación en los extensos archivos de la redacción de Sol y Moscas de la que a continuación les mostramos los extraordinarios resultados obtenidos.

Todo empieza con la poesía de Pablo Neruda, titulada: “EXPLICO ALGUNAS COSAS” . Veamos alguno de sus versos:

Yo vivía en un barrio/ de Madrid, con campanas,/ con relojes, con árboles.
Desde allí se veía/ el rostro seco de Castilla/ como un océano de cuero. Mi casa era llamada/ la casa de las flores, porque por todas partes/ estallaban geranios: era/ una bella casa/ con perros y chiquillos./ Raúl, ¿te acuerdas?/ Te acuerdas, Rafael?/ Federico, ¿te acuerdas?/ debajo de la tierra,/ te acuerdas de mi casa con balcones en donde / la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
Hermano, hermano!/ Todo/ eran grandes voces, sal de mercaderías,/ aglomeraciones de pan palpitante,/ mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua/ como un tintero pálido entre las merluzas:/ el aceite llegaba a las cucharas,/ un profundo latido/ de pies y manos llenaba las calles,/ metros, litros, esencia/ aguda de la vida,/ pescados hacinados,/ contextura de techos con sol frío en el cual/ la flecha se fatiga,/ delirante marfil fino de las patatas,/ tomates repetidos hasta el mar./ Y una mañana todo estaba ardiendo,/ y una mañana las hogueras/ salían de la tierra/ devorando seres,/ y desde entonces fuego,/ pólvora desde entonces,/ y desde entonces sangre./ Bandidos con aviones y con moros,/ bandidos con sortijas y duquesas,/ bandidos con frailes negros bendiciendo/ venían por el cielo a matar niños,/ y por las calles la sangre de los niños/ corría simplemente, como sangre de niños.


Y termina:

Venid a ver la sangre por las calles,/ venid a ver/ la sangre por las calles,/ venid a ver la sangre/ por las calles!